"Las siete cadenas"Autor: miki

DISCLAIMER: Los personajes de Magical Girl Lyrical Nanoha y Harry Potter y que aparecen en esta historia no me pertenecen y son propiedad de sus respectivos autores.

Prologo

El paisaje era desolador, las llamas ardían destruyendo lo poco que quedaba de una de la más grandes ciudades del reino Belkan. Un joven caminaba entre los restos del lugar, ajeno a lo que estaba ocurriendo. A los edificios destruidos, a los cadáveres de los guerreros caídos, al igual que el de los cuerpos muertos de gente inocente que tubo la desgracia de encontrarse en el lugar equivocado, en el momento equivocado. Tampoco parecía afectarle la vista de los supervivientes, mucho de ellos heridos por la cruenta batalla que tubo lugar hace unas horas.

El joven solo caminaba ignorando a todo y a todos, al mismo tiempo que nadie parecía percibir su presencia. Como si fuera un espectro el joven solo caminaba ignorados por todos y sin ningún rumbo fijo. Pero es comúnmente dicho las apariencias engañan.

El extraño joven realmente tenía un destino, aún ni el mismo sabía donde se dirigía; solo sabía que tenía que estar en un lugar y que tenía que llegar cuanto antes. Era como si estuviera hechizado ya que pudiera pensar claramente se habría percatado que no sabía donde se encontraba y como había llegado a ese lugar. Sin embargo ahora su mente estaba plenamente concentrada en buscar el camino para llegar a aquel lugar desconocido en el que tenía que estar.

El tiempo comenzó a pasar y si el joven no se hubiera encontrado en un estado parecido en un trance, se habría percatado que el tiempo parecía actuar de forma extraña. Que era imposible discernir cuanto tiempo había pasado si segundos, minutos o horas, pero para él actualmente solo le era importante llegar a ese lugar desconocido lo antes posible.

Finalmente al llegar a una zona cercana a las afueras de la ciudad, un par de voces se podía escuchar y el joven supo que había llegado a destino. Aceleró el paso hasta encontrarse con el origen de esas voces, que pertenecía a un hombre y mujer joven unos pocos años mayores que él. Al igual que ocurrió en las otras zonas de la ciudad ellos no parecían sentir su presencia y el joven se detuvo a observar en silencio.

El lugar era iluminado por las llamas que fueron causadas por un incontable número de batallas. En el suelo incrustadas un gran número de espadas pertenecientes a los miembros de las facciones de ambos lados de la guerra, la mayoría de esas espadas resquebrajadas por la batalla. De los edificios que antes ahí residían ahora solo quedaban escombros envueltos por las llamas.

Y en medio de esa desolación se encontraban esos dos jóvenes. Ambos enemigos y al mismo tiempo amigos, forzados a luchar por la crueldad del destino y por el deber que han heredado, aún así ahora había llegado el momento de la luchas… el fin de la guerra había llegado por fin, una guerra que había durado durante generaciones y esos jóvenes eran dos de los principales responsables.

–Claus– la voz de joven era hermosa y sus ojos bicolores miraban con calidez a su viejo amigo que se encontraba arrodillado a causa del cansancio y de las heridas producidas por su reciente batalla. "Gracias… Gracias, por todo lo que has hecho hasta hora, pero ahora debo irme."

Claus Ingvalt intentó con todas sus fuerzas elevarse, pero su cuerpo herido se lo impedía. Sus ojos se llenaban de desesperación ante la negativa de su cuerpo de obedecer sus ordenes.

–Por favor… Espera Olivie… Nuestra lucha aún…– hablo entre jadeos para intentar detener lo inevitable.

–¿Serás un buen rey y vivirás en paz con tú gente?– más que una pregunta, era una afirmación conociendo perfectamente al rey de Shutra y que sería incapaz de poner en peligro a su gente.

–De esta forma esta tierra no volverá a ser marchitada de nuevo con la guerra.– Claus escucho en silencio lo que sabía que era la última petición de su amiga. –Para ser siempre capaz de ver el cielo azul y las bellas flores.–

La desesperación se intensificó en el interior de Claus tenía que intentar, que Olivie cambiar de opinión; por lo menos intentar cambiar su opinión una última.

– ¡Por favor, espera aún no!–

Pero Olivie no fue disuadida.

–La cuna, debo ir…–

Y con esas últimas palabras se despidió, comenzó a andar en dirección a la cuna dando la espalda a su amigo, no sin antes levantar su brazo en forma de despedida.

–Olivie… yo…– fue lo único que atino a decir entre susurros Claus antes de elevar su vista al cielo y liberar un grito de angustia por haber fallado en salvar a su amiga, sus lágrimas fluyendo libremente por su rostro.

Y mientras tanto un joven que parecía permanecer desapercibido a todo el mundo, era el único testigo de lo que acababa de la tragedia que acababa de ocurrir.

En Privet Drive en el número cuatro vivía un joven muy especial. El nombre de ese muchacho era Harry Potter y aunque en apariencia era un chico común de catorce años, lo único que podía era destacar en él era su tamaño algo demasiado pequeño para alguien de su edad, también su vestimenta lo hacía resaltarse entre los demás ya que toda su ropa varias tallas demasiados grandes pero lo más llamativo en él era la cicatriz en forma de rayo que tenía en su frente.

Hasta que cumplió once años siempre pensó que obtuvo esa cicatriz en un accidente de coche, pero la realidad era otra. Esa cicatriz fue provocada por una maldición, una maldición realizada por uno de los magos oscuros más poderosos de todos los tiempos y que fue el causante de la muerte de sus padres. Irónicamente él cuando apenas había vivido un poco más de un año de edad él fue el causante de la caída del asesino de sus padres.

Con un jadeó Harry despertó de su sueño, su cuerpo bañado en un sudor frío.

El joven mago tardó unos momentos en recuperarse, aún así se sentía todavía desorientado por el extraño sueño que acababa de tener. Se sentó en el borde de la cama para intentar en orden sus pensamientos sobre ese sueño tan realista.

La reina Olivie… El rey Claus… La cuna… El reino belkan…

Era todo tan extraño, nunca había oído de esos nombres, de esos lugares y aún así le eran tan familiares como si siempre había sabido de ellos. Sin embargo le faltaba mucha información…

¿Qué era la cuna?

¿Dónde estaba el reino belkan?

El ojiverde sacudió su cabeza tenía que dejar en pensar en eso, era solo un sueño. Y aunque en su mente no hacía más que repetirse una y otra vez que era un sueño, que tenía que olvidar todo sobre ello; tenía la extraña sensación de que no podría convencerse de que era un simple sueño.

Desconocido a Harry un hombre observaba su habitación encubierto por las sombras de la noche.

El hombre había vivido mucho tiempo, demasiado tiempo para su propio gusto. Estos últimos años de vida solo tenían un propósito para él, cumplir una promesa que había realizado hace, mucho, mucho tiempo. Hace trece años casi había fallado en mantener su promesa, pero esta vez no lo haría.

Su mirada se apartó momentáneamente de la casa del joven mago hacia en su mano, en ella se encontraba un collar en forma de cruz dorada, sin embargo esa cruz no es del mismo tipo que usan los cristianos, muy pocos conocerían la verdadera historia de ese tipo de cruz.

Cerrando su mano alrededor del collar lo volvió a ocultar.

Mirando una última vez la habitación de Harry, el hombre decidió que ya había llegado el momento de abandonar este lugar. Ya había comprobado lo que deseaba y pronto se reuniría con el muchacho, pero por ahora solo podía esperar; no había llegado el momento todavía de que ambos se encontraran y de que la verdad fuera desvelada.

Habiendo decidido ya su próximo movimiento abandonó el lugar, en ningún momento abandonando la seguridad de la oscuridad que ocultaba su identidad.

A miles de kilómetros de Inglaterra en otro país en la ciudad de Uminari una joven descansaba en su cama, agotada del entrenamiento que había realizado durante toda la mañana. El nombre de esa chica es Nanoha Takamichi, desde hacía casi cinco años que descubrió la existencia de la magia y desde aquel día su vida cambio para siempre.

Muchas aventuras había vivido durante estos años y algunas de ellas peligrosas. Una de esas aventuras casi le costo la vida y desde ese momento todo cambio. Ella sabía que su padre provenía de una familia con una larga historia con la lucha de espadas, su propio padre trabajo de guardaespaldas hasta que en uno de sus trabajos fue herido de gravedad; solo sus reflejos adquiridos por su entrenamiento le salvaron la vida.

Sin embargo nunca se pudo imaginar las verdaderas habilidades de su padre, cuando se recupero del accidente sus padres le dieron un ultimátum, si deseaba seguir con su trabajo tenía que entrenar con su padre; al principio creía que sería más fácil.

Como se equivocaba…

Ella había visto entrenar anteriormente a su padre y a sus hermanos juntos, no parecía el mismo estilo de lucha. Solo meses después descubrió que realmente era un estilo ligeramente diferente, el que había visto hasta ahora era solo enseñados a aquellos que no pertenecían a la familia. En cambio el que estaba siendo enseñada aunque parecido al otro era diferente, además solo los miembros de su familia podían aprenderlo; sus técnicas eran más veloces, más poderosas y si realizadas con una espada esas técnicas serían mortales.

Llevaba dos años entrenando y según su padre aunque ella tenía mucho talento todavía le quedaba mucho que aprender. Su cuerpo lleno de moratones le daba la razón a su padre, que hoy estuvo extrañamente exigente con su entrenamiento.

La melodía de su móvil se comenzó a escuchar en la habitación provocando un leve estremecimiento de la castaña, ante el inesperado sonido que llegó a sus oídos. Con pereza alzó su mano para coger el teléfono, con cuidado para evitar hacer algún movimiento que provocara que se cuerpo se volviera quejar; abrió el teléfono y observó quien la llamaba.

Fate

Una sonrisa se formó en los labios y ignorando las quejas de su cuerpo, acepto la llamada de teléfono de su mejor amiga.

–Fate-chan, ¿cómo estas?–

Durante unos segundos hubo silencio antes de que una voz se escuchará a través del teléfono.

Estoy bien Nanoha, ¿Y tú como te encuentras?… Te noto cansada.–

Nanoha rascó su mejilla y rió suavemente, su amiga la conocía demasiado bien.

–Estoy bien… Estoy bien… Solo que hoy el entrenamiento con mi padre fue más duro de lo normal.–

–Ten cuidado… no te esfuerces demasiado, por favor –

–Nyahaha te preocupas demasiado, solo estoy un poco cansada.–

Muy bien, Nanoha.–

La castaña sonrió al haber calmado a su amiga sobre protectora, entonces se percató que aún no sabía la razón

por la que había llamado a su casa.

–¿Por qué has llamado, Fate-chan?–

Quería saber si podría venir a cenar a mi casa hoy, Hayate, Arisa y Suzuka vienen también.–

La sonrisa de Nanoha se agrando al escuchar las palabras de la rubia.

–Por supuesto, ¿a la misma hora que siempre?–

Si.–

–Entonces, nos veremos en un rato.–

–Hasta luego, Nanoha–

–Hasta luego, Fate-chan–

Nanoha cerró el teléfono olvidando completamente el dolor y cansancio que sentía su cuerpo, de un salto salió de la cama hacia el suelo; pero unos segundo después de que sus pies tocaron el suelo de la habitación ocurrió algo, algo que no debería ocurrir.

Durante unos momentos su habitación pareció desaparecer, para ser substituido por un lugar muy diferente. En lo primero que se percató Nanoha era la destrucción, solo había ruinas envueltas por las llamas, unos momentos tardo Nanoha en percatarse en dos figuras que se enfrentaban la una a la otra; pero antes de que pudiera observar esas dos personas ella había vuelto a su habitación.

–¿Qué ha pasado?– Murmuró para sí Nanoha.

[ These well, my master?]

La voz de su dispositivo hizo comprender a la castaña, que en algún momento se había dejado caer arrodillada en el suelo.

–Estoy bien Raising Heart, no te preocupes.–

Pero no era verdad lo que decía, se encontraba confundida y atemorizada por lo que acababa de pasar. Quería contar a alguien lo que acaba de pasar, sin embargo algo en su interior había algo que se lo impedía.

Ahora agradecía que Fate la llamará para invitarla a cenar en su casa, ahora más que nunca necesitaba de su presencia y la de sus amigas.

La noche había llegado y Shiro Takamichi comenzaba su rutina habitual en el cierre de la cafetería.

Al principió no ocurría nada fuera de lo normal, como todos los días esperó a que los últimos clientes abandonaran la cafetería, antes de cerrarla con llave, se dirigió a la cocina a fregar los pocos vasos y platos que quedaban. Al terminar salió de la cocina para encontrarse alguien que no debería estar ahí.

–Rika…– murmuró Shiro al observar a una mujer joven de su misma edad sentada, en sus manos tenía un vaso lleno de un líquido de color ambar.

–Has cambiado Shiro, llevo varias horas vigilándote y no te has percatado de mi presencia.– Los ojos negros de la mujer se clavaron en el hombre delante de ella de forma acusatoria, para luego desviar su mirada hacia su bebida.

No hubo ninguna respuesta, solo un silencio aplastante.

–Su muerte te cambio y si su herencia muere, tú hija también cambiara.–

El cuerpo de Shiro se tensó por varios motivos al escuchar las palabras de la vieja mujer, sus ojos miraron atentamente a la joven castaña sin perder detalle, mientras que su habitual sonrisa desapareció; mostrando en su cara una expresión que no había tenido desde la última vez que trabajo de guardaespaldas.

–¿Por qué estas aquí Rika?–

La castaña soltó una carcajada antes de contestar.

–Verdaderamente has cambiado, si no te has percatado de lo que esta ocurriendo.– La mujer le dirigió una mirada claramente divertida al castaño. –Es mejor que te des prisa en descubrir lo que pasa, no vaya ha ocurrir la misma tragedia que hace trece años y sea tú hija quien sufra las consecuencias.–

Una vez más la cafetería se quedó en silencio, Shiro intentaba descifrar lo que estaba ocurriendo y Rika solo observó con atención las acciones del antiguo guardaespaldas.

-Te aconsejo que aceleres el entrenamiento y que la ayudes con su magia. Después todo el problema que tuvimos que pasar para crear un escenario ideal para liberar todo el potencial que tenía, hay que reconocer que aparecieron ciertos elementos inesperados; aunque al final sirvieron para nuestro proyectos.-

Una mirada de choque apareció en la cara de Shiro, para que luego sus ojos fulminaran a la castaña.

–Entonces vosotros…–

–Sí, nosotros fuimos quienes nos encargamos de asegurarnos de que ese muchacho de que encontrara las Jewel Seed y de que obtuviera a Raising Heart. También fuimos los causantes del accidente de la nave que transportaba las Jewel Seed y finalmente colocamos una sugestión en la mente del muchacho que le diera a Raising Heart al primer usuario mágico que se encontrara; por supuesto nos teníamos que asegurar que el crío encontrara únicamente a tú hija, pero es fue fácil en esta ciudad apenas hay personas con habilidades mágicas. Fue una suerte que se hiriera antes de encontrar a tú hija, así había una razón valida para darle el dispositivo a Nanoha sin que nadie sospechara.–

–Todo este tiempo habéis manipulado todo.–

La castaña se encogió ante la acusación, aunque se podía observar cierta cólera en su mirada.

–Tal vez, pero no tienes el derecho a juzgarnos siempre hemos estado vigilando para asegurar la protección de Nanoha y todas las elecciones que ha hecho tú hija hasta ahora las ha hecho por su propia voluntad, no debido a nuestra interferencia. Mientras que tú siempre has mantenido el secreto sobre las habilidades que tenía tú hija, no permitiéndola elegir que hacer sobre su magia, si seguir viviendo una vida normal o…–

El ruido del choque de la palma de la mano de Shiro contra la mesa interrumpió a la castaña.

–No tenéis ningún derecho a criticar la forma en la que crío a mis hijos, recuerda que he abandonado cualquier relación con vosotros.–

La castaña se levantó y se dirigió en ningún momento mostrando estar intimidada, por el comportamiento agresivo de Shiro.

–Ya deberías de saber que es imposible romper lazos con nosotros mi querido Shiro, por cierto dile a Nanoha que cuide bien a Raising Heart ha sido mi mejor trabajo hasta ahora; estoy seguro que sí sigue así descubrirá muchos secretos que guarda en su interior, bye, bye.–

Y así abandonó el local, ignorando la mirada cargada de desprecio que le enviaba Shiro.

N.A. Bueno este es mi primer fanfic espero que os guste la historia, como habéis visto es un crossover con Harry Potter y algunos elementos de Fate stay night colocaré un glosario al final de cada capitulo para aquellos que no han leído los libros de Harry Potter.

Os ruego tengáis clemencia si veis alguna falta de ortografía o gramática.

Y finalmente un saludo especialmente a NeoCervantes quien dio titulo a este fic y me ayudo con el sumario, Marye, kodashi, Rina, Rohn Mary, utau-mizuki por soportarme con mis desvaríos de mi historia -_-