Todos los personajes pertenecen a Kishimoto Masashi.
Capítulo 1
La respiración de Hinata se encontraba acelerada mientras saltaba de un árbol a otro. Habían pasado treinta minutos desde que se separó de su equipo y del equipo siete, Kakashi había dado la orden de dispersarse y buscar algún rastro de Sasuke, les había dado un límite de tres días para encontrarlo, sino lo encontraban en ese período de tiempo tenían que regresar de manera inmediata a Konoha.
Con su Byakugan notó que una tormenta se acercaba, decidió que lo mejor en ese momento era buscar refugio, estaba sola y si se enfermaba solo causaría más problemas.
"Como siempre" Pensó soltanto un pequeño suspiro.
No tardó mucho tiempo en localizar una cueva a cinco kilómetros, aumentó de velocidad, cuando llegó la exploró y parecía segura. No sentía la presencia de nadie, cuando estuvo dentro notó que se había quedado sin agua, salió de la cueva y caminó hacia el río que había visto al pasar. Se agachó para poder llenar su catimplora con agua, al elevar la vista un escalofrío la recorrió al toparse con lo que parecía un cuerpo humano envuelto en una manta flotando por el río, activó su Byakugan de inmediato y se fue hacia atrás cayendo sobre su trasero al percatarse de que en efecto, era un cuerpo humano y no solo eso, una pequeña llama de chakra aún se encontraba presente en el interior de este, si no actuaba rápido podía morir.
No necesitó sumergirse en el agua, pues el cuerpo se encontraba casi en la orilla, sacó su kunai para luego romper los hilos y la manta.
Casi cae desmayada cuando descubrió que Uchiha Itachi era la persona dentro de esa manta y que estaba sin ojos.
Un mar de confusión llegó a ella en ese momento, pensó que él estaba muerto, ella y sus compañeros lo habían escuchado del Akatsuki hace menos de una hora. Por su mente no pasó la idea de dejarlo morir, sino todo lo contrario, la idea de salvarlo era en lo único que le importaba pensar en ese momento.
Lo sacó del agua y con dificultad lo cargó hacia la cueva, sus manos temblaban mientras sacaba los ungüentos que siempre llevaba con ella, aunque no sabía si iban a funcionar, la herida era más interna que física.
Notó como sus canales de chakra estaban cerrados y la llama que se encontraba en su corazón era cada vez más diminuta. No había tomado cursos para ser medi-ninja porque su padre no la había dejado, pero en su tiempo libre leía sobre medicina y practicaba.
Puso sus manos sobre el pecho ajeno e inició a emitir chakra verde de sus manos, primero intentaría estabilizar su corazón.
El tiempo que transcurría no lo notaba, las gotas de sudor sobre su frente caían tanto como las de agua fuera de la cueva, sentía que su chakra se iba agotando poco a poco y apenas había podido controlar el corazón de Itachi, tenía que forzarse ella misma a producir más chakra y que tuviera más duración, no le importaba si su vista estaba iniciando a fallar.
Recordó la gran bolsa de pastillas que Sakura le había dado, todos desaparecieron cuando las ofreció así que amablemente ella las había tomado todas, con una mano las sacó de su bolsó y llevo una a su boca. Las náuseas la invadieron por completo, tuvo que tragar grueso y tomar agua para evitar vomitar, el efecto fue casi instantáneo, se sintió con mas energía, decidió comer otra antes de volver a poner su mano sobre el pecho de Itachi.
Cuando observó que la llama en su corazón había crecido de manera considerable y estaba estabilizado suspiró con alivió, sin embargó ese alivio no duró mucho al notar el estado del resto del cuerpo, había perdido demasiada sangre y la cotinuaba perdiendo.
Con su rostro al rojo vivo quitó la camisa del chico para así iniciar a curar sus heridas, cuando terminó supo que tenía un corte en la pierna, casi se desmaya al pensar que tenía que quitarle el pantalón. No lo haría, no se atrevía, lo más inteligente que encontró hacer fue cortar el pantalón con su kunai.
La lluvia ya había cesado cuando terminó de limpiar y sanar el cuerpo del Uchiha.
Por el color de la sangre y la lentitud de crear glóbulos blancos y rojos le hizo notar que estaba enfermo, necesitaba actuar rápido, las pastillas de Sakura no funcionaría, tomó sus kunai y salió en busca de una presa.
Nunca pensó que cazar iba a ser tan difícil, estaba exhausta, pero tenía que seguir curando a Itachi. Con asco y lágrimas en los ojos quitó la piel del ciervo. Cuando se aseguró de limpiar la sangre fue directo hacia el pelonegro que seguía inconsciente.
Inclinó hacia delante el cuerpo y con sus dedos manipuló los puntos de chakra de su garganta para hacerlo tragar la sangre.
Pasaron tres días desde que lo encontró y no daba señales de querer despertar, estaba agotada, solo había dormido una hora diario, sin emabrgo estaba satisfecha con su trabajo, había logrado que estuviera fuera de peligro, pero no se podía relajar ni un poco pues aún no sabía que enfermedad tenía y como curarla.
Después de asearse en el río sacó dos pergaminos y una pluma de su bolso. Escribió en uno de ellos que tardaría otros días más en regresar pues se había alejado más de lo previsto y una tormenta la tenía atrapada. El pergamino restante lo abrió y de inmediaro salió un ave, Sai los había hecho para comunicarse, ató lo que escribió a la patal del animal de tinta y dejó que se fuera.
Era el quinto día y Hinata se encontraba limpiando las heridas ya casi sanas del chico. Se sobresaltó cuando sintió que le tomaba la muñeca. Habia deseado que despertara pero nunca imaginó que haría cuando lo hiciera, su corazón latió con fuerza y los nervios se hicieron presente.
— Agua.
Itachi apenas pudo hablar, pues su garganta ardía de lo seca que estaba, no fue hasta que su garganta dejó de arder que se percató de la situación en la que se encontraba, estaba vivo. "¿Cómo?" Fue lo primero que vino a su mente, debió morir luego de la batalla con Sasuke. Intentó moverse pero el dolor en todas las extremidades de su cuerpo se lo impidió. No se molestó es intentar abrir los ojos, sabía que Sasuke los tomaría.
Pensó que tal vez esa era su condena por haber matado a todo su clan. Seguir vivo, ciego y con el dolor eterno.
— ¿Quién eres? — Preguntó Itachi luego de varios minutos de silencio.
— Hy-Hyūga Hinata. — Respondió ella con bastante nerviosismo.
— ¿Hyūga de Konoha? — Preguntó sin ninguna emoción en su voz, sin embargo sentía un poco de sorpresa, nunca esperó que fuera alguien de Konoha quien lo salvara y menos de ese clan.
—S-Si. — Su voz apenas era audible.
— ¿Por qué me salvó? Se supone que soy su enemigo. — Itachi hacía gran esfuerzo para poder hablar.
— Yo-Yo no sabía que era usted en el río des-después no pude de-dejarlo morir.
— ¿Está segura? ¿No fue porque quiere entregarme a la aldea para que hagan mi juicio?
— ¡No! — Respondió rápida y algo alterada. — Lo-lo siento, no fue por eso, yo, yo so-solo no pensé cuan-cuando lo estaba curando.
Itachi se quedó en silencio, si hubiera querido entregarlo ya lo hubiera hecho, pero le era difícil creer que lo hubiera salvado sin ningún motivo oculto. Había visto y vivido tantas cosas que le era imposible creer que aún hubieran personas que hicieran cosas así.
— ¿Alguien más sabe que estoy aquí?
— No, mi-mis compañeros y yo no-nos separamos ya deben estar en la-la aldea.
— ¿Por qué se separaron?
— En-en busca de Sasuke-kun, Akatsuki se-se lo llevó.
Itachi apretó los puños, debió imaginarlo, ellos lo reclutarían. Todo lo que había hecho fue en vano. Hubiera acabado con Akatsuki en cuanto tuvo la oportunidad. Estaba vivo, al menos esta vez intentaría hacer las cosas bien.
— Necesito que me haga un favor.
— ¿Cu-cuál?
— Regrese a Konoha, cuéntele todo a la Hokage y dígale que le pregunte a los consejeros acerca de la matanza del clan Uchiha. — No confiaba en ella, pero en ese momento no tenía otra opción.
— Lo-Lo siento, no puedo.
— ¿Por qué no?
— No-no puedo dejarlo solo, us-usted aún no se recupera.
— Eso no importa, necesito hablar con la Hokage con urgencia.
— Pe-pero.
— Mi salud no importa, es más importante lo que le dije.
— ¡Si-si es importante! No-no iré hasta que no se recupere.
— No le debe importar mi salud. Necesito hablar con la Hokage.
— De-debe preocuparse más por su salud. No-no me iré hasta que esté bien.
No necesitaba ojos para notar que la chica era tímida, también terca, era una combinación extraña.
— Bien.
No tenía las fuerzas y energías suficientes para seguir con la discusión.
Hinata suspiró con alivio y relajó su cuerpo, sentía que en cualquier momento se iba a desmayar.
Itachi tardó tres días en poder moverse sin tanto dolor todas sus extremidades. Por fin pudo ir al baño solo, hasta el momento se había tenido que apoyar en Hinata para poder hacerlo, eso le hizo saber que era más baja que él y tenía fuerza.
Los tres días casi no los sintió, se despertaba, Hinata lo curaba, comía un poco y volvía a dormir, las veces que estuvo despierto hablaban poco, el tema principal era su salud. Le hizo saber que ya se sentía mejor, así ella podía regresar a Konoha y hacer lo que le pidió.
— Tie-tiene comida y agua para tres días, todas es-están al lado derecho, tra-tate de no moverse mucho, si tiene frío cúbrase con la ma-manta y la capa que le dejo.
Itachi no pudo responder pues ella ya había desaparecido. A pesar de que Hinata ya no estuviera en la cueva, el lugar seguía oliendo a lilas. El primer día lo pasó aburrido e inquieto, la compañía de la chica lo tranquilizaba y aunque no hablaran no eran silencios incómodos, eran agradables.
Dejó de pensar en eso, decidió usar ese tiempo para pensar en algún plan y no en estar preguntándose donde estaría Hinata. Esperaba que ella hiciera lo que le pidió.
Y que no se demorara mucho, estaba seguro que Akatsuki actuaría pronto.
Se que estuvo un poco aburrido pero necesitaba hacer esta introducción antes que todo.
Es mi primer ItaHina, espero que les guste.
¡Gracias por leer!
