NOTAS DE LA HISTORIA
Antes de iniciar este FF, que tiene como protagonista a Ezarel, quería dejar unas notas:
- Loreley es un OC que le pertenece a @Echiie y a @AgusML. Este FF está dedicado completamente a ella.
- En la historia han pasado tres años desde la llegada de Erika a Eldarya; las cosas que le pasaron a ella de igual manera le suceden a Loreley, pero de forma gradual y en distinto orden.
- ¡Las actualizaciones serán secuenciales! En función del apoyo que reciba el FF, actualizaré antes o después de una semana, y dejaré debajo de cada capítulo la fecha de la próxima entrega.
- ¡El FF también está siendo publicado en Wattpad! Puedes encontrarlo allí si lo deseas, 3.
- Esta es la primera historia que planeé como parte de una secuencia que, por supuesto, tendrá como protagonista a cada uno de los chicos. Lo único que conecta las historias entre sí es una trama externa, así que pueden leer sin compromiso de tener que seguir la siguiente.
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—Más de lo que querría admitir—
I. Lejanía
TinaCeballos
Correcciones Aslaug
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Ezarel es un hombre ocupado. Eso es lo que todo el mundo percibe de él y no están para nada equivocados. Su guardia, Absenta, no es algo que se pueda tomar a la ligera; cuenta con el número más grande de nuevos reclutas por año y se encarga de muchas más cosas que simplemente crear ciencia o inculcar erudición: medicamentos, pociones, el cuerpo médico, guerreros de la Alquimia, maestros, miembros de la Fábrica, distribuidores e incluso exploradores expertos. ¡Todos son creados y formados en Absenta! Y delante, ordenando, fijándose en que todo esté bien y procurando obtener todos los beneficios posibles, está Ezarel. Un hombre impecable que, gracias a sus mañas, ha sabido manejar cada situación. Un jefe muy bipolar que es todo un antipático y que, fuera del trabajo, se complementa con una faceta de duende malvado. Esas son las características básicas de Ezarel pero, entonces, ¿cómo es como amigo? ¿Cómo es como amante? ¿Y cómo enamorado? Estas facetas tan privadas de su vida nunca han salido a la luz, ya que él mismo se ha encargado, con ayuda de su agudeza mental, de que nadie tuviera razones o formas de hurgar en ellas, exceptuando, eso sí, a su casi hermano Valkyon y a la única persona a la cual sería imposible ocultarle una mínima cosa dentro del Cuartel General, Nevra.
Desde la muerte de Kaze, junto con las bajas de dos de los líderes y el retiro de otro de ellos, en plena juventud, los tres tuvieron que madurar a la fuerza y volverse los pilares de sus guardias y de sus hombres. Ezarel sabía lo que eso significaba; por eso ellos, junto con Miiko, eran las personas a las cuales más estima les guardaba. Pelearon codo con codo en la batalla en pro a la protección del Cristal y en todas las peleas que siguieron luego de su parcial derrota. No era fácil. No es fácil ser nombrado líder después de que tu guardia fuese reducida a la mitad y sus instalaciones quedaran destruidas. Las quejas, los llantos, los desvelos en noches frías y sin luz, recostados todos juntos en un refugio después de arduas horas de recolección de escombros. Todos los días siguientes dando sepultura a cada hombre, mujer o niño, familiar muerto o desaparecido. Manejar una guardia sin ningún tipo de protección, con sólo la guía de un cristal roto y la bendición de un Oráculo que nunca volvió a aparecer.
¿Por qué tengo que recordar cosas deprimentes a esta hora?
Ezarel despertó de su sueño lúgubre recordando el episodio de su vida donde casi pierde a Ren: su líder, su jefe y su tío. Recordó cómo después de la batalla con los rebeldes, una lanza impactó directamente en él mientras tenía la guardia baja por el cansancio, derramándose la sangre frente a sus ojos. No podía permitirse llorar mientras que Valkyon, por primera vez, dejaba salir de su boca verdaderos lamentos y fuertes rugidos, y Nevra... ni hablaba, ni comía. El líder de Sombra desaparecía noches enteras "cazando", aunque se rumoreaba que en realidad estaba matando a los rebeldes que rondaban aún por el bosque. No habló por más de tres semanas después de aquel día. En ese momento su propia vida habría sido un camino de rosas si Ren no se hubiese tenido que retirar por las secuelas traumáticas que dejó aquel incidente en sus órganos. Lo recordaba tan decidido a tomar las riendas del Cuartel General que se negaba rotundamente a dejar que a una jovencita que aún sollozaba sobre la tumba de Kaze se le fuera encomendada tal labor; sin embargo, el reposo absoluto fue lo pactado por los médicos y a su mejor aprendiz le fueron delegadas sus funciones.
Resopló. Si se ponía a recordar todo aquello no terminaría por comenzar el día. Se estiró por un rato antes de verse al espejo y cepillar sus dientes; su palidez delataba el exceso de trabajo y el montón de productos de belleza que había sobre el mesón demostraba lo mucho que odiaba su aspecto tan dejado. Hacía tiempo le habría fastidiado un poco más la falta de viveza en su piel y hubiese dedicado quince minutos en caminar por los jardines y respirar, pero ahora eso era un lujo que cada vez se volvía más imposible de realizar. Alisó su cabello, planchó su túnica, eligió cuidadosamente entre sus camisas blancas y telas de seda cuál usaría durante el día, y, tan impecable como de costumbre, eligió sus botas más cómodas. Hoy sería un largo día y habría varios eventos paralelos que interrumpirían su jornada. Apenas entró en la sala de alquimia, observó como la montaña de papeles había aumentado de tamaño y, aunque intentaba sonreír estirando la comisura de sus labios, su ceño lo delató.
