Disclaimer; Los personajes mencionados en este fanfiction, no son correspondientes a mi persona, pertenecen a sus respectivos creadores de la Compañía Nintendo. No obtengo ningún beneficio económico de esto.
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- ¿Sabes?… No me molesta si pasas la noche aquí.- murmuró Marth escondiendo su rostro en la almohada.
Ike le miró en silencio. Quizás esperando alguna razón por la cual debiera pasar la noche ahí, y no en su habitación. Ante el silencio del príncipe, decidió ignorar la "petición" del chico.
Se acercó sigilosamente a la mesita de noche, tomando la cinta verde, que usualmente usaba en su frente. El menor, simplemente le miró.
El mercenario, recogió a Ragnell, que estaba en suelo, haciéndole compañía a Falchion. Ambas, habían sido lanzadas al suelo sin cuidado alguno, en un arranque de pasión y lujuria.
- ¿Ike?.- se atrevió a hablarle Marth. Iba a decir algo más, pero se vio interrumpido por su acompañante.
- ¿Porqué?.- preguntó sin mirarle. Tomando la perilla de la puerta de salida en una de sus enormes manos.- ¿Porqué quieres que pase la noche aquí?.
Lowell no dijo nada. simplemente, volvió a hundir su cabeza en la almohada, con resignación.
Para Marth, pedir más era herir su orgullo todavía más. Era pedirse demasiado. Era traicionarse a sí mismo.
- Te veré mañana.- susurró el mayor, saliendo de la habitación, cerrando tras de sí, con demasiada delicadeza la puerta. Con cuidado, de no ser oído, procurando, que nadie se enterase que había estado en la habitación de Marth.
- Estoy seguro de que sí.- susurró el adolescente.- Me verás mañana, y como de costumbre, fingirás que no estuviste en mi cama. Y yo… fingiré que no me importas.
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Esa vergonzosa situación, llevaba repitiéndose casi un mes. Después de la cena, el mercenario tomaba bruscamente su muñeca, y a rastras lo llevaba a la habitación del real. Tenían sexo, un sexo increíble, pero inmediatamente acabando, él se marchaba.
Un mes, un maldito mes, al que Marth, se había rebajado. A soportar esas humillaciones, a lastimar a su orgullo, a herirse a sí mismo.
Quería detenerlo, porque el príncipe, sabía que aunque tuviesen sexo cada noche después de la cena. Para Ike, él no era más que un compañero de sexo. Un idiota, que no se negaba en abrir las piernas. ¿Porqué?, porque el adolescente, estaba enamorado. ¿Cómo?, ni el mismo lo sabía. Simplemente había pasado. Una noche, tras ver como se marchaba de la habitación el mayor, con sus deseos satisfechos. El real lloró, sin poder evitarlo, notando la cruel realidad, no solo había caído en el deseo sexual, si no que también, se había enamorado de su tentación.
Dolía. Saber que no podía hacer nada, para que aquel hombre sintiera algo más que lujuria momentánea hacia él. Y aún sabiendo esto, se aferraba a él.
- Porque soy un maldito masoquista…
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N/A: Otro one-shot, aunque es muy corto… no sé si sea considerado un drabble…
Bueno… en realidad, espero que les haya gustado… no sé… esto salió de un impulso… xD.
Sin más, agradezco mucho sus reviews, aunque como siempre, no son obligatorios.