Una joven de cabellos dorados que caían por sus hombros, se encontraba frente a un lago, su mirada se encontraba perdida en las tranquilas aguas del lago. Ella estaba sentada, las rodillas flexionadas para poder descansar su cabeza sobre ellas, a la vez que una de sus manos jugaba levemente con el agua de la orilla.
-¿Nuevamente aquí Clarke?-una voz a sus espaldas la llamó, pero ella no se inmutó-sabes que el mirar fijamente el lago no te dará las respuestas que buscas ¿cierto?
-Me gusta esta tranquilidad...-sus palabras fueron casi susurros.
-...-su acompañante de cabellos rojizos como el fuego, soltó un suspiro y se acercó para sentarse a un lado suyo.
-No es necesario que te quedes conmigo Meagan...-pronunció sin apartar la vista del lago.
-Es un lugar tranquilo como dijiste, así que disfrutaré también de esa tranquilidad, o ¿tienes un problema con ello?
-Para nada..-murmuró y sumergió un poco más su mano en aquellas aguas.
Se quedaron en silencio, la rubia movía su mano dentro del agua y observaba las pequeñas ondas que se formaban con cada movimiento que hacía, por su lado la pelirroja mantenía su vista sobre la ella.
-Oí que tuvieron una pequeña pelea..-comentó la pelirroja desviando la mirada hacia un árbol cercano.
-Um..-su mano detuvo el movimiento y luego la sacó del agua-una diferencia de opiniones...mi madre no logra entenderme, al igual que yo no la entiendo..
-Bueno, es difícil de creer que la hija de la diosa del amor no conozca el significado de ello...-murmuró jugando un poco con el agua.
-Lo sé...es algo que debería ser improbable, pero simplemente no logro entender su significado..-extendió sus piernas y las sumergió en el lago-todos son parecidos a sus padres, Jasper es tan veloz como su padre Hermes; Raven tiene casi el mismo conocimiento que su madre Atenea...tú y tus hermanos tienen el temperamento de tu padre Ares y su deseo de obtener siempre la victoria..-podía mencionar a más, pero cerró los ojos por un momento-pero yo...hija de Afrodita, su belleza está por encima de la mía-Meagan quiso refutar aquello, mas Clarke siguió hablando- y no soy capaz de brindar amor ya que no sé lo que es...-observó sus pies dentro del agua y una sonrisa débil vio en su reflejo-a veces pienso si ¿no hubiera sido mejor ser hija de Artemisa?...tengo la habilidad para manejar el arco o incluso...no hubiera podido ser Poseidón mi padre?...Xire y yo nos parecemos después de todo..-rió por lo bajo.
-Clarke ...¿qué fue lo que te dijo tu madre para que estés con ese semblante?-preguntó con precaución, pero observó como la sonrisa se quitaba de su rostro y una mirada de seriedad la remplazaba.
-Me ha dicho, no, me ha ordenado ir al mundo humano para aprender el significado del amor...-sacó sus piernas del agua y se levantó-cree que observándolos aprenderé lo que significa y podré cumplir mi deber..-soltó un suspiro.
-¿Cuándo volverás?-preguntó levantándose también.
-No lo sé..
-Ya veo...¿cuándo irás?-preguntó con un ligero malestar.
Antes de que la rubia pudiera responder, la figura de la imponente y hermosa Afrodita hizo su aparición, lucía algo irritada, manteniendo los brazos cruzados y el ceño fruncido.
-Clarke, te estaba buscando, ya has retrasado lo suficiente tu partida.-dijo con una voz ligeramente irritada.
-Lo siento madre, ahora mismo voy..-respondió y con un gesto se despidió de la pelirroja.
Meagan solo pudo observar como la diosa del amor se alejaba siendo seguida por su joven amiga, no pudo hacer nada para detenerla. Los dioses principales tenían un rango muy elevado a ellos, sus descendientes, soltó un suspiro y solo observó como la rubia desaparecía de su vista.
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Clarke se encontraba caminando en las calles frías de la ciudad a la que llegó, observó bien cada lugar y no detuvo su andar en ningún momento. Un vestido blanco era todo lo que cubría su cuerpo, mientras que sus pies portaban unas sandalias como calzado.
-"Una sociedad que olvidó a sus dioses...y debo aprender de ellos lo que significa el amor o nunca podré regresar..."-cerró los ojos por un momento al recordar la imposición de su madre.
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-¿Qué estás haciendo?-preguntó confundida al sentir la mano de su madre en su cabeza.
-Sellando tu divinidad.
-¿Qué?-trató de apartarse pero un agarre más fuerte la detuvo.
-Irás ahí como una simple mortal...recuperarás tu divinidad en el momento en el que verdaderamente conozcas el significado del amor...y si no logras hacerlo, me temo que no serás capaz de recuperar tu divinidad.
-No puede ser..-murmuró con cierta incredulidad.
-Lo siento Clarke, pero como hija mía, el amor es algo que deberías comprender muy bien...-suavizó su expresión y le sonrió, para luego envolverla con sus brazos-estaré esperando por tu regreso..-susurro a su oído.
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-¿Cómo se supone que voy a entender el amor si ni siquiera sé como sobrevivir con este cuerpo mortal?-murmuró entre dientes al sentirse irritada.
Sentía su cuerpo helado por culpa del frío del invierno, era su primera vez experimentando esa sensación, junto a la pronta molestia en su estomago al encontrarse hambrienta. El frío calaba por su piel, forzándola a abrazarse a si misma en un amago de mantener el calor en su cuerpo.
-Rayos...-murmuró a la vez que empezaba a temblar contra su voluntad.
Podía sentir la mirada de las escasas personas que transcurrían por dichas calles, mas ninguna de ellas hacía el amago de ayudarla, algo que no la sorprendía. Era bien conocido en el Olimpo el egoísmo humano.
Detuvo sus pasos un momento al sentir una gota de agua en su piel, elevó un poco la vista y observó como poco a poco las gotas que caían iban incrementando en número. Soltó un suspiro frustrado y siguió caminando.
Sus sentidos empezaban a adormecerse, su respiración empezaba a volverse pesada. Observaba de soslayo como las pocas personas que habían en las calles, corrían en busca de un refugio, todas ignorando su presencia. Maldijo por lo bajo cuando empezó a toser, estaba odiando la mortalidad de su cuerpo, estaba empezando a odiar su situación.
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Abrió los ojos desorientada, se sobresaltó al observar el lugar desconocido en el que se encontraba. Se levantó con rapidez de la cama en donde yacía, y al hacerlo sintió un leve mareo que la forzó a sostenerse de la pared cercana. Una vez el mareo cesó, notó que su vestimenta había cambiado, frunció el ceño ante aquello.
Observó la puerta y se apresuró a salir de aquella desconocida habitación. Descubrió que se encontraba en la casa de alguien, pero el lugar estaba sumido en silencio.
Empezó a dar unos pasos, explorando el lugar. Tantas cosas que se le hacían extrañas, recordaba cuando niña algunos dioses superiores comentaban sobre sus viajes al mundo humano, pero definitivamente aquello que veía era diferente.
El lugar no era muy grande pero tampoco pequeño.
Clarke estaba viendo algunos estantes que habían en la sala, en donde su mirada fue a parar en uno de los portaretratos, en el cual había una foto de una familia, una señora abrazando a una niña de unos 10 años, a su lado su esposo con una niña de cinco sobre sus hombros, todos sonrientes.
-Parece que ya te encuentras mejor.
Clarke dio un brinco del susto que se llevó, se dio la vuelta con rapidez y ahí observó a una joven castaña con una mueca divertida, quien luego extendió una taza de café hacia ella. Clarke se quedó viendo el objeto sin recibirlo, causando que la castaña arqueara una ceja.
-Te ayudará a calentarte un poco.-explicó con brevedad.
La rubia tomó la taza vacilante, observó como la joven castaña se dirigía hacia uno de los muebles y se dejaba caer sobre el.
-...-estaba en silencio, llevando su propia tasa a sus labios y dándole un sorbo a la bebida amarga-mi nombre es Lexa por cierto, ¿cuál es el tuyo?-preguntó con tranquilidad.
-Clarke.-respondió, sentándose en un mueble frente a ella e imitando su acción de darle un sorbo a su bebida.-¿que hago aquí?-preguntó con una mueca confundida.
-...-la castaña levantó su vista para observarla-¿no lo recuerdas?, bueno considerando los hechos supongo que no..-respondió su propia pregunta y fijó su mirada en su invitada-te desmayaste en la calle, estar tanto tiempo bajo la lluvia con solo un vestido no es lo más sensato que digamos...-explicó con brevedad y continuó-yo estaba ahí cuando te desmayaste, y te traje a mi departamento, tenías una fiebre fatal, pero creo que el medicamento que te di ya hizo su efecto, porque te ves mejor.-terminó con una pequeña sonrisa.
El silencio se instaló en la habitación. Lexa se detuvo un momento a contemplar a la rubia, admirando a detalle cada rasgo suyo, parecía que su rostro había sido esculpido por los mejores artistas del universo, pero lo que más le llamó la atención eran esos ojos azules.
-¿Quieres decirme algo?-Clarke preguntó, rompiendo el silencio y regresándola de sus pensamientos.
-¿Uh?
-Llevas un rato mirándome, creí que querías decirme algo.
-Ah, bueno..-se aclaró la garganta para aclarar sus pensamientos-¿que se supone que hacías caminando en pleno invierno, con una lluvia torrencial, con tan solo un vestido?-preguntó aquello que la tenía intrigada.
-Fui desterrada..-pronunció con un dejo amargo en la voz.
-¿Qué?-frunció el ceño confundida.
-Fui desterrada del Olimpo.
-¿El Olimpo?-su confusión no hacía más que crecer.
-Mi madre es la diosa del amor, como su hija debo poder suceder su trabajo, pero no comprendo lo que es el amor en si, por eso mi madre me mandó aquí para poder descubrir su significado, y solo entonces podré regresar.-explicó con calma, mientras la castaña la miraba incrédula.
-O sea que...eres una diosa que fue desterrada...-Clarke asintió-okay..."parece que metí a una loca a mi casa"-pensó con cierta ironía.-así que...te desterraron...¿no puedes volver?-preguntó para seguirle la corriente.
-No tienes que fingir creerme, la sociedad actual en la que vives ha olvidado a sus dioses, es algo que ya sabemos.-la miró sin expresar emoción alguna en su rostro-por ahora supongo que debo marcharme, si pudieras devolverme mi ropa te estaría agradecida, estas vestimentas son algo incómodas.-terminó de decir mirando su atuendo, en específico la zona de su pecho, en donde claramente la talla del polo le quedaba apretada.
-Espera, aún está lloviendo a cántaros ahí fuera.-pronunció con el ceño fruncido.-además, ¿a dónde tienes pensado ir?
-No lo sé, a donde me lleven mis pasos supongo..
-¿No puedes regresar con tu familia? Si te han echado así, deben estar preocupados.
-...-la rubia no pudo evitar resoplar con frustración-ya te dije que fui desterrada, no hay un lugar al cual volver.
-"Aunque lo que diga no tiene sentido, no puedo dejarla marchar así"-pensó preocupada-"si no la traía aquí tal vez hubiera muerto...si la dejo ir..¿sería mi culpa si algo le pasa?...bueno, es obvio que no esta en sus sentidos, así que sí, sería mi culpa...rayos..."-soltó un suspiro pesado y al ver a la rubia levántandose, ella hizo lo mismo.-mencionaste que hay una forma para que regreses-dijo y al instante la atención de la rubia estaba sobre ella-puedo ayudarte.
-¿Cómo?-preguntó confundida.
-Bueno, puedes quedarte aquí por mientras y ya veremos como solucionar tu problema.-ofreció sonriendo nerviosamente.
Clarke se quedó viéndola fijamente, causando cierta incomodidad en su persona, mas luego de unos segundos que le parecieron eternos, observó una pequeña sonrisa en los labios de su invitada, y ante aquello no supo bien porqué pero sintió un ligero cosquilleo en su estómago.
-Gracias Lexa.
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Hola n.n, es mi primer fic Clexa, espero no hacerlo tan mal :)
Bueno, la verdad recién he visto la serie y lloré a mares cuando murió Lexa, y cada vez que la mencionan mis ojos se humedecen :'( ...creo que así como yo, todos los que leen fics Clexa es porque ellas merecían algo mejor, y después de leer hermosos fics de esta pareja, decidí dar mi aporte XD y bueno, espero que los que lean este fic (si es que alguien lo lee -.-') se entretengan y disfruten n.n
Sin más que decir me despido n.n
