Cap I: La Misión

El día era brillante y caluroso, algo muy común en Suna, una pelirrosa iba caminando entre los pasillos de un gran edificio, el paso era algo apresurado pero no mucho, ante los ojos de cualquiera iba con suma tranquilidad.

Su cabello rosa pálido natural se meneaba con su caminar, aparentaba unos 20 años, su piel estaba ligeramente bronceada, llevaba puesta una camisa vino tinta sin mangas, que le llegaba unos 4 dedos por encima del ombligo, realmente pegada, una falda de igual color seis dedos debajo de las caderas y abierta por los dos costados, más un short licra negro debajo de esta, llegaba cinco dedos por encima del medio muslo.

Entre sus brazos cubiertos desde los dedos hasta el codo por unos guantes negros llevaba varios libros abrazados a su abultado pecho, su cabello que le llegaba por la cintura lo tenía recogido en dos coletas bajas con unas ligas negras (tipo Tsunade pero las coletas negras), sus botas de kunoichi le llegaban hasta las rodillas y su porta kunai negro estaba aferrado a su cadera, en el cuello le tenía amarrada pero algo suelta la banda de Konoha (como Temari pero de Konoha), esta era de color negra (como la de Naruto).

Camino un poco mas hasta llegar a un par de puertas de madera realmente grandes, la toco y escucho un "pase" masculino del otro lado de la puerta, paso sin más y recorrió la inmensa sala hasta llegar al otro extremo, lo hacía con lentitud, no quería que lo que estaba a punto de pasar ocurriera pero eso pasaría ella quisiera no, al llegar al escritorio el sillón que hasta ahora le daba la espalda se volteo dejando a su vista un joven de unos 20 años también pelirrojo y con ojos color aguamarina.

-Hola Gaara- dijo la pelirrosa

-Hola Sakura… supongo que vienes por la misión conjunta que te asignamos…- dijo Gaara

-Si…-dijo ella sentándose en uno de los muebles negros –recibí ayer la carta con la información-

-Como sabemos que naciste en Konoha y llevas meses en Suna, sin contar los que estuviste aquí antes de que la anciana Chiyo muriera…-

-Bueno, sabes que después de la muerte de una de mis más importantes sensei en esa misión debía volver, pero para despejarme pude practicar con Tsunade…- dijo ella con la vista baja recordando todos esos años de su vida.

-bueno Sakura, al igual que te confiamos la formación de nuestros medico-ninjas te encomendamos esta misión, y antes de que se me olvide gracias por traerme estos libros los necesitaba…- dijo el pelirrojo tomando los libros y acomodándolos en alguna parte de su escritorio.

-¿A qué hora parto?- dijo la chica

-A la hora que quieras, mas tardar para mañana debes estar saliendo-

-entonces en tres horas estaré en la puerta- aseguro la chica -¿se le ofrece algo mas Gaara-sama?- dijo ella

-Ya te dije que dejes el sama ¬¬-

-está bien Gaara-kun- dijo la chica conteniendo una risa por el ligero puchero, y es que se había ganado tanta confianza por parte del pelirrojo que él se daba el lujo de comportarse inmaduramente frente a ella.

-Por cierto Sakura… como estarás cerca de su presa es muy probable que te encuentres con…- dijo el pelirrojo pero fue interrumpido por la pelirrosa la cual estaba a punto de salir por la gran puerta

-Si lo sé Gaara-kun no te preocupes… ya todo está bien…- dijo ella con una cálida sonrisa mientras desaparecía entre las dos puertas…

Tendría una fuerte misión, pero la cumpliría, no le importaba, decidió tres horas ya que arreglarse le tomaría una hora y media, el resto lo usaría antes para caminar y despejarse, tenía muchas cosas en la mente, abandonaría la villa que la aguardo por tanto tiempo, ya se había encariñado con varios de sus alumnos, sería algo difícil separarse de ellos.

El sol señalaba que eran aproximadamente las 10:30, le quedaba hasta las 11:30 para caminar y luego irse a eso de la una de la tarde, aunque se tomaría todo con calma, caminaba por las calles de Suna, estas no estaban muy concurridas o repletas de gente, era domingo, no había casi trabajo o ajetreo, al caminar sus caderas se movían levemente y su faldita revoloteaba un poco, el viento jugaba con sus cabellos y los mecía de un lado para otro mientras se dirigía a uno de sus lagos favoritos.

Estuvo en el lago pensando y reflexionando acerca de todo, entre el Hokague, su gran amigo, Naruto y Gaara el Kazekague decidieron mandarla a esta misión, ella estaba segura de que Gaara tuvo que convencer a Naruto, el mismo se lo dijo en una carta que le llego minutos después de la información de su nueva misión.

El tiempo se paso volando y ya se acercaba el momento de regresar a su departamento para listar todas sus cosas, al llegar entro al baño y se despojo de su ropa, al entrar en la ducha el agua tibia empezó a caer por todo su cuerpo llenándola de una gran paz, se baño rápido y salió envuelta en una toalla con el pelo mojado.

Para vestirse escogió una vestimenta muy parecida a la anterior solo que en vez de combinar lo negro con el vino tinto, lo combino con prendas de la misma manera pero en color blanco, todo lo que necesitaba por el momento era unos 8 conjuntos de ropa, no tardaría mucho tiempo en encontrarlos establecerse y comprar ropa nueva, dinero y algunas provisiones, tomo sus armas y algunos rollos con técnicas y su peine, se puso la banda de Konoha y salió del departamento con todo listo.

Al estar en las puertas de Suna hecho un vistazo hacia atrás, esa villa la había acogido por un buen tiempo, ya le tenía cariño, pero ahora no debía ponerse a pensar en eso, tenía una misión muy importante y riesgosa por delante, debía ser fuerte y no fallar en ella, ya que tanto Konoha como Suna se la confiaban.

Saltaba entre las ramas algo inquieta, estuvo horas y horas hasta que se hizo de noche, el cielo por la oscuridad que tenía señalaba que fueran aproximadamente las 9:30, fue a buscar un poco de agua y se devolvió a buscar un refugio por si empezaba a llover y para montar una fogata debido a la oscuridad y al frio.

Volvió con agua en su cantimplora y se dirigió hacia un gran hueco en un árbol, ese sería su refugio por el momento, tomo algunas ramas que habían por ahí y les prendió fuego con una técnica que le enseñaron en Suna, luego de estar un rato con la mirada perdida en el fuego que emanaba de la fogata decidió volverle a echar un vistazo al documento a su lado el cual dictaba todo lo que tenía que hacer…

Lo abrió lentamente, pero le tocaba resignarse, hiciera lo que hiciera el siempre diría lo mismo al terminar de abrirlo se dispuso a leerlo por completo…

En el Documento:

Aldea de la Hoja y de la Arena.

Nombre del Shinobi/Kunoichi: Haruno Sakura

Aldea Nativa: De la Hoja

Rango: Jounin, aunque se considera mayor por superar a la sannin Tsunade.

Misión Rango: S

Tipo de Misión: Infiltración.

Objetivo: Recopilar información.

Duración: Tiempo Indefinido, por más tiempo que pase fuera no será declarada como traidora, a menos que el ninja demuestre lo contrario, si muere durante la misión será declarado muerto en guerra.

Contenido de la Misión: Investigar sobre los planes, las tácticas de ataque y las formas de entrenamiento de Akatsuki, al igual que información sobre sus miembros, si hay bajas, o alguna enfermedad de ellos, se podrá comunicar con cualquiera de las dos aldeas mediante cartas, favor recordar el código secreto frente a sus compañeros de equipo. Si le encargan ser espía en su villa no se le ocurra renunciar, sus crímenes no serán reconocidos en lo que no se muestre traicionar en verdad a la aldea. Para no levantar sospechas debe deshacerse de este documento a tiempo, sino puede ser descubierta.

Le deseamos suerte en la misión, tenemos confianza en que en verdad la completara con éxito.

Atte: El Hokague y el Kazekague.

Naruto y Gaara.

Fin del Documento:

La pelirrosa cerró el documento y dio un suspiro de resignación, debía deshacerse de ese documento ahora mismo ya que no sabía con exactitud cuánto tardaría en encontrar algún Akatsuki, tomo el documento entre sus dos manos lo observo algunos minutos mas y lo arrugo, lo lanzo hacia la fogata y el papel poco a poco iba siendo consumido por el fuego, aunque lo quemara, se lo tragara o lo lanzara a una cascada tenía una misión encomendada, no le gustaba nada la idea de mezclarse entre esos asesinos, pero lo haría…

Dirigió su vista hacia el cielo, era oscuro un azul muy fuerte, pero a la vez era iluminado por un sinfín de hermosas estrellas y una gran luna llena, sus ojos se perdieron por varios minutos entre pensamientos y el firmamento, era tan inmenso, tan bello, tan puro, tan inalcanzable, le encantaba, él fue el que la vio llorar, la vio reír, la vio entristecer y la vio saltar de emoción, al igual que su fiel confidente la luna.

Al paso de unas dos horas sus ojos le pesaban, era muy tarde y tendría que madrugar al día siguiente si quería emprender lo más rápido posible con su ardua misión, se acostó con la fogata aun ardiendo, aunque pronto lo dejaría de hacer, el reciente estrellado cielo se estaba volviendo nublado y gruesas gotas de lluvia caían del firmamento.

Antes de poderse dar cuenta, entre la cálida imagen de la fogata, la dulce brisa y el olor del bosque, y el relajante sonido de la lluvia caer había quedado dormida entre los brazos de Morfeo…

Sueño de Sakura:

Dos pelinegros luchaban hasta el cansancio, se atacaban como nunca y había una pelirrosa en el suelo, inconsciente, los dos pelinegros estaban realmente heridos, tenían huesos rotos, hemorragias, tanto internas como externas y les faltaba mucha chakra, pero aun asi seguían luchando.

La chica recupero la conciencia y lo que logro ver fue una segadora luz blanca y celeste, luego de esto dos figuras cayeron al suelo, al parecer no tenían vida, pero se equivocaba.

Fue corriendo hacia una de ellas, respiraba entrecortadamente, pero por lo menos tenia lo suficiente para sobrevivir, luego se dirigió a la otra, esta no pudo, había muerto, ese poderoso asesino de rango S y totalmente peligroso había muerto…

-Madara Uchiha…- dijo la chica sorprendida mientras miraba el rostro del pelinegro sin vida, aunque su vista cambio de lugar al escuchar un gruñido de dolor por parte del otro chico.

Se dirigió hacia él y lo llevo a una cueva cercana, utilizo todo lo necesario para salvarlo, gasto más de la mitad de su chakra, pero por lo menos ya su pulso no era débil y su respiración era normal, estaba dormido y tenía la frente algo caliente, pero se le pasaría tomo un poco de agua y velo por el sueño del moreno a su lado.

Al pelinegro despertar la vio a ella, tenía su vista perdida en el cielo estrellado y el oído en el croar de los sapos, se acerco lentamente y le dio un beso en los labios.

-Sakura…- dijo el chico

-Itachi…-dijo ella

Después de esto se dieron otro beso, el cual fue interrumpido por una katana a través del cuerpo del chico, ella volteo su mirada y encontró otros ojos carmesí los cuales conocía muy bien, el hombre que la había besado murió en sus brazos e inmediatamente su asesino se calvo a sí mismo la katana en el estomago, cayendo muerto al lado del cuerpo del pelinegro, la chica impactada por lo que acababa de ver y por los cuerpos que estaban debajo suyo sin vida.

-Itachi-kun…- susurró mientras gruesas lágrimas caían por su rostro seguido por un sollozo ahogado en sus manos, las cuales cubrían su boca –Sasuke-kun… Itachi-kun-

Fin del Sueño:

La pelirrosa se incorporo bruscamente, con una cara de susto y algo sudada, ya era de mañana, por el sol se podría decir que no mas de las 8:30, aproximadamente las 7:30, respiraba entrecortadamente, no entendía con exactitud lo que acababa de soñar.

-¿Qué demonios fue eso?- se pregunto asi misma mientras recogía todas sus cosas para empezar de nuevo su recorrido en busca de los Akatsuki.

Al tener todo recogido se fue a dar un baño en el lago, al terminar se puso el mismo conjunto de la noche anterior, debía mantener controlada la cantidad de ropa que usaba en lo que no los encontrara, se tomo un poco de agua con algunas galletas que llevaba en su bolso y unas frutas que estaban en los arboles, muy pocas en sí, peor lo suficiente par atener bastantes energías.

Mientras caminaba entre el espeso bosque podía oler el característico aroma de la naturaleza, al igual que oír sus bellos sonidos, asi como los cantos de los pájaros y las gotas de agua de la noche anterior resbalando por las hojas de los grandes robles, el sonido de algunas hojas secas de estaciones anteriores crujir bajo sus pies, al igual que el suave pasto verde.

A las tres horas de ir caminando vio una cueva, pero no fue esta la que le llamo la atención, sino el hecho de que aprecia estar habitada, al entrar pudo ver a dos hombres tirados en el piso, los dos llevaban la capa de Akatsuki, uno tenía una singular tez azul, al igual que su cabello, estaba muy malherido, y el otro tenía una tez blanca, muy ligeramente bronceada y cabello negro, igual o tal vez, en peor estado que el otro chico.

Por las capas de los dos decidió que era buena idea curarlos, asi que se acerco a ellos y sin quitarse sus negros guantes se pudo manos a la obra, se acerco primero al peliazul, curo todas las hemorragias internas y dos costillas rotas, las heridas superficiales y le puso un paño con un poco de agua fría debido a la fiebre que este presentaba.

Luego se acerco al morenos, este aunque su rostro mostrar paz, indiferencia y frialdad, algo muy extraño, su capa estaba llena de sangre, al abrirla pudo ver varios cortes realmente profundos, curo todas sus hemorragias internas, las cuales eran bastantes, sus heridas superficiales, vendo las que eran superficiales pero profundas y no se pueden cerrar por completo con chakra, y él no tenía fiebre, asi que lo que hizo fue dejarlo descansar.

Estaba algo cansada la verdad, se preguntaba en donde podrían haber estado luchando, o más bien, con quien, para que los dejara en ese estado debía ser poderoso, pero por el simple hecho de que ellos estaban vivos su atacante también debe estar por ahí malherido, o tal vez muerto, tal vez se encontraban frente a un jinchuuriki y no pudieron con él, aunque era imposible ya que ella habría captado tal potencial de chakra que poseen estos.

Dejo de pensar en esto, tomo su cantimplora y bebió un gran sorbo de agua, al igual que daba un sonoro y exhausto suspiro, se acomodo un poco en la cueva y durmió por unas horas para poder recuperar el chakra perdido.

El viento mecía sus rosados cabellos, los cuales golpeaban en su cara, sus dos coletas se ondeaban, al parecer iba a una gran rapidez, termino de abrir sus adormecidos y lo que la recibió al mundo real fue un embriagador olor masculino, pero a la vez muy dulce, bajo su mirada y se encontró con que no era ella la que se movía sino que alguien la llevaba, alguien muy rápido.

Dirigió su vista al frente, y al lado de su rostro se encontró con unos mechones negros que ondeaban igual que sus coletas, sus brazos rodeaban un cuello, y alguien la sujetaba por las piernas.

-Despertó- dijo una ronca voz masculina, era la voz del que la tenía en su espalda.

-Paremos aquí, le sacaremos la información a ver si es confiable…- dijo el hombre de tez azul mientras detenía su paso al igual que el pelinegro.

-Baja…- dijo el pelinegro mientras soltaba a la chica de las piernas y ella bajo de su espalda, acomodando su diminuta falda y su short licra.

-Ahora nos dirás, ¿fuiste tú quien nos curaste?- dijo el peliazul mientras que el pelinegro aun seguía dándole la espalda

-Asi es…-

-Chica, ¿sabes quienes somos?- dijo el mismo hombre con apariencia de pescado

-Pues claro que lo sé, actualmente cualquiera lo sabe…- dijo ella muy tranquila

-entonces…- hablo por primera vez el pelinegro mientras se acostaba en el tronco de un gran árbol con la mirada de lado sin mirarle la cara a la pelirrosa –nos dirás ahora mismo- empezó el chico volteando la mirada y dirigiéndosela directa y fríamente a la pelirrosa -¿Qué pretendes…?- dijo de manera seria y fría.

-Pues…- empezó la pelirrosa poniendo una mano en su cadera al mismo tiempo que la corría hacia un lado, su otra mano caía libremente y no se afincaba a nada, ladeo su cabeza y dibujo una media sonrisa –Unirme a Akatsuki…-

Continuará…