Dos maneras de vivir, un sentimiento en común…

Capitulo 1: Un futuro no muy lejano

Sentada cerca de su ventana, pensando en la desgracia de su pueblo. ¿Acaso había sido su culpa? No tenia porque serlo, simplemente su reino había caído.

Hacia ya mas de 6 meses que los habían invadido. Esos malditos piratas iban acabando con cada ciudad a su paso.

La capital aun no estaba invadida pero estaba seguro que en un poco tiempo su propio castillo estaría en ruinas.

Sakura, era la única princesa legitima al trono de Marmaria, tenia 19 años, era muy bella con cabello castaño ligeramente rizado unos ojos verdes que combinaban justo con el vestido que traía puesto. Era muy silenciosa, casi siempre estaba en su cuarto, prefería encerrarse en su mundo para no provocar problemas.

Su habitación estaba exquisitamente decorada, su cama están en un cuarto anexo conectado a la sala donde ella se encontraba. Las paredes eran de un color rosado, las cortinas eran largas y blancas, había dos sillas al entrar y cuatro sillones en el centro formando un cuadro.

Se levanto de donde estaba y se dirigió al cuarto anexo donde se encontraba su cama, arriba de la colcha había un vestido violeta muy fino junto con un corsé y unas zapatillas que hacían juego.

Sakura suspiro profundamente, estaba muy cansada, no había dormido bien desde hace una semana y la noche anterior se había quedado viendo por la ventana asta el amanecer.

Se escucho el sonido de la puerta abrirse, Sakura cerró los ojos con resignación mientras escuchaba las cortinas correrse y a una sirvienta entrando al lugar donde estaba.

- Buenos días princesa, parece ser que no volvió a dormir en la noche. Ah!, ya preparo su atuendo, perfecto.

La sirvienta comenzó a llamar a otras dos muchachas y juntas colocaron el corsé en el cuerpo de Sakura, la princesa se sostenía de su cama mientras trataba de contener el aire, el corsé se iba apretando cada vez más hasta que fue atado con un nudo. Le pusieron el vestido y los zapatos, después fue a asearse a su baño, terminando de lavarse la cara regreso para sentarse frente a un espejo mientras las 3 sirvientas recogían su cabello elegantemente. Por ultimo se coloco algunos diamantes sobre el cabello y su cuello.

Salio a su pequeña sala y volvió a sentarse frente a la ventana que ahora ya no estaba cubierta por las largas cortinas blancas.

- Princesa, ¿no bajara a desayunar?- pregunto Inés, una de sus sirvientas.

Pero Sakura no respondió.

- Déjala, es solo una chica maleducada – contesto la más vieja de las sirvientas.

Al parecer la princesa hacia como si no escuchara nada. Desde hacia 3 años se había vuelto muy callada después de la muerte de la reina, su madre, Sakura se había echado toda la culpa ya que después de una fuerte discusión su madre había tenido un infarto y había muerto.

Durante varios meses el rumor de la culpa de Sakura por la muerte de la reina circulo por todo el país. Pero en poco tiempo fue olvidado. Sakura se volvió muy fría, nunca quería hablar con nadie, y cualquier cosa que pasara ella se echaba la culpa. Vivía en su habitación y cuando salía no levantaba la mirada para ver a nadie, su voz ya no se escuchaba en el palacio y aquella sonrisa no se había vuelto a ver jamás.

Pasada varias horas Sakura decidió salir de su habitación, camino lentamente por los pasillo hasta que e logro escuchar unas voces proviniendo del otro corredor. Se acerco silenciosamente ala esquina tratando de escuchar las palabras murmuradas al otro lado.

- Así es, mas yo no estarían tan segura pero aun así dicen que ha hecho un trato con los piratas-

- ¿Que clase de trato?

- No lo se, pero creo que se venderá para salvar su vida, después de todo que mas se iba a esperar de ella, en definitiva esta loca o poseída.

- Pero por Dios como dice eso, si alguien llegara a escucharla la mandarían directamente a la horca.

- Ay, ya estoy vieja, me importa muy poco lo que hagan conmigo- rezongo una voz

- ¿Y en verdad cree que este poseída?- pregunto con miedo su acompañante.

- Mas que poseída… - bajo un poco mas la voz- … es una bruja.

La muchacha a su lado ahogo un grito de horror.

- Escucha Inés- continua la mujer- si llegas a decir una palabra de lo que dije…

- Si – respondió con nerviosismo- pero señora Margot, es imposible que sea una…bruja, ¡es la princesa!

Sakura abrió los ojos con sorpresa, después regreso a su habitación a paso apresurado.

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- ¡Rápido suban las cajas!- gritaba un hombre de voz ronca.

Varios hombres estaban formados en una gran fila, todos eran robustos, a excepción de unos cuantos de complexión delgada. Poco a poco iban pasando unas cajas grandes que contenían joyas o muebles pequeños, el último de estos colocaba la caja en un barco.

Mujeres llorando y gritando por ayuda pasaban por ahí, todas atadas con cuerdas en las manos y llevadas a uno de los tres barcos en el puerto.

Había muchas casas aun en llamas y varios cuerpos sin vida tirados en la calle. Era un verdadero desastre, los niños pequeños eran juntados en un barco y después eran vendidos como esclavos en otras ciudades fuera del país.

Los piratas habían llegado por la parte sur del país a través del mar Negro. Como Marmaria siempre había sido un país pacifico nunca se hubieran imaginado que los invadirían sin piedad.

Desde hacia ya mas de 6 meses los piratas habían avanzado abarcando la mitad del país sin que ningún ejercito los pudiera detener, en menos de un año podrían tener el control completo del país de Marmaria.

Todas las ciudades eran un completo desorden, los robos habían aumentado considerablemente, gritos entre personas desesperadas no dejaban de escucharse durante todo el día.

El gobierno no hacia nada, el rey solo se refugiaba en su castillo y tenia el descaro de organizar grandes fiestas y banquetes ignorando la situación del país.

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Sakura estaba tan callada como de costumbre y la cena transcurría silenciosamente.

- Basta, ¡estoy harta de esta niña malcriada!, que no te das cuenta Fujitaka, esta niña mimada es una vergüenza para ti, ¡para todos!

- Podrías tranquilizarte Sonomi?, estamos cenando, mas si lo deseas puedes retirarte.

El que hablaba era el rey, Fujitaka, un señor cerca de los 50 años con cabello café y barba, la parte superior de su cabeza era calva pero era cubierta por una gran corona dorada. La señora a su izquierda era la condesa Sonomi Daidouji, prima del rey, quien tomaba a Sakura por una simple chiquilla chiflada a la cual acaba de insultar hacia unos momentos.

Se escucho el arrastrar de una silla ayudada por un guardia quien estaba ayudando a ala princesa a levantarse de su lugar. Fue escoltada hasta su alcoba sin dirigir una palabra a nadie.

Las palabras ya no le afligían a Sakura, todos los comentarios a su persona eran ignorados por ella misma, cada noche salía de su habitación para cenar con su padre, a pesar de que no hablaba su padre disfrutaba de su presencia ya que nunca la veía. Fujitaka era un buen hombre en el fondo solo que desgastaba el dinero del país en muchas fiestas para aliviar el dolor por la perdida de su querida esposa.

Aquel día había parecido ser eterno y Sakura caía profundamente dormida en su cama.

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Pasos sigilosos se escuchaban en las calles y sombras se movían entre las paredes del castillo.

Hombres armados se escabullían por la entrada del palacio degollando a cualquiera que se les pusiera en frente. Mataron a todos los guardias de la planta baja pero cuando menos se lo esperaban se oyó una voz gritando.

- PIRATAASS!!

PUM! Se comenzaron a oír disparos de ambos bandos, los guardias trataban de impedir el paso al corredor de las habitaciones reales pero todo fue en vano ya que en poco tiempo los guardias terminaron muertos. Comenzaron abriendo las primeras puertas que estaban repletas de muebles elegantes y grandes y costosas alfombras que en escasos minutos desmantelaron.

Un grupo de hombres entro a otra habitación que se encontraban al fondo, prefirieron guardar silencio ya que se dieron cuenta que la persona de ese cuarto aun no se percataba de su presencia. Hurtando cuanto podían hasta llenar sus bolsillos y grandes sacos. Terminando, fueron al cuarto anexo donde encontraron una cama con una bella joven durmiendo en ella.

- Tenemos a la princesa- susurro uno de ellos.

- No hay que despertarla

- Cierto, es mejor ahorrarnos problemas.

Gritos de victoria se escucharon desde los pasillos, provenientes de los soldados de la ciudad.

- nos han ganado – dijo preocupado un hombre.

- Traigan a la chica y larguémonos de aquí.

El más alto de aquellos hombres cargo a la joven en brazos. Los piratas lograron bajar por el balcón de la habitación antes de ser descubiertos y logrando pasar desapercibidos.

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Los soldados entraron abriendo la puerta de golpe, encontrando la cama de la princesa vacía.

- ¡Se han llevado a la princesa!!

Rápidamente uno de ellos se asomo por el balcón pero no logro ver nada a causa de la oscuridad de la noche.

Enseguida llego el rey Fujitaka quien pregunto que era lo que había sucedido.

- ¡Quiero a todos buscándola!! ¡AHORA! ENCUENTRENLA! – grito el rey después de haber escuchado lo sucedido.

Lo que nadie sabia era que ya era muy tarde para que pudieran encontrar a la princesa porque ella ahora se encontraba dentro del barco que acababa de zarpar con dirección a las otras ciudades conquistadas, las cuales estaban muy lejos de la capital.

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Risas rondaban el lugar, todo estaba sucio y aunque la noche aun estaba presente ella sabia que ya no estaba en los terrenos del castillo, un olor a cerveza y vino esparcido en todas partes hizo que comenzara a marearse.

Abrió un poco los ojos y vio al hombre que la llevaba en brazos.

- ¡Suélteme!, ¡es una orden!! ¡AYUDA!!

Sakura comenzó a gritar de todas las formas posibles mientras soltaba patadas a la cara del hombre.

- Su majestad – dijeron unos hombres riéndose delante de una puerta abierta.

Sakura fue arrojada dentro y después solo escucho la puerta cerrarse.

- ¿Que hago aquí?!

Lagrimas comenzaron a salir de sus ojos, todo estaba completamente oscuro, el piso estaba mojado u el aire era seco. Trato de recordar lo sucedido pero no consiguió nada, sus ojos verdes estaban empañados por las gruesas gotas que escurrían de sus ojos.

- ¡Déjenme salir! ¡Auxilio!- gritaba con todas sus fuerzas mientras golpeaba lo que se podía ver de puerta.

Duro varios minutos golpeando la puerta pero después logro convencerse de que no lograría nada así. Se dejo resbalar y cayo pesadamente en el suelo pero su llanto no parecía parar.

Cuando logro calmarse, todo se volvió silencio, ya no se escuchaban ruidos afuera lo que parecía era que ya todos se había ido a dormir, podía sentir como el barco se iba moviendo lentamente, pero después se dio cuenta de una cosa mas, su respiración no era la única que se escuchaba en el lugar, trato de hacer silencio y mantener por poco tiempo su respiración pero al parecer la otra también se había detenido. Pensó que había sido su imaginación por lo que trato de olvidarlo.

De nuevo volvió a escuchar el sonido de otra respiración y trato de cerrar los ojos y no pensar en ello pero sintió como alguien la estaba mirando, si, así era, se sentía una mirada fija en ella.

Miro a todos lados pero no logro distinguir absolutamente nada, su llanto volvió a comenzar cubriéndose sus ojos con las manos.

- Has llorado por horas, ¿que no puedes intentar detenerte?

Sakura abrió los ojos y dejo de llorar, miro a todos lados y no encontró nada a causa de la oscuridad.

- ¿Qui-quien es?

- Nadie que te importe saberlo

- ¿Donde estas?

- A unos cuantos pasos frente a ti.

Sakura trago saliva y se dispuso a caminar, se levanto con lentitud y sus pasos eran cautelosos, dio unos cuantos y estiro sus manos al frente para ver si lograba tocar algo. Sintió algo calido tocando la suya, que la jalo al suelo.

- Aquí estoy - susurro la voz

La respiración de Sakura se agito mas, estaba temblando y cerró los ojos con fuerza.

- No te preocupes, no te voy a hacer daño

- ¿Quien eres?

- Otra vez con esa pregunta, mejor dime tú, ¿quien eres? ¿Y porque te trajeron aquí?

Antes de responder, Sakura entrecerró sus ojos verdes para ver si lograba distinguir algo, hasta que los encontró, dos ojos mirándola de color marrón con una mirada tan penetrante que jamás pudo imaginar encontrar.

- Supongo que me raptaron, mas aun no lo se, lo hicieron cuando yo estaba dormida.

- Aun no me has respondido quien eres.

- Si usted no me lo dice yo tampoco tengo por que hacerlo.

- Estas en lo que correcto y no es necesario que me trates con formalidad- rió despacio.

- Esta bien, gracias, me puede…- corrigió- me puedes decir ¿porque no me habías dicho que estabas aquí?

- No lo se, me gustaba observarte.

- Bien, pues no creo que aya sido una buena vista el haberme visto llorar desesperada.

- Si lo era.

- ¿Por que estas aquí?- cambio de tema.

- Hace frío ¿no crees?, yo creo que no tardara en amanecer y llegaremos muy pronto a la ciudad – esquivo la pregunta.

Sakura no pareció insistir más, al parecer el joven que se encontraba ahí no quería hablar del tema.

El sol comenzó a salir y ninguno de los dos había vuelto a hablar, Sakura se había quedado dormida unos cuantos minutos y cuando despertó por los rayos del sol y los ruidos de afuera, volteo a ver a su acompañante.

Quedo sorprendida al ver a aquel muchacho, sus ojos marrones la miraban igual que en la noche, su cabello alborotado era del mismo color de sus ojos, traía una camisa blanca un poco desgarrada y pantalones negros bastante sucios, su camisa traía manchas rojas que supuso era sangre, una de sus manos estaba atada a un tubo grueso de madera pegado al suelo que llegaba hasta el techo.

- ¿Po-porque estas así?- la voz de Sakura comenzaba a temblar de nuevo al ver la situación.

- Que cosa, ¿esto? – Rió levemente antes de continuar- por nada especial.

- Que quieres decir si...- no pudo continuar porque la puerta se abrio de repente dejando ver al hombre que la habia llevado a ese lugar la noche anterior.

- Que bueno que ya despertaste preciosa, ahora es momento de que sirvas de algo- dijo con una sonrisa maliciosa en sus labios.

- ¡No!, no se atreva a tocarme –contesto Sakura y después volteo a ver al joven a su lado con una mirada suplicante.

Este al ver que el hombre de la puerta comenzaba a aproximarse le dijo a Sakura en voz baja y apresurada.

- Agarrate de mi brazo y no te sueltes.

Sakura accedió a lo dicho rápidamente, mientras se aferraba al brazo del muchacho con fuerza.

- Ven linda, no te voy a hacer nada- dijo el hombre cada vez más cerca.

- ¡No te atrevas a tocarla!- exclamó Syaoran.

----------------------------------Fin de Capitulo ------------------------------------

Notas de autora: Hola! Aquí esta un nuevo fic, que tambien espero que les guste...

Y ahora porfin se me hizo costumbre: Los personajes de Card Captor Sakura son propiedad de CLAMP.

Hasta pronto!