Disclaimer: Los personajes nombrados no no me pertenecen, son de la extraordinaria dibujante de manga Yoshiki Nakamura.
Actuar
Caminaba con pasos firmes a través de los amplios pasillos de la empresa. Su destino era el plató número siete, en el cual dentro de exactamente una hora comenzaría a rodarse la nueva serie en la que actuaría. Bufó frustrada, escuchando el eco que los tacones producían al golpear con fuerza sobre el suelo, aquel lugar era en donde menos le apetecía estar.
«Qué papel más estúpido» pensó. Ya se había resignado a que tenía que interpretarlo, pero no por ello le había cogido más cariño al insípido personaje al que tenía que dar vida.
¿Por qué a ella? ¿Por qué no había escogido el presidente a Kyoko? Ella estaría encantada de hacer a una joven chica de la época feudal la cuál esperaba ser rescatada por su caballero andante. Aunque no creía que tuviera derecho a quejarse, en el papel de su pobre amiga ponía "peligro" y eso no era para nada alentador viniendo de alguien tan estrambótico como el director del LoveMe. Sin embargo, que ella supiera, no constaba nada de cuál era esa misión que le habían encargado, seguía acudiendo al rodaje de Box R con puntualidad, o al menos Amamiya no había dicho nada de que se hubiera retrasado o hubiese otro trabajo al que acudiera la joven actriz.
—Idiota… —musitó mientras sus mejillas se sonrojaban, recordando la cara que había puesto cuando le regaló aquellos cosméticos hacía unos meses. Sin lugar a dudas su mejor amiga era de las personas más extrañas que se habían introducido en su vida.
Kanae continuó caminando hasta llegar a una gran puerta metálica, tras la cual se escuchaban voces y extraños ruidos que seguramente procederían del montaje del atrezo. Lanzó un suspiro alzando la cabeza, por mucho que le disgustara ese papel tenía que interpretarlo, hacer que fuera perfecto para así crecer como actriz. Para así poder cumplir su sueño, aunque para ello tuviera que interpretar a una mujer cuyo único propósito en esta vida era casarse con el hombre que la había salvado.
«¡Pero qué estupidez!» bramó su mente mientras sus puños se cerraban fuertemente contra su bolso.
¿¡Cómo alguien podía querer interpretar algo tan odioso!? ¡Era absurdo! ¿Cómo alguna vez las mujeres pudieron pensar que ser salvadas por un hombre era algo que podía ser considerado como una bendición? Era tan sumamente ridículo que muchas veces leyendo las líneas de su personaje quiso echarse a reír. ¿Enamorarse de la persona que la había salvado? ¿Cómo de sumisa debería comportarse para tener tan poco orgullo de hacer algo así? Era cierto que simplemente era una actuación, esa era la verdad. Pero mostrarse débil e indefensa no iba con ella, nunca había creído en los absurdos cuentos de hadas en los que su amiga se sumergía. Las hadas, los príncipes, los finales felices…
—Tonterías —chistó.
Si os soy sincera, no sé de donde demonios ha salido esto. Ahora mismo no estoy tan absorta en Skip Beat! como para hacer un fic sobre el manga, pero no he podido evitar escribir este pequeño drabble sobre la idea principal que tuve. En nuestro pasado la gran mayoría de nosotras soñó con ser princesas, pero hubo algunas que no. Y yo, personalmente, considero a Kotonami Kanae una persona que por mucho que viva jamás creerá en los cuentos de hadas. En fin, ya sabéis: comentarios, críticas, amenazas de muerte, etc... Todos van al mismo buzón de sugerencias.
