ATHENA Y SUS SEMENTALES
Acto 1 EL SECUESTRO DE PEGASO
(Nota de autor: Saludos queridos lectores. Ya falta poco para le recta final de mi internado. Ya pronto saldré en unas merecidas vacaciones y desempolvaré mis viejos fics. Espero que en la quincena de diciembre ya esté libre de asuntos pendientes y de trabajo.
Uno de mis gustos en el anime clásico que jamás he explotado es Saint Seiya y verán que siempre en algunos fics he puesto algo de influencia en cuanto a conceptos que encajen.
Esta es una historia muy corta y muy OC pero ese es el objetivo de una parodia con mucha ricura. Disfruten de esta lectura).

Han pasado algunos años desde que Saori Kido tomó su lugar en el Santuario como Athena, la diosa de la guerra justa, la sabiduría y muchas otras cosas que ni ella recuerda.
A pesar de que ha sido la Athena menos preparada de todas por las circunstancias que rodearon su llegada al mundo por culpa de cierto santo de Géminis bipolar y al parecer con cierta adicción a las drogas, ha tenido demasiada suerte para seguir con vida después de tantas guerras santas.
Ya que era de las pocas veces que ha sobrevivido después de los 18 años de edad, empezaba a tener ciertos recuerdos de vidas pasadas con Athena, reforzadas con los escritos de la historia oficial del Santuario. Pero algo que le llamaba la atención era que el santo de Pegaso era mencionado en las tramas más importantes de la mayoría de la guerras santas y su relación cercana. Todos ellos tenían la misma descripción física: Jóvenes de cabello castaños, un poco bajos, de ojos castaños, ligeramente bronceado y con un comportamiento explosivo, y una devoción incomparable.
Saori sonreía porque al parecer cada Pegaso era muy cercano a la diosa Athena en cada era de alguna manera. Sin embargo, en estos tiempos la diosa era muy diferente a otras vidas pasadas por un hecho que ella ocultaba bien: Era una completa pervertida de clóset.
Todos se pregunta, ¿en que momento la actual reencarnación de Athena se volvió así? Hubieron dos eventos muy marcados en su adolescencia que provocaron que la nada sexual diosa empezara a experimentar sentimientos paganos nada propios de ella.
El primer evento era cuando Saori fue a visitar a Seiya después de que se recuperara de la batalla con los santos negros. La pobre chica tocó el timbre de la casa del Pegaso y lo vio por primera vez sin camisa y con unas gotas de agua que recorría su tórax y abdomen de forma que casi tiene un orgasmo.
Sin embargo, había otro evento que nunca admitiría, ni siquiera bajo tortura de otro dios, pero si se llegaba a revelar moriría de vergüenza.

Flashback
Se veía a Saori con su pijama en la Mansión Kido mientras los futuros santos divinos salían a pelear por Ikki. Las Santias estaba allí para vigilarla y le tranquilizaba que Shoko estuviera allí.
La pelilila pensaba en como le irían a sus amigos cuando vio a la santia de Caballo Menor desnuda y apenas secándose con una toalla diminuta.

-Uff, que buen baño-suspiró aliviada la pelirroja

La diosa abrió los ojos y por una extraña razón estuvo a punto de morir desangrada ya que Shoko era tremendamente sexy.

-"Maldita sea, contrólate Saori. Estúpido Zeus, me transmitiste tus gustos gays"-pensó Saori en shock.

Flashback fin

Cabe decir que Shoko se había convertido en su mejor amiga desde que se conocieron, curiosamente siendo la constelación hermana del santo de quien se sentía muy atraída desde los tiempos mitológicos. Pero no podía evitar negar que ella le recordaba en todos sentidos al asesino de dioses, tanto que Ikki molestaba a la pelirroja apodándole "Seiya con senos".
En su tiempo libre, ella iba a ver el entrenamiento que Seiya llevaba a cabo en el Santuario y todos pensaban que era porque la diosa deseaba ver el progreso de su mejor guerrero para las próximas amenazas pero era una total mentira. Lo único que deseaba era ver su abdomen y cuerpo sumamente trabajado bañado en sudor que lo hacía ver sexy, ocultando sus negras intenciones.
Ignorando lo que pasaba, varias diosas del Olimpo veían como Athena "vigilaba" a su mejor guerrero y muchas estaba molestas con el "Asesino de dioses".

-No sé que le ve mi hermana a ese idiota-bufó Artemisa seria.

-Es muy sexy, con razón esa frígida eligió al hijo bastardo de Poseidón como su campeón. Dudo que sea la diosa virgen que dice ser-alegó Afrodita.

-¿Ese es el idiota que mató a mi marido? Quiero su cabeza-declaró Perséfone furiosa.

-¿Ese es el idiota que me mató en una linea de tiempo alterna? Es muy peligroso dejarlo-señaló Eris que aún ocupaba el cuerpo de Kikyo.

-Ni te atrevas, si le tocas un cabello a Pegaso dudo que Athena te vaya a dejar viva-le advirtió la diosa de la Luna basada en su propia experiencia.

-Yo no mataría al santo de Pegaso, sino que lo haría parte de mi ejército. ¿Creen que Athena ha ganado todas esas guerras santas por su mente estratégica? Es en realidad el asesino de dioses la clave para la victoria-determinó la diosa del amor.

-Pero dudo que mi hermana quiera darte a su mejor guerrero-.

-No, pero conozco una forma de robárselo-sonrió malignamente Eris.

-¿A qué te refieres?-preguntaron todas las diosas.

-Antes de la primera guerra mitológica, Zeus le hizo un trato a Athena en su intento de que esta saliera de su virginidad. Si en 2000 años esta no tenía su primera vez con Pegaso este dejaría de permanecer a su ejército y cualquier otra diosa caliente podría reclamarlo-contó la diosa de la discordia.

-¿Esos 2000 años ya pasaron?-preguntó Afrodita interesada.

-Sí-.

-Esto es interesante-sonrió la diosa erótica muy malvadamente.

-No deseo participar en la reclamación del santo de Pegaso, ya tengo un ángel muy fuerte a mi disposición que es mucho mejor-bufó Artemisa ocultando que le gustaba Touma.

-Yo lo torturaría por lastimar a mi esposo varias veces, pero mi hermana es más poderosa que yo y dudo que vaya a salir librada-.

-Yo solo quiere ver arder el mundo-alegó malignamente la mujer.

-Está bien, el santo de Pegaso será mío. Hace tiempo que quise saber que se siente tener de amante a quien los mismos dioses temen-se decidió lujuriosamente la chica.

-¿Qué van a decir Ares y Hefesto sobre esto?-preguntó curiosa Eris.

-Bah, no me interesa. Estoy aburrida y deseo sangre joven-determinó la diosa antes de irse.

La diosa del amor era una mujer de cabello miel, ojos lila con una hermosura que sobrepasaba incluso lo divino, siendo más bella que Athena o Artemisa. Todos los hombres caían a sus pies y ni se diga de los dioses como Hefesto o el mismo Ares.
Aunque el paso del tiempo había vuelto a Afrodita una diosa muy experimentada en el sexo, ya estaba aburrida de lo mismo y deseaba un reto pero no había alguien que fuera lo suficientemente bueno para sus estándares.
Ahora que surgió la posibilidad de tener en su cama al mismo que desafió a Poseidón y Hades, saliendo vivo de esas luchas la ponían emocionada y no le sería difícil que Pegaso se arrastrara a sus pies.

-Seiya de Pegaso, serás mío-se relamió los labios la diosa.

En el Santuario, se veía a Saori mirando las estrellas en Star Hill y veía que algo no estaba bien con el planeta Venus. Estaba muy cerca de la constelación de Pegaso y tenía el presentimiento de que algo malo sucedería.

-Saori, ¿qué te pasa?-se oyó una voz preocupada.

Athena volteó y vio que era el mismo Seiya que había llegado al lugar prohibido para los mismos santos dorados.

-No deberías estar acá-le dijo la diosa con una sonrisa cómplice.

-Iría incluso al infierno por tí-.

-Seiya, eso ya lo hiciste-le recordó la diosa divertida.

-Oh sí, es verdad. Casi muero esa vez-.

Saori sonrió triste porque esa vez descubrió lo que en verdad significaba Seiya para ella. Estaba prohibido darle el amor exclusivamente a un solo santo como dijo Mu, pero era inevitable que pudiera sentir algo más íntimo con el joven Pegaso.

-¿Estás seguro que ya no te duele el pecho?-preguntó la diosa seria.

-Ya no, gracias a tí me libré de la maldición-.

Saori miraba a las estrellas y pensaba en que al asumir el total mando del Santuario a la muerte de Shion y Dohko como líderes, y repasando las antiguas leyes que ella misma hizo hace eones no pudo evitar reírse de algunas barbaridades de su vida pasada.

-Seiya, ¿qué opinas de hacer una revolución a las leyes del Santuario?-preguntó Saori curiosa.

-¿A qué te refieres?-.

-Hay leyes que ya son obsoletas en este mundo y nos estamos quedando atrás. Ahora que no hay Patriarca o caballeros dorados voy a implementar mis decisiones y quiero que me apoyes-.

-Bueno, estoy contigo en lo que desees-sonrió Seiya animado.

-Pero hay una ley que deseo cambiar más que nada, una que me limita demasiado como mujer-.

-¿Cuál ley?-.

-Athena no puede amar a un solo santo más que otros, su amor debe ser equitativo para sus demás guerreros-recitó la frase de Mu.

-Creo haber oído algo similar-recordó vagamente el Pegaso.

-¿Y si Athena se enamorara de un santo? No podría evitar amarlo de otra forma mas que a mis súbditos. Sabes que los quiero a todos pero también mi parte humana exige ciertas necesidades que no puedo controlar-le reveló la mujer.

-¿Te gusta alguien en el Santuario?-preguntó Seiya ignorante de lo que sentía la chica.

-Sí, desde hace mucho tiempo-.

-Oh, apuesto que es Shun. Él es muy cercano a tí-dijo equivocadamente el moreno.

-Shun es como mi hermanito menor-corrigió divertida la diosa.

-Ah, apuesto a que es Ikki. A las chicas les gustan los sujetos malos-.

-No, Ikki no-.

-¿Shiryu? Pero si él quiere a Shunrei-.

-Menos-.

-¿Hyoga?-.

-No-.

-¡ES JABU! ¡SI TE HACE ALGO YO...!-exclamó Seiya molesto pero la diosa lo calló con un dedo.

-Tonto, él tampoco me gusta-.

-¿Entonces quién es?-preguntó inocentemente el chico.

Saori no dijo nada y le dio un beso a Seiya de forma que este quedó con los ojos sumamente abiertos y sentía la lengua de la diosa en su interior, hasta que se separó por falta de aire.

-Esa es mi respuesta-le dijo sonrojada la mujer.

El santo se quedó más sorprendido que nunca y en su vida no se le había pasado por la cabeza que su diosa pudiera tener este tipo de sentimientos hacia él.

-Pero...yo...-.

-Seiya, yo te he amado desde hace mucho tiempo pero mi destino no me ha dejado avanzar en ese terreno de mi vida. Ahora que los dioses ya no amenazan el mundo quiero hacer mi vida como humana a tu lado y de mis amigos-determinó la mujer sonrojada.

El pobre Seiya no sabía que decir y en el fondo siempre le había gustado Saori pero su posición como soldado no le permitía avanzar con ella. Pero lo que deseaba hacer la diosa iba a cambiar esto.

-Saori, yo...-iba a decir el chico pero una presencia los interrumpió.

-Que tierna escena, no puedo creer que la diosa Athena al fin decida sentar cabeza-se oyó una voz burlona en el lugar.

-Esa voz es de...-dijo Saori reconociendo a Afrodita.

-Ha pasado mucho tiempo, querida-saludó la diosa del amor.

-¿Qué haces aquí, Afrodita?-preguntó Athena muy seria.

-Vengo por mi objetivo-señaló la diosa extranjera a Seiya.

-¿Por qué yo?-preguntó sorprendido el Pegaso.

-Has concluido tus servicios con Athena por parte de Zeus y como diosa femenina exijo a Pegaso-.

Saori recordó eso de repente y estaba preocupada porque sabía de la reputación de ninfómana de su tía abuela y algo le iba a hacer a Pegaso de seguro.

-No voy a dejar que te lleves a mi santo-determinó Athens seria.

Sin embargo, Seiya fue envuelto en una esfera de cosmo y flotó a donde estaba Afrodita.

-Si deseas ver a Pegaso y hacer negocios conmigo estaré esperándote pero dudo que vaya a respetar la integridad de tu mejor guerrero. Disfrutaré quitándole la virginidad-sonrió juguetonamente la mujer antes de irse al planeta Venus.

-¡SAORI!-se escuchaba el grito de Seiya en el cielo.

-¡SEIYA, NOOO!-.

Los dos desaparecieron y algo se rompió en el corazón y la mente de Saori ya que el amor de su vida fue arrebatado de ella y se volvió loca.

-¡TODO EL PERSONAL DEL SANTUARIO LOS QUIERO EN LA ENTRADA DE LA CASA DE ARIES AHORA MISMO!-exclamó Athena telepáticamente alarmando a todos.

Todos los santos que quedaban con vida, los aspirantes, las doncellas e incluso las Santias se encontraban reunidos y estaban consternados de que la diosa no traía su clásico vestido blanco, sino un traje verde de general del ejército.

-Si lo reuní es porque una desgracia ha ocurrido. Seiya ha sido secuestrado-empezó a decir la pelilila.

Todos estaban consternados ya que no se imaginaban quien querría dañar al respetado santo de Pegaso.

-¿Quién se atrevió a hacerlo?-preguntó Shun preocupado.

-La diosa Afrodita-.

-¿La diosa del amor? Según entiendo, ella nunca ha iniciado una guerra santa-mencionó Marin curiosa.

-Ella no vine a buscar dominar la Tierra, quiere a Seiya como su amante-reveló la mujer.

-Maldito suertudo-murmuró Jabu.

-¿Qué dijiste?-preguntó Seika atrás del Unicornio.

-Nada-dijo con miedo el joven.

-¿Qué hace aquí la hermana de Seiya?-preguntó Shaina curiosa.

-Es mi damisela personal, como desea recuperar el tiempo perdido con su hermano le di el puesto-explicó Saori.

-¿Qué va a hacer con Seiya? Sin él estamos perdidos ante otra guerra santa-alzó la mano Shoko.

-Voy a organizar un equipo que me acompañará al planeta Venus donde reside Afrodita. Ella no tiene un ejército así que ella no es peligrosa, pero más vale estar prevenidos-explicó Saori seria.

-¿Quienes van a ir?-preguntó Shiryu.

-Van a acompañarme Hyoga, Ikki y Shun, además de tí-respondió la diosa preparada.

-Saori, lamento decirte esto pero sin Seiya que sea el que te da suerte en tus peleas estás perdida-agregó Ikki.

-Por eso tengo un perfecto sustituto. Shoko, tú irás con nosotros-determinó la pelilila.

-¿Y yo por qué?-.

-Tu constelación es la hermana menor de Pegaso, así que serás vital. Tus técnicas son idénticas a las de Seiya, además de que no me dejarás sola ante tanta testosterona en el grupo-mencionó Saori.

-Bien, salvaremos a Seiya-aceptó la pelirroja.

-¿Y quien se hará cargo del Santuario?-preguntó Ichi curioso.

-Eso será fácil, con mis poderes divinos designaré al Patriarca temporal hasta que yo regrese. Tetinmarindedonpingue cucaramacara titerefue, yo no fui, fue teté, zapatito blanco, zapatito azul, dime que los tienes tú-recitó infantilmente la diosa eligiendo al azar a Kiki-Felicidades Kiki, serás el encargado hasta que regrese-se despidió Saori yéndose con los santos.

-Esto será divertido-mencionó diabólicamente el pequeño lemuriano.

-Ya valimos-dijeron todos al mismo tiempo.

(Nota de autor: ¿Qué pasará con Pegaso? Manden sus sugerencia y las tomaré en cuenta. Nada de yaoi).