Capítulo 1
Se movía de lado a lado por la habitación tratando de mantener la calma, tenía un nudo en la garganta que le impedía gritarle como ella deseaba. De vez en cuando se agarraba del pelo con fuerza para no tirársele encima y matarlo, cosa que a él le parecía divertido, disfrutaba de esa situación aunque no lo demostraba. Estaba semi acostado en la cama que ambos compartían, tapado con las sabanas, pero sus brazos estaban cruzados por detrás de su cuello. La miraba fijamente, como si la estuviese estudiando de la misma manera en la que lo había hecho con sus raptores. Su vista se desviaba por todo su cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, pero solía hacer pausas en sus piernas y muslos, apenas cubiertos por una remera azul desteñida que le pertenecía a él y que solía usar para dormir.
Ahora vivían en un lujoso departamento de Nueva York. Owen a veces se sentía nostálgico, extrañaba la isla, su bungaló construido por el mismo, también a su motocicleta, la que se destrozó durante la cacería del I-rex y nunca pudo arreglar, ya que Claire le prohibió traer "esa cosa" —como ella la llamaba— a su nuevo hogar.
Ella no lo comprendía y eso era lo que más le dolía a ambos. Claire no entendía que la vida de Owen era salvaje, porque él era así y lo necesitaba de vuelta, estar en la selva de la isla adiestrando velociraptores o cualquier otro dinosaurio. La ciudad no era lo de él, se sentía encerrado, todo lo contrario a Claire que había conseguido un buen trabajo en una empresa genetista, donde tenía un gran puesto por el cual cobraba un suelo más alto e importante que cuando estaba en la isla. Por eso él había aceptado una reunion con el genético Henry Wu cuando se la ofreció, aunque claro que no le dijo nada a su novia porque sabía que iba a oponerse, era capaz de atarlo en la cama para evitar que fuera, por eso cuando se enteró casi explotó de la rabia.
—No lo harás. —Habló decidida y con una voz tranquila. Las facciones de él cambiaron, se contrajeron, no estaba de acuerdo en que ella tomara decisiones que no le correspondían—. Quiero protegerte. —Dijo derrotada y se sentó a los pies de la cama.
Fue hasta ella, y acercó su cara tanto como pudo a la de ella pero sin tocarla. Hubo una batalla de miradas azules que duró muy poco y que el perdió porque no pudo resistirse a pensar nuevamente la voz de su novia diciéndole que lo quería cuidar de su loca idea.
—Las cosas allá cambiaron Owen. Ya no existen las jaulas de contención. Andan sueltos por la isla. —Le dijo como si él no lo comprendiera. Owen se levantó de la cama y se arrodilló enfrente de ella y le tomó la mano.
—Ya lo sé. —Habló por primera vez en un largo rato—. Pero tengo que estar ahí, cuidándolos de que nadie quiera sacar ventaja de ellos, que nadie los lastime o los haga sufrir. —Claire se emocionó con sus palabras, estaba orgullosa de él y de su forma de ser. Recordó cuando presenció la agonía de aquel apatosaurio y como él lo contuvo segundos previos a su muerte.
— ¿Iras solo? —Preguntó. Quería saber si su novio tendría algún equipo de apoyo o lo mandarían a morir solo entre los dinosaurios. Aunque Owen tenía su propia interpretación, y era que ella lo estaba celando de alguna mujer que pudiera ir en la travesía.
—Wu dijo que está reclutando un equipo de expertos. Debo reunirme con él en el centro en dos horas. —Dijo mirando su reloj.
—Es tu día de suerte. Cancelaré todas mis reuniones y compromisos de hoy. —Rodeó su cuello con sus delicados brazos. Owen estaba un poco aturdido, esa no era la Claire que él conocía, la que jamás en su vida llegaría tarde a algún sitio o sería capaz de cancelar una reunión con un cliente—. Te acompañaré.
— ¿A qué te refieres con eso?
—Iré contigo a ver a Wu y luego te acompañare a la isla. —Ella lo soltó y se levantó dejándolo con la boca abierta por la sorpresa—. Después de todo, alguien deberá cuidarte la espalda. —Le guiñó el ojo y caminó hacia su gran vestidor para elegir algo apropiado para la reunión.
Intentó perseguirla para que le explicara su cambio, por qué quería ir con él a la isla después de la experiencia que había tenido que vivir protegiendo a sus sobrinos en una aventura que nadie sabía ni cómo ni cuándo iba a terminar. Pero fue demasiado tarde, porque ella ya se había metido dentro del baño y había cerrado con llave.
¡Hola lectores! Espero que les guste el capítulo.
