He reeditado el primer capítulo y lo he transformado en dos. Siento decepcionar a quien crea que he acuatlizado de modo que intentaré no tardar mucho.

Me he decidido por el título "Seda", pero no tiene nada que ver con la novela real. Mi intención era otra, luego lo veréis. :)


...o0º0o...

Prefacio

"Seda: tejido suave y muy hermoso que, sin embargo, es de una sorprendente resistencia"

¨¨º0o.o0¨¨


:::flashfoward:::

Hacía tiempo que ya había abandonado.

Había dejado de mirar por los ventanales en busca de algo que nunca llegaba. Había dejado de buscar escondites, rendijas agrietadas en esa cárcel, aunque enorme y lujosa, que seguía siendo una cárcel. Había dejado de defenderme verbal y físicamente de todo, y de todos, rindiéndome a una evidencia que no podía soportar.

No podía soportar seguir respirando el mismo aire que él, día tras día, intentando convencerme de que lo que hacía era fruto de una amenaza, de la desesperación o, lo que es peor, el miedo. Porque hacía tiempo que ya no era así.

No podía seguir mirándole a los ojos y negar que su existencia se hallaba desde hacía tiempo ligada a la mía de muchas maneras diferentes.

Pero sabía que la única manera de salir de aquél lugar era muerta.

A manos de él.

Lo había sabido desde el principio, no había intentado engañarme, a mí misma era algo tan obvio.

Y aún así, había dejado que todo aquello pasara.

Había dejado que aquello llegara tan lejos, pensé, mientras entraba en su habitación en penumbras, acercándome a su cama, por última vez.

Pero no llegaría a más.

Aunque me costase la vida de mucha más gente.

Aunque me costase la vida de aquella persona por la que luché todo ese tiempo.

Aunque me costase mi propia vida.

Me llevaría la suya antes de que acabase con un poco más de la mía.

Apreté los dientes mientras avanzaba los últimos pasos hasta el cabecero de la enorme cama que conocía tan bien.

Su pelo plateado brillaba por la línea de luz que se proyectaba desde la puerta entreabierta.

Observé cómo medio sonreía en sueños.

Levanté lentamente mi mano derecha empuñando una daga plateada que brilló con la misma intensidad que su pelo, dispuesta a acabar con esto.

Acabar con todo.

Cerré los ojos, y apreté con fuerza la empuñadura.

Una lágrima resbaló furtiva por mi mejilla.


¨¨º0o.o0¨¨


:::Ibeth Cullen:::