Por supuesto, muchos de los personajes no me pertenecen, los que aparecen en Kingdom Hearts son de Square-Enix, los de Disney son de Disney y un largo etcétera. Ésta historia sólo fue escrita por diversión, sin ánimo de lucro.
Gracias por leer y espero que les guste.
La oscuridad de la noche invadía el cielo y el mar al esconderse el Sol a la lejanía. El sonido de las olas y el suave susurrar del viento a las palmeras era lo único que rompía el silencio en aquel tranquilo e idílico sitio.
A la orilla del mar se encontraba una joven tumbada mirando el cielo, de cabellos rojizos, ojos azules y figura esbelta. Sus cabellos, al igual que su vestido rosa sobre una blusa blanca, se movían suavemente a causa del viento.
-¡Kairi!- Le llamó una voz femenina.
-¿Qué pasa, Selphie?- Dijo levantándose.
La chica se acercó a Kairi. Selphie era una chica la misma edad que Kairi, tenía una expresión alegre, ojos verdes, cabellos castaños (peinados de una forma un tanto singular: liso, abierto en los lados y en la nuca) y vestía un uniforme escolar.
-Está anocheciendo, tendríamos que volver.- Dijo Selphie, con un dejo de preocupación.
-Selphie, no me dirás que tienes miedo.- Dijo Kairi con sorna.
-¡Pues claro que no!.- Dijo un poco sonrojada. -Pero ya es tarde, y no se tú, pero yo tengo hambre.
-Vete a casa si quieres, yo me quedaré un poco más.- Le dijo brindándole una sincera sonrisa.
-Está bien... Pero si después te regañan no me culpes a mí.- Le dijo guiñándole un ojo, ante esto las dos rieron.
-Tranquila, estaré bien.- Dijo Kairi alegremente.
Acto seguido, Selphie, tomó un bote de madera y se fue en dirección a una isla dónde se podía observar algunas figuras de edificios y luces, era dónde estaba el pueblo.
-¡Recuerda que Tidus y Wakka volverán de su viaje la semana que viene!- Gritó Selphie desde el bote.
-¡Descuida, no lo olvidaré!- Gritó Kairi moviendo la mano en señal de despedida.
Cuando el bote de Selphie se perdió entre la negrura de la noche, Kairi se volvió a tumbar sobre la orilla del mar, observando el cielo, ahora iluminado, solamente, por las estrellas y la luna.
Dio un gran suspiro y empezó a recordar lo importante que era aquél sitio para ella , para sus amigos... Para él.
-Sora, Riku... Vosotros siempre vivís una gran aventura y yo siempre os tengo que esperar...- Empezó a decir.- Sólo espero que os encontráis bien... Dónde quiera que estéis.
Empezó a perderse entre la negrura del cielo dejando atrás todo lo que la rodeaba, pensando en sus amigos,lo que le pasó, quién era ella en realidad, sus habilidades jamás exploradas antes... La llave-espada. La arma capaz de salvar a los mundos de la oscuridad absoluta o condenarlos a la extinción ¿Acaso tenía ella tan vasto poder?
Kairi estaba tan sumergida en sus pensamientos que no se percató que había movimiento aparte del viento a su alrededor.
-¿Es ella?- Dijo una voz grave y ronca.
-Si...- Respondió secamente una segunda voz, era algo menos grave que la primera.
-¿Estás seguro que será capaz de conseguirlo?- Volvió a preguntar.- No creo que tenga suficiente poder.
-Baja la voz ¿Quieres?- Susurró tratando de acercarse al objetivo.
-¿Y cómo quieres traerla sin que nos vea?- Dijo algo molesto.
- No te preocupes, el doctor me prestó una cosita que nos permitirá hacerlo.- Dijo con algo de orgullo.
-Loco, el jefe dijo que la lleváramos con vida.- Dijo con preocupación.- Si el jefe se entera nos mata.
-Tranquilo, ésto solo la aturdirá.- Empezó a decir con más orgullo, aunque luego se empezó a preocupar.- Estamos demasiado legos para que nos oiga, pero también demasiado legos para que ésto le afecte. Por ésto tengo que acercarme, y necesito silencio. Tú quédate en éste arbusto y espera a que la aturda, te daré una señal cuando esté.
Acto seguido una sombra surgió del arbusto de dónde provenían las voces, acercándose sigilosamente a Kairi. Aunque no sería tan necesario el sigilo, ya que su objetivo, en su caso Kairi, estaba durmiendo.
La luz de la luna revelo que aquella sombra estaba empuñando lo que parecía ser una pistola de diseño futurista de un color escarlata.
-Me facilitas mucho las cosas...- Dijo la sombra, apuntando a Kairi con su arma.
Acto seguido Kairi abrió los ojos, pero lo único que pudo ver fue una intensa luz verde... Nada más.
