N/A
Sigo volviendo con más y más ideas. Espero me apoyen en este nuevo proyecto que es un universo alterno y tendra muchas parejas.
Espero les guste.
Gracias por leer.
Disclaimer:
Prince Of Tennis no me pertenece.
Resumen:
No eran familia de sangre pero lo eran de corazón, entendía la manera en que Ryoma veía a sus amigos así como estaba segura él entendía la manera en que ella veía a sus amigas... compromisos arreglados que en el fondo no se odian como se dice... peleas que van más allá de lo material... no son vidas perfectas en ninguna relación porque a diferencia de lo que todo el mundo piensa no son felices con el dinero que poseen... decisiones que marcan momentos... apuestan por el día a día porque es lo que les enseñaron... maneras diferentes de ver la vida pero en la misma dirección... la Universidad es un campo de batalla para todos... ninguno esta dispuesto a perder... - ¿Crees qué yo quiero este compromiso? ¡Yo solo quiero luchar por ti! -... lazos inquebrantables son los que los unen y estan dispuestos a luchar porque perduren para siempre... amistades que son para toda la vida... amores que son para siempre...
Lazos Inquebratables
Preludio
- Quedate un poco más - pidio la prometida de su mejor amigo mientras él tomaba su camisa comenzando a abotonarla, Tezuka ladeo la cabeza mirando a Nanako quien parecía no querer salir de la cama, una sonrisa se instalo en sus labios negando con la cabeza aunque la idea le apetecía demasiado si debía ser sincero pero no podía porque después de todo su prometida lo esperaba, la pelinegra solo rodo los ojos jalando las sábanas más hacía su cuerpo intentando cubrir su desnudez - Sabes que ella me espera - señalo tomando sus pantalones para colocarselos con prisa puesto que ya era tarde.
Miro su reloj, llegaría tarde y ya estaba escuchando los reclamos de su madre - Pufff, por favor no me hables de la otra - le señalo ella y él solto una suave risa, ella era la otra en sociedad pero no estaba dispuesto a pelear en esos momentos, no después de una noche como aquella, no quería una pelea después de no haberla visto en más de una semana - Tú tambien debes ir a ver a Fuji así que te estoy haciendo un favor - señalo viendo que ella solo gruñía por lo bajo no demasiado contenta con la idea, sin embargo, así era en su mundo, los compromisos arreglados nunca eran felicidad, en lo absoluto.
- Lo sé, es solo que... mejor dejalo así, suerte con tu prometida - ella igualmente jalo la sábana para comenzar a vestirse, sabía lo que iba a decir pero no era algo que ellos hubieran decidido, en lo absoluto, los matrimonios arreglados habían sido organizados desde antes de su nacimiento... sin embargo, ella al igual que él deseaban con fuerza poder tomar sus decisiones, vivir la vida como lo deseaban, sin tener el peso de coorporaciones en los hombros solo que esos solo eran sueños pero el lazo que lo unía a los dos siempre iba a estar allí... incluso después de seguir con sus compromisos.
- Te ves hermosa - le sonrió a su prometido con cariño mientras bajaba la vista y tomaba el ramo de rosas que este le extendía, Fuji Syusuke era probablemente el hombre que muchas deseaban y ella tenía, sin embargo, ella no lo amaba y jamás lo haría, desde el primer momento que había visto a Kunimitsu Tezuka su corazón le había pertenecido y siempre iba a ser así, el ojiazul pensaba decir algo pero el sonido de su celular lo hizo retroceder un poco haciendole una seña para que esperara, lo miro un poco nervioso, Dios tantas mentiras que los rodeaban a todos y que ellos ya sabían.
- Por supuesto, nos vemos ahora - dicho esto cólgo y ella ya sabía lo que le iba a decir, algo relaciono con la empresa como siempre que iba a verla a ella - Tengo que irme, lo siento, prometo que te llevare a cenar, te quiero - el ojiazul beso sus labios con suavidad para rodearla y correr hasta la entrada tomando su abrigo, el sonido de la puerta le anuncio que ya se había marchado, dio un suspiro caminando a la sala para dejar el ramo de flores allí, se sentía cansada, ella supuestamente había pasado la noche en casa de sus abuelos, mentira que Fuji creía porque ella creía siempre lo que decía, inocentes los dos.
Un mensaje llego a su celular y lo miro con una boba sonrisa, un Te amo se anunciaba en la pantalla, el remitente era la persona que más amaba y eso simplemente la hacía sentir completamente amada... el lazo que la unía a Tezuka sería para siempre, se amaban y eso nunca iba a cambiar, incluso más allá de todo ellos se amarían y estarían unidos para siempre.
- R-R-Ryoma - un suave suspiro salio de sus labios cuando él la beso con suavidad, no quería soltarla, la amaba más que a su vida - Un poco más Sakuno... solo un poco más - pidio viendo que ella se sonrojaba, el estar abrazado a la cobriza era lo que más le producía calma, sin embargo, el sonido de su celular fue lo que los saco de su burbuja, se extendio tomando el aparato mirando las llamadas de Tomoka, una llamada entrante fue lo siguiente - C-Contesta - le indico separandose de su cuerpo, la vio tomar asiento en la cama acomodandose el cabello, la sola idea de que se marchara le dolía.
- Sakuno, entiende por favor - le pidio tomandola del brazo pero ella solo se levanto de la cama caminando hacía donde estaba su abrigo, entendía que estuviera enojada porque su boda sería en dos meses, él mismo la había adelantado a petición de su madre y la cobriza seguía sin perdonarselo - ¿Qué quieres que entienda Ryoma? Duele aquí, duele saber que estas con ella, que estas viviendo con ella... y-yo ni siquiera me he besado con K-Keigo... - le espeto ella con los ojos rojos para tomar sus llaves y salir de la habitación, lo siguiente que escucho fue el portazo de la puerta del departamento.
Dio un profundo suspiro, la amaba demasiado, era la persona por la que aún se mantenía cuerdo y entendía su dolor, sin embargo, ella no entendía que en sus hombros cargaba el peso de la empresa de la cual dependían miles de familias, sin embargo, los unía un lazo más allá del entendimiento de ambos, ambos se amaban pero tenían deberes... él solo deseaba vivir a su lado, era lo único que deseaba con cada poro de su ser.
Entro al departamento con calma percibiendo el aroma de las crepas que Keigo preparaba cada mañana como desayuno para ambos - El desayuno esta listo, lamento haberme ido ayer en la noche pero la empresa me necesitaba, ¿saliste temprano? - pregunto él desde la cocina, debido al silencio se escuchaba todo, negó con la cabeza aunque él no la veía, mentiras y más mentiras entre los dos, ella sabía que él había visto a su rival Osakada Tomoka quien en realidad era su amante y él sabía que había estado con Ryoma pero no lo dirían porque ninguno sabía que ambos sabían la verdad, un enredo entero.
- S-Si... pase por casa de Syusuke, ¿cómo te fue en la empresa? - se despojo del abrigo dejando las llaves, camino descalza a la cocina viendolo tomando los platos para servir el desayuno antes de ir a la universidad, eran jóvenes de 18 a 20 años pero ya tenían en sus hombros herencias y matrimonios, quiza una vida llena de lujos pero no en sentimientos sinceros o al menos no podían mostrar los mismos, coloco ambos platos con una sonrisa besando su frente mientras le regalaba una caricia en la mejilla - Bien, cosas con las que no quiero aburrirte - contesto este y ella solo beso su mejilla con un leve sonrojo.
Tomaron asiento y ella paso por alto el perfume de mujer en su camisa, comenzaron a desayunar en silencio como cada día, sabía que en ese momento Ryoma estaba con Tomoka, con su prometida, dolía y no podía hacer nada cuando ella misma estaba comprometida, sin embargo, era consciente de que lo que más deseaba en el mundo era poder ser alguien normal, alguien que pudiera amar a la persona que quería pero eso solo era un sueño... un lazo inquebrantable la unía a Ryoma y el mismo jamás iba a desaparecer, ambos lo sabían...
- ¿En serio estás enojada por esto? - pregunto Tezuka llamando su atención, no, no era por eso, era por saber que Syusuke estaba seguramente con su prometida, se estaba ahogando en el vaso que se estaba desbordando poco a poco, su prometido había llegado tarde y ella sabía la razón, sin embargo, era más que obvio que nunca le iba a reclamar - ¡Por supuesto! Nuestros padres habían planeado una cita como esto para los dos y tú, ¿qué haces?, ¡llegas una hora después! - le gritoneo mientras tomaba su abrigo y llaves, solo quería verlo, con él siempre se sentía calmada, él era lo que necesitaba.
- Lo siento... ¿a dónde vas? - la mano suave del de lentes se poso sobre su brazo pero la bofeteo lejos con una mirada de enojo, Kunimitsu no sabía lo que hacía y estaba bien o quiza no porque ella si que sabía lo que hacía con Nanako, era una enorme red de mentiras - ¿Te interesa? - pregunto con una ceja encarnada notando que él le mandaba una clara mirada de advertencia sobre como le estaba hablando - Soy tu prometido Ariasu, respetame - le sentencio este y ella solo lo miro como si estuviera loco, por razones como esas era que no deseaba un compromiso con él, la sola idea la odiaba.
- Nos vemos en la noche y no llames - le sentencio saliendo de allí bajando de prisa las escaleras, rebusco en sus bolsillos el celular y marco el número de Fuji, lo necesitaba demasiado, el lazo que la unía a Fuji Syusuke era algo más allá del entendimiento, eran fríos pero siempre que estaban juntos eran calor y solo era algo que ellos dos comprendían...
Aquel restaurant era su lugar favorito, lo había comprado para ellos dos, para fingir que eran una pareja feliz, que se amaban sin tener que cuidarse de ser vistos por alguien, sus padres no sabían de este y así planeaba que fuera por un largo tiempo o al menos hasta que la boda se llevara a cabo, giro el rostro cuando el sonido de tacones se hizo presente, sintio un abrazo por detrás y sonrió como un niño pequeño - Necesito que me beses - le pidio ella en un suave susurro, era la prometida de su mejor amigo, la chica que se supone era la heredera de la empresa que le daba competencia a la suya.
Si sus padres lo llegaban a saber era más que consciente de que terminaría en una mansión con Nanako para siempre - Oh, ¿qué me darás a cambio Ariasu? - pregunto con una suave risa recibiendo su pequeño puño en la espalda, ambos rieron mientras el camarero se apresuraba a serviles lo que siempre ordenaban, era una costumbre siempre que quedaban allí - Mamá quiere que viaje con él este fin de semana, ya sabes, por ser el último antes de entrar de nueva cuenta a la universidad - empezo ella y él solo gruño por lo bajo, la idea no le gustaba en lo absoluto, detestaba que ella saliera con su amigo, era suya.
- No me gusta... me gustaría que nosotros viajaramos - aseguro con un deje de amargura viendo que ella solo se mordía el labio, era un tema sensible pero no lo había podido evitar, el lazo que lo unía a Ariasu era algo más allá de lo entendible, solo ellos lo entendían, sin embargo, estaba llegando la hora en que debían separarse y la sola idea le molestaba... su lazo estaba fuerte y él temía el momento en que se rompiera.
El delicioso olor inundo sus fosas nasales sacandole una sonrisa, se encamino descalzo hacía la cocina donde ella estaba cocinando como le encantaba, la miro desde el marco de la puerta, la manera en que se movía por la cocina y tarareaba una canción siempre lo maravillaba por muchas veces que ya la hubiera prescenciado, antes de darse cuenta la estaba rodeando por la cintura como si temiera perderla y es que la realidad era que ella no era suya, jamás lo sería, su destino no era estar juntos por mucho que se amaran, por mucho que se necesitaran ambos, no iban a terminar juntos.
- Buenos días hermosa - saludo a Amaya escuchando una risa cantarina, sin embargo, el sonido del celular de ella los saco de la burbuja, esta se separo de inmediato corriendo a la mesita apagando en el proceso la estufa, sabía que era él quien llamaba pero el dolor no era menos - E-En casa de mis abuelos, si, como te dije... ¡¿qué?!, ¡Madre de Dios... Oishi!, voy para allá - dicho esto colgo y se despojo del delantal aventandolo por allá, una corriente lo recorrio por completo, no era buena señal, era de rabia, de coraje, no le gustaba y sabía muy bien porque, porque la amaba demasiado... la amaba como a nadie.
- Tengo que irme, lo siento - un beso presuroso fue su despedida y el sonido de la puerta fue lo que se escucho después, ella se había marchado, el sonido de su propio celular llamo su atención, miro el número de su prometida, con un suspiro lo tomo escuchando de inmediato lo que ella le decía - Voy para allá - se apresuro a tomar su abrigo importandole poco que estaba en pijama, ¿coincidencia?, los cuatro eran ciegos, quiza no solo ellos sino también los demás, el lazo que lo unía a ella era fino pero fuerte, sin embargo, ya se estaba rompiendo y el saberlo le dolía demasiado.
Bajo del auto viendo el choque entre varios autos, se apresuro a correr entre la gente y los paramédicos, ella sabía que había ido a hacer al centro comercial, la iba a dejar a ella en su trabajo por obligación de la misma, choco con algunas personas y entonces lo vio sentado recargado sobre el coche destrozado, corrio donde él y sin evitarlo lo abrazo, Oishi no era la persona que amaba pero era la persona con la que se casaría después de todo, este se tenso en medio del abrazo pero aún así le correspondio, se mordio un poco el labio, era solo por las apariencias no por que lo quisiera o algo así.
- ¿C-Cómo sucedio? - pregunto viendo que él tan solo miraba un poco más allá, donde estaba ella, donde estaba la prometida de Eiji - Iba manejando y solo sucedio, no preguntes más, solo tengo un corte en la ceja, llame porque es mi deber - contesto haciendola a un lado, no esperaba mucho después de todo pero tampoco debía ser demasiado cruel como para apartarla así como así cuando estaba preocupada y no era fingido, tan solo gruño para sacar las llaves del auto y hacerle un corto monosílabo para que la siguiera, tan solo quería salir corriendo de allí, Oishi era demasiado diferente a él.
Al dar la vuelta prescencio una escena que la dejo sin aire, quizo maldecir el verlo consolando a su prometida que medio lloraba, esa mujer solo lo hacía para joderla y como siempre funcionaba, camino presurosa hacía el auto, el lazo que la unía a Eiji era fino pero se estaba quebrando por las inseguridad de ambos y ella no sabía como salvarlo o quiza que no tuviera salvación era lo mejor...
- ¡Te estoy hablando Tomoka! ¡¿Y ahora qué diablos te pasa?! - pregunto exasperado, esa mujer lo volvía loco en más de un sentido y en ese momento estaba loco de celos - ¡¿Como me preguntas eso Atobe Keigo?! ¡Maldita sea, te estabas besando con ella... nunca se habían besado! - le gritoneo en respuesta y él tan solo gruño por lo bajo, le costaba demasiado entender que estaban en un almuerzo sorpresa con los padres de ambos y que era necesario aquella muestra de cariño pero no, ella no lo entendía y él estaba cansado por los asuntos con la empresa así que no quería discutir, no con ella.
- No es mi culpa... tú vives con él, yo solo duermo en su departamento una vez a la semana, no creo que seas buena en hecharme en cara un simple beso - sentencio viendo que ella solo reía levemente, conocía esa risa, era venganza, proclamaba venganza y ya se daba una idea de lo que iba a hacer y era demasiado estúpido como para seguir con alguien como ella - Tengo una cita de negocios, no quiero saber como me lo vas a cobrar pero solo te digo una cosa, no esperes que te perdone siempre - sentencio saliendo de allí azotando la puerta sintiendose demasiado estúpido y lo peor es que...
Le gustaba ser estúpido, el aire fresco de la entrada tarde lo hizo maldecir, estaba cansado en esos momentos de todo, un mensaje fue mandado a Sakuno, el lazo que lo unía a Tomoka estaba desapareciendo y quiza no era mala idea que desapareciera, no viendo como era ella...
Entro al departamento mirando a Ryoma en el sófa con un libro en las manos, sin pensarlo lo despojo del mismo para sentarse a horcajadas sobre este tomandolo por sorpresa - Ahora no Tomo, baja por favor - o no, no, no, ella no estaba dispuesta a aceptar un no por respuesta, no en ese momento cuando estaba aún dolida por las palabras de Keigo, ella era Osakada Tomoka y nadie le decía algo como aquello - Ryoma lo vas a hacer quieras o no... estoy enojada, por favor - el peliverde llevo una de sus manos a su cintura acomodandola allí mirandola directamente, sentía algo especial por Ryoma.
Amaba a Keigo pero el peliverde era alguien especial para ella - ¿Enojada? ¿Por qué? - pregunto este trazando círculos en su cadera, solo sonrió mientras desviaba un poco la mirada - He ido de compras y los zapatos que deseaba se los ha llevado alguien más, además vi una escena curiosa ¿sabes?, Riuzaky y Atobe se besaban... parecían felices - comento aquello con calma, sabía que Riuzaky era el crush frustrado de su prometido y le encantaba hacerlo rabiar por mucho que sonara cruel, antes de darse cuenta este la beso como si la vida se le fuera en ello, la tomo por las caderas para cargarla.
Lo siguiente que sucedio fue ropa volando de aquí para allá, gemidos, jadeos, gritos que rodearon el ambiente, el lazo que la unía a Echizen Ryoma era algo de lo que jamás destruiría por mucho que amara a Keigo porque el peliverde era suyo y punto.
N/A
Espero les haya gustado.
Gracias por leer.
