CAPITULO I

Emma Swan

La detective Swan o "Cisne Negro" como le llamaban sus compañeros en la jefatura policial, es una de los mejores elementos de la policía de New York, obtenía un salario más que suficiente para tener una linda casa más o menos elegante y un vehículo no muy ostentoso, pero Emma prefería la tranquilidad de un tren y la soledad de un apartamento, debido a que dos años atrás había perdido a su amado esposo Neal y a su único hijo Beal de apenas dos años mientras venían de visitar a los padres de Emma que viven en Boston Mary Margareth y James Swan.

Neal y Emma se conocieron en Boston, cuando Emma cursaba Highschool aunque después de graduarse, Neal eligió estudiar ingeniería Arquitectónica y Emma psicología más un posgrado en criminología en una universidad fuera de Boston, debido a las ganas de Emma de ser detective; tenían buena química juntos. De mejores amigos pasaron a novios después de la graduación y 5 años después seguían siéndolo al terminar la universidad. Neal siempre iba por ella y por Rubí la mejor amiga de Emma, al finalizar las clases.

Después de graduarse en Criminología de la Universidad de Maryland, Emma decidió entrar a la academia de policía con el apoyo de sus padres.

Fue después de graduarse de la academia policial, que a Emma le ofrecieron un puesto en la jefatura de la policía de NewYork, debido a su desempeño y a sus excelentes calificaciones otorgándole un puesto de escritorio bastante satisfactorio en clasificación y análisis de archivos de casos abiertos y no a patrullar como ella esperaba. Luego de ese evento, Neal le propuso matrimonio a Emma, la boda fue celebrada en el jardín de los padres de Emma algo intima, amigos cercanos y familiares, vestido sencillo de encajes estilo princesa y traje negro de smoking para Neal. Después de la boda se mudaron a New York a un pequeño apartamento sobre Madisson Avenue frente al central park y dos años después tendrían a su hijo Bael complementando su amor.

Eran la pareja ideal, ante sus amigos y familiares. Todos pensaban que no habría nada ni nadie que pudiera separarlos en aquel entonces. Emma con apenas 26 años logro convertirse en la mejor policía del departamento y rápidamente fue ascendida a detective por su manera de analizar los casos que se presentaban en la jefatura.

La trágica noche del accidente Neal manejaba, partían de Boston y regresaban a su apartamento de New York después de pasar unas hermosas vacaciones con los padres de Emma. Nadie pudo prever lo que pasaría a continuación.

Iban saliendo de Boston sobre la carretera Interestatal de la 95 cuando al acercase a una intersección entre la 91 y 95 cerca de New Heaven, en cuestión de segundos un vehículo que venía a toda prisa por la otra carretera se estrelló contra ellos estrepitosamente haciéndolos volar por los aires cayendo unos diez metros adelante, Emma solo pudo ver el rostro de terror de Neal mientras volaban por los aires dentro de su vehículo que dio varias vueltas antes de detenerse antes de que todo se nublara para ella.

Emma no supo el nombre del conductor del vehículo que ocasiono el accidente, solo supo que corrió con la misma suerte de su esposo y su hijo cuando despertó 8 días después, ya que la gravedad de los golpes la había dejado en estado de coma.

Cuando ella despertó, sus padres eran los únicos en su habitación, cuando estos vieron la preocupación de su hija y la desesperación en sus ojos por no divisar a las razones de su vida, no tuvieron más remedio que soltarle toda la dura verdad en su cara. Después de las palabras de sus padres su vida se derrumbó al saber de su perdida, grito y lloro por horas luego de que sus padres le contaran a detalle lo sucedido según la policía de Boston. A pesar del dolor y sus lágrimas derramadas, Emma no pudo despedirse de sus seres amados como debía, pues sus padres se habían encargado del sepelio de ambos mientras ella no despertaba.

A pesar de la insistencia de sus padres de que volviera a casa con ellos y su pequeño hermano Derek; después de casi perder su vida, Quince días habían pasado únicamente después del alta del hospital, Emma se presentó a la jefatura con la cara en alto y una mirada fría, no quiso aceptar condolencias de nadie, pues ese simple acto de solidaridad la hacia sentir fracasada y débil, razón por la cual se volvió una mujer fría; Los compañeros y jefe de Emma se quedaron atónitos con la presencia de ésta en la jefatura, pues pensaron que quince días de luto no eran suficientes para comenzar sus labores diarias; Desde ese día Emma se volvió un poco antisocial, pero implacable con los delincuentes que lograba arrestar, su trabajo se volvió su vida y razón de ser. Su rutina consistía en ir de su casa al trabajo y del trabajo a su casa de lunes a viernes con excepción de los sábados que la pasaba en algún bar con su única amiga Ruby, la cual no había dejado ni a sol ni a sombra a Emma luego del accidente, ya que temía por la vida de su amiga, pues siempre pensaba que podía llegar a dañarse cuando cayera en la realidad de su pena. Se conocían desde niñas y eso hacia ese lazo de amistad muy profundo al grado de llegar a sentirse como hermanas.

Los domingos los dedicaba a dormir mientras su amiga se ocupaba de su resaca por el día anterior, ya que Emma siempre bebía wisky hasta perder la conciencia y era Ruby quien la llevaba a casa y se quedaba con ella.

Dos años habían pasado desde el fatal accidente, desde entonces Rubí se había mudado al apartamento de arriba del edificio donde vivía Emma para poder estar cerca de su amiga por si esta llegara a necesitarla. Su abuela vivía con ella, ya que había estado de acuerdo con Rubí de mudarse siempre y cuando no desatendieran el negocio de ambas.