Disclaimer : Los personajes de Dragon Ball no me esta historia surgida de mi imaginacion de fin recreacional unicamente. Siento la rareza de la pareja, pero es que habia leido algunos fics de esta pareja en ingles y me llamo la atencion y me apetecia escribir sobre ellos. Espero que sea de vuestro agrado.
Capítulo 1 : Entréname Vegeta
Gohan se encontraba frente al ordenador trabajando como de costumbre mientras Videl preparaba la cena .
He recibido respuesta al email que mandé con los cálculos del proyecto – dijo Gohan mirando a su esposa.
Videl se acercó al ordenador dejando la comida en el fuego y juntos leyeron el email.
Enhorabuena cariño. Sabía que lo conseguirías – dijo Videl mientras besaba dulcemente en los labios a su esposo.
Gohan le sonrió exultante.
Videl, creo que la comida se te está quemando – dijo Gohan olisqueando el aire.
Videl se dirigió corriendo a la cocina.
¡Maldición!. El bistec favorito de Pan – dijo Videl mirando con tristeza el filete renegrido en la sartén.
Ponle cualquier cosa en el plato, que se lo comerá, en eso se parece a mi padre – dijo Gohan volviendo la mirada hacía el ordenador de nuevo.
Videl abrió la nevera, de donde cogió un enorme pescado y se puso a preparárselo a su hija.
Llegando esta al rato.
¿Qué es ese olor? - dijo la joven Saiyan arrugando su nariz.
A tu madre se le ha quemado tu bistec favorito – dijo Gohan levantándose de la silla mientras se acercaba a su hija estrechándola entre sus brazos.
Mamá, no tienes remedio. Luego me dices tu a mi que se me quema la comida. De todas maneras me comería un dinosaurio del hambre que traigo – dijo Pan cogiendo el ambientador en spray echándolo por toda la sala para quitar el desagradable olor a quemado.
¿Qué tal por el laboratorio? - quiso saber Gohan mirando a su hija con orgullo. Pues ella también había decidido dedicarse a la labor científica como genetista.
Hemos empezado un proyecto de regeneración de órganos humanos para no aumentar la demanda de ellos para los trasplantes. Para ello estamos criando células madre artificialmente.
Eso es genial hija . ¿ Cuánto tardareis en acabar la investigación?.
Con suerte en unos 4 años.
Videl se dio la vuelta con los platos de la cena en las manos.
A cenar chicos.
Pan y Gohan se sentaron a la mesa comiendo como verdaderas bestias. Videl aun iba por la mitad de su plato. Pero aún se maravillaba de la capacidad que tenían los guerreros del espacio para comer.
Gohan. ¿ No le piensas contar a Pan lo del email? - dijo Videl llevándose el tenedor a la boca.
¡Claro!. Lo había olvidado completamente – dijo Gohan llevándose la mano a la cabeza y sonriendo como todos los Son lo hacían.
¿Qué es eso del email papá?
¿Recuerdas los cálculos que hice para un proyecto de la empresa?
Claro ¡Cómo no me iba a acordar!. Te tiraste durante días, día y noche trabajando sobre ellos.
Pues los han aceptado – dijo Gohan sonriendo ufanamente.
¡Eso es genial papá!.
Pero tengo que irme a la Capital del Norte inmediatamente para incorporarme a trabajar en el proyecto.
Pero hija, no te queremos dejar sola – dijo Videl mirando a su hija preocupada.
¡Mamá!. No soy ninguna niña ya, tengo 24 años. Me se cuidar sola y no por vivir sola va a pasar nada. He pasado cosas peores siendo una niña.
Lo sé – dijo Videl sombriamente recordando la adolescencia de su hija. Era toda una mujer Saiyan. Viviendo sólo para pelear le recordaba demasiado a su suegro. Pero gracias a Dios ya había pasado esa etapa para su tranquilidad y la de Gohan.
Pues ya esta. No dejes que papá desperdicie esta oportunidad de hacer algo grande. Además me pagan bien en el laboratorio, puedo mantenerme. Y si no a las malas puedo recurrir al abuelo Satán, a la abuela Chichi, al tío Goten o a Trunks.
Videl. Pan tiene razón, no va a pasarle nada y si hubiera peligro de algo, hay otros 3 Saiyan más para protegerla.
¡Vale!. No se hable más. Nos iremos a la Capital del Norte.
Al cabo de 2 días ya tenían todo preparado para partir hacía su nueva residencia.
Cariño, cuídate mucho y estate pendiente de la comida, no vayas a salir ardiendo – dijo Videl acariciando la mejilla de su hija que estaba apoyada en el quicio de la puerta viendo como su padre llevaba los macutos a la auto-nave.
Mamá, tranquila, me se cuidar sola.
Llámame todos los días.
Si – dijo Pan entornando los ojos desesperadamente. En ocasiones su madre podía llegar a ser muy paranoica.
Videl abrazó fuertemente a su hija por última vez.
Hija, cuídate – dijo Gohan a su hija.
Ya sé lo que me vas a decir. Que si estuviera en peligro avisara a Goten, Trunks o Vegeta – dijo Pan cortando a su padre, pues le repateaba mucho que aún en ocasiones la trataran como a una niña.
Hija, tú también eres una guerrera del espacio, al igual que nosotros. Pero ellos son más fuertes y pueden protegerte.
Lo sé, lo sé – dijo Pan maldiciendo el no haber entrenado más.
Y respecto a Vegeta – dijo Gohan.
¿Qué pasa con Vegeta? - dijo Pan desconcertada.
Visítale algún día.
¿Por qué tendría yo que visitarle?.
Desde que le dejo Bulma está alicaído y más arisco que de costumbre. Intenta animarle un poco, está casi siempre solo. Como bien sabes Trunks trabaja casi todo el día y Bra va a sus asuntos.
Vale, vale. Lo he captado. Lo intentaré, pero no te prometo nada – dijo Pan cortante a su padre. Pues Vegeta a pesar de ser el padre de su mejor amiga y del chico del que estaba enamorada, no le gustaba demasiado. Le parecía un hombre sumamente arisco, frío y arrogante. No entendía como su familia podía tener tanto apego a semejante hombre.
Gohan abrazó a su hija fuertemente y junto con Videl se dirigió a la auto-nave para poner rumbo a la Capital del Norte.
Pan se quedó en el quicio de la puerta hasta que vio como la auto-nave doblaba la esquina.
Las semanas fueron pasando mientras Pan se iba sumiendo en el tedio y la rutina. Hasta que un día saliendo del laboratorio vio un cartel pegado en una farola que llamó poderosamente su atención, pues en el salía su abuelo Satán.
¡ Vaya!. Parece que mi abuelo Satán quiere volver a la carga. No estaría mal presentarse. Pero ¿Quién podría entrenarme? - dijo Pan hablando sola mientras miraba el cartel del torneo de artes marciales que su abuelo había convocado. Casi automáticamente pensó en Vegeta, pues su tío Goten era más débil que ella y Trunks siempre estaba pensando en la empresa y así de paso cumplía el encargo que le había hecho su padre - ¡Ya sé!
Un hombre que pasaba por allí, la escuchó y la miró con cara de circunstancia.
¿¡Qué pasa!.¿Nunca ha escuchado a nadie pensar en voz alta? - gritó una furibunda Pan al hombre.
El hombre asustado aceleró el paso saliendo así del campo de visión de la joven Saiyan.
Pan varió de rumbo y en menos de media hora se hallaba frente a la casa de Trunks. Se acercó lentamente a la puerta y pulsó el timbre un tanto azorada.
Tras un instante un ceñudo Vegeta abrió la puerta quedándose en el umbral.
Bra y Trunks no están. Así que ya puedes largarte por donde has venido – dijo un arisco Vegeta cerrando la puerta.
No busco a ninguno de ellos – dijo Pan sujetando la puerta.
Entonces ¿Qué quieres mocosa?.
Quiero que me entrenes – dijo Pan con todo el aplomo que le fue posible.
Vegeta se quedó sorprendido ante la petición, pero la incredulidad pronto dio paso a la hilaridad, haciendo que este prorrumpiera en una airada carcajada.
¿Que te hace tanta gracia Vegeta? - preguntó Pan un tanto asqueada.
Que me pidas que te entrene. No deja de tener cierta gracia que la nieta de Goku me pida eso – dijo Vegeta con su característica sonrisa de suficiencia en la cara.
Bien sabes que mi padre no está, Trunks sólo piensa en la empresa y mi tío es más débil que yo.
Lo sé – dijo Vegeta escuetamente.
Quiero que me entrenes. Quiero ganar el torneo de artes marciales que ha convocado mi abuelo Satán. De todas maneras no se por que narices te ando pidiendo esto – dijo Pan empezando a perder la paciencia.
Mocosa, vete a otro sitio. No te quiero aquí, tu sola presencia me molesta – dijo Vegeta volviendo a intentar cerrar la puerta de su casa.
¡Escúchame! ¡Maldito extraterrestre del demonio! ¡Vete al mismísimo cuerno! ¡Soy tan Saiyan como tú! ¡Déjame demostrarte lo que valgo! - dijo Pan gritando fuera de sí mientras sujetaba la puerta con una mano fuertemente.
A Vegeta le hizo gracia ver a la joven Saiyan de esa manera, fuera de sí y echando chispas por los ojos. Y aunque era jovial y alegre como todos los Son, le parecía también orgullosa y obstinada, además de colérica, le recordó al difunto Bardock.
Está bien mocosa, te doy 5 minutos -dijo Vegeta abriendo de nuevo la puerta de su casa mientras con un movimiento de cabeza le indicaba que entrara.
Pan entró en la casa que tan bien conocía y se dirigió a la sala de entrenamiento que Vegeta tenía en el jardín. Pulsó un botón y entró en ella mientras esperaba a que llegara Vegeta.
Este llegó al cabo de un minuto.
Empieza – dijo Vegeta indolente.
Ahora verás – dijo una confiada Pan mirando orgullosamente al Saiyan.
Vegeta cayó en la cuenta de que tenía la cámara de entrenamiento a 50 unidades de Gravedad. Pero prefirió callarse y ver de que era capaz la hija de Gohan. Se iba a divertir un rato a su costa.
Pan se posicionó para volar, pero le costaba moverse. No entendía el por que de eso, nunca había tenido ningún problema para ello. A penas consiguió elevarse unos pocos de metros cuando sintió una terrible debilidad mientras perdía el conocimiento y su cuerpo caía.
Vegeta vio como el cuerpo de la Saiyan caía pesadamente por efecto de la enorme Gravedad. No se movió del sitio, pues aunque se cayera no le pasaría prácticamente nada, pues era por todos conocida la legendaria resistencia de los guerreros del espacio. Pero finalmente se elevó en el aire y cogió el cuerpo desmayado de la joven entre sus brazos, pues luego no quería oír los reproches de su hijo se veía a la jovencita lastimada. Salió de la cámara de entrenamiento y llevó a Pan a una de las muchas habitaciones de las que disponía su casa hasta que recobrara la consciencia. El cuerpo de la joven le parecía liviano a pesar de su estatura, era casi tan alta como su padre. Dejó delicadamente el cuerpo de Pan sobre la cama y durante un instante contempló la determinación que había en su rostro aún estando desmayada y la dejó allí sola para dirigirse al salón.
Al cabo de un par de horas Pan recobró la consciencia y se extrañó de estar en una cama, pero recordó lo que había pasado, se levantó de la cama y recomponiéndose salió de la habitación para dirigirse allí donde había luz. Vio a Vegeta en la cocina con dos platos sobre la mesa.
Vegeta sintió la mirada de alguien detrás de el, por lo que supuso que Pan se había despertado.
Ya era hora mocosa, la cena se va a enfriar – dijo Vegeta sin mirar a Pan.
Pan se sentó en el lado opuesto a Vegeta, pues se sentía incomoda de que la hubiera ayudado y luego preparado la cena.
Gracias – dijo casi inaudiblemente mientras se llevaba el tenedor a la boca. La comida estaba requemada por lo que dejó el tenedor sobre la mesa.
¿No te gusta? - dijo Vegeta distraído.
Si, si. Pero no tengo apetito – mintió Pan. Pues no quería dañar a Vegeta cuando había tenido ese detalle. Se veía muy melancólico. - ¿Qué es lo que me ha pasado?. Nunca he tenido problemas para volar.
Tenía puestas 50 unidades de Gravedad – dijo Vegeta sin mirar a la joven Saiyan.
¿Por qué no me lo dijiste?
Lo olvidé.
Ya, claro – dijo Pan suspicazmente, pues le parecía más bien una estratagema de la maquiavélica mente del Saiyan.
No te voy a entrenar – dijo Vegeta tranquilamente.
¿Por qué no?. No conozco a nadie mejor que tú para ello.
La sinceridad de la joven Saiyan agradó a Vegeta pero no iba a hacerle cambiar de opinión.
No quiero a nadie en mi casa. No me gusta tu presencia. Me molestas. - dijo Vegeta seriamente.
No me extraña que Bulma te dejara. Eres un viejo amargado – dijo Pan sin pensarlo.
Lárgate de aquí maldito insecto. Fuera de mi vista. - dijo Vegeta sin mirar a Pan con la ira contenida en su voz.
Lo siento Vegeta. No quise decir eso – dijo Pan con tristeza, pues había dado un golpe bajo al Saiyan.
Lo dicho, dicho está. Así que fuera – dijo Vegeta gritando sus últimas palabras.
De acuerdo. Ya me largo. Pero al menos déjame ayudarte con la casa después que venga del laboratorio. No eres ningún dechado de virtudes para las tareas domésticas – dijo Pan mirando a su alrededor, tenía la encimera de la cocina llena de platos sin lavar, envases vacíos y latas de cerveza.
Vegeta bufó ante la insistencia de la joven.
De acuerdo. Ven a ayudarme con la casa después de que vengas de tu estúpido trabajo. Pero ahora lárgate y déjame solo con mi amargura como tu dices – dijo Vegeta empezando a perder la paciencia de verdad.
Hasta mañana Vegeta – dijo Pan.
El Saiyan no respondió a la despedida, seguía cenando con el semblante serio y sombrío. Pan salió de la casa y bendijo su astucia. Lo de ayudar a Vegeta con la casa era tan sólo una estratagema para espiar su entrenamiento y aprender sus movimientos y técnicas. Pues no necesitaba mucho más. Tenía una gran memoria fotográfica. Una vez aprendiera los movimientos y técnicas se iría a algún paraje solitario para ponerlo en práctica. Se dirigió a su casa sonriendo con orgullo y suficiencia. Mañana iba a empezar su función.
