Bueno, pues aquí les traigo otro one-shot de Bleach. Yo y mis páteticos One-shots... Y de repente me surgió ésta idea en mi hueca cabeza. Pero en verdad les agradezco a las chicas que comentaron mis otras dos historias. La verdad, sus reviews me hacen tan inmensamente feliz. Arigato gozaimasu.
ACLARACIONES Y ADVERTENCIAS: No puedo identificar si los personajes me quedaron muy OoC. No sé. Y ni siquiera tengo idea de en que parte del manga y anime se encuentra basada la historia, pero supongo que es de la aparición de los arrancar por primera vez. Advertencias: No tengo ninguna, sólo lenguaje grosero. Creo.
Disclaimer: Ni Bleach ni sus personajes me pertenecen, son obra de Tite-sama (Aunque se que algún día lo secuestraré y tomaré todo tipo de derecho sobre la serie)
No los entretengo más...
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Tener a la shinigami a su lado estaba resultando completamente horrible, frustrante y... ¿penoso?
Últimamente Rukia estaba algo extraña con él, no quería dirigirle la palabra, sus peleas se estaban volviendo menos constantes, su comunicación e insultos eran escasos. Eso lo tenía perturbado.
No pelear y no hablar con la shinigami le fastidiaba.
Iban de camino al instituto, e iba a preguntarle sobre que tenía. Esa situación estaba empezando a preocuparle, tal vez ella tenía algo importante que decirle, o a lo mejor a la Sociedad de Almas se le antojó que ella volviera ¡Quien sabe!
Aunque su orgullo estaba primero, no podía permitirse ver en un estado algo triste y preocupado a Rukia. Ella era alguien importante, muy muy importante.
— Oe Rukia — al fin decidió hablar —... ¿Te sucede algo?
— Hummm — ¿que podría decirle? — No
— Pero últimamente has estado algo... extraña — reprendió el muchacho con preocupación — Si pasa algo con la Sociedad de Almas, o te pasa algo, no dudes en decirme
— No es nada importante — contestó sin ni siquiera mirarle
— Vaya, uno que se preocupa por ti. Siempre tan terca, enana
No le respondió nada, no tenía ganas de pelear con él. No después de lo que le vio haciendo días atrás. Aunque no se podía permitir amar a nadie, después de lo que vio, sus sentimientos salieron a la intemperie, dejándola completamente destrozada. Obviamente algo que un shinigami no debía sentir.
Se volteó a verla de nuevo. En su rostro podía definir ¿Tristeza? ¿Decepción? Pero ¿por qué? Que é recuerde no conocía nada que pudiera poner a Rukia en un estado tan malo como ese, al menos que le haya pasado algo a su estirado hermano Byakuya, o incluso a Renji.
Colocó las manos detrás de su cabeza y siguió. No se iba a retrasar por la culpa de la enana.
Cuando llegó al instituto viró su vista ya que no había escuchado ningún ruido proveniente de Rukia, y vaya que eso le sorprendió, ella no estaba siguiéndole. No había ni un pequeño rastro de ella ¿Qué mierda? ¿A dónde demonios se había ido la enana?
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*I&R*
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Paseaba pensativa por las calles de Karakura, hasta que llegó a un espacioso parque. En ese momento no quería estar cerca de él, no. Tendría que volver a la Sociedad de Almas lo antes posible, aún así se llamara cobarde por lo que iba hacer, era lo mejor, antes de que sus sentimientos por el pelo pincho se intensificaran.
Se subió a la rama del árbol más grande a meditar bien las cosas, aunque no había exactamente sobre que meditar.
Después de un largo tiempo de pensar, terminó por tomar su decisión.
Ya sabía que debía hacer.
De repente un hollow apareció. Vaya día tan fastidioso.
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*I&R*
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El instituto estaba por terminar, y justo en ese momento llega un hollow a atacar. Pero, había un problema ¿Cómo demonios se salía de su cuerpo?
Se rompió la cabeza tratando de buscar una solución, pero no se le ocurría nada.
Después de unos minutos el reiatsu de su enemigo desapareció. Pero además sentía un reiatsu demasiado débil. ¿Acaso alguien más había acabado con el monstro? Pero... ¿quién? ¿De quién era ese débil reiatsu?
Viro su vista, era cierto. Rukia no había llegado al instituto en ningún momento, y si el reiatsu era de ella... ¡No! 'Ella es muy fuerte para poder acabar con cualquiera' ¿Acaso se estaba preocupando por la enana? ¡Ja! Que patético.
En cuanto terminó el horario de instituto salió lo más rápido posible. De repente una fuerte presión espiritual cayó sobre él. Bien podría comparar el reiatsu de algún taicho miembro del Gotei 13. Ese era uno extremadamente fuerte. Inclusive sintió que de un momento a otro caería al suelo.
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*I&R*
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Se abalanzó sobre le hollow que se había escapado de sus manos hace apenas unas horas ¡Qué hollow más molesto! De repente miró la figura del shinigami sustituto, que estaba en el suelo de rodillas con zanpakuto en mano. ¿Qué había pasado?
Su rostro -que hace horas atrás había estado triste e insensible- volvió a retomar su brillo original. Ahí estaba la enana, tratando de acabar con aquella bestia.
— ¡Some no mai, Tsukishiro! — cantó la morena
Un golpe certero, pero no fue suficiente. Ese monstro era increíblemente grande y poderoso.
— ¡Tsugi no mai, Hakuren! — gritó la Kuchiki.
El hollow recibió de lleno el golpe.
Aún así, cierto peli naranjo seguía impresionado. Y jamás dejaría de estarlo. Rukia si era demasiado fuerte.
— Piensas quedarte todo el día ahí tirado — reprochó la morena con aires de autosuficiencia
— Rukia...
La morena entró en su gigai e Ichigo en su cuerpo.
Corrió hasta llegar a ella y la estrechó contra sus brazos.
¿Que pretendía ese idiota? ¡Maldición! No se podía evitar, tenía que separarse del agarre de los fuertes brazos del sustituto. Ese contacto hacía cada vez más fuerte sus sentimientos, tenía que hacer algo rápido. Lamentablemente sus defensas habían caído y sus sentimientos se abrieron paso a lo más profundo de su corazón.
Sentía como la enana se revolvía entre sus brazos. La sentía tan frágil, tan débil. Aunque eso era totalmente incierto. Y el hecho de que ella estará últimamente tan cerrada a él, que la sintiera tan lejos estando tan cerca, le abrumaba y le desconcertaba.
— Estaba muy preocupado por ti — susurró dulcemente en su oído
— Tengo que decirte algo muy importante, Ichigo — respondió cortante. Su corazón estaba decidido.
Se separó levemente de ella. Le miró fijamente a los ojos, tratando de descifrar el mensaje dentro de esos orbes amatista.
¿Cómo debía de comenzar? Se armó de valor, su semblante cambió a serio en un instante y apartó su vista de la de Ichigo. No podía mirarle a los ojos cuando le diera la noticia.
— ¿Qué sucede, enana? — preguntó. Algo malo iba a pasar, podía sentirlo, y las recientes acciones de Rukia le daban mucho que pensar.
— Ichigo, yo... — hacía todo el esfuerzo para que el nudo que se formaba en su garganta le dejara liberar sus palabras — Tengo que volver a la Sociedad de Almas
Esa noticia le sorprendió. Así que era por eso que estuvo casi toda una semana sin dirigirle la palabra. Pero... ¿por qué? Tan así de repente. No sabía como, pero presintió que había gato encerrado.
— ¿Por qué? — Logró articular al salir de su trance — ¿Tan así de repente?
— Esta vez es por un motivo personal. Creo que mi trabajo terminó aquí. Además de que... — pensó por un momento en si debía decirle o no — Siento que me he familiarizado mucho con este mundo, y yo no pertenezco aquí
— ¡Pero qué mierdas dices Rukia! — Arremetió con fiereza — ¡Tú mundo es aquí conmi-!
— ¡Eso no es cierto, Ichigo! — Reprendió — Tú tienes que vivir tu vida normal. Yo... yo soy sólo una carga... — dijo casi al borde del llanto
Si, después de todo fue una cobarde. Su orgullo estaba primero antes que nada. Y debía de admitirlo, amaba al pelo pincho. Y era obvio que si lo amaba, le dejaría libre.
— Te equivocas — sentenció el Kurosaki — Tú... Nunca serás una carga...
Pero ¿cómo le decía eso después de lo que había hecho? En particular, ella siempre lo considero una persona importante, pero al parecer eso no le importaba a Kurosaki.
Se formó un nudo en su garganta al recordar aquella escena... Ichigo... beso... Inoue...
— ¡No mientas! — gruñó la Kuchiki
Estaba acabado. Después de lo que pasó, era tan descarado que le iba a pedir que se quedara. Vaya tipo.
No tenía remedio. Realmente no. Tomó el rostro de Rukia con ambas manos y le robó un dulce beso.
Quedó estupefacta ¡Demonios! ¿Por qué el idiota se guiaba por sus impulsos? Debía de admitirlo, la rabio y la frustración que sentía en ese momento la estaba consumiendo vorazmente. Eran celos lo que sentía, y lo peor, hacía su amiga.
No sabía que fuerza fue la que lo llevó a ese estado. Simplemente no quería que Rukia se alejara de él. No, ni ahora ni nunca. Y menos si el podía evitar eso, obviamente era algo... imperdonable. Estaba mil por ciento seguro que si Rukia se iba, iría a por ella a la Sociedad de Almas y la traería a rastras.
Una tenue lluvia comenzó a aparecer. Humedeciendo el cuerpo de ambos muchachos.
Pero eso era lo de menor importancia en ese preciso instante.
Rukia seguía con pasmo en su rostro. Quería apartarse de él, decirle que se olvidara de todo, pero simplemente no podía hacerlo. Sabía perfectamente que le haría más daño al dejarlo.
Separó lentamente sus ásperos labios de los de la morena. Miró fijamente ese rostro tan angelical, un tierno sonrojo adornaba las pálidas mejillas de Rukia, traía el ceño levemente fruncido y sus carnosos y suaves labios estaban entreabiertos.
— Ichigo... — suspiró — ¿Por qué me besaste? — preguntó en un tono con un toque de tristeza y en parte de felicidad
— La respuesta es obvia, Rukia — respondió firme — Te quiero — musitó en un tono apenas audible — Te quiero más de lo que pensé y creí quererte
— ¡¿Y qué pasa con Inoue?! — Reclamó — Tú y ella... los vi besándose...
¿Así que esa era la razón de su indiferencia y su distancia? Eso significaba que Rukia... estaba celosa.
Mostró una radiante sonrisa ante la shinigami.
Lo fulminó con la mirada, ahora el muy bastardo se burlaba de ella. Soltó un sonoro bufido y se dedicó a dar la media vuelta. Después de todo, Ichigo sólo jugó con sus devastados sentimientos.
— ¿A dónde vas? — preguntó el muchacho mientras le tomaba de la mano
— Suéltame... Yo no tengo nada que hacer aquí. Además, te burlaste y esa es la peor humillación que puedo recibir, Kurosaki
Su tono indiferente le caló hasta lo más profundo de su ser. La voz de Rukia podía sonar tan tranquila y reparadora, pero cuando hablaba en ese tono, parecía como si fuese una filosa espada que traspasa el orgullo y el honor sin ningún signo de piedad.
— Sabes que jamás sería capaz de hacer algo como eso, Rukia — musitó — Y si fuera así, ahorita estaría burlándome sin parar. Nunca te consideré ni te consideraré el motivo de mi burla, pero si el de mi felicidad. Además, amó mi vida como para burlarme de ti.
Sus fuertes y pudorosos comentarios llegaron a tocar su inmóvil conciencia, comenzaron a pasearse libres por su mente y mandaron pequeñas descargas a su sosegado corazón.
— Pe...
— No hay pero que valga... Y si quieres irte... — aunque le permitiera marcharse a viva voz, en su subconsciente no podía aceptarlo — Estás en todo tu derecho, eres libre
— Ichigo... creo que... no es bueno que siga aquí. Nunca ha sido bueno, y por el simple hecho de amarte te dejaré que tengas una vida normal y corriente ¡Disfruta de la gran vida que te espera!
¡Maldición! La muy idiota se lo había tomado en serio. Espera... le dijo que lo... amaba. Eso no podía... Su corazón se tornó a una velocidad increíblemente rápida, como si estuviera al borde de un colapso. Una extraña sensación le recorrió el cuerpo completo, no la iba dejar ir.
— Tu no vas a ir a ningún lado, Rukia — trató de sonar lo más serio posible. La penetrante felicidad que sentía, apenas se lo permitía — Te quedarás aquí conmigo
— Pero Ichigo... yo...
— Tus objeciones me valen una mierda. Ahora vamos a casa que estoy completamente empapado
— ¿De qué demonios hablas, estúpido? — preguntó en tono ofendido la Kuchiki
— Vamos... — le tendió la mano — Lo de Inoue fue un error, jamás volverá a pasar, a la única persona que amo es a ti. Además, Inoue es nuestra amiga, yo no la quiero más que eso — sonrió ampliamente
— I-Idiota — sentenció la Kuchiki completamente sonrojada. Jamás pensó que Ichigo fuera a ser así de... directo. Tímidamente, posó su mano encima de la de Ichigo.
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*I&R*
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Llegaron a casa algo tarde, tomados firmemente de la mano. En definitiva, ese día fue demasiado largo, pero el más feliz para los dos.
La cena estaba lista para ellos, y todos en la casa, probablemente, estaban en su 5ª sueño.
La cena fue completamente tranquila. Cenaron en un tranquilo silencio y la lluvia había cesado desde hace tiempo.
Antes de irse a su habitación con el número 15, contempló por última vez el rostro de Rukia. Su temple estaba relajado visiblemente y sus ojos brillaban de manera distinta.
Lanzó una tímida sonrisa al muchacho de cabellos naranjas. Y se acercó a él.
Por un instante se perdieron el la mirada del otro.
Miel y violeta, fundiéndose tiernamente en un cálido ambiente.
La fuerte conexión que sentían se hizo más fuerte.
Él muchacho se acercó lentamente a la Kuchiki, tomó suavemente su mentón y, posó tierna y dulcemente sus labios sobre los de la morena. Surgió una deliciosa y exquisita calidez que les inundó el cuerpo por completo.
Respondió al tan agradable contacto. Perdiéndose un momento en esa burbuja que se creaba al estar cerca del cabeza de zanahoria. Dejando sólo por un instante el mundo en el que vivía, para trasladarse al mundo al que realmente pertenecía.
Al lado del verdadero y único dueño de su amor.
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Etto... creo que está muy melosa jaja. En fin, ya saben lo de siempre. Sugerencias, aclaraciones, reclamos, me los hacen saber.
Todas sus palabras me ayudan a mejorar mis maneras de escribir y redactar, además de que me inspiran demasiado.
Saludos :)
-Perla Abarai
