Hola mina-san Kaede trae un nuevo fic , con ayuda de mi nueva amiga Gaby, las dos hemos creado un fic, yo lo haré desde el punto de vista de Lucy y ella de Natsu
Así que espero y les guste nuestra idea toda loca revolucioanría apocaliptica xD
Su correo para que puedan leer la parte de Natsu es Dragon-Slayer-Del-Arcoiris
Los personajes no son mios son propiedad de Hiro Mashima
La historia producto de mi retorcida imaginación :3
*Nako empieza historia*
El fin y el comienzo de todo
(Lucy Heartfilia)
"Alguna vez haz sentido como si no fueras tú y como si las cosas que creías verdaderas eran solamente falsas y decididas por un ser supremo que tiene control de tú propia existencia"
¿Quién soy? ¿A dónde pertenezco? ¿Por qué estoy viva en este mundo?
Son las preguntas que siempre me hacía, y nunca obtuve respuesta…
Sin embargo yo…Oh ya, lo recuerdo fue ese día mientras la lluvia hacia la tierra lodo y los relámpagos y truenos hacían su aparición, ese día en el que me entregaron a esos humildes ancianos.
-Deben cuidarla, por favor se los imploró.- rogó aquella mujer que jamás pude verle la cara, al darme a esa pareja de ancianos, ellos asintieron y luego de eso me metieron a la casa, me baño la amable señora quien solo me sonreía tiernamente y maternalmente, una madre, eso iba hacer de ahora en adelante, no sabía ni siquiera el porqué estaba ahí, no recordaba nada.
-Lucy, ¿Te llamas Lucy verdad?- me pregunto al ponerme una camisa larga blanca, yo me le quede viendo ¿Lucy? Por qué no, suena bien, a decir verdad ni siquiera recuerdo si ese era mi nombre, no recuerdo nada, yo mire a la mujer llena de arrugas con su cálida sonrisa y las lágrimas empezaron a descender lentamente, no sabía nada, nada, la mujer me tomó en un abrazo y acarició mi cabeza.
-Tranquila.- susurro- Todo estará bien, de ahora en adelante todo estará bien.- una y otra vez, las palabras que salían de su boca me calmaban, quería recordar, pero con el paso del tiempo me olvide de mi pasado, simplemente me adapte a esa nueva vida, y enterré lo que realmente quería saber de mi misma.
La casa de mis abuelitos estaba en el campo a unas dos horas de la ciudad, crecí ahí, con el sonido de los animales, el sonido del agua al seguir su curso, los arboles al mover sus hojas al compas del viento, a lado de la casa había un hermoso río que cubría la mayoría de la propiedad de mi abuelito, no pude hacer muchos amigos, así que me conforme con estar con los animales del granero, y con una pequeña niña que vivía a diez minutos en el bosque, nunca fui a la escuela, mi abuelita que era una ex profesora me enseño a leer y escribir, en ese entonces yo tenía siete años antes de que todo acabará y mi mundo se viniera abajo.
3 años después.
-¿Qué es eso?- le pregunte a mi abuelita al oír ese extraño sonido, era un día normal o eso creí, estaba jugando con una de mis muñecas cuando el sonido empezó y me asome en la ventana, mi abuelita me separo de la ventana y tomó mi mano, nos dirigimos al sótano, cuando entre vi que teníamos muchas cosas de comer, agua, ropa, linternas, papeles, ¿Qué estaba pasando? Voltee a ver a mi abuelita quien su cara trasmitía miedo y tristeza, la agarre de la mano confundida-Abuelita.-
Ella me miró con otra de sus tiernas sonrisas y acarició mi cabeza con calidez.
-No es nada pequeña, todo estará bien.- su voz se rompió en la última sílaba, mi abuelito apareció con su rifle, eh hizo una seña a mi abuelita y entramos al sótano, pasamos quizás dos horas ahí hasta que las primeras bombas cayeron, los sonidos de explosiones, el suelo sacudiéndose.
Era el año 2199 cuando se inicio la guerra nuclear, el fin del a raza humana había llegado a su final, ese día el mundo se vino abajo, los países más poderosos del mundo, las súper potencias mundiales habían declarado le tercera guerra mundial o mejor dicho la guerra nuclear, los días que pasamos bajo tierra fueron largas, y aburridas, en el radio no decían casi nada, solo que pequeños países habían caído o definitivamente habían desaparecido, la flora y fauna estaban muriendo por la radiación que desprendían aquellas temibles bombas que desataron el apocalipsis de la humanidad, lo que más temían al parecer era que los centrales de plantas nucleares fueran atacadas, pero al parecer ese no era el objetivo de los países en guerra.
Un mes después, estábamos en la casa, que por fortuna seguía en pie, ya casi no teníamos comida, y los animales del granero estaban descendiendo muy rápido, la ciudad estaba desbastada así que mi abuelito no se arriesgaba a ir, ya que la gente la sociedad estaba en crisis, se estaban desmoronando la humanidad de las personas desapareció, estaba asustada, no era tan chica para saber que a este paso mis abuelitos y yo nos quedaríamos sin comida, sin nada.
Tiempo después mi abuelito enfermo gravemente, mi abuelita lo trato como pudo pero él simplemente no aguanto, fue un viernes de mayo cuando mi abuelito cerró los ojos, al ver un atardecer que no desprendía humo y muertes, los aviones no habían llegado aun hasta acá no después de que la primera bomba hubiera caído, mi abuelito cerró los ojos, yo estaba en sus piernas viendo con él el atardecer, mi abuelita y yo lo enterramos cercas del lago, donde pasábamos largas horas jugando y riendo.
M abuelita, estaba deprimida pero me dio una sonrisa cuando las lágrimas inundaron mi rostro, beso mi frente y nos despedimos de mi abuelito.
Pasaron dos semanas, la sensación de perder a un ser amado era terrible y dolorosa, pero sabía que mi abuelita estaba peor que yo, ya no teníamos comida, y el agua menos, que haríamos, y algo extraño estaba pasando conmigo, algo realmente extraño que no sabía cómo explicar, y tenía miedo de decírselo a mi abuelita, así que lo oculte.
Un jueves tres semanas después de la muerte de mi abuelito, llegaron los carros de los militares, tocaron a la puerta, yo me escondí detrás de mi abuelita cuando abrió la puerta, el oficial que parecía demacrado por la guerra habló con mi abuelita en privado, y sin darme cuenta mis cosas fueron empacadas y yo debía irme de esa casa, irme a otro lugar sin mi abuelita.
-Abuelita…no.- lloraba en sus brazos, no quería irme, no quería dejarle, ella estaría sola, y yo también, ella miró al señor y este nos dejos solas, separó mi rostro y limpio con sus arrugadas manos mi rostro, y sonrió cálidamente.
-Lucy, mi linda Lucy, esto es lo mejor para ti.- susurro mientras las lágrimas también empapaban su rostro-Yo soy vieja, y no puedo ir contigo, a donde vas es un lugar seguro, más seguro que aquí, hay más niños como tú y deberás ir para estar segura.-
Yo negué no quería ir, no quería-Yo estoy segura contigo abuelita, mira esos señores nos trajeron comida abuelita, no quiero irme.-llore más, no quería irme, mi abuelita suspiro y beso mi cabeza.
-Lucy, prométeme que pase lo que pase, estarás bien, y saldrás adelante, como yo y tú abuelo hubiéramos querido.- acarició mi rostro tiernamente- Me hubiera gustado verte crecer más… llévensela- ordeno al señor que me tomó del brazo, yo me movía tratando de zafarme pero el hombre era más fuerte que yo.
-Abuelita… no.- grite estirando mi mano libre hacia ella, pero simplemente me miró con lágrimas en su rostro y con una sonrisa.
-Lucy, se buena y no cometas ningún error, te amo.- fuero sus últimas palabras antes de que me subieran al carro y me levarán lejos de mi hogar, de mi vida, de mi sueño, de mi esperanza, de mis memorias.
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-Oye cómo te llamas- me pregunto ese niño de nuevo, su ropa estaba desgastada al igual que la mía, pero simplemente no le conteste.
-Déjala… desde que llego no habla con nadie- dijo esa niña de larga cabellera roja y ojos grises, al parecer se llamaba Scarlet no se qué rayos, yo me limite a ocultar mi cara en mis rodillas, así que los niños se rindieron y se fueron de ahí, habían pasado cuatro meses de que me separe de mi abuelita, desde ese entonces no eh hablado ni hecho amigos, y solo habló lo necesario.
Ese día me trajeron a una extraña casa subterránea, donde más niños y niñas estaban, las comidas y el agua eran distribuidos a una hora exacta, las monjas se limitaban a hablarnos de dios y darnos clases, no decían anda de la guerra, pero algunos militares que protegían la casa a veces comentaban que la comida y el agua estaban escaseando.
Hace cuatro meses no eh querido llorar ni hablar, no podía ver a mi abuelita, ¿Cómo estaba? ¿Comería bien? ¿Estaría bien? Pero me limitaba a imaginar que cuando me fugará de aquí la volvería a ver, más de tres niños estaban igual que yo, querían escapar e ir con sus padres, yo solo me limitaba a escuchar sus planes, y yo por separado hacia los míos, escapar no sería fácil ya que el lugar estaba sumamente bien protegido, supongo que los niños somos la esperanza de la humanidad.
-Podremos escapar.- la chica de cabellera negra argumentaba por las noches cuando las monjas se iban, y más de una niña le creían, que tontas eran como si fuera tan fácil, más de un niño quería escaparse pero nadie era tan valiente para intentarlo.
-Sí, eh oído también que están reclutando niños de 11 años en adelante para mandarlos a la guerra, no importa el sexo, pero que serán tanto niñas como niños y se elegirán al azar.- dijo aquella niña de cabello blanco, así que ahora seriamos sus conejillos de indias para la guerra, la humanidad estaba pudriéndose poco a poco.
-Que miedo, debemos escapar de aquí, oí por unos soldados que estaban platicando, que unos niños de otro Orfanato lograran escapar, que suerte por ellos - dijo la niña que estaba organizando todo, yo solté una risita por su gran discurso.
-Que idiotas son.- susurre ganándome la mirada de las niñas sorprendidas- No es fácil.-
-Y tú que te metes, niña ni siquiera eres humana.-
-Sí creo que eres una clase de robot… ni siquiera tienes amigos.- dijeron estas al empezar a reír, me fastidiaba, que bueno que jamás tendría amigos, no los necesitaba solo quería irme a casa y…
Y de nuevo esa sensación, me tape la boca respirando muy fuerte, un dolor de nuevo en el estomago y en mis dientes me invadió, me cobije con las cobijas hasta la cabeza intentando controlarme, ¿Qué me pasaba? Desde que mi abuelito se había muerte tenía estas raras sensaciones, pero debía ser valiente y detenerlo ya que sabía que no era bueno lo que estaba sintiendo, y poco a poco el dolor se fue y pude dormir tranquila.
Y como lo habían dicho, efectivamente escogieron a cuatro niños de 14 años para enviarlos a la guerra, pero al parecer la idea de enviar a más pequeño se desvaneció en un par de semanas, ahora la prioridad era mantenernos a los más chicos con vida, ¿Cómo habían cambiado tan rápido de idea?
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-Ya escucharon dijeron que hay un niño de seis años que está loco.-había dicho Roki un niña que le gustaba robar la comida a los demás, habían pasado ya siete meses desde que me habían traído a este basurero, yo estaba leyendo un libro, mientras ellos chismeaban, aunque eh de decir que me dio curiosidad sobre el niño loco ese, sin despegar la mirada del libro seguí escuchando.
-Oh si ¿Y porque dicen que está loco?- pregunto la chica de cabello rosa pálido, hace unos meses que no habían traído más niños, según decían al parecer estaban desapareciendo, pero no quería decir que debes en cuando traían uno o dos.
-Dice él que sus padres fueron asesinados por vampiros.- respondió Roki riendo, yo me quede sorprendida ¿Vampiros? Ok yo misma creó que ese niño está loco, es decir es una guerra, los cuentos de fantasía se habían ido al carajo, todos empezaron a reír por lo dicho por Roki, yo sin embrago hizo un gesto, ¿Vampiros? En serio, acaso estábamos en la era de las brujas, o de la santa inquisición.
Me levante del asiento y camine, pero no tardo mucho en que las monjas nos llamarán para pasar lista, todos los lunes nos pasaban lista para ver que ningún niño faltara, por alguna extraña razón las monjas estaban muy nerviosas, no sabía nada del mundo exterior o si la guerra había terminado, pero ellas estaban muy nerviosas más de lo que debían estar, quizás estaban pasando por una crisis existencial o algo así.
-¿Nombre?- me pregunto el soldado.
-Lucy Heartfilia, edad 11 años.- respondió, solo lo necesario, él me pincho el dedo poniendo mi sangre en la hoja y registrarla en una maquina extraña, puso un curita en mi dedo y me retire de la fila, se tardarían mucho ya que éramos demasiados niños, mientras las monjas no veían me fugue a los balcones de la casa enorme, me senté en una de las orillas y contemple, aunque no había nada bueno que ver, solo roca y oscuridad, ¿Cómo nos tenían aquí metidos? Pero seguramente en la superficie debía estar peor que aquí abajo, y recordé mi hogar, las plantas y el lago, me deprimí ya que quería ver una vez más ese paisaje junto a mis amados abuelitos.
Un ruido me sacó de mis pensamientos, voltee y me encontré con un pequeño niño, de cabello azul y ojos negros que se ocultaba en una de las esquinas, yo alce una ceja confundida, me baje de la barda y me acerque a él, al parecer se asusto y retrocedió, me acerque más despacio.
-No tengas miedo, digo somos niños no.- comente al acercarme más, el niño me miró enojado lo cual me sacó de onda- ¿Qué pasa?-
-Acaso… tú te burlarás de mí.- me contesto tristemente, yo me quede pensativa y le sonreí, el me miró confundido, este era la primera vez que sonreía al estar en esta prisión subterránea.
-No, debería… ¿Cómo te llamas?-pregunte, el niño se acerco a mí con una sonrisa tímida.
-Happy Shiner, tengo seis años, ¿Y tú?-
-Yo me llamo Lucy Heartfilia, once años mucho gusto- respondí dándole la mano, él la tomó y sonrió más abiertamente.
-Dime porque me preguntabas si me burlaría de ti.-pregunte sentándome a lado de Happy, el me miró y agacho la cabeza yo sonreí más- Vamos dime.-
-Es que todos se ríen de como murieron mis papás.- respondió Happy tristemente, yo le mire acaso él era.
-¿Y cómo murieron?- pregunte Happy me miró.
-No has oído nada de lo que dicen.-
-Pues no, dime acaso los asesino, una bomba.-
-No.- Happy se escondió entre sus rodillas y empezó a llorar-No es algo peor…-
-Cálmate Happy.- dije abrazándolo, el se acorruco en mi pecho sollozando, quizás y debí haber cerrado mi bocota, el se tranquilizo y me miró-¿Mejor?-
-Sí, gracias Lucy.- susurro y se separó de mi apenado-Estoy bien.-
-Sé lo que sientes, mis abuelitos también no están a mi lado.- agregue quizás y así lo tranquilizaba, él me miró y sonrió tímidamente, la tristeza se había ido, yo le devolví la sonrisa.
Pero en pocos segundos algo exploto, yo abrace a Happy protegiéndolo de los escombros de tierra que cayeron, mire y me acerque a la barda, Happy me grito pero lo ignore, asome mi cabeza y me di cuenta que la gran puerta que nos mantenía lejos de afuera estaba rota, Happy se acercó y miró y empezó a respirar rápidamente, estaba asustado, lo tome en un abrazo acariciando su cabeza para que se tranquilizará.
-Son ellos, son ellos.- empezó a gritar, yo lo aleje y tome su cara entre mis manos-Son ellos…-
-¿Quiénes Happy? ¿Quiénes son ellos?- pregunte asustado, los enemigos, los que están atacando este país, ¿Quiénes? , él me miró y me abrazo.
-Los vampiros.- susurro me congele a su respuesta- Ellos mataron a mis padres, porque no me querían entregar, por eso los mataron.-
-Vampiros.- susurre asustada, en eso voces se empezaron a escuchar, no eran las monja y menos los soldados, tome a Happy de la mano y corrí, quizás y Happy estaba confundiendo al enemigo, no podían ser vampiros era ilógico, llegamos a donde estaban realizando los exámenes pero me detuve al ver la escena, todos los soldados y algunas monjas estaban muertos, puse detrás de mí a Happy, trate de mantener mi respiración controlada, el olor de la sangre me impregno y tuve que taparme la boca para no gritar, los niños estaban espantados y reunidos en un circulo enorme, un hombre de cabello rubio se acerco al centro y aplaudió, Happy se aferro de mi ropa pero seguí viendo detenidamente cada movimiento de ese hombre, de ropa elegante y capa roja.
-Hola mis niños…corderitos, soy Eliot… mucho gusto.- dijo el hombre inclinándose, yo me espante y di un paso atrás pero aun seguía oyendo- Y hora ustedes son propiedad de nosotros, los humanos adultos han causado un verdadero desastre en la superficie- movió su cabeza con pesadez- Y nosotros debemos alimentarnos, nos llevo mucho tiempo hallarlos mis queridos niños.-
Un segundo hombre con capucha llego y le dio la lista donde nos apuntábamos, el hombre sonrió y miró a todos.
-Desde ahora son nuestros corderos, son propiedad de los vampiros, así que vayan haciendo una fila que nos largamos de aquí.-
Al terminar de decir esas palabras tome de la mano a Happy y empecé a correr, Happy estaba espantado, corrí por varios pasillos pero ¿A dónde iría? ¿Cómo saldría de aquí?, llegamos a la cocina y empecé a buscar una manera de salir, Happy me agarró de la mano.
-Ahí.- susurro, mire a un muró-Ese lugar una monja lo abrió y se abrió una puerta.-
Sin perder tiempo empuje el muro, y este se abrió sin tomar nada corrimos, estaba oscuro así que me guie por la pared. Happy se agarraba fuertemente de mi playera, corrimos, corrimos, hasta que llegamos a una puerta de madera, la empuje y esta se abrió ¿Muy fácil? Y salimos entre unos arbustos, caminamos colina abajo y llegamos abajo, los dos agitados nos miramos.
-¿Estás bien?- le pregunte, el asintió y luego miró al frente y señalo, yo mire y me quede estática, si eso antes era un bosque ahora ya no lo era, estaba desértico, ningún animal, ningún árbol solo pequeños arbustos y árboles quemados o hechos cenizas, Happy me sujeto de la mano con miedo.
-Lucy.-
Salí de mi impacto y empecé a caminar, debíamos alejarnos de ahí lo más antes posible, aun no podía creer que hubieras salido de ahí, solo para encontrarme que el mundo estaba muerto, entramos en una parte del bosque desbastado que aun seguía de pie, los sonidos de los autos se hicieron presente y yo corrí más deprisa, sabía que Happy era pequeño pero no podía detenerme, corrimos por varios minutos, hasta que Happy ya no pudo más y cayó al piso agotado, lo moví pero el simplemente ya no podía, no tuve elección y lo cargue, los arboles muertes daban una sensación espeluznante, pero no podía entrar en pánico, seguí caminando hasta que no pude más y caí inconsciente al piso, quizás era por el cansancio pero creí haber visto aquel lago donde crecí.
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-Se parece…- una voz a lo lejos escuchaba, era suave- Pero debo llevarla…- de nuevo la voz, empecé abrir los ojos solo para encontrarme recargada en un árbol con Happy a mi lado acorrucado, era de noche y estaba hecha una fogata, mire y ahí estaba un chico parecía de la misma edad que yo, cabello negro y estaba hablando solo "Loco" pensé mientras me tañaba los ojos, mire y mis manos estaban atadas con una soga, me espante.
-Oye.- grite el chico volteo y sonrió, y lo vi esos dientes afilados, colmillos, entre en pánico pero el chico ya estaba cercas de mi cara y con una sonrisa arrogante, me empezó a olfatear-¿Qué haces?-
El chico se separó de mi y vio a Happy, no se pero mi cuerpo automáticamente lo tapó, mire al chico furiosa, el río y sin separarse de mi habló.
-Siento asustarte…chica humana.-
-¿No eres humano?- que pregunta tan más estúpida hice, el río burlonamente y se acerco a mi más, tenia ojos negros como la noche, y su mirada me analizaba.
-Te pareces a alguien que conozco.- contesto, yo alce una ceja confundida, cuando reaccione y trague.
-Nos entregaras, es decir que está pasando.-
-¿No sabes lo que ha pasado?-pregunto confundido, yo negué, el suspiro y se sentó enfrente de mí-Bien, al parecer mi especie se harto de las estupideces de tú especie, así que tuvimos que intervenir en su estúpida guerra-
-¿Tú especie?-
-Así es, nosotros los vampiros nos alimentamos de la sangre humano, acaso jamás leíste historias…-
-Si lo hice, pero eso es estúpido- respondí, el chico sonrió y se acerco a mi cuello, yo lo apreté entonces el chico río.
-¿Tienes miedo?-
-Por supuesto que si.- respondí, claro que tenía miedo, la guerra estaba siendo ahora echa por vampiros, cuando el mundo se había vuelto demente y estúpido, nada tenía lógica, primero estábamos siendo atacados por la más alta tecnología, y ahora salíamos con seres mitológicos, que seguía sirenas, dragones, magos, inmortales que.
-Mi especie quiere dominarlos.- habló el chico peli negro separándose de mi- Así la tierra por fin será nuestra, y ustedes serán usados como comida, banco de sangre.-
-¿Por qué ahora salen a la luz?-
-No lo sé, simplemente se nos dios la orden cuando tú raza empezó a masacrarse unos a otros, y a nosotros no nos conviene que los recursos naturales y por supuesto todo desparezca, si eso ocurre.- me miró- Ustedes morirían ya que son una especie débil y sin todo lo necesario para alimentarse y crecer simplemente desaparecerían.-
Tenía sentido, sin nada que nos mantuviera con vida, ambas especies desaparecerían, mire al chico.
-Es en serió, dime ¿Qué ha pasado con la guerra de los humanos?-
-Casi todos están muertos.- respondió si rodeos- Algunas partes aun están a salvo, pero eso es porque mi especie intervino a tiempo… y mató a los estúpidos como dicen ustedes presidentes y vice presidentes y militares, y casi a todos los adultos que nos estén estorbando, solo queremos a los niños y adolescentes, o humanos que sean débiles, ellos son incapaces de protegerse… así como lo estás tú.-
-¿Me entregarás a tú especie?-pregunte, pero la respuesta era obvia, el chico negó lo cual me hizo sorprenderme-No…no lo harás-
-Te eh contado lo que ha hecho mi especie, pero eso no significa que estoy de su parte.-
-Entonces.- el chico se acercó a mí y susurro.
-Me agradas.-
-Eh.-
-Seamos amigos.- contesto sonriendo, me quede muda, espera como eso había cambiado aquello, de una cosa sería pasaba a esto-¿Qué no quieres?-
-¿Porque…?-
El chico me sonrió, agarró mi cara, sus ojos traspasaban a lo más profundo de mi alma, ahora el miedo era reemplazado por otra sensación.
-¿Quieres que despierte tú otro yo?-
-Que…-
-No eres lo que pareces ser- me dijo con voz seria- Eres algo más que un simple humano, y yo puedo liberar lo que está durmiendo en tú interior…Lo que realmente eres-
-¿Quién soy realmente?-susurre, el dolor de cabeza volvió con esa extraña sensación, caí al piso gritando, mis manos trataban de llegar a mi cabeza pero era imposible, el chico me desato y puso su cara en mi cuello, mi boca se abrió con un gemido, esa sensación de nuevo, de hambre, de tocar algo líquido, algo que me llenará pero que.
-Si sigues así no durarás mucho…princesa- susurro, apenas y el dolor estaba pasando regresaba con una nueva punzada- ¿Quieres que te ayude? Te ayudaré a ti y tu amigo, entonces…-
-No se… de que hablas…pero.-hable con dificultad y deje caer mi rostro en su hombro-Ayúdame a protegerme y a proteger a Happy…-
-Bien dicho…- susurro separándome de él y mirándome a los ojos- Soy Gray Fullbuster, último descendiente de la dinastía de vampiros con habilidad de hielo, mi poder no alcanza a convertir a un humano a vampiro, así que no debes preocuparte, solo liberare lo que hay en tú interior…-
Lo miré y asentí, quería quitarme esta sensación de una vez-Yo soy Lucy Heartfilia, mucho gusto Gray Fullbuster.-
Y los colmillos traspasaron mi piel, deje escapar un gemido, pero era diferente esta sensación, la sangre no era absorbida como lo había pensado, mi corazón empezó a palpitar más rápido, y mi propia sangre empezó a hervir, llenándome en una sensación de desesperación, angustia, hambre.
Mis colmillos empezaron a crecer más, apreté mi boca para detenerlos pero simplemente no podía, mi vista se nublo y mis sentidos se agudizaron, Gray se separó de mi cuello y me dejo en el suelo, me miró con asombro y sorpresa, yo empecé a respirar más rápidamente, ¿Qué me había hecho?
-Vaya nunca pensé que fuera cierto estas cosas, pero…- dijo, yo voltee mi cabeza y lo vi Happy esta aterrado y temblaba, había presenciado todo, estiré mi mano a él susurrando su nombre, la obscuridad empezó a invadirme, Gray se acercó a Happy y me miró.
-No te preocupes, por ahora…duerme…- y no supe más de mí.
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La casa estaba de nuevo oscura, eso significaba que la noche había llegado, me levante del sillón y me estiré, mire la hora, casi amanecería, me moví y fui a la cocina, tome un vaso con agua, pero la sensación de saciarme no se fue tan rápido como creí, me dirigí al cuarto de Happy, al abrirlo estaba ahí durmiendo tranquilamente, con 11 años de edad, estaba sano y no se veía decaído por lo que había sucedido, cerré su cuarto y me dirigí a la parte de afuera, mi vestido se movió con el viento que sopló y alejo esas nubes dándome una vista de las hermosas estrellas, el lago reflejaba la luz de la luna como todas las noches de verano, sonreí aunque esta sonrisa ya no era de felicidad, si no de añoranza por el pasado, y por lo que una vez fui y quería volver a ser.
-Que haces afuera.- la voz del chico me hizo voltear y verle, ahora era más grande que esa vez que lo encontré en el bosque, llevaba una capa negra, con unos vaqueros y sueter del mismo color, lo cual le daba una aparecían espeluznante con su cabello y ojos, aunque eh de admitir que se veía guapo.
-Nada, solo desperté y salí un rato.- conteste mirando de nuevo al lago y lanzando una piedra, la cual cayó unos cinco metros lejos de mi- Y tú ¿Noticias?-
-Nada nuevo.- dijo al sentarse en el pasto- Solo que la ciudad no es segura, ellos ya han evangelizado casi todo, solo podemos observar… y no hacer nada.-
-Hump no es novedad eso…-
-¿Y Happy?-
-Duerme, anoche estaba un poco asustado pero lo calme, y ahora ¿Que prosigue Gray?- pregunte, el solo río y estiró.
-Seguir escondiéndonos y no aparecer en las ciudades así como así, después de todo nos buscan a los dos.-
Sonreí, desde cuando me había vuelto el centro de atención, o si después de que yo en verdad liberará mi verdadero ser, Gray me lanzo una bolsa.
-No es de humanos si te refieres a eso… así que bébelo.- me dijo acostándose.
-Puedo comer comida de verdad gracias.-
-No, no has tomado sangre hace dos meses, si no quieres morir debe beberla… no crees Lucy.- me susurro, mire mi reflejo en el agua, la misma cara, el mismo cuerpo, el mismo color de cabello y ojos, yo soy Lucy Heartfilia, no sé nada de mi pasado o de mis padres, mis abuelos están muertos, hace siete años la humanidad se dirigió a su propia extinción, me escape del lugar donde me tenían encerrada y sin noticias, escape pensando que los humanos estaban e a punto de extinguirse, sin embargo no lo lograron y ahora los vampiros dominaban gran parte de la tierra.
Y a si, soy mitad vampiro y mitad humana, lo cual no sé si es algo bueno o algo malo, lo peor es que no se porque razón soy así, simplemente soy la mitad de ambos bandos enemigos.
Y que les parecio, espero que les haya gustado y el de mi amiga Gaby, acepto sus amados reviews y pues nos vemos en la siguiente actualización :3
Bye bye mina-san coman frutas y verduras y sean felices... :D
