Disclaimer: Los personajes no me pertenecen (aunque Syao si debería ser mío xD!)... pero la historia es completamente mía. Disfrútenla!

De Amores y Confusiones en Las Vegas

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Prólogo

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Cuando despertó aquella mañana, sentía que en cualquier momento su cabeza estallaría como una bomba, arrasando con la ciudad. Todo era demasiado confuso. No quería siquiera abrir los ojos, pues estaba segura que la poca luz que se filtraba por las cortinas, le partiría la cabeza en dos. Se acurrucó un poco entre las sábanas de seda, y se abrazó a la almohada... dormiría un rato más y luego se levantaría, tomaría una ducha reparadora, un par de analgésicos, y saldría a recorrer la ciudad. A fin de cuentas estaba de vacaciones, y unas muy merecidas.

Trató de conciliar el sueño, y cuando parecía que lo lograría, comenzó a sonar su móvil. Estiró el brazo hasta que se topó con el aparatito infernal que chillaba sin cesar. ¿Es que ni siquiera en sus vacaciones la dejarían en paz? Seguramente era alguien de la empresa que necesitaba algún consejo por algún detalle que hubiese surgido en su último proyecto. Y si bien ella había dicho que ante cualquier cosa la ubicasen en su móvil, ahora se sentía arrepentida de haber hablado.

- Bueno... –contestó adormilada aún.

- ¿S-señor Li? –preguntó la dudosa voz de una mujer del otro lado de la línea.

- No señorita, el número está equivocado. Hasta luego –colgó sin mucha cortesía. Lo que faltaba era que la interrumpieran buscando a otra persona. No se molestó siquiera en dejar el aparato en la mesita de noche y siguió en su tarea. Pero nuevamente el ruidito la despertó.

- Diga... –saludó muy poco cordial, a ojos cerrados y aún apoyada en la almohada.

- Disculpe busco al señor Li, Syaoran Li –explicó la misma voz desde el otro lado –¿Podría comunicarme con él?

- Ya le dije que está equivocada.

- ¿Con quién hablo? –preguntó la mujer.

- Mire no debería responderle pero lo haré para que deje de fastidiarme ¿si? – ¡Dios¡Su cabeza iba a explotar! –Mi nombre es Sakura Kinomoto, y no conozco a ningún Li. Ahora si me deja en paz, quisiera continuar con lo que hacía antes que me interrumpiera –y cerró la conversación sin mayores preámbulos. Pero el teléfono volvió a sonar insistentemente. Debía recordarse mentalmente cambiar aquel tono de celular arcaico y regresar al de Pink, que siempre le gustó. Apagó el móvil y repentinamente su mente hizo clic, no muy gratamente para su mala suerte. No había cambiado su ringtone por ningún otro. Su móvil era plegable y (abriendo los ojos) no era negro sino plateado. Se asustó, y aún más cuando al voltear su cabeza se topó con la visual de un hombre acostado a su lado. Luego se percató que no llevaba nada de ropa encima, ni él tampoco cuando se atrevió a revisar... que no estaba en la habitación de su hotel y nada en ese preciso instante estaba cuadrando con su organizada vida ¿cierto? –Esto es un mal, mal sueño. De hecho sería una pesadilla de no ser porque este hombre es demasiado atractivo para tratarse de una. Se sorprendió por el rumbo que tomaban sus propios pensamientos. Se recostó en la cama y cerró los ojos con fuerza –Cuando abra los ojos estaré en la habitación de mi hotel, con mi celular plateado sonando porque Yamasaki o Chiharu necesitan que los apoye con algo del proyecto –se repitió. Y hubiese sido convincente de no ser porque nada desapareció cuando volvió a abrir sus esmeraldas – ¡Maldición¿Qué diablos hice anoche? –se preguntó temiendo muchas cosas. Se levantaría, tomaría sus cosas y se marcharía de allí, y se olvidaría o bueno no trataría de recordar que pudo o no suceder la noche pasada. Y todo seguiría como antes ¿no?

- Mmm... –pronunció su compañero de cama mientras se volteaba. Se sonrojó al pensar en aquel detalle. ¿Habían dormido juntos¿Habían tenido relaciones acaso? No era difícil imaginar aquello al encontrarse desnuda. ¿Sería algún aprovechado o psicópata que planeaba matarla luego? No, no tenía pinta de serlo, y además de haber querido eso ya lo habría hecho ¿no? –Sakura... ¿despertaste al fin? –preguntó aferrándola a su cuerpo, produciendo en ella una serie de sensaciones. Angustia por no comprender que sucedía, pero a su vez calidez y por qué no decirlo deseo. Aquel hombre de buena complexión, guapo y varonil le había dicho Sakura, y la trataba con una confianza inusitada, y lo peor de todo no le incomodaba como pensó. El hombre se giró en la cama y quedó sobre su cuerpo, mientras la observaba fijamente con su penetrante mirada ámbar –Supongo que te debe doler la cabeza ¿o me equivoco?

- No, no lo haces –pronunció sin saber que más decir o como responder a aquella pregunta. Pero al parecer aquel hombre era muy perceptivo, porque notó la preocupación en la mirada esmeralda.

- Sakura... ¿recuerdas algo de lo que pasó ayer? –preguntó y dio en el clavo –No recuerdas nada, lo veo en tus ojos –agregó separándose de la muchacha y sentándose en su cama, mientras se ponía unos boxer para cubrirse un poco –Quizá sea mejor así, y todo quede como una noche olvidada por ahí –agregó, y algo le molestó en aquella frase. Ella no era de las que se emborrachaba y pasaba la noche con alguien, y luego adiós, y si te he visto no me acuerdo.

- No digas eso porque...

- ¿Porque qué? Si no recuerdas nada, dudo que te puedas arrepentir y yo lo preferiría así.

- Pero yo no. Ahora ¿te podrías sentar aquí y conversar como dos adultos que somos?

- La verdad me quedan mis dudas querida –comentó remarcando aquellas palabras con alguna clara intención –para alguien que bebió tanto que no recuerda siquiera el porqué se topa con un "extraño" en su cama, yo diría que la palabra adulto le queda un poco grande.

- Yo... –intentó replicar, pero era cierto en gran medida lo que decía –De todos modos prefiero que "ese extraño" –realizando el mismo gesto que el ambarino –con sus aires de superioridad me pueda explicar esto –señalándose en la cama.

- Sakura –dijo el muchacho entre risas –Definitivamente tu carácter es así por naturaleza, y no producto del alcohol –agregó y sin ninguna pizca de duda le plantó un dulce beso en los labios. Un tono carmesí intenso se apodero de las mejillas de la esmeralda en aquel instante. ¿Por qué no se negaba a esas acciones del tipo que estaba sentado a su lado en aquel instante –Bueno, si quieres saber la verdad, te la contaré desde un principio, pero no quiero interrupciones ¿vale?

- Está bien.

- Entonces comencemos. Ayer llegué a Las Vegas a eso de las cuatro de la tarde a comenzar mis vacaciones, que por lo demás tenía bien merecidas, pues llevaba más de un año sin despegarme de mi empresa –comenzó a relatar. Aquella historia le sonaba familiar. Era su propia historia en versión masculina, sólo que ella había llegado un par de días antes –luego de desempacar mis pertenencias, decidí salir a recorrer el Venetian Hotel, lugar en el cual me estoy hospedando, y donde supongo tú también lo haces –no esperó alguna afirmación por parte de la muchacha y prosiguió –y bueno, se me hizo tarde recorriendo, así que decidí detenerme en uno de los restaurantes que un buen amigo que también se hospedó aquí hace algún tiempo me recomendó. El Pinot Brassiere ¿Te suena algo ese nombre?

- Lamentablemente para mi mala suerte si, recuerdo haber entrado a ese lugar, y haber pedido...

- El Fat Bastard Chardonnay ¿no? –preguntó el ambarino –Es un excelente vino, siempre que no se abuse de él.

- No me trate como a una niña por favor –comentó Sakura –y mejor continúe con el relato si no es mucha la molestia.

- Bueno... ordené pollo rostizado con papas a la francesa, y debo admitir que el sabor era magnífico. Una de las mejores comidas que he probado en los últimos meses.

- ¿No cree que se está alejando mucho de la finalidad de esta conversación?

- Trataba de distender el ambiente. Bueno el tema es que, había pagado la cuenta, cuando me percaté que en la barra había una muy bella jovencita sentada en ella, y por lo visto había bebido más de la cuenta. Aunque debo admitir que generalmente las mujeres en ese estado se ponen bastante desinhibidas, en su caso no era así. Estaba como en trance, y el barman parecía confundido.

- Recuerdo hasta ese momento, o quizá minutos antes –confesó la esmeralda con las mejillas arreboladas.

- Bueno yo iba a proseguir mi camino, cuando usted se desvaneció en aquel lugar, y por alguna razón me acerqué a ver que le sucedía. Al notar que no parecía ser grave, pagué la cuenta y la saque de allí.

- Supongo que deberé agradecerle. Pero eso aún no explica nada.

- No comas ansias. Cuando ya estábamos afuera, reaccionaste, y fue como si te hubiesen cambiado. Me dirigiste una mirada bastante... lujuriosa creo que sería la palabra correcta. Te expliqué la situación y me dijiste que no podrías haber caído en mejores manos. No sé si eso tenía un doble sentido, pero la verdad de todas maneras me agradó escucharlo de tus labios. Aunque seguías algo ebria, decidiste que debíamos ir a bailar a algún lugar, y así lo hicimos. Seguiste bebiendo y cuando intenté detenerte me dijiste que eras una adulta y no tenías por qué hacerme caso. Y aunque era cierto, hubiese preferido que no siguieras pidiendo tragos. Además digamos que también yo había bebido un poco. Te acercaste a mi, me besaste de una forma que debo admitir, pocas veces en mi vida conocí –produciendo un nuevo sonrojo en la muchacha –eso entre otras cosas. Salimos de aquel antro y cuando caminábamos por una de las callecitas del hotel, viste un lugar que llamó tu atención, y bueno...

- ¿Y bueno...? Te estás yendo por la tangente.

- Sakura... en verdad creo que no querrás saber lo que continúa. Te estoy brindando la oportunidad de que lo dejemos hasta aquí, y juro que no me volverás a ver en tu vida si así lo deseas. Pero es la última oportunidad que te doy, te lo advierto –agregó con demasiada confianza –O deberás atenerte a las consecuencias.

- Dígame. El despertar esta mañana por culpa de un teléfono que no era mío con una resaca terrible, descubrirme desnuda con un hombre a mi lado en el mismo estado, en la habitación de algún hotel de las Vegas, sin poder recordar qué hice o no con él en lo que debían ser mis perfectas vacaciones, es suficiente como para creer que no puede haber algo peor esperando a sorprenderme.

- No digas que no te lo advertí.

- Dime por favor ¿Syaoran Li? –el ambarino asintió -¿Qué otra cosa hice yo, Sakura Kinomoto, la noche recién pasada? –preguntó y la visión que le dirigió el muchacho, entre divertida y preocupada la alertó de sobremanera.

- Te lo diré de una forma sutil. La señorita Sakura Kinomoto ya no es más la señorita Kinomoto –pronunció muy lentamente mientras dirigía una mirada hacia su mano, en la cual descubrió un espectacular anillo probablemente de oro blanco, con una pequeña esmeralda rodeada de diamantes –ahora... es la señora Li.

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Notas de la Autora:

Bueno!!.. Aquí lo tienen.. empieza una nueva historia que traía en la cabeza hace ya mucho tiempo, y necesitaba llevar a papel (o en su defecto al pc). No implica que no actualice pronto Un Negocio de Alto Riesgo, pero estoy haciendole unas cuantas modificaciones al chap que quiero subir, qu por lo demás se viene con unas sorpresillas.

Pero bueno abocándome a lo esta historia ¿Que les pareció? Quise que el inicio fuese algo diferente a los típicos, y creo que me gustó como me quedó este. Es costo pues es solo la introducción a esta historia, pero espero q les haya agradado, y me alegraria me lo hicieran saber con sus reviews!... asi actualizo pronto el segundo capítulo de esta historia junto con la actualización de mi otro fic..

Nos vemos!

Besos y abrazos para todos!!