Disclaimer: Shaman king no me pertenece.

La otra vida.


Prologo: Como nos conocimos.

Aún me acuerdo con exactitud cuando lo conocí. Era un muy cálido verano en el que las vacaciones se sentían a la vuelta de la esquina. El Portaba un traje azul marino con negro, su mirada estaba perdida en algún punto del pasado o al menos eso parecía, pues de vez en cuando sonreía en silencio y sus ojos parecían perdidos en medio de la nada. Puedo recordar su olor, esa fina colonia tan anunciada en cada avenida de la ciudad pero que tan pocas personas podían darse el lujo de comprarla. La corbata amarilla que hacia juego con sus ojos, y ni pensar en aquellos zapatos negros brillantes… hasta me parecía poder ver a una que otra sirvienta desvelándose cada noche para que estuvieran listos la mañana siguiente.

En aquella ocasión me encontraba haciendo un encargo de mi padre, encargo que tenía que hacer en una empresa asociada con la nuestra.

Un año, y el momento sigue paralizado en mi cabeza, dispuesto a revivirlo en cualquier momento.

Entré por la puerta principal de aquel enorme lugar, todo tapizado en negro y gris con detalles dorados. Los muebles eran renovados cada año, me sorprendía el gasto inútil que hacían. Una que otra vez les hice llegar una sugerencia pero no la recibieron muy bien, así que jamás les volví a decir nada.

Caminé hasta donde se encontraba la recepcionista, pareciera como si las personas esperaran verme, ver a la hija del "gran jefe" como llamaban a mi padre. No es que quisiera exhibirme por todo el lugar, si no que no podía evitarlo.

-Hola Anna, ¿en que te puedo ayudar?- decía una joven, su sonrisa era la primera que había visto en toda la mañana.

-Quiero los documentos que anexó Silver la semana pasada-

-Permíteme…-

Jun era una vieja conocida, me era de mucha ayuda al momento de hacer algún tipo de papelería. En ocasiones me obligaban a trabajar por múltiples razones, ella me ayudaba bastante al momento de querer aprender sobre el negocio, y a pesar de ser una simple secretaria sabia lo que los grandes empresarios tenían guardado en su cabeza.

Después de casi media hora de estar esperando, lo vi de reojo, por un momento me hizo saber que se dirigía hacia mi, el corazón empezó a latir cada vez mas rápido, fue raro, ya que no solía estar tan nerviosa con cualquier persona.

-¿Cómo te llamas?-preguntó, nunca pensé que fuera tan directo.

-¿Perdón?-le contesté volteando-Creí no haber escuchado un saludo.

-Hola…-dijo haciendo una mueca-Soy Ren Tao-

-Anna-respondí. Estrechamos las manos para después conversar un poco.

Los tiempos cambian y me fue gustando cada vez más, al grado de estar a punto de una obsesión.

¿Que me gustó de el? Es confuso, pero cuando estoy con él me pierdo totalmente. Además de que tenemos mucho en común.

A veces pedo decir que odio estar enamorada.

-¿Quieres ser mi novia?-preguntó varios meses después.

Esa noche fue una de las mejores, no me había vestido para la ocasión, ya que había salido del trabajo y me esperaba justo en las puertas del edificio. No tuvo otra salida que la de llevarme a su casa, era demasiado tarde como para encontrar algún restaurante abierto.

Una pequeña mesa en el jardín, adornos bastantes caros y con la compañía de varios sirvientes, yo acepte.


Capitulo1: Una fiesta no tan elegante.

Los primeros días de cada mes ella llamaba a su padre para darle cuentas de todo lo que había hecho. Odiaba tales llamadas por que era como si la estuviese vigilando. Y con justa razón, ya que la amenazaba con dejarla fuera de la herencia si no lo hacia. Aunque sabía que solo eran más que puras palabras, por ser hija única, ella acataba órdenes para no tener ninguna clase de problemas con el jefe.

No extrañaba estar junto a sus padres, sino al contrario estaba feliz de estar lejos de ellos. Su antigua vida no fue tan agradable. Por una parte, su madre casi siempre la mandaba con conocidos con el fin de que ellos la cuidaran, no quería tenerla cerca, ya que era mas fácil una vida sin niños. Y por otro lado, su progenitor solamente le reñía por diversas razones cuando la tenia enfrente. Vivió sola, y lo seguirá haciendo, o al menos esos eran sus planes.

La charla no fue muy larga, este mes no se habían hecho muchas cosas en el trabajo comparado con el anterior y justo cuando iba a terminar la llamada, la chica le soltó la buena nueva.

-Tengo novio-

-¿Te piensas casar?-la voz grabe lo hacia parecer enfadado.-Porque si no, yo no le veo el caso-

Anna estaba cansada de la actitud que tomaba su padre, y aunque en ocasiones era igual a la de ella, no lo soportaba. Sabia que las demás personas pensaban lo mismo de su persona, un día sin más, intentó cambiar su forma de ser sin ningún resultado.

Cerró los ojos mientras él hablaba, aspiró profundo tratando de prestarle atención, sin embargo ¡era tan difícil!

Su mano subió hasta su frente mas de dos veces, parecía cansada, solo quería tomar un baño e irse a la cama.

-Tengo que irme-colgó.

Ya no le importaba lo que pensara, solo lo llamó por avisarle y no causar después problemas entre ellos. Lo conocía a la perfección y podría hasta quitarle su tan apreciada tarjeta de crédito.

Sí, su padre la mantenía. No era algo como para enorgullecerse pero tenía pretextos y una que otra mentira para cuando la gente preguntara sobre el tema.

Deseaba poder casarse pronto para no tener ningún tipo de responsabilidades, mas que pagar a tiempo a la servidumbre, comprar ropa para asistir a un evento importante o simplemente quedar bien con las personas.

Su noviazgo no llevaba más de un año, no obstante estaban a punto de cumplirlo. Se reprochaba a si misma por no haberle avisado antes, porque en cuanto se enterara del aniversario comenzaría a presionar sobre la boda.

Empezó a teclear en la computadora algunas cifras pendientes de uno que otro papel esparcido a su alrededor. Sus planes eran terminar el trabajo pendiente y distraerse por el centro de la ciudad comprando.

El teléfono se escuchó repentinamente haciéndola sobresaltar. Sin apartar la vista del monitor llegó a el, saludó brevemente y aclaró que no tenia tiempo sin importar quien estuviera del otro lado.

-¿Anna?-

-Ren, eres tú-murmuró-¿Qué quieres?-

- Hoy tengo una boda, a la cual no pude decir que no y…

-Quieres que vaya contigo-interrumpió.

-Así es-contestó nervioso-¿Podrás?-

Trató de pensar en algún otro tema para esquivar la pregunta, aquellas fiestas ya no eran para ella. Aunque en algún punto del pasado hubiera sido diferente. Su padre se había encargado de desgastar el gusto por las mismas.

-No-articuló-Tengo mucho trabajo para entregar mañana-

-Yo podría ayudarte si así aceptas-

Era hora de pensarlo dos veces, lo que dijo podría ser una muy buena oportunidad para descansar. No había mucho trabajo y lo que tenía se lo daría a él.

Sonrió cínicamente para si misma observando su bolso a un par de metros. Sabía que de algún modo aceptaría o ella no iría.

-Esta bien, pero necesitaré dinero para comprarme ropa-dejó todo lo de lado y siguió conversando.

-Bien, pagas con tu tarjeta y me mandas los recibos a mi oficina-habló débilmente esperando a que la chica no hubiese escuchado lo que dijo-Solo pagaré la mitad. Paso por ti a las ocho-

Se apartó del escritorio y comió un par de cosas que se encontraban en el refrigerador. La comida no era agradable cada vez que intentaba cocinar, había pensado ordenar comida a domicilio pero ya no tenía tiempo pues ya pasaban de las cinco.

Aunque su padre quería darle una vida con lujos y comodidades apenas y le alcanzaba para un pequeño departamento como para una persona, con una recamara espaciosa y un baño. Por el momento le dejó de mandar dinero, desde hace dos semanas ella debía pagar lo que compraba. Se estaba quedando pobre a no ser por el trabajo que ejercía en la empresa.

Si todo salía bien y se llegaba a casar con Ren Tao sus problemas se acabarían, para eso debía esperar de un año y medio a dos años, cuando los padres de éste lo empezaran a presionar para formalizar.

Salió rápidamente dirigiéndose hacia una prestigiosa boutique del centro de la ciudad, llevaba más de dos años comprando ahí, y aunque sabia que ya no debía comprar mas por sus altos precios, este era un muy buen motivo como para satisfacer todos sus gustos. Condujo por las grandes avenidas en un automóvil rentado, su progenitor al principio se lo había regalado, sin embargo cambió de parecer en el primer choque que tuvo la chica justamente después de acabar con las clases de manejo.

Lo estacionó a dos cuadras del lugar. Las calles estaban repletas de autos por ser domingo.

Se demoró más de una hora para escoger el vestido que se pondría, mientras que las sandalias sólo le tomaron media hora. Cogió dos que tres cosas más que estaban a su alcance para después irse con la tarjeta de crédito aún en la mano.

Ducharse y cambiarse no le tomo más de lo que estimaba y cuando Tao llegó ella ya lo esperaba en la puerta de entrada.

-Vámonos- le dijo cerciorándose de que todo estuviera en su lugar.

Con una leve sonrisa el chico la recibió con un beso para después conducirla hasta la puerta de su automóvil. Volteó a verla más de dos veces antes de arrancar y sonrió al notar el color violeta del vestido.

-Gracias por aceptar acompañarme-suspiró-Lo ultimo que quería era asistir pero da la casualidad de que irá un empresario que he perseguido desde hace tres años-

Se preguntaba porque conducía con tanta precaución cuando estaba con ella comparada a cuando se encontraba con sus amigos.

-¿Piensas hacer algún trato con él?-

-Claro, dicen por ahí que las utilidades, con él siendo socio, son maravillosas-sonrió deteniendo el carro totalmente-Llegamos.-

-No pensé que estuviera tan cerca-

-¿Debimos caminar?-

-No-respondió tajantemente mientras que su compañero reía.

Era un lugar amplio, no se arrepentía de haber comprado la vestimenta más elegante del lugar ya que se podía apreciar que las demás personas habían hecho lo mismo. Saludó a varios conocidos para después tomar asiento en una mesa especialmente apartada para él. Trató de buscar a los familiares de éste sin ningún resultado, se imaginaba que la ceremonia era de algún familiar o conocido pero al parecer no era así.

-Aguarda un minuto, debo saludar a alguien-dicho esto se marcho sin esperar respuesta alguna.

Observó a los novios por un largo momento, la novia parecía ser extranjera por sus rasgos, el color del vestido parecía quedarle perfecto para su piel morena. El esposo por su parte vestía algo elegante como era de suponerse. Ambos conversaban plácidamente con personas que parecían ser muy cercanas.

A lo lejos Ren regresaba a la mesa con jóvenes de su misma edad, claramente debían ser sus amigos.

-¿Quiénes son ellos?-dijo levantándose con la intención de presentarse.

-Él es Yoh Asakura, socio de tu padre-ambos se hicieron una corta reverencia y siguieron escuchando-Lyserg, mi socio y Horokeu, director de recursos humanos-

- Bien, dos socios y un bueno para nada…yo soy Anna Kyouyama, novia de Ren-

Intentaba verse interesada ante cualquier cosa que aquellos cuatro pudieran decir, tomaron asiento todos en la misma mesa y comenzaron a charlar sobre negocios. Eso era lo último que ella deseaba escuchar, así que solo permanecía ahí sin comentar ni una sola palabra.

Ya avanzada la noche, varias bebidas alcohólicas fueron puestas frente a cada uno de los invitados, ellos siguieron con la copa en la mano hasta después de haber servido la comida. Tao buscó con la mirada a la razón por la cual estaba ahí, minutos después lo localizó.

-Si me disculpan, Horo horo y yo tenemos algo que hacer-

Siguieron comiendo sin respuesta alguna, uno que otro sonrió mientras buscaba algún tema de conversación.

-¿Así que tu padre tiene una empresa?-preguntó Lyserg algo interesado-¿Ocupas algún puesto?-

Anna se detuvo a pensar, no podía decirle que era mensajera y secretaria personal de su padre, tenia que pensar en algo mejor, algo que estuviera a la altura de ellos dos. Observó su bolso lleno de pequeñas notas con cifras, pagares y recordatorios. Tomó su celular nerviosa observando que tenia varios mensajes nuevos de su madre, volteó a verlos con una leve sonrisa en la boca y una mentira en la cabeza.

-Mi padre me regalo un porcentaje de sus acciones-bebió un trago de vino y prosiguió-A veces me manda al extranjero para reuniones y cerrar negocios-

Reuniones y cerrar negocios, cuando en realidad solo la mandaba para buscar clientes, era como de esas señoritas que iban de casa en casa ofreciendo su producto.

-¿Que tal si nos vamos de esta aburrida boda y nos marchamos a un lugar mejor?-dijo Lyserg con una sonrisa en la boca y varias copas encima.

Yoh rio al escuchar a su amigo, estaba totalmente de acuerdo con él ya que el festejo se había vuelto algo desanimado. Se levantó y dirigiéndose hacia él tomó la copa de su compañero y la alejó.

-Bien, ¿que tal si vamos con Hao? Escuché que tiene una fiesta en su departamento, o ¿que tal si nos vamos al mío y platicamos?-el castaño tornó sus ojos a Anna y preguntó-¿Quieres venir? Será con mi hermano-

-Si, gracias. Iremos a la fiesta, no aguanto mas estar aquí sentada-

A lo lejos podía observar a su novio discutiendo con tres o cuatro sujetos. Segundos después entró al baño seguido de su amigo.

-Le avisaré a Ren y Horo Horo, ustedes adelántense-

Los dos lo obedecieron y decidieron salir del lugar, la chica iba prácticamente en el mismo estado que el castaño, algo alcoholizados, reían en ocasiones y se volteaban a ver seguido.

Era seguro que después de esta noche volvería a verlos, especialmente después de su boda, se podía notar que eran amigos cercanos. Se mezclaba con personas de dinero, le gustaba sentirse importante aunque en realidad no lo fuera.

Caminaron hasta un estacionamiento cerca del local, subieron al auto de Yoh y partieron enseguida.

Tuvo el presentimiento de que no debería estar ahí, tal vez las copas que se había tomado la habían afectado un poco. Subió la mano hasta su cabeza y peinó un poco su cabello, no podía esta ahí con un extraño y menos despeinada.

Quiso preguntar más de dos veces si podrían regresar y esperar a los demás, se sentía sola y rara. Sin duda el tipo que estaba a su lado tenía cara de buena gente, sonrisa sincera, gentil, de muy buen ver. Muy diferente a Ren.

Se relajó por un momento, seguro que no tenia por que temer, se reuniría con Tao muy pronto y todo volvería a la normalidad.

Volvió su cara hacia el joven mientras este conducía, a lo mejor si lo hubiera conocido antes que a su novio hubiera echo lo que estuviera en sus manos para estar junto a él. No sabía si esos eran los efectos del alcohol o si solamente su corazón latía rápido por estar con un desconocido a solas.

-Llegamos-

Trató de reconocer la calle en la que se encontraba, esta era muy transitada, así que debía de conocerla. Edificios altos y una gran iluminación era lo único que se podía percibir. Tal vez después se ocuparía de buscar algún mapa y tratar de ubicarse. Pero por ahora no.

Bajó en silencio mientras el castaño llevaba hasta la puerta varias cajas repletas de papelería y sonrió al notar la mirada de la chica en él.

-Debo llevar esto a la sala-dijo cerciorándose de que el carro estuviera bien cerrado.

-¿Vives con tu hermano?-preguntó curiosa sin dejar de verlo.

-No, yo vivo en el piso de abajo-

A pesar de su notoria posición económica, la edificación aparentaba ser de clase media mientras que el interior era aun más elegante sin contar que los ascensores se encontraban fuera de servicio. Tenía un par de preguntas en torno a aquello, en el segundo piso se observaban una que otra puerta desgastada y manchas en la pared, sin embargo no deseaba incomodarlo como lo hacia su padre con ella cuando gastaba mas de lo debido.

A medida que subían, cada escalón se le hacia mas molesto, maldecía el momento en que se metió las sandalias sin habérselas puesto por lo menos un par de horas antes de la boda. Tropezó varias veces haciendo que el castaño dejara lo que traía en las manos para poder ayudarla. Al final decidió sentarse un momento en el penúltimo escalón para tomar un poco de aire ante el sonriente chico.

-¿Falta mucho?- preguntó haciendo un mohín.-No creo que pueda con mas de dos pisos.-

-Mi departamento esta en el siguiente- dijo acompañándola sentándose mas arriba que ella-Puedes descansar ahí un rato antes de subir con Hao-

-Podrías vivir en un lugar más elegante, donde siempre estén disponibles los ascensores-

Por más que se había resistido a hacer comentario sobre el asunto, las palabras se le habían salido de la boca directamente sin pasar por la cabeza. El chico rió por varios segundos mientras que ella bajaba la cabeza con la intención de no verlo a los ojos y esperar una respuesta.

-Creo que me gusta vivir aquí solo por eso-sonrió-Así no pago gimnasio y le pasó más dinero a mis abuelos-

-¿Los mantienes?-preguntó atónita.

-No, eso suelen hacer mis padres-comentó haciendo énfasis en cada una de las palabras-Yo solo les paso dinero para que lo trabajen, al final me lo devuelven en víveres y así todos somos felices-

Anna se había quedado con la boca abierta sin poder creerlo, ella jamás haría algo así ya que el dinero que le pagaban era muy poco comparado al que le darían en cualquier otro trabajo. Su recompensa eran los viajes de negocios fuera de Japón, ahí era donde se cobraba con las tarjetas de crédito de la empresa comprando todo cuanto pudiera.

-Vamos-dijo intentando levantarse. Dio un paso sin éxito tropezando de nuevo con el último escalón.

-Creo que no estas en forma-se inclinó hacia ella ofreciéndole su ayuda-O tomaste unas copas de mas-

-Hoy fue un día muy largo-

El silencio reinó por unos minutos, no tenía el más mínimo interés en ponerse a discutir con él sobre cualquier cosa. Caminó un par de pasos deteniéndose en cuanto sintió la mano de Yoh en la cintura, volteó para comprobar que en realidad fuera éste e intentó descifrar sus intenciones.

-¿Qué haces?

-Evitando que no te caigas.

Él sonrió mientras ella solo hacia una mueca de disgusto. Subieron hasta llegar a una puerta blanca que más bien era parecido a un pedazo de madera desgastada sujeta a un marco de igual color. Tomó las llaves del bolsillo de su pantalón cuidando cada uno de sus movimientos, pues de un lado llevaba la caja y por el otro Anna se apoyaba de su hombro mientras abría.

Su departamento era algo lujoso, tenía lo básico pero aun así era de muy buena calidad. Los muebles daban la apariencia de ser importados, las alfombras y cortinas parecían estar a juego, y las paredes eran de colores claros. Era como si hubiera sido diseñado y cuidado especialmente por una mujer, ¿tendría pareja? ¿Estaría viviendo con alguien? ¡Que le importaba! Ella solo quería divertirse un rato.

Se dirigió a la sala mientras que él dejaba la papelería en una de las tres habitaciones que había, se sentó en el piso y abrazó fuertemente sus piernas apoyando su cabeza en el sillón.

-¿Te sientes mal?-preguntó el castaño con preocupación mientras se acercaba a ella-Puedo traerte una pastilla-

-Solo estoy algo mareada-respondió con calma-Ven…al parecer si necesito algo-

Se arrodilló frente a ella posando una de sus manos en el hombro, acercó su rostro para examinar a la chica cuando sintió sus labios contra los de él. Intentó oponerse, trató de alejarla pero en menos de dos minutos sus dedos ya la estaban desvistiendo.

Las manos de la chica iban desde su cabello hasta el abdomen con desesperación, trataba de pensar en lo que estaba apunto de suceder y en lo incorrecto que seria si llegaba a termino, sin embargo, los susurros que producía la piel de la rubia contra la tela de la blusa lo incitaba a seguir con el acto. Instintivamente seguía quitándole la ropa con torpeza demostrando su inexperiencia mientras el beso se alargaba haciendo que fuera cada vez más difícil respirar.

Teniendo los ojos cerrados dejaban a los otros cuatro sentidos disfrutarse mutuamente, se absorbían el uno al otro, percibían las suaves colonias, el ligero olor a alcohol, sentían cada caricia, como se intensificaba a medida que pasaba el tiempo, escuchaban los gemidos si distinguir los propios y se degustaban mientras las papilas gustativas hacían lo suyo con la boca del otro.

Una experiencia deliciosa, la mente abandonaba el cuerpo por lapsos de tiempo indefinido y luego regresaba para empujar al cuerpo al siguiente nivel.

Anna le quitó la camisa con facilidad para después ayudarlo a quitarse la propia, tomó la mano del castaño para que parara y prosiguió a desvestirse ella sola mientras que él hacia lo mismo. Yoh bajo acariciando la mandíbula con sus labios aplicando besos y lamidas cuando la situación lo requería. En ropa interior siguieron rozándose suavemente contra el otro deseando sin suerte que el acto no acabara pronto. La desesperación había disminuido pero aún seguían teniendo hambre.

Acarició el pecho femenino por debajo del sostén, escuchaba gemidos y palabras masculladas, capturó el botón con el pulgar y el índice mientras su lengua salía a probar el cuello de la extraña sin decoro. La mano libre descendió hasta su miembro acariciándoselo y notando cuan rígido estaba para después acordarse de otro sitio de mayor importancia, pasó al cuerpo de la chica y la sumergió en la suave tela hundiéndose en su intimidad, recorriéndola y estudiando los puntos más sensibles.

Dejó lo que hasta ese momento estaba haciendo y la recostó sobre la alfombra, se deshizo de lo que quedaba de ropa tanto la él como la ella y siguió acariciándole el cuerpo mientras se acomodaba entre las piernas al ver que no obtenía resistencia alguna. Con los dedos dirigió el miembro erecto hacia la cavidad de la chica entrando lentamente y notando como cerraba ojos y arqueaba la espalda en un intento de pedir más.

Notó como el suave balanceo se iba convirtiendo en enérgicas embestidas hasta alcanzar el clímax sin poder contenerse más.


-Ya deberían de estar aquí-dijo Lyserg buscando a los dos jóvenes-Debieron llegar antes-

-De seguro Anna se fue, mencionó que tenía que terminar un trabajo-

Ren caminó hasta una pequeña mesa que contenía varias copas con contenido alcohólico y tomó una para después voltear hacia Hao y saludarlo desde lejos con la otra mano.

Continuará…


Nota: Aquí les presento mi nuevo fic, al principio no le di mucha importancia pues tenía otras ideas más importantes pero al final este es el primero que salió del horno. Perdón por lo de las empresas y los personajes con dinero, en lo personal a mí ya no me gusta ese tipo de fics pero no se me ocurrió otra cosa, necesito que el padre se mantenga ocupado xD

¡Es tan raro para mi escribir un capitulo con mas de cinco hojas! No es lo mío y se siente bien.

Es el tercer lemon que escribo en toda mi corta existencia, pues el segundo que hice es el que hay en siguiente capitulo (o intento de lemon) este ni siquiera estaba contemplado, un día me dieron ganas de escribirlo y aquí esta. Así que si hay algún problema por ahí pido disculpas.

Este fic comienza con un YxAxR pero no siempre se va a quedar así, espero que no sea ten confuso.

Gracias por leer.