Uno de mis primeros fics, y el que más me ha hecho reír escribiéndolo. Subiré nuevamente cada capítulo corrigiendo la terrible ortografía que tenía en el 2009, además de la narración. Si hay nuevos lectores bienvenidos sean sus reviews, me hacen muy feliz.


La Perfumería

Capítulo I: Dulce Juventud.

¿Quiere ser hermosa, obtener esa figura que tanto desea, atraer el dinero o al sexo opuesto…?

Rezaba el cartel publicitario con una joven mujer con una botellita azul en su mano.

...Entonces Acérquese a "La Perfumería" y haga alcanzable hasta sus más secretos deseos.

—Ésta Bra si que se las trae... —Dijo una Bulma de 68 años, mientras veía los carteles por toda la ciudad—.

¿Escuchaste de los perfumes?, una amiga los probó y encontró al hombre perfecto…

Ni que lo digas, mi marido también lo probo y encontró el trabajo perfecto…

Y mi hijo se hizo el más popular de su escuela

Etc... Etc...

Bulma se paseaba entre la gente y escuchaba comentarios acerca de los perfumes por todas partes.

—Definitivamente hija, heredaste la inteligencia de tu madre, podría apostar a que serás tan exitosa como yo con las Cápsulas Hoi-poi —Le decía a Bra en uno de los carteles—.

Quizás pase a saludar a mi pequeña —Se dijo la científica, que ya se encaminaba hacía "La Perfumería"—.

Mientras tanto en La Perfumería...

Bra experimentaba nuevas fórmulas con su ingrediente secreto. Había logrado un perfume que daba belleza, pero aún no lograba su más ambiciosa fórmula: Un perfume que devolviera la juventud.

Bra tenía claro que había heredado la inteligencia de su madre, lo cual agradecía, ya que podía decir con orgullo —al igual que Bulma— que no era solo una cara bonita. Pero la ambición que la impulsaba a nuevos descubrimientos venía de su padre Vegeta, aunque a veces le jugaba una mala pasada —al igual que a su padre—.

—Y ahora un poco de esto... —Decía mientras vertía una gotita del líquido espumoso a un vaso pequeñito— ...y si mis cálculos están correctos, entonces un poco de este... —Detrás de los lentes protectores una gota de sudor bajaba por su mejilla— Y por último el ingrediente principal... —Bra contenía el aliento, no podía pasarse de una gotita. El experimento sería desastroso y todo el tiempo vertido sería en vano— Tranquila Bra, puedes hacerlo —Se decía mientras dejaba caer la gotita—.

—¡Hola cariño! —La cantarina voz de Bulma recorrió toda La Perfumería, hizo vibrar todas las botellitas y logro desestabilizar el brazo de su hija, que en vez de dejar caer una gotita, dejo caer tres—.

—Oh no... —Fue lo único que pudo verbalizar, al ver que la fórmula tomaba un color amarillo fulminante, en vez del azul que esperaba—.

—Cariño —Seguía la misma voz de Bulma— ¿Dónde estás?—.

—Ya voy madre —Dijo en tono de resignación—.

—¿Pero qué te sucede? —Le pregunto al ver el rostro de decepción de su hija—.

—Nada, tenía que dejar caer una gota y la muy ¡TONTA! deje caer tres —Le decía mostrándole el frasquito fallido con un contenido amarillo—.

Bulma que no le estaba prestando atención se dedicó a mirar la tienda. La cantidad de frasquitos era impresionante, los colores y el aroma la envolvían en éxtasis, era obvio que a su hija le iba muy bien en el negocio.

—¿Y eso qué es? —Le pregunto a Bra poniendo su atención en la botellita. Su hija de 23 años suspiró—.

—Es mi nueva fórmula, se llama "dulce juventud"... —Bra no tuvo oportunidad de seguir explicando, porque Bulma le arrebato el frasquito de las manos—.

—Ohhh Bra hija mía, eres maravillosa... —Bulma miraba el frasquito con una admiración indescriptible—.

—¡No, espera! —Trataba de advertirle— ...Es un experimento —Bulma se había puesto perfume en sus muñecas— ...Mal hecho... —Bulma ya se había bañado en el perfume—.

—¿Ya estoy más joven? ¿dónde tienes un espejo? —Le preguntó a su hija histérica. Bra aún no podía entender la impulsividad de su madre. Sin poder articular palabra, le señaló uno de los espejos—.

—Tú nunca escuchas ¿verdad? —Terminó por decirle Bra—.

—¿Qué? ¿dijiste algo? —tres gotitas de sudor aparecieron en la cabeza de Bra— Sabes cielo, creo que tu nueva fórmula está mal, al parecer da más belleza, pero no juventud —Bra estaba satisfecha, al menos no trajo un mal resultado. Al menos podría hacerle algunas pruebas a la fórmula—.

—¿Y tú para que quieres la juventud? ¿Acaso quieres competir conmigo, mamá? —Bra rio socarronamente, pero la risa de Bulma fue más estruendosa—.

—Aún no estás lista... —Bulma poso una de sus manos en el hombro de su hija— No puedes vencer a la maestra. Si hubieses visto a la gran Bulma Brife en su juventud... —Bulma comenzó a hablarle una vez mas de sus hazañas y aventuras de antaño, como también lo hacía Vegeta. Debe de ser producto de la edad... —Pensaba la chica—.

—¿Bra? ¿me estas escuchando?—.

—¡Claro que sí, tus historias son tan interesantes mamá! —Dijo rápidamente para no ganarse uno de los gritos de su madre. No había escuchado nada—.

—Bueno... —Bulma se volvió a mirar al espejo para ver si había cambios— ¿Vendrás mañana? Tu hermano Trunks viene a visitarnos—.

—Si, estaré ahí —Bra le sonrió a su madre, tenía muchas ganas de ver a su familia completa otra vez—.

—Perfecto... —Bulma le dio un beso en la frente y se dirigió a la puerta— ...Nos vemos cielo—.

Mas tarde, en la habitación de Bulma & Vegeta...

—¿Ya te estas echando esas cosas hediondas de nuevo? —Le pregunto Vegeta en son de burla a su mujer, que como cada noche se sentaba frente al espejo para frotar una cantidad infinita de cremas sobre su rostro—.

—Vegeta, sabes perfectamente que lo hago para ti —Mintió Bulma, esas cremas y cuidados eran solo para ella—.

—¿Qué? ¿Quedar hedionda? —Le volvió a preguntar con burla. Bulma rechino los dientes y tomo su cepillo de pelo para lanzárselo a Vegeta, que lo esquivo fácilmente—.

—Búrlate Vegeta, no importa... —Le dijo su mujer que ya se había acostado en la cama— Algún día volveré a tener mi juventud y tú te arrepentirás por ello —Se arropó hasta la cabeza y le dio la espalda al Sayayin—.

Vegeta sonriente llevó su mano a la nuca de su mujer, formo figuras en su espalda y terminó por pegarse a su cuerpo. Bulma no respiraba, odiaba que con el pasar de los años Vegeta siguiera teniendo tanto poder sobre ella.

—Cuando eso pase tú estarás encerrada bajo 7 llaves —Le dijo en un susurro—.

—Porque soy tuya ¿no? —Se volvió hacía él, tomando su cara perfecta entre sus manos—.

—Porque te volverías loca demostrándole tu belleza a los demás, si lo sigues haciendo hoy, siendo más joven serás peor —Bulma en vez de molestarse sonrió, era cierto—.

—Entonces... ¿Te da miedo? —Bulma no pudo notar el sonrojo de Vegeta por la falta de luz—.

—Tonterías —Vegeta le dio la espalda a su mujer—.

—Tú eres una gran tontería —Terminó abrazando a su hombre—.

A la mañana siguiente...

Bulma despertó como cada mañana de su normal vida. Aun con los ojos cerrados sentada sobre la cama, estiró sus brazos y piernas, dio un gran bostezo y se dirigió al baño.

Hoy tengo que ir a Kame House. Llevaré unos dulces para la fiesta del maestro Roshi —Pensaba Bulma mientras se daba una ducha— Pero no pienso avisarle a Yamcha —tomó con furia el shampoo y comenzó a frotar su cabeza—.

Ya fuera de la ducha se dirigió frente al espejo para secarse. Si que eres sexy Bulma. Ese tonto de Yamcha no sabe lo que se pierde. —Se decía mirando su cuerpo perfecto—.

—¿Bulma? —Una voz proveniente de la cama asusto a la peliazul—.

Bulma se volvió a ver quién le hablaba. El grito que dio al ver a un hombre en su cama llenó todos los rincones de Capsule Corp.

—Ttú.. ttuuú ¿quién eres? —Empezó a tartamudear Bulma, que trataba de tapar su cuerpo con la toalla— ¡Mamaaaaaaaá! —Vegeta se tapo los oídos por el fuerte grito de ¿su mujer?—.

—¿Pero qué…? —Musitó confundido Vegeta mirando atónito a Bulma—.

—¿Mamá, estás bien? —Trunks y Bra abrieron la puerta de golpe—.

—¿Quiénes son ustedes? —Bulma miró a Vegeta, Trunks y Bra, todo comenzó a darle vueltas—.

—¡Papá! ¿Acaso engañas a mama? —Le grito furiosa Bra a Vegeta, que veía a una mujer de 20 años desnuda en la habitación de sus padres—.

Vegeta no sabía que decir, estaba tan confundido como Bra y Trunks.

—¡Bulma! ¡Es Bulma! —Gritó al fin el Sayayin, pero su mujer ya se estaba desplomando sobre el suelo, alcanzó a tomarla antes de que cayera—.

Continuara...