[Simplemente recordar que yo no he creado ninguno de los personajes que saldrán en este fic, todo pertenece a Soul Eater de Square Enix, sin más demora... ¡Qué empiece el show!]
MAKA'S POV:
- Supongo que ya es la hora… - dije para mis adentros, un tanto entristecida.
Me giré y di un último vistazo a la casa donde había vivido 16 años. Suspiré y, agarrando mi enorme maleta, me dirigí al autobús que me llevaría a mi nuevo hogar, la residencia de estudiantes de Shibusen.
Sí, Shibusen, ese famoso internado para gente "muy preparada" (o más bien, extremadamente adinerada).
Aunque yo era una de las pocas excepciones allí. Desde que empecé la secundaria decidí que quería marcharme cuanto antes de la casa del mujeriego de mi padre, por eso, me esforcé al máximo en mis estudios para ganar una beca allí.
Me senté en uno de los asientos del final del autobús y recosté mi frente en el cristal de la ventana de aquel transporte, y miraba el paisaje, como poco a poco iba cambiando.
El viaje se me hizo largo, eterno, más eterno que los dieciséis años que había estado estudiando para poder entrar allí, pero por fin, después de tres horas de viaje en autobús entré en Death City, ciudad donde se encontraba la academia e internado de prestigio, Shibusen.
Bajé de ese autobús del que ya había tenido suficiente y estiré mis piernas entumecidas. Arrastré la pesada mochila por aquel lugar que parecía hecho estricta y rigurosamente simétrico. Un chico de más o menos mi edad, de piel pálida y cabello oscuro, aunque con extrañas líneas blancas en un lado de su cabello, estaba en la puerta indicando a algunos estudiantes donde estaban sus residencias. Me acerqué allí poco a poco.
- Hola… Yo soy Maka Albarn – dije con la voz aún un poco adormilada por el viaje.
- Hola, Maka. – dijo el chico sin apartar la vista de la libreta que tenía en sus manos. – Tu residencia es la 1881 – pronunció este número con una alegría increíble que me hizo hacer una mueca extrañada.
- Un número completa y absolutamente simétrico – se le iluminaron los ojos y yo arqueé una ceja incrédula. – Yo soy Death the Kid, el hijo del director. Mañana empiezan las clases, esta tarde es la presentación del curso, y aquí tienes el calendario de clases. – dijo con un tono de indiferencia peculiar, aunque más animado después de haber dicho ese número.
- Gracias – alcancé los papeles que me había dado y me dirigí a la residencia femenina.
Llegué a un edificio con el símbolo de Shibusen marcado perfectamente en la puerta, en forma de emblema. Entré y vi a un montón de chicas con voces agudas y ropas caras. Definitivamente no era mi entorno. Suspiré y me dirigí directamente a mi habitación ante la atenta (y asqueada) mirada de todas las chicas que supongo que se conocían entre ellas desde ya hacía bastante tiempo.
Llegué a la planta 60, habitación 1881. Saqué la pequeña tarjetita que me había dado… ¿Kid se llamaba? Y la metí en una especie de lector que tenía cada habitación. Entré y ante mí se abrió una habitación más grande que la casa entera en la que vivía antes. Tenía tres camas, lavabo, balcón, ¡e incluso tres escritorios con un ordenador cada uno!
Dejé caer mi maleta al suelo y alucinada me dirigí al balcón y lo abrí de par en par. Apoyé los codos en la barandilla de metal negro y encajé mi rostro en mis manos.
La vista de Death City era bastante peculiar, pero en realidad, me agradaba.
Después de unos minutos, el sonido de la puerta me hizo dar un respingo y vi como una chica de pelo oscuro entraba arrastrando varias maletas. Al verla, salí del balcón.
- Oh, hola – me dijo con una cálida sonrisa. Algo me decía que ella no era una de esas estúpidas e inmensamente ricas chicas que había visto en el salón.
- Hola… ¿Te ayudo? – dije acercándome a ella y cogiendo una de sus maletas.
- Gracias… - dijo en un suspiro ahogado. – Soy Tsubaki, ¿y tú?
- Maka.. Maka Albarn – dije con una sonrisa torcida. Estos momentos me resultaban realmente incómodos.
- Espero que nos llevemos bien, Maka. – estiró la mano hacía mi y yo la agarré con fuerza, en forma de saludo. Pero un estruendo nos hizo dar un respingo mientras Tsubaki murmuraba algo que no logré entender.
Frente nosotras se encontraba la silueta de un chico con una de sus piernas al aire después de haber roto en pedazos la puerta.
¿Esto es lo normal en Shibusen?
¿En qué clase de escuela me he matriculado?
