¡HE AQUÍ MI ESPECIAL DE NAVIDAD!
Creo que me merezco un ordenador para poder escribir… No puedo poner internet en el que estoy y emigrar de mi habitación al salón… ¡QUE HACE MUCHO FRÍO! :$ Agradecería de todo corazón un portátil para poder llevar a la universidad. En fin, mis queridos Reyes Magos o Papá Noel (Santa Claus) traedme algo…
Bueno, os dejo aquí el especial de Navidad que prometí en mi otro fanfic de Dragon Ball Z ¿Nos conocemos? Creo que no… La pareja elegida por mi es Black Star y Tsubakl (si es que hacen una pareja tan mona…) Sin más ánimo de entretener, digo que Soul Eater no me pertenece; es propiedad de su respectivo autor Atsushi Ohkubo; y que disfrutéis leyendo tanto como yo escribiendo :3
Es mi segundo fanfic *aplausos* Gracias por leerme :')
–¡Qué vestido más bonito! –exclamó Tsubaki parándose en seco en frente del escaparate haciendo que todos se detuviesen.
Las chicas del grupo (Patti, Liz y Maka) se pegaron al escaparate admirando el vestido. De cintura hacia arriba iba exactamente igual que el vestido que solía llevar Blair pero de cintura hacia abajo caía libre hacia los tobillos de la maniquí con un corte hasta la cadera dejando ver la pierna derecha. El borde de abajo y el corte que subía a la cadera del maniquí lo decoraban unos diminutos cristalitos que reflejaban la luz de la tienda y un ribeteado plateado. Seguramente aquel precioso vestido estaría fabricado con seda o fino terciopelo. Las jóvenes ensoñaban llevar aquel despampanante vestido.
–Patti –habló Kid–. A ti te quedaría pequeño de los pechos… Y a ti Liz, un poco grande… No quiero que mis armas vayan incómodas a la fiesta; además ya tenéis los vestidos.
Las hermanas Thompson se miraron apenadas. ¿Qué más daba un vestido más? Y aquel era precioso. Aunque claro, solamente había uno y Kid era el amo y señor de la simetría; casi seguro que le daría un ataque si una de las dos fuese diferente.
–¡A Blair le gusta, ¡nya! –se aferró al chico guadaña– ¡Soul-kun, cómprale a Blair ese vestido, nya!
El joven se llevó la mano a la nariz mientras se ponía enteramente rojo; cosa que molestó a su usuario y acabó recibiendo un Maka-chop en el cráneo. Tsubaki seguía ensoñando con ese vestido con los ojos brillantes. Se le veía tan feliz que Black Star no pudo evitar sonreír.
–Señorita –dijo una voz poco masculina desde la puerta de la tienda– puede entrar a probarse el vestido si quiere; es el único que queda.
–No, verá… Yo solo… Miraba –dijo nerviosamente ella.
–Vamos Tsubaki, seguro que te queda bien –Black Star extendió el pulgar en señal de aprobación.
–Pero…
–Tranquila, es solo probar, no va a pasar nada… Si no te gusta no hace falta que te lo lleves –dijo el chico sonriéndole y arrastrándola hacia dentro de la tienda. Cuando Black Star fue a pasar el chico se negó.
–¿Queréis pasar vosotras? –sonrió gentilmente.
Todas las chicas entraron ante las miradas atónitas de los jóvenes.
–Nos ha echado… –enmudeció Kid.
–Esto no es nada guay…–se mordió el labio Soul.
–¿¡Pero quién se cree ese niñato que es!? ¡Solamente yo puedo echar a la gente! ¡Y me ha dejado fuera a mí! ¡A MÍ! ¡EL GRAN BLACK STAR! –se enfadó súbitamente.
–Bueno, teniendo en cuenta que es una tienda para mujeres… Tampoco está tan mal…
–Sí, bueno, pero… –murmuraba mientras se movía intentando ver por el escaparate el interior de la tienda.
–Hey, Black Star… –dijo Soul señalándole un cartel que se hallaba en la puerta de la tienda. El peli azul lo leyó atentamente.
"Para evitar destrozos en el interior del establecimiento, queda prohibida la entrada de técnicos de armas con sus respectivas armas."
–Creen que somos unos salvajes… –resopló Kid.
–¡Tsubaki! ¡El vestido te sienta magnífico! –exclamó muy alegre Blair–. ¿No tendréis otro para Blair, nya?
–Lo siento, señorita, es el último… Si no fuese así, con gusto le entregaría yo mismo un vestido idéntico para ver como se luce –dijo muy cortésmente el chico.
Vaya chico más galán… –pensó Tsubaki.
–Te ves realmente hermosa –sonrieron Maka y las gemelas.
La joven guadaña se miró al espejo mientras acariciaba la tela.
Es precioso… Es… Perfecto…
La joven volvía a sus ensoñaciones de llevar el vestido frente a sus compañeros en la fiesta de Nochevieja. Quedaban a penas unos días para ello.
Black Star se rió con su típica risa orgullosa del cartelito de la tienda. Por esa misma razón no le había dejado entrar el chico. No quería que cada usuario y su maestro estuviesen juntos (su padre había sufrido varios ataques de ladrones, pues era reconocido en toda la ciudad por sus infumables riquezas aunque los jóvenes no lo sabían).
La risa de Black Star llegó a oídos de la joven Tsubaki que creía que se estaba riendo de cómo le quedaba aquella prenda. Todas las chicas creyeron entender lo mismo y miraron con mala cara a Black Star. El joven dependiente miró a la guadaña que se veía triste y furiosa. En aquel mismo instante el susodicho se asomó por el cristalito de la ventana.
–Para mis ojos, te ves espléndida… –se acercó a ella–. Si accedes a salir conmigo, yo mismo te entrego el vestido –le sonrió cogiéndole la mano– aunque, aún no me has dicho tu nombre… –le besó con picardía la mano.
A Black Star pareció salirle humo por la cabeza mientras mantenía la rojez de su rostro.
–Me llamo Tsubaki… Pero no puedo acceder a tal petición.
–Pero Tsubaki… ¡Te lo está pidiendo un burgués! –le susurró Liz con los ojos brillantes.
–Pero no le conozco…
–Lo que la señorita desee; aunque no pienso desistir. ¿Puedo al menos saber cuál es el otro candidato ante el cual he perdido?
La joven pensó en el maestro de guadaña con cadena; Black Star. ¿Qué tenía él que le atraía tanto? ¿Era amistad aquello que sentía? Tenía que serlo. No podía ser otra cosa. Tras la pérdida de su hermano, él la había "consolado" a su manera. Cuando se encontraba sumisa en su trance abrazando el alma de su hermano no sabía que hacer; aún así le animó que siempre estuviese a su lado. Torpe y despreocupado como solamente él podía serlo. Eso era. Le quería; sí. Pero como a un hermano.
Por el tiempo que tardó en contestar, el joven pensó que no iba a dar una respuesta hasta que finalmente habló.
–No hay otro candidato –aseguró firmemente.
–Con lo cual, he de entender que soy el único candidato que tienes para una cita. ¿Puedo saber al menos el motivo por el cual no accedes a mi petición?
–No te conozco…
–Pero para ello están las citas, ¿no? Para conocerse mejor…
–Por supuesto; pero es que a ti, ni siquiera te conozco… Perdóname…
–No te preocupes. Otra ocasión habrá para volver a ofrecerme… ¿Aceptarás para entonces?
Tsubaki le tendió el vestido y el chico la miró apenada.
–Quizás cambie mi parecer…
–Entonces, mi lady, esto no es un adiós; sino un hasta pronto.
–Puede… –logró sonreír por la insistencia del chico–. Hasta otra vez, y gracias por dejarme probar el vestido…
–Siempre que quieras puedes regresar… Y vosotras también chicas.
–¡Claro! ¡Volveremos un día con dinero para comprar! –dijo Liz mientras miraba con ojos enamoradizos cada una de las prendas.
–Nos están esperando… ¿Vamos? –sonrió Maka.
–Claro… Aún tenemos que preguntarle a Black Star por qué se ha reído –le habló Patti a Liz lo suficientemente alto como para que Tsubaki la escuchara y volviese a enfadarse.
Todas se despidieron del educado joven y salieron por la puerta dejándole en su propio ambiente.
Que chica más simpática… Calmada… Educada… –sonrió–. Me pregunto si estará con alguien…
Vio como fuera estaban muy tensos y aquello le dio mucha gracia.
Supongo que sí; pero no será ninguno de esos críos… ¿Será usuario o técnico? Me gustaría conocerla…
–¿Por qué te estabas riendo de Tsubaki? –le preguntó Maka a un muy enfadado Black Star.
–¿Qué? ¡Yo no me estaba riendo de ella! ¡Si ni siquiera la he visto!
–¡Te estabas riendo! ¡Te hemos visto todas!
–Pero no me est…
–No me imaginaba esto de ti Black Star… –dijo Tsubaki antes de marcharse corriendo.
–Pero si yo… –se deprimió Black Star.
–Es tu culpa –dijo Liz muy enfadada.
Black Star también se fue corriendo, pero detrás de Tsubaki. A pesar que estaba enfadado, no lo estaba con ella; sino con aquel chico.
–Creo que te has pasado… –le dijo Soul a Maka.
–¿Estás de su parte? –se enfadó.
–Bueno yo…
–Déjalo… No hace falta que contestes.
Maka se fue con paso decidido cogiendo a Blair (que ahora era un gato).
–¿Y ahora que he hecho yo? –se frotó el cabello pensando mientras se iba detrás de su maestra.
–¿Tú de qué parte estás Kid? –le miró Liz.
El hijo del señor de la muerte se limitó a mirar a ambas y a suspirar.
–No me metáis en esto…
Bueno… ¿Qué tal está? ¿Lo continuo? ¿No lo continuo? ¿Merezco morir?
Al final sí que he recibido mi portátil (y he estado viendo un poco de Soul Eater, algunos capítulos salteados que son principalmente los personajes de Black Star y Tsubaki).
Hasta aquí el primer capítulo. Creo que sí debería hacer una continuación; aunque aún no he publicado el capítulo de Gohan y Videl (matadme).
La verdad es que me da un poco de pena Black Star (con lo adorable que resulta…). Recordad que Death de Kid tiene una obsesión con los pechos de sus armas y Maka tiene su manía de dar un Maka-chop (Corte de Maka para quienes solamente hayan visto el manga).
Pido perdón por no haberlo subido ayer pero, quienes intentaron meterse en su cuenta, comprobarán que no se podía entrar (daba error 503).
Sé que hago las introducciones muy cortas pero es que es más fácil leer la lectura ligera *risas* (los capítulos también son cortos…). En fin… ¿Reviews? :3
