-Bella ahí viene el profesor Cullen-
Le dijo Alice. Isabella Swan, era una chica de piel de porcelana unos labios rosas naturales y ojos achocolatados, su cabello ondulado casi siempre caía sobre sus hombros. Desde que entró a la universidad había estado enamorada de su profesor de Literatura, el profesor Edward Cullen. Edward Cullen era un hombre apuesto y listo, te podías perder en sus ojos verdes y querer comerte sus delineados labios delgados que formaban una perfecta boca. Cuando hablaba, daba un olor a menta y a tabaco combinado con un poco de café, siempre se le veía leyendo un libro y riendo con los otros profesores. Era joven, pero bastante maduro y caballeroso para su edad.
-Isabella-
dijo el mientras le sonreía. Isabella se sonrojo y solo movio su cabeza dando a entender que ella también saludaba.
-Bella, al menos podrías decirle hola, tu también-
-Estas loca, mis calificaciones han bajado, porque no puedo pronunciar una palabra cuando lo tengo enfrente- Alice comenzó a reír, desde el momento en que se había dado cuenta de que su mejor amiga estaba enamorada de su profesor de literatura había hecho todo lo posible para que estuvieran juntos, aunque Isabella no pusiera mucho de su parte.
-Mejor vámonos, o llegaremos tarde a su clase y eso es lo que menos necesito ahora- Isabella hablaba enserio, estaba a punto de reprobar por distraerse demasiado pensando en como daba cada sorbo a su taza de café o como leía los trabajos que le entregaban, cada parpadeo, cada respiración Isabella estaba al pendiente.
Corrieron hacia el aula, pero Alice olvido que eso de correr a Isabella no se le daba.
-¡Alice!- Grito Isabella, mientras caía sobre su rodilla enfrente del aula.
-¡Bella!- regresó corriendo Alice. Isabella esperaba sentir la pequeña mano de Alice, pero en vez de eso sintió dos manos varoniles en su cintura.
-¿Está bien Isabella?- la levanto el profesor Cullen. Isabella perdió el habla inmediatamente como siempre lo hacía en su presencia y solo asintió, pero cuando trató de ponerse de pie volvió a caer.
-Me duele mucho mi rodilla- dijo con voz chillona y volvió a sentir las dos blancas y perfectas manos sobre su cintura otra vez.
-Puede ir a la enfermería, alguien tiene que revisarla-
-Yo la acompaño profesor- se ofreció la entusiasta Alice
-Muy lista señorita Brandon, pero se lo que planea, no se saltara mi clase. ¡Eh! Jasper, ¿Podrías llevar a la Srita Swan a la enfermería?- Alice volteo a ver molesta hacia la puerta y se quedo boquiabierta, un chico alto y musculoso, no tanto como para asustar. Caían rubios rizos sobre su rostro y regreso a verla con una gran sonrisa.
-Yo la llevo- dijo y puso su brazo alrededor de su hombro.
Una hora después Isabella tenía la pierna vendada y estaba dispuesta a regresar aunque fuera solo 5 minutos a ver al profesor Cullen. Se apresuró lo mas que pudo, pero cuando llego al aula estaba vacía.
-¿Buscaba a alguien?- dijo una melodiosa y varonil voz detrás de ella. La mudez de nuevo. Solo negó con la cabeza y emitió un pequeño sonido.
-Isabella, Alice se fue hace un rato. Tienes auto, me supongo- Asintió.
-Puedo acompañarla al estacionamiento, ya no hay nadie, y no vaya a caerse- Isabella pudo sentir su pecho y su pulso se acelero, un tono rojizo invadió sus mejillas y puso su brazo sobre el hombro de el profesor Cullen, pudo sentir ese olor de el que tanto le encantaba, su cabeza daba vueltas y cuando menos se dio cuenta estaban en el estacionamiento frente a su Pickup. Isabella lo miro confundida.
-Solo quedan dos autos y uno es mio- dijo con una sonrisa satisfactoria. Isabella comenzó a abrir su auto pero una mano la detuvo.
-Isabella ¿Yo no le agrado? – Isabella no supo que decir, principalmente por que nunca sabía que decir.
-No me malinterprete, pero yo se que usted es muy buena alumna, eh preguntado a otros profesores sobre usted y me dicen que no sabe que le pasa en mi materia, que usted es excelente y lo creo, por que eh leído sus poemas, pero usted se niega a hablarme y me mira con desprecio, no quisiera que una persona tan brillante tenga desagrado hacia mi- Isabella ya no pudo resistir mas y se arrojo a sus labios. Los beso y como los disfruto. El profesor Cullen la separó de el.
-Isabella ¿Qué ah sido eso?- pregunto en un susurro. Ella comenzó a llorar y pronuncio sus primeras palabras hacia el.
-No me desagrada, yo lo amo- dijo entre sollozos subió a su auto como pudo y se fue a toda velocidad. El profesor Cullen solo pudo sonrojarse y pronunciar unas simples palabras
-Yo también te amo Bella-
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