En las sombras, Bellatrix Black bostezaba de aburrimiento, tratando de ignorar las miradas de envidia que le lanzaba su padre a la tía Walburga. "Tuvo un varón al primer intento", pensó Bella. "Su orgullo debe estar por los suelos, mejor andarse con cuidado". Lo último que deseaba era convertirse en el blanco de sus frustraciones por el nacimiento de ese mocoso llorón de Sirius.
Porque era mucho mejor ignorarlo que arriesgarse a encontrarse con su mirada. Aunque tampoco lograba prestar atención a lo que estaba diciendo la tía Walburga sobre el dichoso árbol familiar (parecía ser su único tema de conversación, de todos modos). Andy no parecía tener mejor suerte que ella, haciendo todo lo posible por mantener la postura derecha y los ojos abiertos. Otra vez con sueño.
-Disimula mejor esa cara de sueño –susurró Bellatrix.
-Estoy tratando.
-Trata más duro, Andy. O te castigarán.
-Tengo sueño.
-Naciste con sueño. Al menos finge interés.
-¿Cómo tu?
-Exactamente.
Nunca había logrado entender cómo Andy era capaz de tener sueño todo el tiempo. Ella podía dar fe de que siempre había sido así, hasta en la cuna, su hermanita sólo estaba despierta una hora y luego dormía todo el día. Bella era un capaz de estar corriendo y jugando todo el día sin cansarse, "un remolino de energía", como solía decir el abuelo.
Andrómeda hizo caso y puso más ahínco en fingir que no se caía de sueño y estar totalmente interesada en lo que decía la tía Walburga. Bellatrix quiso reírse de la cara graciosa que estaba poniendo, pero un sonido tan vulgar como una risa habría irritado a su padre y a su tía.
La única que parecía estar realmente prestando atención era Cissy, que con sus cuatro años ya demostraba más interés en los menesteres femeninos y las normas sociales que sus hermanas mayores. Observaba a su tía y al árbol familiar en la pared con fascinación pintada en su carita infantil. También había algunos mapas de astronomía que mostraban las estrellas, galaxias, planetas, asteroirdes, junto al árbol familiar.
-Y aquí estamos nosotros, la actual Noble y Ancestral Casa de los Black. Como el cielo nocturno. Y por eso llevamos los nombres de los cuerpos celestes, pues nos elevamos sobre el resto de los mortales como las estrellas en el cielo.
Cissy observó atentamente. Reconoció de memoria varios nombres. Orión, Alphard, el asteroide Walburga. La estrella Sirius estaba marcada claramente en rojo, con motivo del reciente nacimiento de su pequeño primo. También encontró a sus hermanas, la estrella Bellatrix cercana a la galaxia Andrómeda. Cissy siguió buscando, pero había tantos nombres que no podía hallar el suyo.
-Tía Walburga, ¿dónde está la estrella Narcissa?- preguntó Cissy.
De golpe, las dos hermanas mayores prestaron atención, Andrómeda quedándose rígida y Bellatrix murmurando un "mierda" que apenas pudo ocultar.
Walburga se molestó de ser interrumpida, aunque los buenos modales le impidieran demostrarlo. Y Cygnus Black III ocultó su molestia bebiendo de su vaso de whisky.
-No existe una estrella Narcissa, querida.
-¿Entonces soy una galaxia, como Andy?
"Por favor, que cierre la boca, que cierre la boca, que no hable más, carajo, que no hable más" pensaban Bellatrix y Andrómeda.
-No Narcissa, es que cuando naciste dudábamos de que fueras una Black, así que no te nombramos como un cuerpo celeste.
"MIERDA LA PUTA MADRE QUE LA RECONTRAMIL…"
El rostro Cissy perdió la placidez.
-¿Qué?
-Bueno, naturalmente teníamos nuestras dudas –prosiguió Walburga arreglándose los puños de la camisa. –Al fin y al cabo, no pareces una Black con ese pelo y esos ojos. Cygnus estuvo como loco hasta que comprobamos que sí eras suya, ¿verdad hermanito? ¿No hubiera sido una lástima si hubiera ocurrido lo contrario?
Cygnus Black III torció la boca, enojado porque su hermana, además de refregarle en la cara su carencia de hijos varones, ahora le recordaba ese mal episodio que había sufrido con Druella en el nacimiento de Narcissa. Luego tuvo que tragarse el orgullo y disculparse con su mujer por dudar de ella. Pero el bebé se veía demasiado Rosier, francés, libertina como los franceses. Si no se hubiera casado con una Rosier, quizás hubiera tenido varones. Por eso y para desquitarse de su mujer la había nombrado Narcissa, pues ni siquiera parecía una Black para tener un nombre Black.
-Como iba diciendo, aquí está mi pequeño Sirius, debajo de mi nombre y del de Orión…
Pero Cissy ya no escuchaba, estaba demasiado ocupada en tratar de no romper a llorar.
"Por favor que no llore, por favor que no llore, por favor que no llore"
Bella y Andy dejaron escapar un suspiro de alivio al notar que Cissy se serenaba, logrando aguantar las lágrimas pero quedando muy, muy triste. Ni la tía Walburga ni su padre parecían notar el daño que habían causado en su hermana pequeña.
Andrómeda miró a Bellatrix, que le devolvió el ceño fruncido mientras apretaba imperceptiblemente los puños.
-Será mejor que nos vayamos, hermana. Tu bebé querrá amamantar y ya hemos gastado suficiente de tu tiempo. Hasta la próxima.
Cygnus tomó distraídamente el brazo de Bella, Bella tomó la mano de Andy y Andy logró sujetar la de Cissy antes de salir los cuatro rápidamente afuera. Bella y Andy miraban de reojo a Cissy. Lloraba en silencio sin llamar la atención.
Naturalmente, ninguna de las dos podría dejar las cosas así.
N/A: Bellatrix tiene 8, Andrómeda 6 y Narcissa 4.
Próxima actualización: Martes 9
