Fragmentos de una historia

Capítulo 1

Sin Mentiras

- Si pudiera encontrar la fuerza para llamarte lo haría, pero es imposible cuando mi voz se ahoga por culpa de las lágrimas, las malditas son como piedras en mi garganta que pesan un mundo. 7:00

En la pared un espejo que le muestra con un duro golpe la realidad de su apariencia. El cabello largo alborotado cubre parcialmente su rostro, uno que está completamente rojo de tanto llorar. En sus labios un pequeño corte que le recuerda el penoso altercado con sus padres y Killiam. Todo su cuerpo se rendía a la pena tan inmensa que la estaba alimentando. Tal vez en su cabeza las cosas no pasaban de esa manera, ahí es donde odiaba admitir que estuvo equivocada, jamás pensó que esas tres personas se convertirían en extraños. Ya no le quedaba nada, ni siquiera fuerzas para continuar adelante.

- Permanezco sentada sobre el sofá, mirando la puerta por la que has desaparecido, te marchaste y en vez de sentir alivio me ha quedado un gran vació. 7:27

Nunca en todos esos años imagino que enfrentar su gran temor seria por medio de un celular, pero allí estaba sumida en la oscuridad, con la soledad sentada a su lado mientras parece susurrar "te lo dije". Dos botellas de vino tiradas en el suelo eran culpables de ese repentino valor. Suspira exteriorizando toda su frustración en ese simple acto; entre tanto el aparato mortal permanece entre sus dedos temblorosos, estaba a punto de acabar con todo, de asesinar lo único que las mantenía unida a la vida, igualmente era la razón de que las cosas fueran un desastre. De seguro se condenaba a un destierro inminente, a perder al ser humano que podría mantenerla a flote en aquel desastre.

En medio de la oscuridad el resplandor de la luz azul del celular tiñe las paredes. Los pálidos dedos aprietan el botón para enviar el mensaje, había decidido que ese era el momento, no podía dar marcha atrás. Sus últimos vestigios de cordura se fueron mermando con cada lágrima que dejo escapar y el alcohol que le otorgaba un valor estúpido.

Estaba mal, muy mal y sin embargo, sus dedos no se detenían, se hallaba desesperada; aunque no preparada para lo que estuviera por venir.

- Lo siento... siento haber dicho todas esas cosas, soy una estúpida Regina. 8:00

Cuatro horas de su discusión y parecía que su vida hubiera dado un giro de ciento ochenta grados, descomponiendo las cosas por completo. Sus padres aparecieron una hora después de que Regina abandonara su casa; se acostumbró a callar, a seguir sus órdenes como una autómata porque sentía que se los debía, por creerse imperfecta y para que su madre fuera feliz, prescindió de tantas cosas, especialmente de su propia vida; pero ya no podía más con ese teatro, dejo que convirtieran su propia existencia en una historia macabra de donde quería y necesitaba escapar. Conseguir el dominio de su vida era absolutamente indispensable, tenía que liberarse, nadie vendría hacerlo por ella, debía ser su propia salvadora.

Entonces el huracán se desato y solo le dejo destrucción y dolor. Intentaba mantenerse en calma; sin embargo, la añoranza que sentía por tan siquiera escuchar esa voz consolándola hacia que las pulsaciones de su corazón se dispararan. Cualquier intento por controlarse era en vano, como podría cuando comenzaba a creer que también está por perderle a ella.

"Déjala que te odie Emma eso haría más fácil las cosas"- murmura para sí, mientras se tiende en el sofá aguantando un sollozo.

A quien engañaba, si ese silencio le estaba comiendo hasta los huesos, tenía miedo, se sentía estúpida ¿Cuando fue que su amistad se volvió como un ancla que llevaba amarrada a los tobillos? Esos últimas semanas su propia casa se trasformó en una caja de tortura, sumergiéndola en lo más profundo. Cada día, mirarla era un desafió, y el sonido de su voz; demonios, jamás pensó que escucharla reír le cortaría la respiración de un solo tajo.

Enfrentar a Regina siempre era una experiencia que la asustaba, como se aprende a sobrellevar toda esa locura; eran mejores amigas y Emma se culpaba de estar destruyendo algo que les costó construir desde muy pequeñas. Dentro de ella repetía una blasfemia para recomponerse y no dejar que esas sensaciones tomaran más terreno, si es que le quedaba algo más sin que esa morena ya no hubiera conquistado.

- Seguro estas descansando para tu viaje mañana. 8:11

El silencio por parte de la morena continuaba, simplemente no podía quedare con eso, ante aquel panorama sus nervios la estaban volviendo loca.

- Estarás abrazando esa enorme almohada en forma de manzana que tanto amas, con tu cabellera negra esparcida por esas sábanas blancas mientras tus labios se adornan con una hermosa sonrisa, es la versión más tierna que tengo de ti. 8:16

Por la piel la ronda un escalofrió, no debió escribir eso último, si continuaba por ese camino las cosas se iban a tornar peor; pero no se escuchaba a sí misma, necesitaba sacar todo eso que le corroía por dentro.

R- No me hables de ternura cuando has dicho que me odias y que no me soportabas más. 8:18

La rubia se incorporó de un salto al ver la repentina respuesta de su amiga. Definitivamente el alcohol y ella no combinaban para nada y a pesar de que su razón le gritaba "detente" su estúpido lado alcoholizado la llevaba rumbo a una próxima caída mortal.

E- Soy una mentirosa Regina la mayor parte de mi vida he sido una embustera. 8:19

R- Sabes que no estoy de humor para juegos querías que me fuera ya está, ahora necesito descansar. 8:19

E- No sé, como hablarte y contarte todas esas cosas que siento... mi temor a perderte es más fuerte. 8:20

R- Tu humor de mierda me tiene cabreada. 8:20

Por un momento la respuesta de la morena la dejo congelada, no era sencillo manejar a la versión grosera de Regina.

E- Estas en todo tu derecho, dije cosas que te lastimaron... esas dos nuevas palabritas tuyas me sorprenden. 8:22

R- Lamentas haberme conocido ¿eso es cierto? y tengo derecho a escribir lo que se me plazca estoy cabreada y mucho. 8:23

E- No me cabe duda de que estás molesta... esas cosas que dije son otra gran mentira. 8:23

R- La única verdad aquí es que todo lo que dijiste dolió. Y si ya no quieres mi amistad, bien Emma, no puedo obligarte, siento que lo he venido haciendo todos estos años... crees que no me he dado cuenta que me evitas. 8:25

El último mensaje provoca que sus alarmas estallen como un trueno. Se levanta llena de nervios para ir a la cocina por otra botella de vino; necesitaba una nueva ración de valor para resolver ese grave problema que se le estaba formando "ella lo había notado, no fue tan buena escondiendo sus intenciones" la desesperación la arrastra, la rompe y la oprime, tampoco la ayuda mucho el miedo, uno que la desgasta, que la abraza y la aplasta y que le pega por todas partes para hacerla infeliz.

La razón le grita "Miente...miente una vez más" que no importaba cuanto la quiera ni mucho menos si esos mismos sentimientos le dolían y encima la rasgaran de tanto ocultarlos, tenía que mentir.

"Que muera la razón" grito en su borrachera mientras lleva la botella a sus labios.

E- ¿Quieres una verdad? aunque con esto puedo lograr que seas tú la que me odie. 8:28

R- Estoy cabreada y tú eres una estúpida, como se te ocurre pensar que puedo odiarte. Esa palabra es tuya no mía. 8:28

E- No sé si quisieras saber todo esto, pero ya no me importa voy a sacarle provecho al alcohol en mis venas para contarte todo. 8:29

Debe ser fuerte "decirlo, una verdad, vamos solo una" golpea el celular contra su frente temblando como si estuvieran a punto de ponerle la soga en el cuello. No tenía duda de que va rumbo a su ejecución.

R- Si eso es cierto te voy a matar. La bebida no es lo tuyo, llamare a Killian para que vaya a verte. 8:30

E- Ni se te ocurra hacer eso. 8:30

Escribió rápidamente para cortar la idea de su amiga, de ninguna manera permitiría que se pusieran en contacto, eso sería catastrófico.

R- Voy a creer que son los nervios de la boda los que te tienen así. 8:32

E- Odio esa boda, odio mi vida y lo odio a él. 8:32

R- Emma que tonterías dices, es tu prometido. 8:33

Respira profundo mordiéndose los labios llena de nervio "sin miedo y de frente Emma" se animaba pero le tocaba aceptar que estaba aterrada.

E- Dejo de serlo hace exactamente tres hora y treinta y seis minutos cuando le conté toda la verdad frente a mis padres. 8:36

R- Soy yo la que va a ir a verte. 8:36

E- Nooo 8:36

R- Deja de beber. Si has tenido problemas sé que puedes resolverlos. Iré, aunque no quieras lo haré. 8:37

El corazón de Emma bombeaba a mil y dolía, puede que Regina fuera la persona que necesitaba en esos momentos; incluso, la que sin lugar a duda aplacaría sus lágrimas; pero si la viera cara a cara, no tendría la potestad de sus pensamientos, mucho menos de sus palabras. Sacar las cosas que llevaba guardadas no sería fácil.

E- Te prohíbo que vengas. 8:37

R- Usted señorita no puede prohibirme nada, me necesitas. 8:38

E- Te necesito lejos... si vienes no podré decírtelo. 8:39

R- ¿Decirme que? 8:39

Continuará…