En realidad esto fue un sueño que tuve, y aunque no me acuerdo de todo decidí escribirlo. No se ni porque soñe esto, no me gustan los deportes y no se mucho del fútbol.

Nada de Katekyo Himan Reborn es mio, solo la historia.

Por favor, disfruten la lectura.


Flamas y Pelotas

Tsuna pestañeo, varias veces. Estaban bromeando… ¿cierto?

- Tienen que estar bromeando… - Dijo sin pensar, mirando a su familia con los ojos grandes, como si les hubiera salido una cabeza extra o quizás un cola, no sabrían decir. – Soy el más débil, cobarde, y el menos intimidante de todos…

- Tsuna, creo que es al contrario… - Yamamoto no iba a mentir, esa expresión en su rostro lo hacía sentir sumamente avergonzado, y no tenía que mirar hacia atrás para saber que los demás debían de estar igual… o listos para pelear, al menos en el caso de Hibari. – Eres el más fuerte aquí, quizás no el más valiente, pero-

- ¡Juudaime es el mejor! – Corto Gokudera inclinándose ante su jefe. – Es el más fuerte, valiente-

- ¡HIIIIIIIIIIIIIIEEEEEEEEEEEEEEEEEEE! – Esto no podía estar pasando, en serio esto no podía estar pasando… - ¿Acaso hable en voz alta? – Se preguntó así mismo luego de volar del sitio, literalmente.

- ¡Juudaime! – Grito Gokudera corriendo detrás de él, no podía abandonar a su jefe en ningún momento, ¡sería la mejor mano derecha del mundo para el mejor jefe del mundo!

Hibari gruño, y camino tranquilamente detrás de los otros herbívoros… Más les vale no estarme haciendo perder el tiempo, pensó con amargura. Hibari odiaba a las multitudes, y aquí estaba, solo por curiosidad… Si esa curiosidad no era satisfecha pronto, mordería a todos hasta la muerte por engañarlo, hacerle perder el tiempo y porque estaba aburrido, habían muchas presas por morder y muchas cosas mucho más importantes que hacer que esto…

-… Eh… si, si lo dijiste en voz alta Tsuna… - Confeso Yamamoto cada vez más avergonzado, en cierto modo comenzaba a arrepentirse de siquiera haber preguntado…

-… - El pobre Tsuna estaba demasiado apenado como para hablar, o detener a Gokudera de revisarlo para asegurarse de que "nada malo" le haya ocurrido a su Juudaime. -… Gokudera-kun, basta, y no te disculpes. – Agrego lo último apresuradamente recordando lo que pasaría si no lo detenía antes de que empezara…

Gokudera tembló, cambio de expresiones, y quizás hasta escalofríos le dieron, pero todo sucedió tan rápido que Tsuna no sabría decirlo. Tampoco tuvo tiempo de preguntárselo, ni de pensar en realidad, porque….

- ¡¿Vas a enseñarnos al EXTREMO?! - Tsuna asintió solo por inercia, porque sus oídos zumbaban luego de tal grito, y luego su cabeza también, porque el boxeador lo agarro como un saco de papas y corrió a solo Dios sabe dónde, dejando atrás a un grupo de adolescentes con ánimos de cometer asesinato de primer grado-olviden los grados, solo querían ver sangre correr.

Luego de como 5 minutos de esperar a que sus oídos dejaran de zumbar y a que su cuerpo (en especial su cerebro) pasaran los efectos de… de lo que sea que debía llamarse esa carrera infernal con el siendo un saco de papas. Debería haber alguna ley en contra de eso, pensó Tsuna sombríamente, de hecho, debería de haber al menos una ley para todo lo que estaba pasando con su vida pero nadie parece respetarla… Y tomando en cuenta de que el principal quebrantador de reglas era el mejor asesino a sueldo del mundo… Tsuna no podía evitar estremecerse de solo pensarlo, lo mejor (para su salud) seria que olvidara esa línea de pensamiento y nunca la volvería a traer a su mente…

- Muy bien Oni-chan… - Mejor acabar con esto antes de que lo dejara "muerto" con otro EXTREMO. – Necesito una pelota y-vaya… - Murmuro lo último para luego sudar frio…

Si Tsuna antes hubiera sabido que algo como esto podría pasar solo por pedir una pelota… lo hubiera hecho hace mucho tiempo… Sin embargo, a pesar de que podría simplemente irse ahora que estaba solo, se quedó mirando a los pájaros. Si se iba, lo agarrarían los otros y si Reborn lo agarraba… Tsuna se estremeció, mejor ni siquiera pensarlo. El punto era: estaba amarrado, no tenía salida así que mejor se quedaba tranquilo…

-… Uffff… - Se quejó Gokudera, Dios, la cabeza de césped sí que corría…

- Ma Ma, tienes que hacer más ejercicio y entrenar más-

- ¡Tú te callas que no estas mejor que yo idiota! – Yamamoto sabiamente esquivo los fuegos artificiales…

- Kufufufu… perro faldero, te agradecería que dejaras a mi querida Chrome en paz…

Una vena estallo en la frente de Gokudera y estaba a punto de iniciar el próximo festival de fuegos artificiales allí mismo con ellos dos de evento principal cuando…

- Veo que ya llegaron… - Dijo una voz a sus espaldas – apaga eso Gokudera-kun, no queremos incendiar el bosque… - Tsuna palideció al imaginar un bosque en llamas, la ciudad volviéndose cenizas, la gente gritando…

- ¡Juudaime! – Gokudera no tenía ninguna idea acerca de lo que pasaba por la mente de Tsuna… así que no sentía ningún tipo de remordimiento acerca de incinerar un bosque, ni preocupación acerca de lo suicida que sería incendiar el bosque con todos ellos (incluyendo su precioso Juudaime) dentro.

Luego de muchos HIIEEEEEEEEE y de otras locuras, Tsuna y sus amigos regresaron a su casa, solo para encontrarse con Bianchi haciendo una torta (la cual ya había matado todo ser viviente que no fuera humano a su alrededor), a los niños haciendo desastre en la sala y viendo televisión, a Nana en ningún lado… y Reborn tomando café y leyendo el periódico.

-… Bueno… ¿Por qué no le preguntan a él…? – Porque él no tenía idea de cómo explicar algo que ni siquiera era cierto, ¡él era el más débil!, la diferencia era que era más… determinado, demasiado determinado, en su Hyper Dying Will Mode… nada más y nada menos…

- Ma Ma, no queremos molestarlo, es un chico muy ocupado y quien mejor que tú para enseñarnos, ¿no crees? – Gokudera asintió de acuerdo, por una vez, con Yamamoto, pero por diferentes razones… Los otros solo concordaron, ninguno quería tratar con Reborn ahora… estaba descansado y con esto tenían una excusa para que Tsuna les dijera sus secretos sin pasar por el mismísimo infierno…

Tsuna no dijo nada, solo los miro con desconfianza extrema, pensando para sí que eran unos perfectos cobardes, unos cobardes muy inteligentes debía decir… menos Hibari, quien no era un cobarde y de seguro quería morder al Arcobaleno hasta la muerte, pero por alguna razón no lo había hecho… Tsuna estaba a punto de abrir la boca y decir cualquier excusa que se le ocurriera para salir del problema, pero nunca tuvo la oportunidad…

- ¡SAWADAAAAAAAAA! – Grito el boxeador lanzando la pelota que encontró tan fuerte hacia Tsuna que se prendió en fuego la pobre.

Por alguna razón, para Tsuna el grito nunca ocurrió, pero los demás quedaron aturdidos en el suelo, menos Chrome que había sido lo suficientemente lista como para poner una ilusión sobre sí misma y bloquear el grito. Hibari, por su parte, solo gruño profundamente y hubiera molido al otro chico con sus tonfas hasta hacerlo polvo si lo siguiente que ocurrió no hubiera pasado junto en frente de sus ojos. Gokudera encendió sus dinamitas cuando medio se recuperó y estaba a punto de explotar a cierto cabeza de césped si no hubiera encontrado extraño la falta del "extremo". Lentamente, como si temiera ver al mismísimo diablo detrás de él, giro la cabeza con miedo y curiosidad… no todos los días veía al boxeador tan sorprendido, y callado… sobretodo callado…

El siguiente en recuperarse fue Yamamoto, quien estaba bastante aturdido gracias a uno de los legendarios gritos del boxeador. Yamamoto agradecía profundamente que el otro chico no era un cantante o un músico, ni un narrador de radio… no tendrían oídos, quizás nadie en la ciudad, si eso fuera cierto. El beisbolista pestañeo… una, dos, tres veces, y luego se restregó los ojos…

-… ¿No era que no te gustaban los deportes? - ¿Y que era malo en general para cualquiera de ellos?, en realidad, ¿súper malo para los deportes o cualquier cosa que involucrara la actividad física?

Lambo, Fuuta y I-pin se detuvieron de jugar hace unos minutos para ver lo que ocurría, y ahora miraban a su hermano mayor maravillados… Reborn solo sonrió debajo del sombrero, esto sería interesante… Tsuna no pareció escucharlos, de hecho, ni siquiera parecía al tanto de su presencia.

- ¡Que asombroso Tsuna-nii! – Exclamo Lambo saltando a ver más de cerca, y tratando de arrebatarle el balón. - ¡Enséñame!

Ya sea porque Tsuna los estaba ignorando por alguna razón o ni siquiera se daba cuenta de la presencia de nadie, o quizás debido a que no le importaba… no dejo que Lambo siquiera tocara el balón, prácticamente lo hizo bailar tratando de que tomarlo. Hibari sonrió siniestramente y se lanzó a morder al Omnívoro hasta la muerte con sus tonfas… solo para ser…

- ¡Ole! – Dijo Yamamoto riéndose ante la cara de Hibari, quien se molestó y tratado de nuevo… pero Tsuna… - ¡Ole! - Tsuna ni siquiera le estaba prestando la más mínima atención…

- ¡EXTREMO! – Para ser honesto, él ni siquiera sabía que ocurría… pero también fallo brutalmente en quitarle el balón…

- Ninguno puede~ - Se burló el fumador, sonriendo maliciosamente. – Juudaime es-

- ¿Por qué no lo intentas Gokudera? – Comento el beisbolista, un poco intimidado gracias a la exhibición de Tsuna. – Eres su mano derecha… me imagino que podrás jugar con el… - Palabras mágicas, pensó riéndose.

Un minuto después, Gokudera estaba llorando a mares en el suelo porque su jefe ni siquiera dejo que lo tocara, Hibari estaba súper enojado debido a tantos "oles" que le había hecho el Omnívoro sin esfuerzo alguno, el boxeador se había golpeado contra un árbol tratando de quitarle la pelota a Tsuna… Chrome solo miraba, un tanto preocupada, pero sonriendo un poco divertida, pues no podía negar que todo este asunto era bastante divertido… a su manera…

Fuuta solo saco su libro y comenzó a hacer las cosas levitar mientras que I-pin iniciaba su cuenta regresiva, pues ya había visto a Hibari. Reborn, viendo todo el caos desarrollarse, solo podía sonreír oscuramente… por una vez su alumno bueno para nada no tenía ni un rasguño encima… de hecho, era el que había iniciado todo, y lo peor era…

-… Ya no necesitas esas pastillas… - Ni las balas tampoco.

León solo se rio de la desgracia de los otros… ¿no habían querido aprender pues?, todo lo que habían pedido estaba delante de sus ojos… Un chico, mejor conocido como Sawada Tsunayoshi, con una gran llama naranja en la frente, los ojos serios y del mismo color que la flama… estaba jugando con una pelota de futbol. Y vaya que sabía cómo lucirse, se sabía unos cuantos trucos y tenía un perfecto equilibrio para maniobrar con la pelota (sin usar las manos, solo los pies y la cabeza) sin perderla, quemarla, destruirla o que se le fuera robada sin caerse, tropezar y evadir a toda su familia y a todos los ataques, sucesos y/o cualquier tipo de obstáculo y amenaza…

- ¿No querían que les enseñara?, pues allí lo tienen, traten de quitarle el balón… - Reborn sonrió torcidamente, alguien iba a pagar por no haber sido informado de esto… - si pueden… - Agrego viendo lo concentrado que estaba Tsuna, quien solo tenía ojos para le pelota en sus pies… en la cabeza, por detrás...

Viendo como todos fallaban miserablemente a pesar de que Tsuna no hacía nada más que evadir, Reborn estuvo muy tentado en hacer las cosas mucho más… interesantes. No obstante, no fue necesario que hiciera nada, pues, al parecer, algo habían hecho o Tsuna simplemente creyó que era hora de dejarles muy en claro que no le gustaba que trataran de robarle su balón… Era algo bastante traumaste o cómico de ver, pues Tsuna nunca uso sus manos, solo les dio un cabezazo, un trampa para hacerlos caer o simplemente una pisada… que luego se convirtieron en trampas mucho más dolorosas según su atrevimiento.

- ¡Tsu-kun! – Eso fue lo que detuvo a Tsuna en seco, quien regreso a la normalidad inmediatamente, la pelota cayendo al suelo, olvidada. - ¿Cuántas veces tengo que decirte que no debes jugar con eso?, es peligroso… - Los demás solo la miraron, estupefactos. ¿Peligroso?, ¿para ellos?, algo así, ¿para el?, absolutamente no.

- Lo siento mamá, no sé qué me paso… - Se disculpó Tsuna, sumamente avergonzado…

- Chaosu. – Intervino Reborn, sumamente curioso. Tsuna era muy bueno jugando futbol, demasiado bueno… ¿así que por que no podía jugar?, no tenía mucho sentido para el… - ¿Se me permite saber porque no puede jugar futbol?, ¿o con la pelota en general?

- Oh Reborn-chan… - Aquí venia lo bueno… - Lo que pasa es que Tsu-kun suele olvidarse de su entorno cada vez que juega con una pelota… la última vez casi le pasa por encima un auto… - Internamente Reborn hizo una mueca, eso debió haber sido hace años…

- Pero mamá… nadie ha podido quitarle la pelota, no importa que hicieron. – Señalo a los adolescentes jadeando en el suelo, a otros maldiciendo y a otro con ánimos de matar a alguien.

- Sin peros Reborn-chan, nadie ha sido capaz de quitarle el balón a Tsu-kun una vez que inicia… - Nana sonrió suavemente y palmeo a Tsuna en el hombro, quien tenía la cara roja de la vergüenza.

- ¿Excepto usted? – No sabía para que preguntaba precisamente, pero…

- No, en realidad no. – Reborn arqueo una ceja así como el resto de los presentes… - Solo hay que llamarlo bien, y saldrá fuera de ese estado. – Luego le dijo a Tsuna: - ¿Tienes hambre?, hice bocadillos-

- ¡Aja! – Grito Fuuta, asustando incluso a Tsuna. - ¡Lo tengo!

Dicho esto, el niño comenzó a escribir furiosamente en su libro, ignorando olímpicamente las miradas de todos… Una vez que Nana y Tsuna habían desaparecido dentro de la casa, luego de haberlos invitados a todos a comer, se acercaron a Fuuta para saber que rayos había pasado... Pero…

- ¡Tsuna-nii es el número uno en concentración bajo distracción accidental selectiva!