Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto

Y su fantástico manga Naruto

La historia es mía y espero que sea de su agrado.

Era uno de esos días tranquilos, donde no se sentía más que el sonido que te brindaba la belleza de la naturaleza. Todo dentro y fuera de la Aldea escondida de la Hoja, era paz y armonía gracias a los grandes esfuerzos que habían tenido el Hokage junto a los demás Kages de las distintas aldeas. Los años donde las guerras eran moneda de todos los días, habían quedado tan en el pasado que hoy por hoy era un simple recuerdo en los libros de historias, para todos.

Obviamente, nadie olvidaba las vidas que se perdieron en aquellos días de batallas o en la famosa Cuarta Guerra Shinobi que tanto daño había hecho a la tierra como a los aldeanos. Pero a pesar de ello, algunos preferían no seguir removiendo el pasado y caminar siempre hacia el mañana, con la fiel idea de que aquello es lo que hubiesen querido sus seres amados, amigos, familiares, sensei y todo aquel que cayó como consecuencia de la guerra.

Con este pensamiento es que las distintas aldeas siguieron avanzando sin mirar atrás pero siempre teniéndolo presente para así evitar errores que como seres humanos volvían a cometer sin importar lo aprendido.

A pesar de todo, el día no podía ser mejor, sin importar el pasado, todos se tomaban un momento para respirar la profunda tranquilidad o por lo menos este era el caso de un muchacho que al no tener que salir a una urgente misión o solucionar algún problema, se dedicaba a disfrutar como un día normal en la vida de cualquier aldeano.

O por lo menos ese era el deseo de dicho muchacho de unos dieciocho años, que descansaba recostado en la montaña donde estaban las caras de los siete Hokage de la aldea. Sus largos cabellos negros, recogidos en una coleta alta, ahora se encontraban esparcidos por el suelo mientras usaba sus bien formados brazos como una reconfortante almohada. Al igual que varios de los shinobis que defendían la aldea, vestía con un pantalón negro que le llegaba hasta la mitad de las pantorrillas, con un par de botas ninjas del mismo color. A pesar del clima cálido y agradable que hacía, siempre se lo podía ver con una campera en tonos lilas y blanco, con el símbolo de su clan a un costado, en el pecho del lado izquierdo y, en la manga del mismo lado, llevaba con honor la banda que lo identificaba como ninja de la Hoja. A un costado, había dejado sus objetos ninjas, que siempre los llevaba consigo, este era el caso de un cinturón donde tenía un par de katanas, ya que desde chico aprendió a usarlas como su padre. Además, tenía su porta kunai, estaba seguro que en la pequeña misión que le habían encomendado, no necesitaría nada de aquello, pero aun así prefería tener sus armas lo más cerca posible para evitar inconvenientes.

El joven muchacho, inhalo el preciado aroma de la tranquilidad mientras disfrutaba del hermoso clima que se dejaba ver aun con unas vagas nubes que parecían estar nadando por el inmenso cielo celeste, el cual solo lo percibía a través de sus ojos cerrados ya que lo único que quería esa mañana era descansar. Descanso que sabía, que sería interrumpido en cualquier momento por su compañera de equipo, pero nada le evitaría que aprovechara lo más que pudiese de las tranquilas brizas del día.

- Te encontré.. – Dijo una joven al cabo de unos minutos de su descanso más placentero – Ya hasta pareces el flojo de Shikadai por estar así recostado.. – Le hablo mientras se paraba a su lado y colocaba sus manos en su cadera para que supiese que no estaba de humor.

El joven recostado, no necesitaba levantar la vista para saber que la muchacha ahí presente, estaba bastante molesta por haberla perdido o despistado intencionalmente a la mitad de la calle para llegar hasta este lugar. Muy a su pesar, abrió sus ojos dejando ver el hermoso color gris oscuro que tenían, para así poder enfocar la vista sobre la recién llegada. Como siempre, la joven llevaba una campera roja con algunos detalles y líneas en negro, una falda corta en el mismo tono, que dejaba ver su calza que le llegaba a dos dedos sobre la rodilla, en color negro. Su largo y sedoso cabello rubio, estaba recogido en dos coletas altas que le daban un aspecto algo inocente cuando era lo más alejado de la realidad. Sus ojos color jade lo miraba con reproche, ya que había descubierto su pequeño descuido para perderla por el camino y así llegar hasta la montaña de los Hokages, pero al ver que su descanso terminaba no hacía más que molestarle de la misma forma que ella lo estaba.

- Hmp.. Que ruidosa y molesta eres por la mañana ¿Lo sabes..? – Respondió el joven a las palabras de la rubia.

- El único molesto eres tú Itachi.. Además de antisocial.. – Refunfuño la rubia como respuesta – ¿Se puede saber qué es lo que haces aquí?

- Estoy de misión.. – Dijo Itachi cerrando los ojos de nuevo para descansar, si es que era posible.

- Si claro.. – Respondió con sarcasmo la muchacha – Misión le dicen ahora a recostarse en el suelo.. – Dijo mientras se sentaba a su lado con las piernas cruzadas – Solo estas tirado sin hacer nada.. Aburrido..

- Ya te dije.. Estoy de misión.. – Volvió a decir el joven.

- ¿A si? – Lo miro curiosa – ¿Misión de quién?

- De mi madre.. – Dijo sin más el pelinegro.

- ¿Qué fue lo que te pidió? – Pregunto la muchacha cambiando su actitud, ya que las misiones de la madre de Itachi, que era como una tía para ella, siempre eran divertidas.

El joven, considerando que la conversación iba a seguir y él tendría que participar, no le quedó más remedio que sentarse. Dejo una pierna estirada, mientras que a la otra la doblaba para así descansar sobre su rodilla, su brazo.

- Cuidar a mis hermanos.. – Explico el objetivo de su misión como si fuera una misión oficial del Hokage.

- ¿Y puedes cuidarlos desde aquí? – Cuestiono curiosa – No creo que estés haciendo muy bien tu trabajo.. ¿Acaso si quiera sabes dónde se encuentran?

- Los gemelos se encontraron con tío Kiba y están tratando de hacerle explotar el cerebro fingiendo ser el otro para confundir su olfato.. – Dijo mientras señalaba a unas calles donde se encontraban sus hermanos y su tío – Y Hikari está en la academia..

La rubia se sorprendió de que el muchacho de verdad supiese donde estaban sus hermanos a pesar de haberlo encontrado casi dormido hasta hace un momento, luego miro en dirección a la academia y no pudo evitar sonreír con nostalgia.

- Aun no puedo creer que la pequeña Hikari-chan ya esté en la academia.. Como pasa el tiempo.. – Respondió la muchacha.

El pelinegro al escuchar aquello no pudo evitar aprovechar la situación para molestarla como solía hacer siempre.

- ¿Nostálgica Kuzami? – Dijo riéndose el joven – ¿Quieres volver a ser una estudiante..? Claro que la capacidad y el cerebro para ello ya lo tienes.. – Se burló sin más con algo de arrogancia – Es mas no se ni como fuiste promovida..

Toda sonrisa y sentimiento de nostalgia, desapareció en un abrir y cerrar de ojos de la ojijade, luego de escuchar a su compañero, amigo y rival, burlarse de ella. Comenzó a apretar los puños con bastante fuerza mientras fruncía el entrecejo. Odiaba que el muy sabelotodo se burlara de ella como ninja, solo porque en la época de la academia él solía ser el primero y mejor de la clase.

- Maldito presumido! – Grito la rubia mientras dirigía el puño hacia el joven, pero este, conociendo sus intenciones de antemano, ya se había levantado de su lugar de un solo giro quedando frente a ella.

- Lenta.. – Se siguió burlando con arrogancia, en esa simple palabra mientras se cruzaba de brazos.

- Ya verás quien es la lenta Teme! – Grito furiosa mientras se paraba de un giro.

Y así es como sin más, sobre las cabezas de todos los Hokages, es que ese par de compañeros, amigos y rivales, se enfrascaron en una de sus tantas peleas sin fin. La pelea fue simplemente de Taijutsu ya que habían dejado sus armas en el suelo para no hacer mayor la pelea, aunque no es que las necesitaran, igual se pegaban con todas sus fuerzas, haciendo volar los puños por todos lados, sin contar las veces que se dieron patadas certeras que en el caso de ser enemigos se dejarían fuera de combate. La relación tan especial que tenían, hacía que hechos como este no sorprendieran a nadie, sobre todo a sus padres y a los amigos de ellos que simplemente sentían ver y vivir un deja bu. Todos esperaban que con los genes de las madres no llegaran a aquello, pero se ve que el gen idiota de los padres era más fuerte que la cordura de las madres.

Luego de varios minutos de pelea, ambos cayeron al suelo, cansados y con las respiraciones agitadas. Ambos tenían golpes por todo el cuerpo, sin contar con que estaban bastantes desarreglados.

- Algún.. Día.. Te ganare.. Te lo.. Te lo aseguro.. Itachi.. – Dijo Kuzami mientras trataba de normalizar su respiración.

- Te.. Quiero ver.. Inten.. tarlo.. – Respondió Itachi, mientras también trataba de normalizar su respiración.

Luego de un rato, ambos ya se encontraban en perfectas condiciones para otro round pero decidieron dejarlo por el momento. En cambio, decidieron recostarse para así mirar el cielo y ver las hermosas nubes que el día les brindaba.

- De verdad ya parecemos Shikadai.. – Dijo a modo de burla la rubia.

- No tiene nada de malo un poco de descanso.. – Respondió el pelinegro – Nos dieron un par de días de descanso y deberíamos aprovechar..

- Lo sé.. Pero.. ¿No te aburres? – Pregunto la chica.

- Para nada.. Si no estuviera aquí, lo más seguro es que estuviese entrenando.. O sino tengo tres hermanos que no dejan que te aburras.. – Respondió el joven como si nada.

- No es justo.. – Dijo la joven mientras hacía puchero – Tú tienes con quien pasar el rato.. En cambio yo.. – Suspiro deprimida – Podría intentar secuestrar a tu hermanita para mí..

- Tu padre lo intento y el mío lo persiguió durante todo el día y por toda la aldea, sin importarle de que fuera el Hokage.. – Le recordó el pelinegro, ese día quedaría en el recuerdo de todos los aldeanos.

- Recuerdo ese día.. Jajaja.. – Rio la joven – El golpe que se llevó luego de mamá también fue genial.. Pero es culpa de Hikari-chan por ser tan linda.. Educada.. Cariñosa.. Incluso ya tiene su propio club de fans en la academia..

- Ni me lo recuerdes.. – Dijo con cansancio el joven – Los gemelos tienen un serio instinto asesino para cualquiera que se acerque a Hikari.. – Suspiro – Creo que es culpa de mi padre.. Crecieron viendo como el aura amenazante emergía a su alrededor cada vez que alguien se acercaba a mamá.. Supongo que ellos heredaron el mismo aura..

- Jajajaja.. Seguro que sí.. – Rio la joven pero luego suspiro con melancolía mientras se sentaba, luego de una pausa de unos segundos volvió a hablar – ¿De verdad no te aburres por como son los tiempos ahora..? Digo.. Agradezco la paz que tenemos y el esfuerzo para llegar a ella.. Pero.. Aun así me gustaría un poco de aventura.. Un poco de adrenalina..

El pelinegro al ver que su compañera hablaba en serio de cierta forma, la imito y también se sentó a su lado, en la misma posición que estaba antes del enfrentamiento. Ambos siguieron mirando a la nada, hasta que la rubia volvió a hablar.

- Itachi.. – Lo llamo algo nerviosa por lo que le comentaría – ¿Sabes..? Con esa idea en mente.. Puede que hice algo que podría meterme en algunos problemas..

El joven la miro preocupado ya que su nerviosismo era notorio y por su cara, el tema era serio puesto que sino ella no hablaría así y actuaría como siempre lo hace. Volviendo la vista al frente, le hablo con tono serio.

- ¿Qué hiciste? – Pregunto de manera corta y al punto como siempre, o por lo menos así le había enseñado su padre.

- Tome.. Mmmmm.. Prestado un pergamino de la oficina del Hokage.. – Dijo por lo bajo la rubia.

- Lo robaste.. – Respondió el pelinegro.

- Que lo tome prestado Teme! – Grito molesta la rubia por la acusación algo cierta pero no lo admitiría en voz alta.

- No es mi culpa lo que hiciste Dobe.. – Respondió tranquilo el joven – No me grites cuando fuiste tú la que lo hizo.. – Se defendió y la joven solo desvió la mirada para un costado – ¿Pergamino de que es?

- Es sobre un jutsu de tiempo y espacio.. – Dijo la rubia – Por lo que leí, se podría viajar al pasado con él..

- ¿Te das cuentas que si cae en manos equivocadas podría cambiar el curso de la historia? – Le dijo molesto el joven por la imprudencia y la tontería de su compañera ante algo tan peligroso para la paz en la que vivían, pero ella simplemente le negó con la cabeza para que la escuchara.

- No es un jutsu perfecto.. Solo se puede viajar veinte años al pasado.. No se puede cambiar absolutamente nada.. Es como si el que viaja, estuviese y a la vez no.. Además de que el tiempo es limitado ya que solo se puede permanecer ahí dos semanas como mucho.. Cumplido ese tiempo, todo desaparece y el viajante queda como un simple sueño en la mente de todos aquellos que lo vieron o le hablaron.. – Dijo Kuzami recordando lo que había leído pero decidió no comentarle que el pergamino se encontraba en un sector que ponía "en prueba".

Toda esa explicación la escucho atentamente su compañero y eso le daba una pequeña esperanza para lo que realmente le quería decir.

- Debo suponer que no intentas cambiar nada entonces.. – Dijo el pelinegro, a lo que la rubia asintió – Entonces.. ¿Por qué lo tomaste?

- Por curiosa.. – Respondió con simpleza la joven pero al ver la cara de su compañero, decidió aclararse – Hace unos días escuche a mamá hablando con Tía Ino y recordaban los años en que tenían nuestras edades.. Y me dio curiosidad.. Me gustaría saber cómo eran cuando apenas se habían convertido en Jounin luego de la guerra.. Quería.. Más bien quiero saber cómo eran..

El joven no sabía que responder ante la curiosidad de su amiga, en cierta forma a él también le daba curiosidad saber cómo eran sus padres en esa época. Su madre había dejado el mundo shinobi luego de dar a luz a los gemelos y ahora solo se dedicaba a la parte pediátrica del hospital de Konoha, sin contar que no tenía muchos recuerdos sobre ella saliendo de misiones, salvo uno en particular, pero sus tíos siempre le dijeron que ella era bastante fuerte como cualquier otro. También estaba la historia de su padre, que al principio le costó asimilar todo lo que hizo. Aun así, y a pesar de todo aquello, nadie podía negar que era uno de los mejores ninjas de toda la aldea y que ayudo mucho a esta.

Sin más, debía admitir que la idea de conocerlos en aquel momento era atrapante, y más si no corrían riesgo de alterar algo del futuro que ahora tenían. Él no podía permitir que algo pudiese cambiar a su familia o la paz que tenían todos los aldeanos, a cambio de una simple aventura.

Volviendo a la conversación, decidió hablarle para dejar las cosas en claro.

- ¿Piensas usarlo? – Pregunto atento a su respuesta, aunque algo le decía ya saberla.

- Si.. – Dijo segura de lo que estaba por hacer – Quiero conocerlos más.. Además de que sería una excelente..

- Aventura.. – Completo el joven, si tenía que ser sincero, él pensaba lo mismo – ¿Qué riesgo tiene el que utilice el jutsu?

- Según tengo entendido.. Serian solo dos días que desaparece de su tiempo real.. Un día por semana.. – Dijo la rubia, recordando todo lo leído sobre dicho jutsu.

- Dudo que puedas desaparecer dos días seguido sin que medio mundo shinobi salga en tu búsqueda.. – Le recordó el pelinegro – ¿Cómo le piensas hacer?

- ¿Vacaciones..? – Dijo con una sonrisa un poco insegura de esa idea pero era la única que tenía – Pensaba decir que me iría unos días a unas aguas termales que hay cerca del bosque.. Así nadie lo notaria..

- ¿Para qué me cuentas todo esto? – Cuestiono el muchacho – ¿Quieres que sea tu cómplice o que te cubra?

- Itachi.. Quiero que vengas conmigo.. – Dijo la rubia mirando el horizonte – No lo digo en broma.. Sé que también te da curiosidad todo esto.. Y sin contar que estas igual de aburrido que yo aunque tengas a tus hermanos..

Luego de decir aquello, sintieron el ruido del timbre de la academia que marcaba la salida de los estudiantes. El pelinegro tenía que irse a cumplir con su misión pero luego de lo que escucho, tenía muchas cosas en la cabeza que no lo estaban dejando pensar con claridad. Siempre se caracterizó por ser el sensato y frio del equipo, ante distintas situaciones, pero ahora no sabía qué hacer. Una parte de su ser le pedía una aventura así a gritos, mientras que su parte racional quería ceder ante el llamado.

- Tengo que ir a buscar a Hikari antes de que los gemelos vayan por ella.. – Dijo el muchacho mientras se paraba del lugar, tomando sus katanas para colocarlas en su lugar, al igual que su porta kunai.

La muchacha sin moverse del lugar, volvió a hablarle.

- Me iré a las ocho de la noche de hoy.. – Aviso la joven – Iré por el bosque del lado Este de la aldea.. Ahí es donde quedan las aguas termales – Vio que el joven le daba la espalda para irse así que le siguió hablando – Si quieres acompañarme.. Te esperare en el camino..

Luego de escuchar aquello, el joven desapareció en un remolino de hojas, dejando a su compañera en el mismo lugar, sin mover ni un musculo, disfrutando de la suave briza que mecía sus largos cabellos dorados.

- Espero que vayas.. – Dijo a los vientos.

Itachi, llego justo a tiempo para cuando su pequeña hermana salía corriendo de la academia para así abrazarlo. De los cuatro hermanos, ella era la única en demostrar ese tipo de afecto, no solo con todos los de la familia sino con cualquiera que se cruzare en su camino. Su hermosa sonrisa se asemejaba a la de su madre, al igual que el color de sus ojos, blanco perla con un toque de lila que le daba un brillo particular que solo ellas dos tenían. Revolvió sus cabellos negros mientras le devolvía el abrazo y dejaba que se colgara de él. Luego de aquello, se dirigieron hacia su hogar, mientras la menor le iba contando todo lo que había hecho y aprendido durante el día, pero por primera vez no le prestaba atención como era debido. Seguía pensando en la propuesta que le había dado su compañera y que a cada paso que daba, se volvía más y más gustosa que antes.

Cuando llegaron a su casa, lamentablemente los esperaban los gemelos. Obviamente el foco de ataque era él y no la pequeña, y podía notarlo por la mirada oscura que dejaban ver sus negros ojos. Lo cierto es que había sido un día más en el que frustro sus intentos de intimidar a los fans de su hermanita y por lo visto no lo dejarían pasar esta vez, no se lo perdonarían. Ya iban tres en la semana y pareciera que ellos ya eran conscientes de la misión que le había encargado su dulce madre.

Sin más, apenas pasó el lumbral de la puerta, el ataque de dos Gennin con claros intentos de dañarlo, se hicieron presentes pero la pelea no duro ni medio minuto. Como resultado, ahora había un par de gemelos atados de manos y pies en la espalda, completamente inmovilizados.

Cuando fue la hora de la comida, su madre y hermana fueron las encargadas de soltarlos para así todos pudiesen comer. Su padre estaba de misión así que no lo vería en todo el día, el mismo día que tenía la gran oportunidad de divertirse una vez en su vida. Y luego de meditarlo lo que le pareció una eternidad, termino aceptando lo que realmente anhelaba.

- Mamá.. – La llamo Itachi mientras recogía con ella las cosas de la mesa – Esta noche me iré a descansar unos días a unas aguas termales en el bosque..

Luego de comentarle aquello a su madre, se sentía sumamente mal por mentirle de esa forma, pero deseaba esta aventura que se presentó gracias a su amiga, un poco de adrenalina no le vendría nada mal y estaba seguro que nadie saldría lastimado con esto. Aun así, le dolía tener que mentirle, pero para su suerte, su madre nunca le cuestiono nada ni le dio una negativa como respuesta. Simplemente le dio un beso en la frente como cuando salía de misión y luego de abrazarlo con fuerza, le susurro que por favor se cuidara.

Aquella actitud lo dejo un poco sorprendido ya que no entendía que podía pasar para que le dijera aquello. Una parte de él quería creer que lo decía como siempre, cuando salía de misión, pero esta vez sonaba a como si supiese que es lo que estuviese sucediendo o lo que estuviese por hacer. Pero rápidamente descarto aquella idea ya que era imposible sino se hubiese dado aviso a todos y ya tendría un par de ANBUs en la puerta de su casa para llevárselo a algún interrogatorio.

Suspiro para tranquilizarse un poco y dejar de ser tan paranoico. Fue hasta su cuarto para buscar todo lo que necesitaría para sus vacaciones de dos semanas que para todos los demás seria solo de dos días. Guardo algo de ropa en su mochila de viaje para misiones, tomo un par de armas que tenia de repuesto solo por si acaso ya que a la época que iría estarían recién reconstruyendo la aldea luego de la Guerra Shinobi. Tomo algo de dinero para poder vivir en ese momento y rogaba porque su compañera fuera igual de precavida que él, sino tendría que pagar todo. Por último, tomo un hermoso relicario el cual tenía una foto, en uno de los lados, de sus padres y en el otro de él y sus tres hermanos. Aquel relicario había sido un regalo que su madre le dio cuando se convirtió en Jounin para así llevar a toda la familia a donde su camino lo trasladase, sabiendo que este donde este, su familia siempre estaría ahí para acompañarlo, siempre agradeció ese tipo de detalles que ella tenía y ahora lo estaban por acompañar a otra época.

Sin duda, su madre era la que llenaba su hogar de amor y les demostraba a todos los hombres de la casa y a la pequeña Hikari que todo su cariño era exclusivamente de y para ellos cuando tenía detalles así o cuando simplemente les regalaba un beso a cada uno.

Luego de colocarse el relicario y esconderlo bajo su ropa ninja, dejo su bolso listo para salir a la hora acordada de forma tácita con su amiga.

Toda la tarde se dedicó a pasarla con sus hermanos ya que sabía que por dos semanas no los vería, claro que ellos solo notarían su ausencia por dos días, pero él sabía la verdad y quería pasar tiempo con ellos. Aprovecho de ver lo que su pequeña hermana había aprendido en la academia y que por estar teniendo una discusión interna de que hacer o que no hacer, no le había prestado atención. Su hermana era bastante hábil para el mundo shinobi, pero le preocupaba que fuera tan inocente, en parte sus tíos le recordaban que así había sido su madre pero que al momento de una misión o de una batalla, siempre se mostraba segura y dispuesta a todo por defender a sus compañeros, solo esperaba que no fuera a hacer alguna locura como su madre en su momento.

Mientras estaba con ella, los gemelos intentaron nuevamente atacarle creyendo que tenía la guardia baja, pero ya los había sentido hace rato. Se preguntó más de una vez como es que pasaron a ser Gennin si eran tan obvios, pero quería creer que solo eran así con él y que en una verdadera misión si se las podían arreglar para no ser descubiertos. Luego de pelear un buen rato en el patio de la casa, su madre y hermana llegaron con un poco de té, café para él, y jugos para los gemelos junto con algunas galletas recién horneadas. Los cinco tomaron asiento en el verde pasto que tanto su madre se encargaba de cuidar y disfrutaron del agradable clima.

Itachi no podía evitar mirar a su familia, su madre se veía hermosa y sumamente feliz, con una gran sonrisa en el rostro mientras veía a los gemelos tratar de impresionar a Hikari que los veía como si fueran sus grandes héroes. Suspiro con una sonrisa en el rostro para luego mirar el cielo que empezaba a cambiar de color, por un tono más anaranjado, y en lo único que podía pensar es en que nada cambiara para cuando volviera.

- ¿Sucede algo Itachi? – Pregunto su madre mientras le daba una galleta en forma de shuriken.

- No es nada.. – Respondió el pelinegro mientras tomaba la galleta, sabia que la idea esas formas, había sido de su hermana.

- Eres igual que tu padre.. – Dijo la mayor mientras miraba el cielo – Nunca dicen que les sucede.. Pero aprendí a leerlos como un libro abierto..

- Yo.. – Trato de decir el joven, pero su madre lo interrumpió con una sonrisa.

- No pasara nada Itachi.. – Dijo con amor su madre – Seguiremos aquí para cuando vuelvas..

- Mamá.. ¿Por qué me dices todo esto? Acaso.. Tu.. – Itachi no sabía que pensar.

- Soy tu madre.. Solo cuídate ¿si?.. – Dijo mientras se paraba y se sacudía la ropa – Y sobre todo Itachi.. Ten mucha paciencia..

Luego de decir aquello, su madre llamo la atención de todos para que entraran a bañarse y quedar listos para la cena. Todos hicieron caso menos Itachi que no dejaba de pensar en lo que recién había hablado con su madre, ahora no le quedaba dudas de que ella lo sabía, pero eso no podía ser posible si según Kuzami había dicho que quedaban en un sueño y que no podían cambiar nada. Le preocupaba que su pequeña aventura pudiese dañar todo lo que tenía, pero sabiendo que igual su amiga se iría, él también viajaría para asegurarse de que nada cambie.

Con el cielo ya oscuro, entro a su casa para prepararse y salir. A las ocho es que se encontraría con Kuzami y aunque no le había confirmado nada, sabía que lo esperaría.

Cuando llego la hora de partir, tomo su bolso y se despidió de todos, la pequeña parecía querer llorar, pero le aclaro que solo sería un par de días y nada más, cosa que tranquilizo un poco a la menor. Mientras, los gemelos estaban felices ya que ellos serían los encargados de buscar a la menor y así poder molestar a sus admiradores. Itachi quería sermonearlos, pero su madre le dijo que no se preocupara que ella se encargaría de todo. Luego de despedirse de todos salió rumbo al bosque donde se encontraría con su amiga. Su padre no había llegado así que lo vería cuando volviese, aunque claro que lo vería antes pero cuando él tenía más o menos su edad.

Llego al camino donde se podía ir a las aguas termales y no vio a su amiga por ningún lado. La hora era la acordada, pero decidió esperarla ya que, si para las misiones llegaba tarde, para algo como esto también se demoraría.

Para su suerte, no tuvo que esperar demasiado ya que a los minutos la vio caminando tranquilamente metida en sus pensamientos. La rubia al verlo, sonrió que de verdad aceptara la aventura, pero tenía algo en mente y no sabía cómo explicarle. Por lo pronto, prefirió saludarlo primero.

- Viniste.. – Dijo Kuzami a modo de saludo.

- Y tu llegaste tarde.. – Dijo el pelinegro mientras se le acercaba – Como siempre..

- Lo sé.. Es que paso algo.. – Respondió sin darle importancia a sus palabras.

- Déjame adivinar.. Tu madre lo sabe.. – Dijo Itachi mientras veía como se sorprendía – O por lo menos te dio a entender que si sabe..

- ¿Cómo es que..? – Quiso decir, pero el pelinegro la interrumpió.

- Con mi madre paso lo mismo.. Eso significa que no quedamos como un recuerdo o un sueño.. – Dijo el joven – El jutsu no es perfecto como lo dijiste.. Puede que tenga sus fallos o algo paso para que ellas nos recuerden o lo sepan..

Itachi vio que ella quería hablar así que se adelantó, ante todo.

- Aun así iras ¿cierto? – Pregunto sabiendo la respuesta.

- Si.. Pienso ir igual.. Y para que estés aquí significa que tú también quieres ir.. – Dijo la rubia mientras se cruzaba de brazos decidida.

- También quiero ir Kuzami.. Pero es peligroso si ellas lo saben.. – Trato de hacerle ver, el moreno – ¿Por qué insistes? Una cosa es ser curioso y otra muy distinta es hacer una estupidez que ponga en peligro a todos..

- Quiero conocerlos.. Quiero hablar con ellos desde otro lado.. – Kuzami veía que su amigo se enojaba y era cierto todo lo que decía pero no daría marcha atrás – Sé que todo saldrá bien..

- ¿Cómo lo sabes? – Cuestiono el pelinegro.

- Mamá lo dijo.. – Dijo segura de las palabras de su madre – Y estoy segura de que mi tía también te lo dijo..

El moreno estaba indeciso sobre qué hacer. Era cierto que su madre le había dicho que todo estaba bien y que a pesar de saber lo que estaba por hacer, no lo detuvo ni le dijo que no lo hiciera. Ahora estaba en frente su amiga, segura de las palabras que le habían dicho sus madres, dispuesta a seguir con lo que había planeado y sin dar vuelta atrás. Suspiro casi derrotado ya que, a pesar de tener sus dudas, iba a creer en las palabras de su madre que le garantizo que todo estaría bien y que luego de esas dos semanas, toda su familia seguiría tal cual la dejo hace unas horas.

- ¿Iras? – Pregunto la rubia luego de sentirlo casi derrotado.

- ¿Que hay que hacer? – Dijo a modo de respuesta, una aventura no sería lo mismo sin algo de riesgo, solo que el moreno esperaba que los riesgos no sean tan graves.

La rubia sonrió al escucharlo, sabia como era y que lo dijera de esa forma era su modo de decir que si iría con ella. Rápidamente saco de su bolso, el famoso pergamino "prestado" y lo extendió en el suelo mientras que el moreno se acercaba curioso de saber cómo sería todo.

- Tengo que hacer unos sellos.. No podemos hacerlos los dos pero si pones una mano en mi hombro abriremos un portal para que pasemos los dos.. – Le explico la rubia – Pero necesito un poco de tu sangre.. Es casi como un jutsu de invocación..

Kuzami se mordió su dedo gordo de la mano y espero para que el moreno hiciera lo mismo. Cuando lo hizo, unió su mano con la de ella y se preparó para hacer el jutsu.

- Sujeta mi hombro.. – Dijo Kuzami – Ojala que todo salga bien.. – Susurro.

La rubia respiro profundamente y cuando sintió la mano del pelinegro en el hombro realizo los distintos sellos con su mano. Ambos pudieron ver como el pergamino comenzaba a temblar y de pronto un gran agujero negro se formó donde debería estar. Por unos segundos se miraron sin saber qué hacer y la duda los invadió por un momento pero el pelinegro lo había decidido y no dejaría que ninguno de los dos se acobardara ahora.

- Las damas primeros.. – Dijo Itachi con una sonrisa algo maleva mientras la empujaba al agujero.

- TEMEEEEEE! – Grito Kuzami mientras caía a lo oscuro.

Sin esperar un segundo, también salto al hueco y rogo a todos los dioses de que no se estuviesen equivocando con lo que hacían. Dentro del agujero, no podía ver absolutamente nada y tampoco podía ver a su compañera. Por un momento se preocupó de que algo malo hubiese pasado por entrar en distintos tiempos, pero poco pudo hacer ya que la oscuridad lo invadió y perdió la conciencia.

/-/

Hola! Como están..? Se que aun debo cap de otra historia que estoy escribiendo.. Las arenas del Tiempo.. digo el nombre por si a alguien le interesa.. Bue.. la cosa es graciosa.. tengo el cap por la mitad.. por trabajo ii cosas no pude terminarlo.. ii ahora que tengo una semanita piola para escribir.. pues.. me tatúe.. ii dirán.. ¿Qué corno tiene eso que ver..? pues.. es en el brazo y cada vez que escribo en la compu raspo esa parte.. por eso no puedo escribir por mucho tiempo porque me queda doliendo el hombro por tener levantado el brazo.. entenderán que es complicado escribir así.. por eso les compenso el asunto con otra historia! (insertar meme de "soy un Dios generoso")

Pero así como digo esto les aviso que solo son por un par de días que voy a estar así.. es por eso que el finde que viene.. *Redoble de tambores* Hay capitulo nuevo de la otra historia..

Ahora subiré un cap por mes porque la verdad que se vienen fechas con mucho trabajo pero lo bueno es que habrá dos historias para ver ii leer..

Se que esta el tema del viaje de tiempo de nuevo pero de verdad me gusta esa temática.. *ya me duele el hombro por escribir esto nomas* Aun así espero que les guste ii le den amor como siempre le dieron a mis historias..

¡Nos estaremos leyendo! ¡Los AMODORO!

_¡Mumumuak!_