Nada del Pottermundo me pertenece

Aparecí de nuevo jojojo la historia es una serie de one-shot sobre los tres hermanos Potter, son situaciones cotidianas que todos tenemos con nuestros hermanos, esas cosas feas sin las cuales no podríamos vivir.

Este FF está dedicado exclusivamente a mis dos hermanos que me viven molestando pero los amo más que a nada (:
it'sjustanotherfreak

-James te va a matar Al- decía una Lily de doce años mirando hacia la puerta de la habitación.
-Yo no hice nada- Contestó su hermano intentando volver a colocar el brazo a un muñeco que hacía muecas de dolor.

-Lo rompiste Albus –

-Claro que no- el pobre chico miraba desesperado para todos lados buscando una salida –se rompió solo Lily-

-James te dijo que no entraras a su habitación- le reprochó la chica

-Ya lo sé- se quejó cada vez más nervioso- no estás ayudando enana.

Albus se pasó una mano desordenándose todavía más su alborotado cabello, buscando una solución o alguna salida que no involucrara su muerte. Había sido un idiota ¿Cuántas millones de veces su hermano le dijo que se alejara de su pieza? ¿Cuántas veces había tenido que ir a refugiarse con su madre para evitar que su hermano lo asesinara por tocar sus cosas? Y él seguía sin aprender.

Allí estaba, en la amplia (y completamente desordenada) habitación de su hermano mayor rogando a Merlín que James se quedará todo la tarde en lo de sus amigos así tenía tiempo de solucionar la cagada que se había mandado.

Sostenía con una mano la figura de acción animada de David Trézéguet, el cazador estrella de la selección Francesa, quien había sido clave para que su equipo ganara el último mundial de quidditch dos años atrás y (para peor) el ídolo de James y con la otra sostenía un brazo que encajaba justo en el agujero al costado del cuerpo del muñeco.

Era hombre muerto. Había vivido unos buenos trece años de vida y ahora le tocaba morir por estúpido, ya nadie podría salvarlo, ni su madre, ni su abuela, ni siquiera un milagro divino ni su papá podría contener la masacre que haría James con su cuerpo.

-Papá- dijo en un susurró dándose cuenta de algo.

-En la pieza con mamá, hoy es domingo Al no trabajan- contestó Lily como si explicara que uno más uno es dos.

-Sí, sí- estaba viendo un rayito de esperanza- salgamos de aquí Lils ¡NO TOQUES NADA MÁS!- grito viendo que su hermana estiraba la mano hacía un poster de un grupo de música muggle que había en la pared.

-Estás un poquito histérico Al- dijo con voz cantarina la pelirroja antes de salir de la habitación dando saltitos.

Albus dio una última mirada al cuarto fijándose que todo estuviera en su lugar y salió; segundos después de cerrar la puerta corrió hacía el cuarto de sus padres y comenzó a golpear la puerta como si Voldemort estuviera detrás de él. Sabía por experiencia propia que no era muy buena idea entrar sin avisar al cuarto de sus padres cuando ambos estaban encerrados allí.

-Por Merlín ¿qué pasa?- su papá abrió la puerta con cara de enojado y sin remera -¿Albus?

-Voy a morir, necesito tu ayuda- rogó a punto de ponerse de rodillas

-Hijo ¿estás bien?- Ginny que había escuchado el tono desesperado de su hijo se había acercado a la puerta (y gracias a Griffindor que tenía toda la ropa puesta)

-¿Cómo es eso que vas a morir Al?- preguntó Harry haciéndose a un lado para que el chico pudiera entrar y sentarse en la cama.

-yo…- Albus no sabía cómo decirles la estupidez que había hecho

-Mi amor sabes que puedes decirnos lo que sea- su madre siempre tan buena, tan comprensiva.

-Yo estaba aburrido y bueno…- bajo la mirada – .

-¿Qué?- preguntaron sus dos padres sin entender nada.

-Entré al cuarto de James-

-Albus cientos de veces te dijimos que no entres a los cuartos de tus hermanos- dijo su mamá con el cejo fruncido.

-Quería leer las historietas esas de naves espaciales que tiene- continuó omitiendo el comentario anterior- y sin querer rompí su muñeco de Trézéguet- mostró sus manos que había tenido todo el tiempo escondidas detrás de su espalda revelando el mutilado muñeco.

-Tu hermano va a matarte- se rió su madre disimuladamente.

-Ya sé por favor arréglenlo- pidió desesperado.

-Está bien dame- dijo su padre, pero nunca llegó a darle el muñeco porque su madre se interpuso.

-Nada de eso jovencito, ahora vas a aprender a no meterte con las cosas de tus hermanos- dijo con el mismo tono de voz que diría el clima.

-Pero mamá va a matarme, papá por favor- intentó al ver que su madre no iba a dar el brazo a torcer.

-No hijo, tu madre dijo que no-

-Pero pero mamá tú tienes seis hermanos sabes exactamente que ese energúmeno que tengo de hermano me va a matar cuando llegue- imploró con el último recurso que le quedaba

-Claro que lo sé mi amor, pero es la única forma que vas a aprender- le dijo dándole un beso en la cabeza- descuida, no dejaremos que te mate.

-Ni que te deje marcas- se rió su padre

-Tu tío Ron era igual, siempre metiéndose donde no lo llamaban después de que Fred y George lo agarraran por romper su escoba aprendió a quedarse en su lugar- comentó su mamá hablando más para sí misma.

-¿Qué clase de padres son que van a dejar morir a su hijo más lindo?- preguntó ofendido viendo que no lo iban a ayudar.

-Unos que estaban ocupados antes de que vinieras- dijo su padre recibiendo un golpe por parte de Ginny –auch-

-Dile la verdad, no se va a enojar tanto- dijo su madre con una sonrisa

-Tiene razón Al, muestra tu lado Griffindor y se valiente- la apoyó su padre

-Yo soy Slytherin, soy valiente, no estúpido- y dicho eso salió corriendo sabiendo que había tocado el orgullo Griffindor de sus padres y que se iba a meter en más problemas.

Listo, era hombre muerto, tenía que aceptar su destino, le mandaría una carta de despedida a Scorpius, otra a sus primos y abuelos y a Teddy y después enfrentaría su temprana muerte con dignidad. Volvió a entrar a la pieza de su hermano para dejar el muñeco donde iba con la esperanza de que su hermano nunca lo viera y salió con la mala suerte de encontrarse a James que justo venía caminando por el pasillo.

-¿Albus que hacías en mi habitación?- preguntó el chico sospechosamente tranquilo

-Nada James, nada ya me iba- a Albus le sudaban partes del cuerpo que nunca habían conocido el sudor.

-Te voy a perdonar porque estoy de buen humor hermanito, espero que esté todo en su lugar- dijo despeinándolo todavía más.

-Sí, sí como tú lo dejaste- Albus quería irse de allí y encerrarse en algún armario donde nadie lo encontrara.

-Veamos- dijo simplemente abriendo la puerta.

Fueron exactamente 2.08 segundos lo que tardó su hermano en darse cuenta del brazo faltante en su muñeco de colección y luego de eso fueron 0.5 segundos lo que tardo en salir corriendo a los gritos persiguiendo al menor de los varones Potter por toda la casa.

-¡ALBUS SEVERUS POTTER PEQUEÑA SERPIENTE TE VOY A MATAR!- Albus escuchó el grito a metros detrás de él y siguió corriendo lo más rápido que sus piernas se lo permitían.

Pero no paso mucho tiempo hasta que James lo agarró por la remera y con bastante poca delicadeza lo tiró al piso colocándose sobre él.

-No me mates, no me mates, no me mates- era lo único que Albus podía decir.

-Rompiste a Trézéguet vas a morir enano, cuando termine contigo no vas a poder reconocer tu cadáver hermanito- dijo demasiado serio mientras amagaba a pegarle.

-Hago lo que quieras por favor en mi hermoso rostro no- pidió cubriéndose la cara con las manos.

-James ya es suficiente deja a tu hermano- Su padre había aparecido para salvarlo

-Pero papá está cosa horrorosa que llamas hijo se volvió a meter con mis cosas- se quejó

-Pero nada Jimmy, suéltalo- James obedeció a su madre y dejó salir a su hermano, no sin antes darle un golpecito en la nuca.

-Y qué va a pasar con mi muñeco roto, lo compre con mis ahorros en el mundial pasado- dijo enojado con los brazos cruzados mirando mal a su hermano.

-Nada que un reparo no solucione- dijo su papá entregándole a James el muñeco como nuevo.

-Te vuelves a meter en mi pieza y no habrá nadie que te salve viborita- amenazó James mirando fijamente a los ojos verdes de Albus antes de desaparecer por la escalera donde Lily se sufría un ataque de risa.

- Te vuelves a meter en mi pieza y no habrá nadie que te salve viborita- repitió Al con una voz ridícula.

-¡Te escuché tarado!- el grito de James retumbó en todo la casa y Albus se escondió detrás de su padre.

-Podrías haberle dado el muñeco antes de que ese intento de trol de montaña se tirara arriba de mi esbelta figura- le reprochó a su padre sobándose el brazo.

-No habría sido divertido hijo- se burló

-Ahora ya sabes que tienes que pensarlo dos veces antes de meterte en los cuartos de tus hermanos- le dijo su madre -¿Quién quiere tomar el té?- preguntó despreocupada.

-Casi muero y ¿tú quieres tomar té?-

-Ay Albus deja de hacer tanto escándalo, no iba a matarte, es tu hermano después de todo- dio por finalizada la discusión su padre yendo a la cocina.

Se aceptan criticas, comentarios, lo que gusten (: