Este fanfic en realidad no esta en mis planes, pero como en muchas otras situaciones, a veces lo que se planea no es lo mejor y en cambio si lo imprevisto.

Así que espero que disfrutemos de esta historia.

Quizá bizarra, pues es una historia casi por completo alternativa a la trama real de Shaman King.

Para empezar he añadido a la coprotagonista. Quizá en seguimiento de que ¿Quién no ha deseado alguna vez en un momento de divertida locura ser un personaje más?

Y a pesar de que no es difícil identificarse con los personajes ya habituales de la serie, a veces, es divertido alguien ajeno, por que realmente nos crea la-loca- ilusión de que por alguna magia estamos ahí.

Se vale soñar, ¿no?

Y he de decir que lo hago bastante, así que ¿Por qué no plasmarlo con uno de mis personajes favoritos de siempre?

Bien, me dejare de darle vueltas al asunto, pues temo que sea más largo que la historia en si.

Gracias de antemano por leer

(:


CAPRICHOS

Mi corazón da un vuelco.

Hace ya mucho.

El tiempo ha pasado demasiado rápido. Apenas lo he sentido. Quizá huyendo.
Sin embargo, ahora al verla de nuevo, parece una eternidad desde aquella vez.
Quizá por que, aun sin querer, muchas veces pensé en este momento.
Muchas veces desperté alterado deseando que no fuera solo un sueño, como la ultima vez.
Pero la historia se repetía casi cada noche. Y más seguido últimamente.

¿Cómo alguien puede causar tal efecto en solo una fugaz aparición?

¿Es eso lo que llaman amor? ¿O destino?

Nunca he sido la clase de persona que cree en esas tonterías. Lo tengo bastante claro.
Siempre me ha costado cuando se trata de involucrar a otras personas.
Además conozco lo suficiente mi propio carácter como para saber que también es difícil para los demás.

Pero ella rompió con eso.

Cambio todo lo que yo creía, ¡y en tan poco tiempo!

Como una estrella fugaz que da esperanza.
Y yo sin querer, casi inconscientemente, como en un impulso-un estúpido impulso- pedí un deseo.

Y como siguiéndome el juego, como si la vida se quisiera burlar de alguna forma en mi cara, es como si lo hubiera escuchado.

Y ahora aquí esta.

Recuerdo como comenzó todo, pues es uno de los pocos-pero más vividos recuerdos- que conservo de esa época.
Estaba, como siempre, entrenando. Era todo lo que se esperaba de mí. Ser el mejor y nada menos.
Seguir con el camino de nuestros antepasados y seguir simplemente ese camino que desde antes de mi nacimiento me fue impuesto y que aun en esa época era forzadamente mi única verdad. Lo único para mí.

Y fue ella quien me saco de eso. Estoy casi seguro que sin saberlo, por que me ocupe en no demostrarlo. Mi orgullo, mi pena y sobre todo-aunque me cuesta reconocerlo- mi miedo a ser rechazado me empujo a llevar esto solo para mi.

Y aun así me salvo de mi mismo.

El día que llegó al castillo que en ese entonces llamaba hogar, parecía solo un día más.

Llegó acompañada de mi hermana; su mirada fue lo primero que noté, no solo por el color café claro de sus ojos, sino la manera en que miraba, no era como la de todos los que hasta entonces había conocido, a pesar de ser solo un niño, nunca he vuelto a ver una mirada como la suya.

Alegre, curiosa, calida, con un entusiasmo que siempre ha sido ajeno a mí.
Y me miro así, en ese momento no lo supe, pero cambio mi vida.
A pesar de que tenía solo un año menos que yo, su figura era claramente más frágil y débil que la mía.
Y sin embargo logró atraparme por completo.

¿Quién es el débil?

Su piel resaltaba al lado de la mía y la de mi hermana, como un poco más tostada, reflejaba su gusto por dar largos paseos bajo el sol aun sin ser muy oscura. Y se veía muy tersa. Sus pequeñas manos sostenían un bolso en que supuse llevaba sus pertenencias. Llevaba un vestido que solo la hacía lucir más como una pequeña muñeca. Pero real. Blanco y un poco debajo de las rodillas con pequeños detalles en verde en las cortas mangas y alrededor del cuello. Su pelo suelto que se movía oscilando como su vestido a cada paso, le llegaba en ese entonces un poco encima de los hombros. Castaño, lo que también resaltaba ante el mío y de mi hermana. Además despedía un delicioso aroma. Lo recuerdo muy bien, como a primavera.

Reaccione en que me había detenido en seco cuando ya estaban frente a mí.
Mi hermana la presento.

-Su nombre es Kiara, vine a una clase de entrenamiento. Hace poco perdió a sus padres y ya que eran, si se puede decir, cercanos a nuestra madre y padre la ha encontrado de utilidad se quedará un tiempo con nosotros hasta que alguien venga por ella. Al parecer le queda algún familiar en Japón.

-Mucho gusto-me dijo extendiendo su mano hacía mi, con esa calida sonrisa que a pesar de todo siempre la caracterizo. Yo no reaccione sino unos segundos después.

No pronuncie palabra.

-¿Cómo te llamas tu?-me pregunto al notar que no hablé

-Ren, Ren Tao-en ese momento soltamos nuestras manos y mi hermana anunció que debía acompañarla para instalarse y que en poco cenaríamos.

-Bien

Y se alejaron por el pasillo dejándome con un extraño sentimiento que no supe reconocer.

Así la conocí. Pasaron los días y poco a poco me cautivo.
Todo comenzó por curiosidad. Esa pequeña me intrigaba demasiado.
Acababa de pasar por algo que, aunque normal para mi (la muerte), no dejaba de ser extraño que a pesar de eso conservara ese entusiasmo, esa sonrisa. Esa mirada.
Así comenzaron nuestras tímidas pláticas que de a poco fueron más profundas y que terminaron en lo que podría decirse, una estrecha relación. Por supuesto que siempre oculta, pues eso era ir en contra de los principios que siempre se me habían impartido de no confiar en nadie.

-¿Por qué eres tan callado?-me pregunto en una ocasión. Su incansable curiosidad era por lo general lo que iniciaba nuestras charlas.

-¿Por qué tu siempre sonríes?-le pregunte en respuesta, ya que era abrirme demasiado hacía ella y rehuí de la pregunta; además realmente no hay mucha explicación, supongo que así soy y realmente no podía explicar por que siempre mostraba esa sonrisa.

-¿Por qué no hacerlo? La vida es realmente corta. En un instante estas aquí y al siguiente eres solo un alma. Tú lo sabes tan bien como yo.

-Si, pero, ¿que hay si no tienes por que sonreír?-no alcance a comprender su respuesta, pues no tenía ni la más minima forma de pensar como ella.

-Pues lo buscas. Siempre hay algo, si sabes como mirar.

Y me sonrío nuevamente. Como siempre.

Esa sonrisa me desarmaba por completo. Siempre lo ha hecho. Y me abrumaba más que cualquier entrenamiento, pues era en lo único que pensaba por horas.

En los meses que estuvo con nosotros nunca dejo de sorprenderme.

En otra ocasión, entrenado, pues se empeño a llevar el mismo entrenamiento que Jun y yo (a pesar de que le advirtieron que quizá fuese demasiado) se lastimó.
-Te dijimos que esto pasaría-le dijo Jun al acercarse para ver la herida.

-¡vamos!, si no es nada grave-le contesto ella apretando su brazo y conteniendo las lágrimas

La herida se la causo tratando de utilizar una espada al hacer mal un movimiento.

Mi hermana dio un resignado suspiro y fue a buscar un botiquín para vendarle.

-¿Estas bien?-yo me quede con ella y me acerque para revisar la herida-déjame ver-retire sin esfuerzo su pequeña mano y vi que sangraba, la herida no era muy profunda, pero debía doler pues era grande.

-Ves, estoy bien. Enseguida podremos continuar-y al verla sorprendido por desear continuar me tope con que sonreía. No lo comprendía.

-Te has lastimando ¿no ves?, ¿Cómo quieres seguir?

-Te lo dije, las cosas pasan, no te puedes dejar vencer por eso. Las heridas que puedas tener hacen que uno se haga más fuerte. Además, no me dirás que a ti no te ha pasado, es cosa de vendar y ya.
Suspire al igual que mi hermana resignado.

Siempre tenía… esa luz.

Tan cegadora para mí que siempre carecí de ella. Tanto ajena como propia.

Quizá fue eso lo que me hizo quererle.

Ella tiene todas esas cosas de las que yo se que carezco. Y quisiera que me contagiara. Es más, se que con ella a mi lado ni siquiera lo necesito. Su sola presencia me llena.
Y me basta.

Pero de pronto, como llego se fue.

Fue un medio día calido, de rutina.
Tomábamos un descanso sentados en el amplio patio, incluso mi hermana nos acompañaba; rodeados de flores (que ella se encargaba de cuidar) la brisa era calida y el sol estaba en lo más alto. Nos resguardábamos a la sombra de un árbol que acababa de florecer y ella había traído algo de jugo.
Durazno. Siempre supo que es mi favorito.

-Kiara. Ha venido alguien a buscarte.

-¿Quién?-vi en sus ojos por primera vez desconcierto y un deje de angustia

-¿Han venido a llevársela?-pregunte sin poder ocultar mi propia angustia

-Así es. Vamos Kiara, tus cosas ya están en el lobby.

Apenas volteó noté que una lágrima había ya caído por su mejilla.

Aun así me sonrío y se lanzo a mí en un abrazo. El único y último hasta entonces.

-Cuídate mucho Ren, ya que tenemos que vernos nuevamente-me dijo aun sin soltarme. Como cuando me saludo reaccione después para corresponder al inesperado gesto.

Me sentí sumido en un entumecimiento total, sin querer aceptar que así, sin más, se iría.
Aun estaba en ese estado cuando ya se había despedido de Jun y agradeciéndonos se marchaba.
Iba a correr tras ella, detenerla. Pero Jun me tomo del brazo.

-Sabías que solo estaría una temporada con nosotros. Ella también lo sabía.
Como si eso excusara que de pronto me la arrancaran.

No pude más que ver como desaparecía al entrar a casa.

Y después de años sin saber de ella más que deseaba verla de nuevo. Cumplía sus palabras
''tenemos que vernos nuevamente''
Me hacía inmensamente feliz, aunque no lo demostrara y en ese momento habría corrido hacia ella y la hubiera abrazado aun más que esa ultima vez.
Pero ella se adelanto.

Su mirada, su aroma, esa sonrisa suya que parecía perseguirme en sueños.
No han cambiado, sin embargo ahora su cabello es un poco más largo pero aun tan liso y oscilante al compás de su paso como lo recuerdo.
Su cara ahora es más fina, resaltan más sus ojos y su boca naturalmente rosada como sus mejillas. Ya comienza a notarse en ella el cambio para convertirse en mujer. Aún es más pequeña que yo, y aunque aun la veo frágil a mi lado, sin duda es más fuerte.

-¡Ren, Ren! ¡Estas aquí!

Su voz también ha cambiado. Si bien no ha perdido ese tono dulce, como una melodía, ahora se escucha más firme y segura.
También ha cambiado los vestidos por jeans, una blusa y una chaqueta, que tampoco la desfavorecen.

Aun no creo que no sea un sueño, y temo en cualquier momento despertar.

Correspondo el abrazo. Como la primera vez, como la última vez; tomado por sorpresa.

Cierro los ojos un instante y aspiro profundo para que me llene su aroma. La primavera.
Lo siento más real que en otros sueños y también su calor es más real.
Abro los ojos esperando verme sentado en mi cama.
Pero veo a Yho y a mi hermana sonriendo levemente y tanto a HoroHoro como a Manta, Anna, Fausto, Ryu y Lyserg con cara de asombro.

Se separa de mí y me mira a los ojos.

-¡Te he extrañado tanto! ¿Cómo has estado? ¡Hay tanto que contar!

Su sonrisa no ha desaparecido.

Ella realmente esta aquí.


Así termina la primera parte.

Me he centrado en describir lo que siente Ren. Introducir a esta 'extraña' en su vida.
Me parecío mejor que un encuentro ya de grandes, pues así tendría más sentido un sentimiento más grande (aunque realmente el 'sentido' no tiene nada que ver en estos asuntos).

Espero les guste. Y la forma en que esta escrito. No creo 'tener el don' pero me gusta (:
Pronto tendré más.
No se aun que tan largo será, por que como dije, solo nacio. Pero avanzare tan rápido y bien como me sea posible; más con el tiempo libre de las vacaciones.

Por supuesto hay que conocer más de esta 'intrusa' en la historia. Espero que ella agrade.

Y gracias por leer.

nirka