Capitulo 1
Aquel solitario y atractivo hombre tomó entre sus dedos el vaso de fino cristal y lo llevó hasta sus labios. Los hielos hicieron su característico sonido al chocar contra el cristal y la bebida se deslizó por su garganta. Con un suspiro dejó el vaso nuevamente sobre la mesa que ocupada y miró a su alrededor. En aquel bar, las parejas reían y conversaban. Había grupos de amigos divirtiéndose y otras cuentas personas esperando por alguien especial, y luego estaba él. Solo. Como siempre, como cada año.
Miró entretenido su Whisky, y sonrió de lado pensando tontamente lo mucho que le recordaba ese color a los ojos de su ex compañero de equipo. ¿Cuantos años habían pasado de eso? 10? 15? no lo recordaba con exactitud. Había días que lo recordaba con mayor intensidad que otro, y eran esos días, los que decidía ir a ese bar. Se había vuelto una especie de ritual, no estaba seguro de como empezó o porque, pero sentir el calor de la bebida recorrer su garganta, le reconfortaba un poco, y el ambiente tranquilo de ese lugar le llenaba de una paz pasajera.
Kai jugó un poco con el vaso entre sus dedos, haciendo girar un poco, solo un poco, recordando el motivo por el que ahora se encontraba ahí sentado. Esa mañana había sido particularmente pesada, reunión tras reunión. Desde que su abuelo había muerto y él había pasado a ocupar su lugar como cabeza de la compañía, sus días se habían transformado en eso, un desfile continuo de personas molestas buscando su aprobación. Odiaba a esas personas, a ese grupo de aduladores que solo buscaban su propio beneficio, pero odiaba más en lo que se había convertido él, era igual a ellos. Los medios de comunicación habían dicho que era un genio de las finanzas, que su abuelo estaría orgulloso y quien sabe que tantas patrañas más, ¿qué rayos podrían saber ellos?
Bebió un sorbo más del vaso y suspiró, estaba acostumbrado a esas reuniones aburridas, sin embargo, el problema había sido una llamada inesperada. Aquella llamada lo había sacado completamente de su perfectamente aburrida rutina de reuniones interminables y adulaciones continuas; había sido tan profundo el shock, que por primera vez en años, se quedó sin palabras cortantes y solo escuchó enmudecido la noticia: 'Nos casaremos' le habían informado 'Kai? Max y yo nos casaremos, ¿vendrás a la boda?' y aquella pregunta pareció flotar junto a las demás palabras como una hoja al viento, perdiéndose en la lejanía de sus pensamientos. Cuando al fin logró responder, simplemente escupió un 'Estoy ocupado ahora, te llamo después' y colgó. Ahora estaba ahí, con su trago en una mano y la invitación en la otra.
Tenía años sin verlos, sin verlo a él, y ahora tenía la excusa perfecta para volver a verle, volver a ver su sonrisa, volver a ver sus ojos y escucharlo decir su nombre. Un escalofrío recorrió su espalda y su piel se volvía de gallina con tan solo pensarlo. Tantos años invertidos suprimiendo esos sentimientos y ahora se daba cuenta que con solo imaginárselo frente a él perdía el control sobre su propio cuerpo. ¡Pero que desperdicio de tiempo! ¿Acaso nunca podría superarlo? Kai miró molesto su vaso vacío, necesitaba otro trago, aun podía sentir su corazón latiendo con fuerza ante su solo recuerdo y quería nublar ese pensamiento lo más rápidamente posible.
Le hizo una rápida seña a la mesera y casi de inmediato la chica se acercó con otro trago idéntico al anterior. Ella le sonrió coqueta y le preguntó sugerente si deseaba algo más. Aquello le hizo gracia al ruso, ¡ella era tan ingenua!, tenía la tonta esperanza que algún día él accedería y le pediría una cita... ¿que acaso nunca se rendiría?
-No gracias- respondió el con una media sonrisa que ruborizó a la mesera y se alejó no sin antes chocar con un par de mesas. ¿Se vería él así, igual de patético que la chica, cuando lo volviera a ver? quizá lo mejor sería no ir a la boda y ahorrarse todo ese problema, pero, ¡la tentación era tan grande! quería, no, necesitaba saber ¿que había sido de su vida? ¿Y si se hubiera casado? ¿Y si tenía hijos? No, lo mejor era no ir, no sabía si podría soportar eso, si aquello era verdad, toda su frágil burbuja se rompería y su corazón no lo resistiría, eso era seguro.
Un nudo se formó en su garganta ante esos pensamientos, así que bebió de un sorbo la mitad de su trago, sintiendo como sus mejillas se enrojecían un poco ante el calor de la bebida. Llevaba años ignorando sus sentimientos, pensando, infantil-mente quizá, que los años no habían pasado para sus compañeros y que ellos seguían exactamente igual que cuando él partió. Para Kai, Tyson seguía siendo el atolondrado aquel que se jactaba de ser el mejor del mundo, corriendo a todos lados junto a Max, quien seguía comiendo todo con exceso de mostaza o azúcar, con esa sonrisa confiada y animosa. Seguramente Kenny seguía pegado a su laptop, sobre analizando todo, sacando de problemas a Tyson y Max. Y Ray, él seguramente estaría en su aldea perdida en las montañas chinas, con su antiguo equipo, con la peli rosa pegada a su espalda...
Terminó su trago y analizó la invitación. Seguramente la había diseñado Hilary, esa chica era una controladora, pero tenía buen gusto y esa invitación tenía su sello personal. El papel, los colores, la caligrafía impecable... si, esa era obra de Hilary. Un zumbido lo sacó bruscamente de sus pensamientos, obligándolo a mirar la pantalla encendida de su celular. Era Tyson.
-¿Qué?- contestó de mala gana, estuvo tentado a no contestar, pero su mano lo traicionó y ahora tenía su teléfono en la oreja, deseando no haber contestado esa llamada.
-¡Uyy el señor importante!, dijiste que me llamarías luego, ya es luego y no haz llamado, ¿Que no te alegras por nosotros?- dijo con su fastidiosa voz - todos los demás han respondido de inmediato, excepto tú, la boda es la próxima semana, vendrás ¿cierto?- por alguna razón, toda aquella palabrería fue confusa para Kai, solamente escuchó 'Los demás' ¿quiénes eran los demás? debía saber, no, necesitaba saber.
-¿Quiénes asistirán? - dijo secamente, quizá más de lo necesario, pero al fin su Whisky había hecho su trabajo, nublando sus sentimientos un poco.
-Pues todos - dijo- Mi hermano y el abuelo, Judy y Taro, Kenny y Hilary, Emily y Michael, Ray y Mariah... -
¿Es posible escuchar cómo se rompe un corazón? en ese preciso instante, Kai podría jurar que lo escuchó, un crash inconfundible muy dentro de su pecho, seguido por una punzada que recorrió su brazo izquierdo - ahí estaré- se escuchó decir, e inmediatamente después se odió más que a los aduladores de su trabajo.
-¡Genial viejo!, te estaremos esperando, Max se pondrá muy feliz cuando le cuente, ¡al fin nos reuniremos! -
Pero qué ironía, de un lado de la línea, la felicidad era palpable, genuina, del otro, con una fingida sonrisa, se despidió el ruso, tratando que sus palabras no mostraran el dolor que ahora sentía. ¿Por qué había accedido? lo mejor era no asistir, ya lo había decidido, entonces ¿porque? con solo escuchar su nombre, solo su nombre y su boca habían reaccionado sola. Se llevó las manos a la cabeza, enterrando sus dedos entre su ahora corto cabello, acomodando sus codos en la mesa -pero ¿qué he hecho?- se dijo en voz baja, arrepentido de su respuesta. ¿Qué haría al verlo feliz con alguien más que no era él? no quería perder la cordura, no otra vez, esa había sido la razón principal por la que se marchó tantos años atrás. Y ahora tendría que enfrentarlo, verlo sonreírle a ella, solo a ella, y parecer tranquilo ante la situación, pretender que no sentía celos y unas ganas incontrolables de desaparecerla y quedarse con él, de abrazarlo y jurarle que no se volverían a separar jamás...
-no sé si pueda con esto - se dijo - no sé si lo logre...Ray.
