¡HI! ¡Oh sí! Nekogirlmorris al ataque de nuevo XD estoy de vacaciones y me inspiré para este nuevo fic. Amo ir a la playa (y supongo que a ustedes les ha de agradar) he ido a Cancún muchas veces (queda a unas cuantas horas de mi ciudad) es un lugar megaturístico, aunque también he ido playas costeras y tranquilas, en cualquier playa pienso que uno se la pasa súper bien, como sea, de experiencias vacacionales iré ambientando el fic, sólo espero que les guste.
¡Comentarios pliz para saber si continúo!
Nota: Habrá EdxWin, Royai y comedia (habrá de todo).
Vacaciones... ¿Con Mustang? (capt. 1)
Verano, dulce y delicioso verano. Nada mejor como un buen descanso, principalmente para Edward y Alphonse que ya estaban hartos de tantas misiones, en especial porque se rumoreaba que cierto coronel les había hecho trabajar horas extras cuando las vacaciones de veraneo ya habían comenzado hace algún tiempo.
- Aquí están los reportes de las misiones que me ordenó.- dijo agotado el mayor de los Elric con un suspiro mientras dejaba una gran pila de papeles sobre el escritorio del coronel Mustang.
- Bien hecho acero.- decía el hombre recostado en su asiento en lo que sonreía un poco burlón.- Ahora quiero que me traigas el reporte de...veamos…- pensaba.- De cómo andan las instalaciones de la cocina, y de paso me traes unos bocadillos.- terminó diciendo acomodándose de nuevo en su asiento con una sonrisa todavía más burlona.
Una gran vena palpitó en la cara de Ed y Alphonse agitó las manos prediciendo un gran estallido de coraje por parte de su hermano.
- Todas estas semanas he hecho todas las misiones que me ha pedido…..- rabiaba Edward recordando dichas misiones.
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- ¿Hermano, qué misiones tenemos?- preguntó Alphonse a un lado de su hermano caminando por la acera de la calle.
- No estoy seguro Al, se supone que en ésta hoja están escritas todas las misiones.- dijo Ed echando un vistazo al papel para luego detenerse en seco.- ¿QUEEEEE?- gritó eufórico.
En dicho papelito estaban escritas cosas como: pintar el cuartel de la milicia, ayudar a los retirados a cumplir con sus rutinas, limpiar las oficinas de generales, ordenar cada uno de los estantes de la biblioteca….y un sin fin de cosas fuera de lugar para el labor de un alquimista, que más bien, parecían labores domésticos, o en extremado caso, estúpidos, como lavar a mano los trajes de los oficiales cuando existe un aparato que puede realizar semejante labor. Sólo puro capricho para mal gastar las manos de un joven alquimista.
xXx
- ….más bien, he hecho todo las quehaceres de la milicia…y ahora… ¡¿Me pide que limpie la cocina?!
- Oh vamos, no se puede tener todo en la vida.- dijo Roy desinteresado y alzando los hombros.
- ¡¡Usted es…un….UN….- refunfuñó Ed.
En ese momento se escuchó que alguien llamó a la puerta de la oficina de Mustang.
- Coronel…- interrumpió Riza al entrar.- debo informarle que la fecha de su salida se aplazará por dos semanas. Órdenes del fürer.- indicó firme.
- ¡Já, lo sabía!- gritó Ed victorioso.- ¡Usted no tiene vacaciones y por eso se desquita conmigo y con Alphonse!
- Nada de eso pulga.- negó molesto Roy.
- Jé…- aguantó el rubio.- pulga o no…. ¡Yo si tengo vacaciones! ¡Nos vemos en dos meses intento de coronel!- empezó a huir.
- Sabes que no puedes irte si no te doy el permiso.- le recordó Mustang sonriendo.
- Mira mi trasero al salir.- lo retó el alquimista de acero.
- ¡Hermano! Podemos llegar a un acuerdo.- pidió Al cuando las cosas se pusieron tensas.
- Uff.- suspiró Riza ya habiendo escuchado todo.- Con todo respeto…coronel, si tanto desea tener vacaciones, porqué no va y se lo pide personalmente al superior.- dijo aburrida, pareciera que a Roy no se le había pasado por la cabeza tan simple idea.
Roy y Ed se miraron con complicidad. Lo único que tenían en común, además de querer agarrarse a golpes, era que ambos deseaban a toda costa tener unas agradables vacaciones.
xXx
- ¿Vacaciones?- preguntó King Bradley al tener de frente a Roy con Edward y Alphonse por detrás de él.
- Sí señor.- afirmó el coronel.
- Hmm…- murmuró el fürer.- no podría retirarlo del trabajo tan pronto, y por consecuente tampoco al joven Elric…pero…creo tener lo que necesitan.- sonrió amigablemente.
Alphonse y Ed por un breve momento creyeron que por fin disfrutarían de sus vacaciones.
- ¡NO! ¡TIENEN QUE ESTAR BROMEANDO! ¡NO PASARÉ MIS VACACIONES CON ÉSE…ÉSE…militar de juguete.- gruñó Ed estando en los pasillos de la milicia.
- Ésa fue la condición. Sólo tenemos que cuidar que las playas estén a salvo de cualquier peligro…no queremos que Scar arruine las vacaciones de los demás.- explicó Al tratando de calmar a su hermano.
- ¡Al, no creo que Scar vaya a la playa! ¡Es estúpido! Si acaso…- sollozó.- el sí disfrutaría unas relajantes vacaciones, eso te lo creo más.
- Muchos alquimistas se van de vacaciones a la playa. Eso podría atraerlo.
- ¡Y por qué demonios yo no tengo vacaciones!- gritó Ed haciéndose ver por su título de alquimista nacional.
- Jeje….- río Al.- no todos los alquimistas tienen vacaciones.
- Maldición…yo no tengo vacaciones, y la única forma de disfrutar aunque sea una porción de libertad es pasándola con Roy ¡Cuidando una playa como todo un salvavidas!
Precisamente ésa era la condición. Edward acompañaría a Roy a cuidar unas playas cercanas a ciudad Central, pero no lo harían como alquimistas nacionales, ya que eso atraería la atención de los vacacionistas y levantaría sospechas, sino que estarían a cargo del sitio como todos unos salvavidas.
- Apresura acero.- le ordenó Roy el día en que partían a la playa.
- Ya voy.- decía Ed con mala cara.
- ¿Estás seguro que de deseas venir, Alphonse?- le preguntó el de cabellera azabache a la armadura.
- Es verdad, tú podrías disfrutar tu vacaciones Al.- sensibilizó el rubio.
- No la pasaría tan bien si no estoy a tu lado, hermano.- dijo la armadura provocando que Ed sonriera.
En la milicia les hicieron el favor de llevarlos hasta la playa.
Cuando llegaron, Ed recordaba haber ido antes a la playa, pero apenas los dejaron del otro lado de la acera para cruzar al lugar, nunca imaginó encontrárselo tan repleto de gente.
- ¿A to-todos ellos tendremos que vigilar?- preguntó asustado e incrédulo.
La playa estaba atestada de gente, con decir que ni si quiera se veía la arena de tan repleta que estaba, y el sonido de las olas se ahogaba con tanto cuchicheo entre los vacacionistas.
Los adolescentes eran quienes predominaban paseando en sus jeeps o motonetas y causando relajo por todas partes.
Un claxon pitó potentemente.
- ¡Quítate del camino enano!- gritó un chico que pasó velozmente en su motoneta casi rozando con Edward.
- ¿ENANO? Ya verás lo que te…- fue detenido por Alphonse antes de que juntara ambas manos y las colocara en el suelo.
- Vamos hermano.- alzó aquel a su hermano mayor como si fuera una maleta.
- ¡¡ ¿Al pero que demonios estás haciendo?!- pataleó Ed suspendido en el aire mientras Alphonse seguía a Mustang que ya había cruzado la calle adentrándose entre en el gentío.
- Es que si te suelto te vas a perder entre tanta gente.- justificó la sobresaliente armadura.
- Uh… ¿QUÉ ESTÁS INSINUANDO?- siguió pataleando.
Finalmente llegaron a la torre salvavidas.
- Bien…- sonrío Roy.- ponte esto y nos vemos luego.- le entregó a Ed una maleta con ropa.
Al él no le quedó de otra que acatar sus órdenes.
- Hermano, ¿Ya terminaste?- preguntaba impaciente Al mientras su hermano se cambiaba en un vestidor cercano al mar.- Es que…- decía avergonzado.- la gente se me queda viendo.- mencionó al tiempo que era observado por turistas que se extrañaban por la notoria gran armadura.
- ¡No pienso salir así!- gritó Ed desde el interior del vestidor.
- No tiene que ser tan malo…- su hermano menor abrió el vestidor.
Ed estaba de espaldas y cuando se volteó dejó ver que llevaba puesto unos shorts rojos para nadar, dejando a la vista su marcado abdomen.
- Es vergonzoso…- susurró apenado.
Rato después, buscaron a Roy por la playa y por fin lo encontraron.
El apuesto hombre ahora lucía unos lentes de sol oscuro con el mismo modelo de shorts que Ed llevaba, pero a diferencia de él, se encontraba rodeado de chicas.
- ¡Es tan varonil!- gritaba una chica derramando baba por el hombre.
- ¡Tenemos suerte de tenerlo como salvavidas!- suspiró otra.
Al y Ed miraron apenados la actitud tan petulante de Mustang con una gotita por detrás.
- Lo matas tú, o yo me hago el favor.- le dijo Edward a Al con voz de desagrado.
- Jeje…- río el menor.
- ¡Acero!- se lució Roy.- ¿Por qué no vienes con nosotros?
- Ya voy.- se acercó de mala gana.
- ¡Hay pero si es muy lindo!- gritó una chica apenas se acercó Ed, quien enseguida se petrificó ruborizándose por el comentario. Otras chicas en bikini también le miraban con ternura.
- ¡Eres tan apuesto!- le coqueteaban.
- Ejem…- tragó saliva.
- Iré por algo de beber ¿Me hacen el favor de acompañarme, bellezas?- preguntó Mustang.
- ¡Claro!- gritaron todas en unísono siguiéndole.
La armadura y el chico rubio se quedaron a cargo.
- Tengo la ligera impresión de que ése Roy está abusando de nosotros.- dijo Ed viéndolo irse.
- Yo creo que sí.- dijo Al.
- ¡Pues claro que sí! ¡Tan sólo míralo coquetear con ésas mujeres! Sólo espera cuando escriba el informe.- rió macabramente.
- ¡Hermano!
- ¡Está bien! ¡Está bien! Sólo mantenlo alejado de mi.- cruzó los brazos.
Se separaron para averiguar si había algo sospechoso en la playa.
- ¡Con tantos tipos con lentes jamás encontraré a Scar!- se quejaba Ed.- Bueno, no todos tienen cicatrices…pero…- miró hacia el cielo.- llevo tanto tiempo expuesto al sol que se me está quemando la cabeza.- se dijo sarcástico.
De pronto, alguien le llamaba.
- ¡Salvavidas! ¡Oh salvavidas!- gritaba una chillona mujer gorda de enterizo, llamando la atención de Ed.- ¡Si tú, el bajito!- indicó.
Ed apretó los puños y se acercó a la mujer.
- ¿Podrías ponerme el bloqueador solar?- preguntó la regordeta mujer dándose la vuelta y quedando boca abajo.
El chico veía con terror la gran masa de grasa que se sacudía.
- Aplícalo con cuidado.- escuchó. Viró a ver y se encontró con Mustang a pocos metros de él, realizando la misma actividad que estaba a punto de hacer, sin embargo, Roy tenía a una exuberante mujer modelo a quien untarle el bloqueador.- Recuerda que hay que satisfacer a los vacacionistas, es nuestro deber que estén a salvo…hasta de quemaduras.- explicó tontamente.
- Maldito.- murmuró.
- ¡Vamos nene no te quedes ahí esperando!- le llamó la gorda mujer que tenía enfrente.
Con el bloqueador en las manos, el pobre Ed tragó saliva temiendo por lo que le esperaba.
- ¡Ten cuidado con tu automeil!- mencionó por último la señora guiñándole un ojo.
Nauseas. Eso fue lo que sintió Edward.
Sus "vacaciones" serían inolvidables. Inolvidablemente desastrosas.
