Cocina macabra

Toriko había fallado. Al agarrarle los testículos al rey mono antes de tiempo provocaron su ira y como resultado ahora estaba dispuesto a desplegar todo su poder. Los monos de todo el continente huyeron despavoridos como alma que se lleva el diablo. No solo ellos, cada ser en la faz de la tierra sintió el miedo a morir.

Dibujando un circulo a su alrededor con su cola el rey mono lanzó una onda cortante con la fuerza suficiente para llegar al espacio exterior. Por fortuna toriko y el resto pudieron esquivarla gracias a la ayuda de sus demonios internos. También fue fortuna que se encontraran en la cima de la montaña 100G de lo contrario ese ataque habría arrasado con la vida a cientos de kilómetros a la redonda.

Kaka dejó de prestarle atención a la lucha. Se dio la vuelta. Caminó a paso tranquilo por en medio de terry, Kiss y queen en busca de su objetivo. Llegó al Denkshark. Komatsu estaba en su envoltura protectora. Alzó la mano y, de golpe, el chico se levantó con ojos abiertos como platos. Kaka quedó inmóvil. Con la vista de komatsu clavada en sus ojos. Por instinto se dispuso a atacar. Quiso abrir su boca y mostrar sus feroces fauces. Pero su cuerpo se entumeció. Sus mandíbulas parecieron estar trabadas.

"¿que…que…?" quiso hablar. Su voz solo se escuchó en sus pensamientos.

Un destello llamó su atención. Bajó la mirada. Komatsu tenía en una de sus manos su cuchillo de cocina y en la otra un tazón con un peculiar contenido. La envoltura de komatsu se deshizo totalmente. Kaka no le prestó atención a esto último. Estaba concentrada en los bollos de diferentes tonos de rojo que estaban en el tazón. Un escalofrió la recorrió al reconocer que era.

Komatsu se puso de pie. Se quitó su máscara de oxígeno. Entonces su piel se oscureció, unas líneas negras descendieron por sus mejillas como ciempiés desde sus ojos completamente blancos. Sonrió.

-hace tiempo tuve la oportunidad de cocinar a un nitro- dijo komatsu. Su voz ya no se escuchaba inocente, sino juguetona y picara- no tuve ni la menor idea de cómo hacerlo, así que ni trate- bajó su vista al tazón. Los bultos de carne se agitaban como gelatina viva- ahora no me parece tan difícil.

Kaka dio un respingo casi imperceptible. Se miró a sí misma. Con sus manos temblorosas palpó su pecho y abdomen. No tenía heridas, ni siquiera se veían cicatrices.

-mi habilidad ha alcanzado un nuevo nivel kaka-san - le dijo komatsu- removí sus órganos con suma delicadeza, con la técnica oscura sané las aberturas y tuve tiempo de sobra para aplicarle un knocking.

Kaka volvió a mirarlo. A sus ojos de yeso. Se sintieron varias sacudidas acompañadas de estruendos. Él desvió su vista hacia afuera.

-toriko-san y los demás pronto obtendrán a par. Debo prepararles algo con que acompañarlo.

Komarsu se alejó. Kaka extendió su mano en un intento absurdo de detenerlo. Cayó al suelo como una marioneta sin sus hilos. Desde ahí vio como komatsu cortaban, sazonaban, calentaban, freían y orneaban sus órganos. No con equipos como fogones. Lo hacía tan solo con su cuchillo que alteraba su temperatura con cada corte. En todos sus siglos de vida ella jamás se sintió tan impotente. Más sacudidas se sintieron. Ninguna perjudicó el trabajo de komatsu.

-descuide kaka-san- dijo él terminando su labor- no la voy a matar- sirvió en los platos la carne cocinada. Acomodada y adornada como una cena de diez estrellas. Se dio la vuelta.

-pienso mantenerla viva, de la misma forma que mantendría una planta de tomates- en su mano libre estaba una rodaja de carne perfectamente circular- solo que serán sus órganos los que coseche.

Entreabrió la boca y deslizó la rodaja a su interior. La mascó lentamente, produciendo sonidos acuosos por lo bajo. Kaka quiso salir corriendo, si quiera gritar. Sin embargo tan solo pudo llorar.

Fin