Hola chicos, como ya he acabado mi historia secundaria "el héroe legendario" he decidido hacer un homenaje a mi autora favorita Jeannie Frost y su saga The Night Huntress, quien ha sido una de mis inspiraciones para escribir, la historia es 100% de ella, yo quizá cambie algunos detalles, como el hecho de que en vez de vampiros serán Yokais y hanyou entre otras cosas, los personajes serán de Rumico Takahashi, espero que les guste, y porfa comenten.

p.d. repito que esta historia no me pertenece, es un homenaje, y si les gusta puedo hacer más con los otros libros de la autora.

Reckoning

Prologo

16 de febrero, 2004 Nueva Orleans

Eric tragó el último sorbo de su cerveza y luego dejó la botella vacía en la acera. No es mi culpa que no haya un basurero cerca, pensó, ignorando el ceño de la guía de viaje. A la morena de su derecha no pareció importarle. Ella le sonrío de una manera que le complació que sus amigos hayan cancelado este estúpido tour del horror.

-… frente a ustedes esta 'La Laurie house'1 Esto es, según se dice, uno de los sitios más terroríficos del barrio francés. Aquí, a mediados del siglo dieciocho, un número indeterminado de esclavos fueron torturados y asesinados por el Dr. Louis Laurie y su esposa Delphine…- la guía continuó, señalando la gran estructura de la esquina en Royal Street.

Eric se deslizo más cerca de la caliente morena, quien no parecía estar prestando más atención a la guía que el mismo. Era delgada, de la forma que a él le gustaba, y aunque sus pechos no eran grandes, ella tenía excelentes piernas y un lindo trasero. Su rostro era lindo, también, ahora que le ponía atención.

- Hola, soy Eric, ¿tu nombre es? - preguntó, luchando contra su honor. Sonrío. Luciendo interesante.

- ¿Dónde están tus amigos? - ella pregunto. Tenía un acento que sonaba francés y eso era una cosa rara. Pero sonrío al decir eso, sus ojos rastrillando sobre él en una forma que lo excitó.

- Están en Pat O'Brien ¿Quieres tomar un trago? - dijo Eric, de forma vaga. Ahora la guía miraba airadamente hacia el de una forma más significativa, iba en como los LaLauries realizaban experimentos médicos y otras cosas raras en sus esclavos, asquerosas mierdas que él no quería escuchar.

- Estoy de humor para más que un trago, ¿Tu no? - La morena se acercó más, hasta que estuvo junto a él y sus pezones prácticamente rozaban su pecho. Oh, sí. Él tenía el despegue definitivo en sus pantalones.

- Nena, no tienes idea - Eric miro a su alrededor para encontrar a unas pocas personas mirándolo fijamente. Ok, lo había dicho un poco alto.

- Tengo una habitación en el Dauphine. Podríamos ir ahí… - trato de nuevo, suavemente.

- Mi casa está más cerca. Ven conmigo - ella lo interrumpió, tomando su mano. Un agarre firme, también.

Lo condujo por la calle, zigzagueando entre la gente y lanzándole esas sonrisas de follame bastante seguido por sobre su hombro. Eric estaba excitado. Había estado aquí tres días y aún no había ligado. Fue el momento justo cuando apareció este extraño viaje. La chica se lo llevo por un callejón, caminando tan rápido como antes, incluso cuando tuvo un mal presentimiento viendo a donde se dirigían. Tropezó con algo, una botella, probablemente, pero ella le tiro del brazo al mismo tiempo, manteniéndolo en posición vertical.

- Hey. Buenos reflejos - él sonrió. Ella murmuro algo que él no entendió, y no porque estuviese bebido.

- ¿Es eso francés? - Eric pregunto.

- Oui. Si - Su oscuro cabello giró con ella al voltear hacia él.

- Genial - Lo llevó hasta la escalera de incendio al final del callejón, desplegándose una puerta abierta cuando llegaron y lo empujó al interior. Las luces estaban apagadas, dondequiera que estuvieran, pero este debía ser su lugar. Cerró tras él y entonces su sonrisa se agrando.

- Te voy a comer - dijo seximente, con un acento que lo hizo aún más grave.

Eric la agarró, apretando ese hermoso trasero mientras la besaba. Ella abrió su boca, dejando su lengua explorar dentro mientras se presionaba contra ella. "Condón en mi bolsillo trasero", Eric se recordó a sí mismo. Una chica así de fácil puede tener algo.

Ella puso sus brazos alrededor de su cuello, aferrándose a él como si estuviera desesperada por ello. Eric luchó con el frente de sus pantalones. Justo ahí, justo ahora trabajando con el también. Tenía el pantalón desabrochado y sus manos subieron la pequeña falda, cuando ella mordió su lengua con los dientes. Y tiró de su cabeza hacia atrás. Eric gritó, mirando con horror la sangre alrededor de su boca cuando ella le sonrío otra vez. Su lengua latía como si fuera fuego.

- Perra loca - intentó decir, pero sonó como "erra oca". La sangre seguía derramándose de su lengua, y cuando sintió la punta de la misma… no lo era ya.

- ¡Tu, maldita puta! - Eric escupió, sin importarle si ella entendía las palabras o no. Su puño se levantó… y entonces cayó, hasta tocar el fondo con un golpe que hizo que su cabeza se sintiera como si se partiera en dos.

Aturdido por unos segundos, Eric estaba allí. Las escaleras, se le ocurrió. La perra me empujó por un tramo de escaleras. Sintió los primeros indicios de miedo mezclándose con la ira. Una luz se encendió en la sala y Eric se sacudió, parpadeando durante un minuto por el brillo antes de que las imágenes se enfocaran. Había un alto y delgado hombre de pie sobre un maniquí. Se veía como si estuviera ensamblándolo, ya que su pierna estaba en el suelo junto a la del hombre y su brazo estaba en dos partes más alejadas. Entonces la cabeza del maniquí giró. Sus ojos parpadeando, abrió la boca…

Eric gritó, tratando de levantarse, pero un dolor abrazador en sus piernas lo impidió. El hombre alto ignoró los gritos de Eric y los intentos frenéticos de alejarse mientras daba una mirada inquisitiva escaleras arriba.

- Mon amour, estaba preocupado - La chica apareció en la parte superior de las escaleras.

- ¿Por qué? nadie sabe que estamos aquí - Eric logro ponerse de pie. La agonía se disparó en su pierna a pesar de que tenía la mayor parte de su peso en la otra.

- Ninguno de ustedes dos hijos de puta se atreva a tocarme - exclamó, mirando alrededor por algo, lo que sea, para luchar contra ellos.

La chica sonrío mientras bajaba la escalera. Con su sangre aun alrededor de su boca que parecía más una mueca horrible.

- ¿Tocarte?, Mon Cher, ya te lo dije. Te voy a comer… -

1 The La Laurie house, La historia de la casa embrujada LaLauries es quizás uno de los más conocidos cuentos de fantasmas de Nueva Orleans ... Desde hace más de 150 años, ya través de varias generaciones, la Casa LaLauries ha sido considerado como el más frecuentado y el lugar más aterrador en el Barrio Francés.