Bien, aqui con otra de esta pareja. Al parecer me ha dado con escribir del momento en el que le abandona orz, creo que disfruto haciendo sufrir a Din...
Bue, nunca hay suficiente de esta pareja.
Hetalia Axis Power no me pertenece
Dinamarca se dejó caer exhausto junto a un jadeante Suecia. Le abrazó de forma posesiva como cada noche después de terminar dentro de él. Berwald se giró hacia el otro y clavó sus fríos ojos azules en los del otro que le miraban con una mezcla de su burla habitual y de sorpresa, ya que el que después de la sesión de sexo brutal el sueco se volviera y no le dirigiera la palabra hasta el medio día del día siguiente era ya algo normal para él.
El danés observó con curiosidad como el otro entreabría los labios tomándose su tiempo para pronunciar cualquier sonido. Cerró de nuevo los labios y tragó saliva para luego pronunciar con su tono frío habitual dos simples palabras.
-T' am'.
Suecia mantuvo su gesto frío mientras el danés abría desmesuradamente los ojos y su sonrisa burlona habitual se le borraba de la cara.
-N-No –por primera vez desde que le había conocido la voz del otro país tembló- no es cierto.
-Lo 's –afirmó simplemente sin añadir nada mas.
Dinamarca se separó del otro con brusquedad, sentándose en la cama juntó al otro.
-No dejare que no hagas, eres mío.
Y entonces algo que no había pasado en años ocurrió. Suecia, el frío país escandinavo sonrió. Sabía que el otro país le comprendía a la perfección, siempre lo había hecho, por eso no había dudado un segundo en decírselo de aquella manera.
-Despedirte de esta manera… joder…
Siguió sonriendo. Tenía que decirle que iba a irse, porque en el fondo era cierto, le amaba, pero no podía quedarse allí, ansiaba demasiado la libertad.
El danés se subió sobre él con brusquedad, sujetándole las muñecas y mirándole cargado de rabia. Y Suecia no pudo hacer otra cosa más que sonreír aun mas ampliamente, por eso mismo había elegido ese momento. Por la mañana cocería a Finlandia y se iría, pero el danés iba a encargarse de darle una noche como las primeras, una de tal brutalidad que nunca olvidaría.
Entonces para su sorpresa el danés, el rey del norte, comenzó a llorar, claro esta intentando que el otro no se diera cuenta y el sueco no pudo hacer otra cosa mas que sentirse de una forma horrible.
-Te vas a ir con Tino… -ni siquiera le miró pensando que tal vez así no se daría cuenta de las lagrimas que resbalaban por sus ojos.
-S'
Aflojó el agarre sin bajarse de encima suya, empezaba a dudar, tal vez él no conocía al danés tan bien como el otro le conocía a él, al menos nunca pensó que el otro reaccionaria así.
Sintió que debía hacer algo, ya que si seguía así no seria capaz de abandonarlo.
-T' viol'ncia m' 'nferm'
El otro le golpeó en el rostro con fuerza, alzó el rostro y le miró a los ojos, ya no había ni rastro de lagrimas en el, si no una mirada cargada de rabia.
Pasarían el resto de la noche dedicándose palabras crueles y golpeándose, y por la mañana cuando el sueco cogiera al finlandés y escaparan de la casa el danés se sentiría entupido por no haber sido capaz de continuar con las lagrimas y haberse dejado llevar por las palabras del otro, ya que conocía lo suficientemente bien a Berwald como para saber que de haber seguido con ello el otro se habría quedado a su lado.
