Capítulo 1: Amor = Fantasía
Hoy es Lunes primer día de la semana, el campus está como de costumbre lleno de personas yendo de aquí a allá, mi primera hora de clases está a punto de empezar espero que las chicas ya estén allí.
-Hola Stephanie- gritan ambas al unísono
-Hola Day, Hola Anto ¿cómo están?- y ahí están mis mejores amigas Daysi Brown ahorcándome con un abrazo y Antonieta Robinson sonriendo cálida como siempre
-Muy bien como siempre- dice Antonieta tan simple como siempre, es raro pero me gusta eso.
-Yo también y te tengo una noticia, hoy en la mañana en cuanto llegué el chico de cuarto año de Medicina, ya sabes el rubio atractivo de ojos azules, mmm…. ¿Cuál es su nombre? …
- ¿Robert?- La interrumpo
-Sí el me pidió que te entregara esto- Me tiende la mano y me da un sobre- y para que te fijes que te quiero y no deseo que te fatigues leyendo la carta, me tomé la molestia de abrirla y leerla por ti y ¿adivina?.
-Es una carta de amor, no tienes que decírmelo- contesto enojada, no puedo creer que sea tan atrevida, es mi amiga pero se pasa.
-Tranquila no me hables en ese tono
-Y en que tono quieres que te hable?, en otras ocasiones le has hecho lo mismo a Stephanie y dijiste que no lo volverías a hacer, en verdad somos sus amigas pero no tenemos el derecho a hacer eso- por eso y otras cosas quiero a Antonieta ella es la voz de la razón y la que siempre pone en su lugar a Daysi, antes que yo explote y tenga que vérselas conmigo.
-Ash está bien me ganó la curiosidad, tranquilícense. En fin, ¿qué le vas a contestar?
-Obvio. Un NO es mi respuesta- me dirigí al cesto de la basura, rompí la carta y la tiré en la basura.
- Stephanie no crees que eso fue odioso de tu parte ni siquiera la leíste- dice Antonieta con un tono de madre regañona.
-Tal vez pero esto es culpa de Robert, anteriormente le dije que no, y además para qué molestarme en leerla, será igual que todas y mejor dejemos ese asunto a un lado, tomemos asiento, la Licenciada Kulakova está ingresando.
-La clase de hoy estuvo excelente, me muero de ganas por asistir mañana a nuestra práctica en el Hospital de Salud Mental- y eso es enserio, desde que entré a la carrera de Psicología mi mayor deseo era practicar y ayudar a las personas que necesitaran mi ayuda.
-Ni me digas tengo que recordar no ponerme ninguna cadena ni aretes largos además de hacerle una coleta a mi cabello- dice Antonieta desanimada ya que odia no ponerse sus hermosos aretes.
-Yo estoy peor, mi cabello es indomable tendré que pasar más de una hora tratando de hacer que se vea presentable
Ciertamente indomable, esa es la única palabra que califica el cabello de mi amiga Daysi porque tiene el cabello tipo fiera es difícil domarlo, tanto que un día mientras la preparaba para una fiesta mi cepillo se rompió por tratar de desenredarlo, esos rizos marrones son una tortura. Eso fue definitivamente una pesadilla.
-Pues buena suerte yo al menos no tengo que preocuparme de nada.
-Pues yo creo que sí- dice Daysi con un tono burlón
-mmmm pues yo no lo creo
-Stephanie es obvio, tienes que preocuparte de no enamorar a tus pacientes o a los doctores tal y como lo haces con los chicos del campus-dice en tono burlón aunque a mí no me hace gracia.
-Por favor Antonieta de donde sacas eso, yo jamás haría algo así, ni siquiera sé porque les gusto a esos chicos. – bueno si sé pero la humildad lo es todo.
-Sí claro- dice Daysi en sarcasmo- les gustas porque eres la chica más hermosa del campus, bueno más bien de la universidad, los atraes con tu físico: tus hermosas e envidiables curvas, esos hermosos ojos azules y ese cabello rubio ondulado, por tu gracia, encanto, inteligencia y claro no dejando afuera tu respetada familia. Quien termine contigo, será como si se hubiese sacado la lotería
Eso definitivamente es cierto, y más aún lo referente a mi familia, la mayoría de chicos de la universidad siempre están tratando de conciliar una cita conmigo, creen que siendo la pareja de la "heredera" de los Danielli, tendrán la oportunidad de gozar de beneficios como ser socios de la compañía o algo así, pero no saben muchas cosas, si lo supieran las cosas serían diferentes. Será mejor que termine con esta conversación lo antes posible, a la verdad no quiero profundizar en el tema.
-Sabes que odio cuando empiezas con esto sé en dónde vamos a terminar y no me gusta- dije a punto de estallar, amo a estas chicas pero a veces me dan ganas de matarlas.
-Stephanie deberías hacernos caso quizás algún día llegues a encontrar el amor verdadero- genial mamá Antonieta está aquí
-Chicas ya, por favor no sigan, además ya me tengo que ir a casa nos vemos luego.
Ya estoy en casa, sentada en el sofá, en la sala principal y aún no se me quita el enojo, no puedo creer que esas chicas sean tan exasperantes, deberían de meterse en sus asuntos y dejarme a mí seguir mi vida.
-Stephanie, Stephanie me escuchas- la voz de mi madre haga que regrese de mis pensamientos.
-Sí madre, ¿sucede algo?
-Sí hija ¿estás bien? Sabes que puedes contarme lo que sea.
-No es nada madre solo tuve una pequeña discusión con las chicas nada más, pero no te preocupes ya pensé en ello y no vale la pena el enojo- trato de darle la mejor de mis sonrisas porque sin duda no me dejará en paz.
-Bien me alegra que seas tan analítica será mejor que te vayas temprano a dormir mañana irás a las prácticas al hospital tienes que estar descansada.
-ok. Hasta mañana madre, pasa buenas noches.
Me muero del hambre será mejor que encuentre algo pronto o me desmallaré, he tenido un día pesado, primero un paciente con un trastorno bipolar y luego otro con parasomnias, fueron excelentes casos, definitivamente aprendí mucho, pero estoy muerta de cansancio y de hambre y aunque algunos piensen que escuchar y estar sentado no cansa se equivocan.
Camino por los pasillos hasta la cocina, cuando me detengo no puedo creer quién viene allí ¿Robert? ¿Qué hace aquí? Pensaba enfrentarme a él luego, pero mientras antes mejor, me enferma que algunos chicos no se ubiquen e insistan, me siento acosada cuando hacen eso, ¿Qué no entienden un no?
-Hola Robert necesito hablar contigo- le doy una sonrisa y trato de ser amable
-Stephanie yo también, dime qué opinas de mi carta, aceptas ser mi novia.
-No, creí haberte dicho que no quiero absolutamente nada contigo.
-Pero Stephanie Te amo dame una oportunidad.-esa frase….mmmm… estoy a punto de salirme de mis casillas
-No, entiéndelo, déjame.
-Porque no, ¿Hay algo malo en mí?
-No eres tú y no quiero seguir hablando de esto, adiós.- me giro para irme del lugar pero el tomar mi brazo y evita que me vaya.
-Dime en qué estoy fallando- No, es no…. es un fastidio, quería alejarlo de mi tranquilamente pero ni modo tendrá que ser a las malas.
- Tú no entiendes ¿verdad? Escucha no te quiero y la razón por la que no quiero estar contigo es porque no siento nada por ti.
-Pero... yo te amo- y lo mismo, al diablo la cortesía va a conocerme en realidad.
-Tú no me amas, el amor no existe es sólo un mecanismo de defensa -por así decirlo, y a razón de una mejor frase- de las personas para evitar el sufrimiento de la soledad, yo no necesito a nadie por eso no "amo" y además créeme el amor es una fantasía únicamente existente en las novelas, animes, cuentos de hadas, en fin en la fantasía, déjame. Adiós
-Stephanie.
Me solté de su agarre y me dirigí de nuevo al consultorio, ese chico de verdad que no conoce su lugar, debería dejarme tranquila. Miro mi reloj y noto que ya es tarde perdí mi tiempo del almuerzo.
- Genial por éste niño fantasía ni siquiera pude almorzar, pero al menos espero que me deje en paz
