Habían sido mejores amigos desde que tenían 3 añitos. Eran vecinos y sus madre eran muy buenas amigas por lo tanto pasaban todo el rato juntos. Cuando crecieron un poquito aprendieron el significado de la amistad y eso les unió mucho mas. Pero todo cambió cuando a Rick le empezó a gustar Kate y cuando la veía con otros niños de clase se ponía celoso. Tenían ocho años y aunque mucha gente dijera que eran demasiado pequeños para saber el significado del amor o lo que significara estar enamorado, a ellos no les importaba. Se querían. Tal vez no era el enamoramiento de mayores que ya tienen las cosas claras, pero se querían y eso era lo que importaba.

Cuando tenían 10 años Rick decidió hacerle un regalo.

- Te he traído algo.- dijo el mirándola nervioso.

- Porque?- preguntó Kate.

- Por que hace tres años que eres mi novia y quiero que eso siga siendo así.

Kate se giró y notó como Rick le ponía el pelo a un lado y le ponía un collar. Cuando lo cogió y lo miró no pudo evitar sonreír. El collar era uno que habían visto juntos en un puesto en las fiestas de la ciudad cuando se habían separado de sus amigos. Rick había visto que Kate lo cogía y lo miraba y que se le iluminaron los ojos. El collar era de plata y ponía " siempre ".

- Siempre.- dijo Rick cogiéndola de la mano.

- Siempre.- respondió Kate entrelazando sus dedos con los de el.

Volvieron con sus amigos que estaban jugando en el parque y se divirtieron los dos juntos pensando que todo era genial. Rick pensaba que no podía ser un día mejor. Estaba con sus amigos y con " su chica. Porque era suya y de nadie mas. Se despidieron una hora después diciendo su: " Nos vemos pronto" que siempre se decían con la promesa de que se verían por la mañana como siempre. Cuando Rick llegó a casa con una sonrisa en la cara, notó algo raro. Su madre estaba llorando y muy triste.

- Mamá que te pasa? No llores.- dijo Rick abrazándola.

- Cariño es Johanna, ha muerto.- dijo acariciando la cara de su hijo sabiendo que eso iba a romper su corazón. El tenía mucho cariño hacía Johanna. Pero ella sabía que el estaba mas preocupado por Kate.

- No, no! No puede ser.

- Lo siento cariño.

- Kate...- dijo saliendo corriendo limpiando las lagrimas que caían de sus ojos.

Cogió piedras y las empezó a tirar a la ventana de Kate para que se asomara. Vio que la luz se encendía y esperó a que Kate se asomara. Pero no fue ella quien se asomó. Fue Jim.

- No esta , Rick, se ha ido corriendo.- dijo Jim con cara de cansado. Rick notó que tenía los ojos rojos, probablemente de estar llorando.

Rick se quedó mirando a Jim mientras pensaba donde podía estar Kate hasta que se le ocurrió y salió corriendo sin decir nada.

Cuando llegó no pudo evitar sonreír. Pero era una sonrisa de tristeza a la vez. Ahí estaba Kate, es su piedra. La piedra gigante donde ellos se habían hecho novios. Les encantaba ir allí juntos porque se veía todo el pueblo desde ahí y era un lugar feliz. Pero hoy eso cambiaría. Seria un lugar triste.

- Kate...- dijo el apoyando su mano en el hombro de ella.

- Rick..- dijo ella inmediatamente abrazándolo y llorando como nunca había llorado. Su madre se había ido. Su mejor amiga la había dejado. Ahora quien le contaría historias cuando tenía un mal día. Quien le diría lo que estaba mal y estaba bien, con quien podría hablar de chicos y sobretodo de Rick. Quien la ayudaría a elegir su vestido de novia, quien abrazaría a sus hijos y se sentiría orgullosa de ser abuela? Se había ido.

- Siempre estará aquí en tu corazón Kate, nunca te abandonará. Siempre.- le susurró Rick en el oído.

Dejó que ella siguiera llorando y se desahogara.

- Nos mudamos a Nueva York Rick, mi padre dice que aquí hay demasiadas memorias. Prométeme que cuando seamos mas mayores vendrás a buscarme y nos casaremos y tendremos hijos y viviremos siempre felices.- dijo Kate mientras lagrimas caían de sus ojos.

- Te lo prometo.

Y esta vez, los dos lloraban. Se iban a separar y no se verían mas. Ahora con quien jugarían por las mañanas y por las noches, quien sería su mejor amigo o mejor amiga, quien sería su chica o su chico. Lloraban por los momentos juntos que sabían que iban a perder. Simplemente lloraban.

A la mañana siguiente Martha despertó a Rick diciéndole que era hora de despedirse. Cuando bajó y salió de casa con su madre detrás se encontró a Kate apoyada en la puerta del coche y Jim, que ya estaba dentro preparado para marcharse.

Rick fue corriendo y le dio un abrazo a Kate notando que ella se agarraba a su camisa como si tuviera miedo de no volverle a ver. Y tal vez eso pasaba, pero Rick se encargaría de que así no fuera y cumpliría su promesa.

- Nos vemos pronto Kate.

- Nos vemos pronto Rick.

Y se subió al coche y cerró la puerta. Su padre arrancó y cuando el coche empezó a moverse Kate se giró y vio como Rick la despedía con la mano, con lagrimas en sus ojos. En ese momento ella no pudo evitar llevar su mano a su cuello y tocar el collar que el le había regalado. Tenía la esperanza de que el cumpliera su promesa. Este no podía ser el final de su historia. Estaban destinados a estar juntos.

Siempre.