Disclaimer. Los personajes de esta historia pertenecen a Stephenie Meyer.

OSCURIDAD RENACIDA.

Capitulo 1. Profecía.

Aro POV

He estado esperando 500 años desde la última vez, 500 largos años. Aun que lo normal es que el tiempo me sea indiferente, en este caso no lo es. No he conseguido dejar de pensar ni un solo día en la venida de "El renacido". Vagas son las antiguas profecías que hablan del retorno del más poderoso vampiro que jamás haya existido, por eso, hasta el momento, nos ha sido imposible localizar el lugar exacto donde se producirá tan magno evento, aun que la ultima vez estuvimos muy cerca.

Al rozar la mano de Cayo, supe que no era el único que no podía apartarse de la cabeza estos pensamientos ya que próximamente se cumpliría el tiempo y uno de nosotros debería estar preparado para llevar a cabo su cometido.

- ¿Cómo decidiremos quien lo hará?- pregunto Cayo algo excitado.

- Deberá hacerlo el mas poderoso de nosotros- le conteste. Instantáneamente, en su rostro pude ver la decepción, pues sabia, que Marco y yo mismo, somos mas poderosos que el.- Lo siento- añadí, - no es cuestión de diversión, ha de hacerse con visión de futuro y si lo que queremos es que El desarrolle su máximo potencial, debemos darle la mejor genética posible- Cayo se enfurruño y salio con actitud airada de la sala dejándonos solos a Marco y a mi.

- Cada vez que lo hemos intentado ha sido mas difícil, incluso teniendo de nuestro lado los magníficos dones de nuestra escolta, ¿Qué te hace pensar que esta vez será diferente?- dijo Marco.

- Nada, será duro sin duda. La profecía dice que "El renacido" se engendrara en el interior del cuerpo de un alma limpia y ya sabes lo difícil que es que una vampira sea buena.- Marco bufo- eso sin contar con que uno de nosotros deberá acostarse con ella, siendo ella voluntaria, en un plazo no superior a 6 días o la semilla que lleva en su interior no nacerá, y deberemos esperar otros 500 años.-

- Ahora entiendo porque nadie lo ha conseguido.- dijo Marco negando con la cabeza- ¡es de locos!, ¡un vampiro nacido vampiro!- después del tiempo que llevamos siendo vampiros jamás creí poder tener un hijo de sangre, es muy tentador.-

- Solo quedamos tú y yo- le conteste-¿Deberíamos batirnos en duelo?- vi como se levantaba y adquiría una posición defensiva como esperando un ataque, comencé a reír – la baja de uno de nosotros solo conseguiría debilitar las fuerzas del clan vulturi-

- ¿Qué propones entonces?-

- Lo haremos a la antigua usanza- reí- nuestros súbditos nos dirán quien de los dos les inspira mayor temor y aquel que sea más temido será el que engendre a la criatura.-

Jane POV

Abrí los ojos y recorrí con la mirada mi aburrida habitación. Como echaba de menos el aire libre. Cada vez que volvía a Volterra era lo mismo, nada de cazar el en la ciudad, oía la voz de Aro en mi cabeza. Aro…el y Alec eran las únicas dos cosas que me retenían aquí. Por un lado Alec, mi apreciado hermanito, cuando le miro a los ojos recuerdo mi vida humana con mi familia, cuando no pensaba mas allá del día a día, digamos que Alec representaba mi pasado; y por otro lado Aro, mi amado maestro, nunca le diría en voz alta lo que siento por el, aun que me consta que lo sabe todo debido a su magnifico don. No se que me duele mas, si que lo sepa y aun así continué al lado de esa víbora o saber que en realidad a quien quiere es a mi y no estar conmigo para no mostrar signos de su debilidad.

Alec llamo a la puerta- Vamos Jane, Aro esta reuniéndonos a todos, quieren someter algo a votación- puse los ojos en blanco.

- ¿Estas loco? ¿Es que no sabes donde estas?, aquí no hay votaciones, solo se atienden ordenes.- dije secamente, cuando aprendería como funcionan las cosas…

- Pues esta vez, te equivocas hermanita- puso una sonrisa y me palmeo el hombro- quieren que elijamos al Emperador Vulturi.

-¿Qué?! ¿El Emperador Vulturi?- definitivamente Alec había perdido la razón durante el encierro en el castillo.

- ¿Conoces la profecía de "El renacido"?- asentí- pues bien, el tiempo se ha cumplido y uno de ellos deberá fecundar al recipiente que lo traerá.

Deje de respirar. ¿Habían pasado ya 500 años?, yo no estuve la última vez que la buscaron a ella, el recipiente, por lo que sabia no era nada fácil, sin embargo, no paraban de pasar imágenes por mi cabeza de MI Aro con ella y lo peor es que sabia que no se desharían del recipiente cuando ya no sirviera, se la quedarían y seria la Emperatriz Vulturi. ¡Esto es horrible! Calmate, calmate, calmate, lo mas seguro es que no la encuentren así que CALMATE!

- ¡JANE!- me gire con cara de horror hacia la voz de Alec que me gritaba y me miraba como si me hubiera dado una embolia.

- Vamos, apresúrate, no quiero llegar tarde –dije rápidamente, lo mismo ni siquiera eligen a Aro, pensé-

Demetri POV

-¡Genial! Reunión familiar- dije cogiendo por el cuello a Félix.

- ¿Qué querrán ahora?- contesto el- comimos hace 3 horas, es imposible que hayan organizado un nuevo banquete.

-Silencio por favor- anuncio la voz de Marco- os hemos reunido para decidir quien será el Emperador Vulturi, por favor, coged una hoja y escribid el nombre de quien deseéis que ostente este cargo, cuando terminéis depositadlo en el interior de la urna de oro. Jane –cuando oyó su nombre se sobresalto- tu contaras los votos. ¡Empezad!

Cada 500 años lo mismo. Todos sabíamos que era un mero formalismo ya que siempre salía Aro elegido. Supongo que lo hacia para no enemistarse con Marco. Jane, parecía nerviosa, ¿Qué le pasara?, no me gusta verla así. Ella esta siempre tan segura de si misma, nada le da miedo y al mismo tiempo es tan pequeña y delicada…siempre me lleva con ella, confía en mi de alguna manera, aun que ojala fuera de la manera en que a mi me gustaría. No entendía su obsesión por Aro, ella sabe que esta comprometido pero aun así se niega a olvidarse de el. ¿Todavía seguirá enfadada conmigo? Fui un necio al creer que diciéndole las verdades a la cara renunciaría a Aro. En lugar de eso, solo he conseguido que me odie.

- Ya están los resultados -la dulce y armoniosa voz de Jane me saco de mis pensamientos- los votos le son favorables a Aro. Felicidades maestro- ¿Cómo podía ponerle esa sonrisa?, esa sonrisa debería ser MIA. Demetri, calmate, me recordé a mi mismo. Sabes quien puede conocer tus pensamientos y no quieres que lo sepa.