Bueno, antes pedir que no me maten por haber escrito algo así xDDD Ya leerán y me entenderán. No suelo escribir mucho para este fandon pero bueno…este fic constará de dos capitulos cortos que probablemente no tengan mucho sentido pero bueno…liar a Homer y Ned es más complicado que hacer la compra de todo el mes con un euro así que…¡Saludos y disfruten!
Servicios a la comunidad
Capitulo 1:
No recordaba porque, pero de todas formas no era necesario. El juicio había dido claro, y las cámaras de seguridad habían grabado todo, y bueno su abogado realmente era inútil, pero ya sabía como engatusar al juez de la ciudad de Springfield, Claro que aún así reventar las puertas del centro comercial, causar grabes destrozos y conducir borracho no iba a ser pasado por alto. El castigo se quedo en dos noches en el calabozo y un año de servicios a la comunidad. Hasta ahí Homer entendía todo, no le gustaba, pero era mejor que la cárcel, en la que por cierto ya había estado unas cuantas veces.
Ahora lo que no podía soportar era que su vecino Ned hiciera aquello voluntariamente. No le bastaba sacarle de quicio cada mañana cuando iba a recoger el periódico del porche con su "Hola, holita Vecinito" que tenía que verle allí cada día.
Lo peor de todo es que Homer llegaba tan cansado a casa al tener que compaginar su trabajo con aquellos servicios a la comunidad que su relación marital se estaba deteriorando poco a poco. Pero si incluso había perdido peso, aunque claro no tenía tiempo ni para comer.
Y el poco tiempo libre que había sacado lo había invertido en tomar unas birras con los colegas y relajarse un poco.
Tres meses después de la sentencia, Homer contaba con diez kilos menos y una agrietada relación con su mujer, que lo sobrellevaba refunfuñando. Claro que de haber sabido que esa tarde cuando su marido salió iba a ocurrir lo que iba a ocurrir no volvería a verle de la misma manera.
— ¡Hola, holita compañerito!
Ned estaba con un ajustado mono de color naranja y franjas reflectastes, aquel día tendrían que limpiar el parque de Springfield. Come había vuelto de bastante mal humor ya que las rosquillas en su trabajo se habían acabado antes de que llegara a probarlas, y había discutido con Marge nada más despertar. Que claro, una mujer tiene sus necesidades y el estaba demasiado cansado como para complacerla.
—Puñetero Ned—murmuró entre dientes mientras se ponía su mono naranja y cogía un enorme cubo verde.
—Veo que alguien se ha levantado con el piececito izquierdo —comentó con la misma amabilidad y entusiasmo que derrochaba siempre— Hoy tenemos una buena tarea.
—Si, si lo que sea…
"Pero que acabe pronto por dios…no te soporto"
Pronto los dos comenzaron a limpiar el parque, que a esas horas de la tarde cuando faltaba poco para el crepúsculo estaba atestado de juguetones niños y calmados ancianos que no tenían en realidad nada más que hacer, incluso de alguna atolondrada pareja que paseaba sin preocupaciones dando muestras de su amor a todo el que los veía.
De lo que no se fijaban ninguna de esas personas es de la basura que había por todos lados y que afanosamente esos dos "voluntarios" (Más bien uno, Homer no haría eso en su tiempo libre) limpiaban.
— ¡Ouch!
Pronto Homer empezó a soltar una retahíla de palabras malsonantes, había cristales en el suelo que irremediablemente había tenido que recoger a mano y por un descuido al mirar una ardilla se había cortado. Aquellas palabras asustaron a unos niños que estaban jugando cerca de él y que salieron corriendo.
Ned se acercó y al ver el corte se introdujo el dedo de Homer en la boca para chupar la sangre y parar la hemorragia.
—Te has hecho un buen cortecito. Ven conmigo al coche tengo un botiquín de primeros auxilios en la guantera.
"Y que no tendrás tu ahí" Pensó malhumorado el ciudadano amarillo, que se estaba desquiciando al sentir como los pelos del bigote de Ned le rozaban el dedo.
Sin más remedio le siguió hasta el coche dejando los cubos repletos de basura al lado.
Ambos entraron en el vehiculo, nunca se había fijado en lo espacioso que realmente era ese coche.
Ned tenía una figura de Jesucristo colgada del retrovisor, y pudo comprobar que tenía la biblia junto al botiquín que guardaba en la guantera.
Algún cable se cruzó en ese momento en la cabeza de Homer. Ned estaba de espaldas a él agachado y buscando algo que aparentemente se le había caído al suelo. Le abrazó por detrás y le giró bruscamente, por algún motivo ver las nalgas de Ned moviéndose provocadoramente de un lado a otro habían despertando una atracción en él.
— ¿Q-Que haces Homer? —Preguntó.
Se asustó aún más cuando recibió un apasionado beso de se compañero de servicios a la comunidad.
Claro que Homer llevaba tanto tiempo sin tocar a su mujer, y en esos momentos que estaba levemente menos cansado, estaba buscando lo que en casa hacía mucho que no practicaba.
Ned trato de forcejear con él, pero a pesar de su fuerte musculatura, que disimulaba a perfectamente con su ropa Homer parecía tener más fuerza y a pesar de haber adelgazado seguía siendo más pesado que él.
Aquello era pecado, pero hubo un momento en el que dejó de resistirse. Homer llevaría tres meses de sequía pero el llevaba años viudo, y ningún hombre es de piedra. Así que en el momento es que la sangre dejo de acudir a su cerebro, para ir a parar a otro sitio no pudo menos que dejarse hacer y participar.
Media hora después ambos estaban sumamente avergonzados, aún dentro del coche y sin poder mirarse a la cara o decir nada. Ned rezaba y pedía perdón a Dios en murmullos, mientras que Homer repetía una y otra vez Marge no puede enterarse de esto
Continuara…
