Otro fic bien cortito, y además el primer IchiRuki que escribo. A pesar de que me encanta la pareja, me es difícil escribir algo sobre ellos. Esto es sólo un pequeñísimo mini fic. Espero que la musa alguna día me permita escribir algo más decente sobre estos dos.

Este minific es resultado de un meme que hice en mi LJ que consistía en elegir 10 personajes y después escribir fics con los personajes y promt determinados. Salieron unos cuantos más pero voy a publicar aquí en los que más me gustaron. Espero lo disfruten.


Palabras de más.

La situación tiene algo de dejavú. Y no es que Ichigo crea demasiado en esas cosas. Más bien piensa que la vida a veces tiene un sentido del humor muy retorcido.

Quisiera tener más poder con la palabra, saber bien que decir y como decirlo para cambiar aunque sea un poco ese estado de luto y melancolía que cubre a Rukia como un velo negro. Quisiera ser capaz de, con sólo abrir la boca, darle fuerzas. Quisiera poder causar el mismo efecto que ella tuvo en él tantos años atrás. Allá, cerca de la tumba de su madre, Rukia había logrado restablecer su espíritu en apenas dos oraciones, que se le quedaron grabadas en la memoria.

Ichigo quisiera ahora ser capaz de soltar un discurso como ese, de decirle algo que se le grabe en la memoria. Aquí, frente a la tumba de un hombre que no conoce, pero que sabe que fue una de las pérdidas más terribles para Rukia.

Pero su amiga siempre lo sorprende. Finalmente, después de dejar el ramo y encender el incienso, Rukia lo toma de la mano y empiezan a caminar, con una sonrisa tibia en los labios. Él aun no sabe que no tiene que decir nada para darle fortaleza, para ayudarla a seguir, para hacerla sentir viva. Nada más alcanza con que siga a su lado.