SEDUCIENDO A NEJI-NIISAN
Capitulo I: De cuando a papá se le ocurre una idea
Por: Okashira Janet
Los personajes de Naruto le pertenecen al buen Kishimoto, yo sólo los uso para entretenerme, en esta ocasión un NejiHina porque ya era justo y necesario, no sólo para cumplir mi reto "emparejar a Hinata con todo chico guapo de Konoha y sus alrededores" sino porque hay tanto drama en esta pareja que se me antojó algo diferente. Sin más, espero les agrade.
La orden que Hiashi le dio a Hinata era simple, por el bien del clan tendría que casarse con su primo, claro, hacer que él aceptara corría por su cuenta.
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Hinata abrió los ojos, dio vuelta para un lado, dio vuelta para el otro y luego miró fijamente el techo, intentó recordar que era lo que había hecho el día anterior, por su mente pasó rápidamente su día, por la mañana había ido con Sakura e Ino a ayudarlas con los exámenes médicos de la academia, una actividad normal.
En la tarde había estado en la mansión, Hanabi había invitado a una amiga a comer así que les había hecho unos bollos, luego se la había pasado regando flores, acomodando archivos, cosas aburridas, en la noche Shino y Kiba habían pasado por ella para irse a la fiesta de Shikamaru, el Nara cumplía veintiún años.
—Damos vuelta por aquí y luego por allá. —Kiba con el mapa en las manos sorteó diferentes calles, Shino murmuro secamente que era una tontería que Shikamaru no hubiera llevado a cabo la fiesta en los terrenos de su clan, Kiba había alegado en defensa que de haber sido así no hubieran podido hacer la pachanga que seguramente les esperaba.
—Frente a una iglesia. —Shino señaló el edificio, Kiba gruñó que "ya lo había visto" Hinata soltó un suspiro y avanzó con ellos por el callejón que los llevaría al lugar de la fiesta, se había puesto un pantalón azul que le llegaba por debajo de las rodillas y una blusa oscura, el cabello se lo había recogido en una media coleta.
—¡Ey Shikamaru! —Apenas llegar Kiba se colgó del hombro del Nara y murmuró algo acerca de conseguir sake, Shino se mimetizo con la pared como era su costumbre y ella dio un suspiro y se fue a sentar con Ino y Sakura, Temari también estaba ahí y ni tarda ni perezosa Ino empezó a meterle caña con Shikamaru, Hinata escuchaba todo divertida, luego había llegado Tenten, estaba tan preciosa con su camiseta de cuadros y su cabello recogido de manera diferente que la joven no pudo evitar observarla embelezada.
—A que no sabes, —Sakura le susurró por lo bajo—, ahora que por fin Temari trae un novio de la arena parece que a Shikamaru le ha dado por decir que le gusta.
—¡Pues yo le di muchas oportunidades! —Temari interrumpió empinando un vaso de sake con tan buena técnica que Hinata apenas pudo esconderse tímidamente en su propia copita.
—Pero él dice que ahora si que esta coladito por ti. —Ino le pegó juguetona con un hombro pero Temari se cruzó de piernas y empezó a enumerar las buenas cualidades de su actual novio, que además de novio era su amigo, no, ¡su mejor amigo!, todas empezaron a asentir con la cabeza, si encontrabas a un hombre que aparte de quererte era tu amigo entonces debías quedarte con él.
—¡Me hace tanto reír!
—Y bueno… —Hinata titubeó un poco y se puso colorada—. La verdad es que Shikamaru-kun es tan… aburrido…
—¡Sí, si que lo es! —Todas corearon y el cumpleañero sintió un escalofrío recorrerlo, mejor no acercarse a esas locas.
—¡Naruto! —Sakura meneó su mano en el aire, el rubio se acercó al punto, Hinata ni siquiera tuvo tiempo de sonrojarse por su cercanía porque ya Sakura le había puesto unas monedas en la mano—Si vas a la tienda tráeme un jugo de piña.
—Seguro Sakura-chan.
¿Luego que?, no estaba muy segura, recordaba vagamente que Neji había llegado vestido con una camisa azul con rayas blancas, las chicas habían gritado que era guapísimo, ella había girado a verlo con su ingenuidad habitual, bueno, Neji-niisan era apuesto ¿no?, luego le habían tomado a Shikamaru una foto con todas las mujeres a su alrededor agarrándolo como si lo quisieran violar o algo por el estilo, de alguna manera Hinata había acabado sentada a su lado y en medio de aquel atolladero había salido en la foto casi encima de él cuando (por alguna razón que no acababa de entender) al Nara se le había abierto la camisa, después de eso Sakura le había puesto un vaso en la mano.
—Prueba esto Hinata-chan.
—¡Tienes que tomarle a esto Hinata!
—¡Esto esta bien fuerte, mira, prueba Hinata! —Vagamente recordaba que una vez Shino había dicho algo acerca de revolver bebidas aunque fuera en poca cantidad, en aquel momento no lo recordó.
—¡Hinata, mira ven! —Kiba se le había colgado de los hombros—. ¡Vamos a bailar!
—Estas ebrio Kiba-kun.
—¡De todas formas! —La pista de baile se abrió gracias a ellos, Shikamaru intentó coincidir con Temari pero ella se deslindó platicando animadamente con Naruto que en esos instantes no le importaba con quien hablaba siempre y cuando le pudiera contar de cuando había entrenado con el "buen pulpo-abeja-rapero".
Ino empezó a platicar con Lee pero de pronto se acerco a Sakura, intercambió unas cuantas palabras y luego se fue muy meneada hasta donde estaba el joven de vestimenta verde.
—¡Si Lee, Sakura-chaaaan dice que si quiere contigo!
—¡¿Qué? —Sakura meneó la cabeza intentando despejarse, las mejillas tenuemente sonrosadas por el alcohol—. No es cierto.
—Sí, si que lo es. —Ino sonreía de manera casi maniática y empujo a Lee con tan buen tino que el chico verde estrello los labios en los de Sakura y ambos chocaron contra la pared entre grandes risotadas de los presentes y las lagrimas de Naruto que "yo no he besado a Sakura-chan aún dattebayo".
Hinata parpadeó y viendo como se carcajeaba Ino giró hacía ella con las mejillas enrojecidas.
—Ino-san que mala.
—Ah, vamos, que aguafiestas.
—Nu-nunca dejare que seas mi celestina.
—¿Ah? —Los ojos celestes de la joven relampaguearon—. ¿Me estas retando?
—¿Na-nani?
—¡Chouji! —La joven controladora de mentes tronó los dedos y al instante su amigo apareció de un salto a su lado.
—¿Qué pasa Ino? —La rubia le susurró un par de palabras ante el horror de Hinata y segundos después el "grueso" joven echó un grito que se oyó en todo el salón.
—¡Eh Shikamaru!
—¿Qué? —El Nara giró a donde en medio de toda la gente habían quedado una sonriente Ino, un divertido Chouji y una sonrojada Hinata.
—¡Dice Hinata que le gustas!
—¡N-n-no! —La chica abrió grandes los ojos—. No es cierto. —Pero era demasiado tarde, todos empezaron a aullar, Naruto preguntó "¿En verdad Hinata-chan?", Ino masculló que necesitaban un beso y una foto para la eternidad y para cuando la joven heredera fue consciente se encontraba parada a un lado del pastel de cumpleaños, los brazos de Shikamaru rodeando su cintura, su aliento mitad ebrio mitad dulzón estampándose en su mejilla en un beso húmedo y medio mundo haciéndoles bulla, para pasar la vergüenza había intentado escabullirse enseguida pero Kiba la había tomado del brazo.
—¡Brindemos por tu amor Hinata!
—Que a mí no me gusta Shikamaru-kun… —Intentó explicarse sintiendo que se le atoraba el rubor en la cara pero como siempre que se trataba de Kiba terminó obedeciéndolo y supo que aquello ya no estaba bien cuando Kiba empezó a vomitar apoyado en una columna y ella tuvo que sujetarse a una mecedora para no caer, Ino ahora lloriqueaba en una esquina porque "¡Maldito Sai que no quiere bailar conmigo!" y Sakura intentaba quitarse a Lee de encima mientras Tenten se contoneaba con un extraño.
—Hinata-sama. —Los ojos de su primo nunca se habían abierto tanto al observarla—. Hinata-sama, ¿esta borracha?
—¡Ahhh! —Al recordar esa parte de la noche la chica se tapó con las cobijas hasta las mejillas intentando desaparecer de la tierra, es más, que viniera Tsunade y le hiciera un cráter al suelo, que Gaara lanzara una tormenta de arena, que los venados del bosque de Shikamaru se volvieran locos y la aplastaran.
—Y Shikamaru-kun. —Se sonrojó violentamente al recordar aquel beso húmedo y la manera en que la había seguido con la mirada el resto de la noche, ¿sería que creía que de verdad gustaba de él?, ¿sería solo que él también estaba muy tomado?, ¡todo había sido cuento de Ino!
—Que, que desastre. —Con humo saliendo de su cabeza se volvió un puñito en su cama aferrando su almohada y con la cara completamente roja, valiente idea había tenido poniéndose la borrachera de su vida a los veinte años en una fiesta donde estaba presente su primo—. Que vergüenza. —Hundió la cara en la almohada y tuvo la impresión que podía sentir el calor que se liberaba de la misma.
—¡Hinata-neesan! —Escuchó la voz de Hanabi y casi inmediatamente después el ruido del shoji al ser abierto y los pasos emocionados de la menor para llegar hasta su cama y trepar a ella de un salto.
—Hanabi-chan…
—¡Tienes que contarme!
—¿Contarte? —La mayor se encogió sobre si misma.
—¡Sí, sí, de lo que paso ayer!
—¡Ay no! —Sujetándose la cabeza con ambas manos la mayor sintió que moría— ¿Cómo sabes?
—¿Cómo no voy a saber? —Hanabi rió de lo más entretenida—Ayer llegaste en la espalda de Neji-niisan.
—¿Qué?
—Y lloriqueabas que no querías casarte con Shikamaru-kun…
—¡¿Qué?
—Y que para el caso preferías a Naruto-kun a quien siempre habías amado…
—¡¿Qué?
—Y que "Neji-niisan me duele, no me aprietes tanto el trasero".
—¡¿QUE? —Finalmente la joven no pudo soportarlo por más tiempo y se fue hacía atrás con los ojos cerrados y lágrimas escapando de sus parpados—. ¿Qué le dije, qué a Neji-niisan?
—Hubieras visto, —Hanabi rió con ganas—. No sabía quien estaba más rojo, si tú por el sake o él de tan avergonzado.
—Ay dios. —Con ambas manos la chica se tapó la cara.
—Me explico atropelladamente que, —la adolescente se paró sacando el pecho y tratando de imitar la voz masculina de su primo—, "Hanabi-sama, la razón por la que tuve que sujetar a Hinata-sama de lugares poco indicados es porque no se quedaba quieta y se me iba a caer de la espalda" —Acto seguido la castaña rompió en una violenta carcajada—. ¡Lo hubieras visto, tan mono estando rojo!
—¡Mono nada! —La joven heredera se mezo el cabello— ¡Que atropello!, yo a Neji a-a Neji-niisan…
—Que todavía no acabo, —Hanabi levantó la mano pidiendo silencio—, en eso estaba cuando intentó bajarte, te puso en el suelo (por cierto perdiste tus zapatos, no me preguntes que no sé) empezaste a lloriquear que estaba frío y que preferías seguir en su espalda porque estaba tibiecita.
—¡E-estas inventando! —El latir errático del corazón de Hinata anunciaba un pronto paro, uno rápido.
—¡Que no! —Hanabi tuvo que taparse la boca para ahogar una carcajada—. Así que Neji volvió a subirte.
—¿Por qué lo dejaste? —Hinata casi sollozó—, le hubieras dicho que ya suficiente había hecho y que lo que yo merecía era que me dieran con agua helada, ¡ay Hanabi-chan!
—¡Es que te veías tan linda!, mira, tenías el cabello todo revuelto y tus ojos brillaban.
—¡Po-porque estaba ebria!
—Y tenías las mejillas sonrojadas como una niña pequeña y lloriqueabas de tal manera.
—Mi-mi vida ha acabado…
—Neji-niisan no podía negarse, —Hanabi meneó un dedo frente a su hermana—, así que te cargó de nuevo y yo le abrí paso hasta tu habitación tratando de que Ottou-san no se enterara, él te dijo, —nuevamente la joven intentó imitar la voz de su primo—, "Hinata-sama estése calladita onegai"
—Pensara que soy una niña tonta, ¡so-soy una niña tonta!
—Hinata-neesan deja de interrumpirme. —Hanabi le cubrió la boca con la mano, cuando acabamos de cruzar toda la mansión te habías dormido, abrí la puerta de tu cuarto y le dije a Neji-niisan que entrara en silencio, pero él no sabía donde estaba la cama en la oscuridad porque nunca había entrado a tu cuarto así que activo el Byakugan y… —La joven se tapó la boca ahogando violentas carcajadas.
—Creo que no podría ocurrir nada peor. —Hinata comentó abatida y Hanabi continuó, intentando a duras penas ahogar la risa.
—Entonces que le digo "¿Neji-niisan, acaso quieres ver por debajo de la ropa de nee-san?"
—¡Hanabi!
—¡Y que te suelta! —Sin poder contenerse más la castaña soltó una potente carcajada que hizo vibrar las ventanas.
—¿Qué?
—Hubieras visto el golpazo que te pusiste contra el piso, pasaron como dos segundos sin que ninguno de los dos se moviera y entonces los ojos de Neji-niisan se abrieron como del doble de su tamaño y gritó "¡Hinata-sama!", le dije que se callara porque Ottou-san nos iba a descubrir, pero no paraba de frotarte la frente que se te había puesto roja, por cierto, creo que deberías vendártela que se esta poniendo morada.
—Ah… —Hinata se llevó la mano a la frente entrecerrando los ojos, así que la cabeza no le dolía exactamente por resaca.
—Le dije que simplemente te metiera en la cama y se fuera pero no me hizo caso, te levanto, te acostó y repetía "soy un tonto, perdóneme Hinata-sama", le dije que no lo oías y que estabas tan ebria que no te habría dolido, pero no parecía creerme.
—Po-pobre Nii-san. —La joven apretó sus dedos unos contra los otros.
—Al final juntó tu frente con la suya y soltó un hondo suspiro, parecía que le dolía más el golpe a él que a ti.
—Pu-pues puedo asegurarte que ahora me duele más a mi Hanabi-chan. —La chica se frotó la frente dejando escapar un quejidito.
—¡Pero dime! —Los ojos de Hanabi brillaron—. ¿Shikamaru Nara te pidió matrimonio?
—¡N-no! —La heredera se puso roja.
—¿Entonces?
—Fu-fue…
—¡Ah sí!, Shino vino muy temprano a decir que Kiba estaba bien, que lo había llevado a su casa y que no te preocuparas.
—Ah, que-que bien. —La joven sonrió nerviosamente, lo cierto es que después del recuerdo de su compañero vomitando se había olvidado por completo de él.
—¿Pues a que fiesta fuiste que terminaste de esposa de Shikamaru y tú y Kiba tuvieron que salir en hombros de otros?
—U-una de cumpleaños…creo…
—¿Cómo que crees?
—Hinata-sama. —Una voz se escuchó fuera y ambas chicas dieron un bote al reconocer a alguien de la servidumbre.
—¿Si?
—Su padre la espera en su despacho en una hora.
—Ah… gracias. —La persona se retiró y ambas hermanas tragaron grueso.
—Oh, oh.
—¡Seguro Ottou-san ya se entero!
—Bueno nee-san, fue un gusto haberte conocido.
—¡Hanabi-chan!
—Bueno, Ottou-san nos ha dado una hora, vamos. —La menor empujó a su hermana de mala manera—. Báñate rápido en lo que voy por unas vendas para ese desastre de frente.
—Ah…
—¡Nee-san!
—¡Hai!
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Hinata soltó un gran suspiro y empezó a caminar lentamente hacía el despacho de su padre, llevaba puesto un hermoso kimono, el cabello suelto y la venda que Hanabi le había acomodado en torno a la frente con una flor pintada en medio, ojala su padre pensara que era adorno decorativo y no sospechara del chipote que había debajo.
Antes de partir de su cuarto le había donado solemnemente a Hanabi todas sus posesiones terrenales, la menor había prometido cuidar todo con el gran cariño que le tenía a su hermana, sería…
—So-solo… —La joven respiró hondamente—. Solo espero no volver a ver a Neji-niisan en un buen tiempo. —Es más si no volvía a verlo en un año le parecía perfecto, que él o ella se fueran de misión y que cuando regresaran un jutsu mágico hubiera borrado esa fatídica noche de sus mentes.
—E-espero que Ottou-san no este muy enojado. —Titubeó antes de anunciarse, pero finalmente se dijo que al mal paso darle prisa y cerrando los ojos infló lo más que pudo sus pulmones.
—¡Ottou-san!, soy yo, ¿puedo pasar?
—Adelante. —Abriendo la puerta lo más digna posible y sin hacer demasiado caso a aquella pesadez en su cabeza la joven entró.
—Ottou-san, ¿me mando llamar?
—Hinata, me han llegado rumores esta mañana. —Oh no, oh no, ¿Por qué en Konoha los chismes corrían tan rápido?, bien decía la mamá de Kiba que no podía uno echarse un pedo sin que la Hokage lo oliera.
—¿Rumores Ottou-san? —Bien, había que comportarse digna, toda una dama Hyuuga, aunque los contornos del rostro de su padre se volvieran difusos con semejante dolor de cabeza.
—El rumor de que Shikamaru Nara te pidió en matrimonio.
—¡¿Qué? —Adiós dignidad, sintió como el rubor trepaba hasta sus mejillas de manera escandalosa, un beso húmedo se había convertido en una vida feliz al lado de un hombre con el que —dicho sea de paso— no tenía una muy buena comunicación que digamos.
—Hija, no te mentiré, una unión con los Nara, un clan tan prominente no nos desfavorecería demasiado.
—¡O-Ottou-san! —Oh no, oh no, ya podía imaginarse su vestido, las campanas, el arroz, ¡y alguien que no era Naruto tomándola del brazo en el altar!
—Sin embargo Hinata, desde que me ha llegado esta noticia en la mañana he estado pensando…
—O-Ottou-san, no debe pensarlo tanto, la verdad es que…
—El clan Hyuuga es en estos momentos el más prominente de la aldea y como tal debemos pensar lo mejor para nosotros.
—Pe-pero…
—Soy consciente de que estaba tan ocupado en otras cosas que no presté la debida atención a tu casamiento y lo cierto es que ya estas en edad.
—O-Ottou-san…
—Así que he pasado el primer minuto después de recibir la noticia de la propuesta de Shikamaru Nara pensando como nos beneficiaría tu unión con él.
—¡Pero es que…!
—El siguiente minuto me he puesto a pensar en las desventajas y lo cierto hija, por más inteligente y avispado que sea no creo que lleguen a un buen acuerdo juntos, lamento cortar de esta manera el amor que sientes por ese joven pero…
—¡Ottou-san yo no…!
—Pero es vago, irresponsable si la cosa no es de vida o muerte, se hundiría en la miseria si tuviera que hacerse cargo del papeleo del clan, le molestarían nuestros protocolos, no entendería nuestras costumbres, además seguramente te reclamaría para el clan Nara en lugar de unirse a nosotros.
—Ah… —Hinata que no tenía idea de que su padre pudiera pensar en tantas cosas en un minuto no pudo hacer otra cosa que ladear un poco la cabeza cerrando los ojos con nerviosismo.
—El siguiente minuto me he puesto manos a la obra y he hecho una lista de los posibles candidatos para tu unión.
—¿Qué? —A esas alturas empezaba a creer seriamente que no conocía del todo a su padre y sus habilidades.
—En primer lugar Shikamaru Nara. —Su padre señaló la cara de una piña sonriente en el papel—. Descartado por las razones antes mencionadas.
—Ya veo. —La joven parpadeó.
—En segundo lugar Gaara del desierto. —Hiashi señaló una pelota roja con ojos enmarcados con profundas ojeras.
—¡O-Ottou-san! —Hinata retrocedió abriendo mucho los ojos, uno de sus traumas de niñez incluía a cierto pelirrojo matando gente en el examen Chunnin.
—Descartado porque vive muy lejos.
—Ah… —Bueno, no es que le interesara de todos modos el kazekage.
—En tercer lugar, —Hiashi señaló un pequeño perrito y Hinata no tuvo que preguntarle de quien se trataba.
—Ottou-san, Kiba-kun es mi amigo.
—En realidad lo descarte porque es demasiado violento para compartir el liderazgo del clan contigo, pero podría reconsiderarlo.
—N-no, gracias. —La joven negó con ambas manos.
—Cuarto, —Su padre señaló una carita encapuchada con lentes oscuros que parecía más bien un vago de las esquinas—, Aburame Shino viene de un buen clan.
—Ottou-san…
—Pero últimamente hemos tenido diferencias con su padre en el consejo así que lo descarte, el siguiente—, su padre mostró a un brillante sol con carita.
—¡Naruto-kun! —La cara de Hinata se iluminó.
—Descartado. —Hiashi echó la hoja a un lado.
—Ottou-san… —La joven soltó un profundo suspiro deprimiendo los hombros.
—Es demasiado estupido en asuntos prácticos hija.
—Pero…
—Lee-kun y Sai-kun no pertenecen a ningún clan conocido y Chouji-kun no me da buena espina, el siguiente minuto me la pase reconsiderando propuestas de señores feudales pero ninguna me convenció y creo que eres demasiado joven para Kakashi.
—¡Ottou-san!
—Entonces caí en un profundo abismo de pensamientos, —Hiashi llevó una mano a su barbilla, sus ojos fijos en algún punto de la pared— y fue en ese momento que la respuesta más elemental llegó a mí, te mande llamar y en la hora siguiente convoque a una junta de consejo donde mi propuesta fue recibida con las mejores muestras de aprecio.
—¿Tu propuesta? —Algo iba mal con eso, muy pero que muy mal.
—Hinata, tenemos a la persona con la cual te casaras.
—¿Qué? —sintió que la boca se le secaba, que un abismo se abría bajo sus pies y que las piernas se le volvían gelatina.
—No solo no tendremos que preocuparnos con problemáticas de otro clan sino que el apellido se conservara por completo, nuestra línea de sangre estará a salvo y las diferencias insalvables de las dos ramas de la familia se sellaran con este pacto.
—Ottou-san, —los ojos de la joven se abrieron enormes—, ¿quieres decir?
—Te casaras con tu primo Neji.
—¡Pero Ottou-san! —Compungida la joven respiró rápidamente— ¡Yo no creo que…!
—Solo que hay un problema. —Hiashi soltó un hondo suspiro y Hinata giró a verlo con la esperanza renaciendo en ella, ojala el problema fuera tan grande que no pudiera salvarse, ojala que Neji tuviera una novia secreta y se fugara con ella, ojala que todo aquello fuera una pesadilla—. No podemos imponerle un matrimonio forzado a Neji.
—Entiendo. —¡Eureka!, estaba salvada, casi podía llorar de felicidad, no se casaría con su primo.
—Neji no aceptaría algo así de la familia que por mucho tiempo lo tuvo reprimido, lo sentiría como una obligación hacía los Hyuuga y las ramas y no podemos permitir que éste sea un matrimonio solo en apariencia.
—Comprendo. —Sí, vaya que lo hacía, en su mente era como si su padre dijera "no vas a casarte, no vas a casarte"
—Así que el consejo ha llegado a una resolución, —Hiashi tomó aire, Hinata que ya se había relajado lo observó con calma—, para que este sea un matrimonio real lo primero que debe pasar es que los implicados se enamoren.
—¿Ah?
—Hyuuga Hinata, heredera del clan Hyuuga y mi primogénita, tu misión imperante como representante del clan, como miembro de la hoja y como mi hija es seducir a tu primo para que se enamore de ti y se consume el matrimonio que todos esperamos, que así sea.
—¡Espere! —Hasta el momento su padre no le había prestado la más minima atención a sus palabras pero ahora tendría que oírla—. ¡Ottou-san, usted sabe mejor que nadie que soy completamente inútil para una tarea como esa!, ¡ni siquiera era capaz de acercarme al chico que me gustaba porque me desmayaba!, ¿Cómo espera que seduzca a-a…?, ¡A Neji-niisan!
—Confió en ti. —Hiashi colocó una mano sobre el hombro de su hija, por largo tiempo ambos se vieron a los ojos, un viento frío pasó por en medio de ellos y el hombre terminó por toser—. Si no lo logras reconsideraremos a Shikamaru Nara, a Sabaku No Gaara o a alguno de los hijos del señor feudal.
—¡O-Ottou-san!
—Esfuérzate hija. —El hombre apretó fuerte los dos hombros de su hija en un gesto de adiós y salió dignamente por la puerta—. Por cierto Hinata, muy bello el adorno que escogiste para ponerte en la frente. —¡Es un chipote!, hubiera querido gritar ella, pero en vez de eso se deslizó lentamente hasta el suelo y apoyó ambas manos a los lados de sus piernas sintiendo ganas de llorar, ¿ella seduciendo a Neji?, primero Lee se volvía un príncipe encantador de cuento.
¡Y lo peor era que las otras opciones le aterraban!, ¿por qué su padre no podía reconsiderar a Naruto?, ¿qué se suponía que debía hacer ahora?, ¡hace apenas unos minutos había deseado no ver a Neji en un año y ahora tendría que acosarlo para enamorarlo!, ¿cómo diablos se enamoraba a alguien?, no tenía la menor idea, nunca lo había intentado, solo de algo estaba segura, no servía verlo desde lejos, no servía mandarle fuertes pensamientos de bienestar con la mente y no servía arriesgar la vida por él en una pelea al tiempo que le gritaba "te amo".
—¿Por-por qué nací en el clan Hyuuga? —sollozó sintiendo pena por si misma.
—¿Hinata-sama? —La voz que en el pasado la había alegrado al ver que ya no encerraba odio ni rencor en esos momentos tuvo el efecto de hacerla pararse de un brinco y poner pies en polvorosa hasta ocultarse detrás de la pesada cortina del despacho de su padre.
—¿Hinata-sama? —Neji echó una mirada a la habitación vacía y luego arqueó una ceja—. Hubiera jurado que la oí aquí.
—Por favor que no use el Byakugan, por favor que no use el Byakugan. —Hinata murmuró entrecruzando sus dedos, pero su primo no se veía por la labor de usar su línea sanguínea.
—Debo pedirle disculpas por lo de anoche. —Sin cambiar un ápice la expresión de su rostro el joven volvió a cerrar la puerta y ella se llevó una mano al corazón soltando un enorme suspiro, no tenía opción, iba a tener que cumplir las ordenes de su padre, ¡a sabiendas de que nunca lo lograría!, vamos, ¿por qué se fijaría Neji en su prima? Que, dejando de lado que eran familia, era tímida, introvertida, insegura, sin ninguna belleza que destacar y por encima de todo débil.
—Voy a necesitar ayuda. —Cerrando los ojos se sentó frente a las cortinas reposando la frente en sus rodillas, dejando que el cabello le cayera libre hasta el suelo—. Necesito que alguien me aconseje que hacer.
—Hinata-sama.
—¡Ah! —Al levantar la mirada se encontró con Neji frente a ella, en cuclillas y observándola atento.
—Sabía que estaba aquí, quisiera pedirle disculpas por…
—¡Ne-Ne-Neji-niisan! —gritó tan fuerte y manoteó de tal manera que por un momento Neji se preguntó si no lo habría confundido con Naruto.
—¿Hinata-sama?
—¡Yo-yo-yo! —Y sintiendo que su cara se ponía colorada (por lo que había pasado en la fiesta, por lo que le había dicho su padre y por lo que se le venía encima) se desmayó silenciosamente sobre él, su cabeza hizo un ligero "clac" cuando su frente chocó con el hombro de su primo.
—¿Se ha desmayado? —Neji parpadeó y luego le tocó una mejilla preocupado—. Esta caliente, ¿será que tiene fiebre? y volví a hacer que se golpeara en la frente, —tomándola en brazos el joven cerró los ojos aguantando un suspiro frustrado—, valiente guardián resulte ser, lo único que hago es estrellar a mi protegida en todos lados, si Ottou-san me viera… —Y un tanto molesto consigo mismo volvió tras de sus pasos para llevar a su prima a su habitación, seguro que Hanabi le ayudaba a hacerse cargo de ella.
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Notas de Okashira Janet: ¡Bien!, no me pude contener, tomando en cuenta mis últimos trabajos quería algo más relajado y Neji me gusta muchísimo en su plan de caballero despistado, a ver que les parece, un beso a todos Ciao
28 de julio del 2011 Jueves
