Era una mañana común y corriente, un cielo casi despejado ya que unas cuantas nubes seguían con intensiones de no desaparecer, había una brisa refrescante perfecta para ir a la playa o la piscina.

Las calles estaban llenas de gente, como suele suceder cuando hace un clima perfecto, aprovechan para ir de compras o ir a caminar.

Las calles estaban paralizadas por la gran aglomeración de autos, el sonido de sus bocinas parecían ser una orquesta que recibía mala paga, las escuelas estaban repletas, algo normal, especialmente si toca gimnasia a la primera hora, pues con ese clima lo primero en la lista es darse un chapuzón eterno en la refrescante piscina.

Ella caminaba tranquilamente o eso aparentaba, pues debía estar atenta ya que era la primera vez que pisaba esas calles y como sería normal en esas situaciones si se distraía se perdería o peor llegaría tarde a clases, sin lugar a dudas necesitaba ordenar un poco sus prioridades.

Fabia Sheen, una adolescente de cabello azul obscuro brillante y algo ondulado, vestía el uniforme de una de las preparatorias más exigentes y costosas de la ciudad de Tokio, consistía en una falda negra que le llegaba hasta las rodillas, medias cortas negras, estas debían llegar hasta un poco más abajo de las rodillas y zapatos bajos negros. Para la parte superior una blusa blanca, encima de esta un saco negro elegante y como no una corbata negra y de acuerdo a las reglas debías peinarse apropiadamente, en términos prácticos nada de cabello suelto, colas de caballo bajas o altas, solo moños bien puestos, y lo que si podías elegir era la mochila, aunque esta debía ser a manera de bolso.

Se veía molesta y como no estarlo cuando te has mudado de la noche a la mañana, a una nueva ciudad, un nuevo ambiente, una nueva escuela.

Tan solo esperaba que la preparatoria sea de su agrado pues no había dejado la otra para toparse con algo que no quiere, tan solo esperaba que las clases sean intensivas y que se adaptara a su nuevo ambiente.

Ahora se encontraba frente a la puerta principal de la preparatoria, empezó a fijarse en cada detalle de la puerta, del patio, de las ventanas, de todo y no muy lejos de allí se encontraba un joven que vestía el uniforme de la misma preparatoria la parte superior del uniforme era idéntica al uniforme de las mujeres la única diferencia es que los hombres usaban una camisa blanca y sobre esta un chaleco obscuro igual usaban la corbata y el saco negro.

También usaba un pantalón negro al igual que los zapatos, el cabello lo tenía un poco largo casi hasta la altura de los hombros de color negro y lo que resaltaba del joven eran sus inconfundibles ojos color ámbar.

El adolescente se veía concentrado en una carpeta, parecía repasar lo que esta contenía, sin darse cuenta se encontraba a unos pasos de la joven cuya mirada seguía juzgando al establecimiento y como era de esperarse el choque no tardó en ocurrir

- fíjate por donde vas – dijo rápido el ojidorado

- fíjate tú por donde vas – respondió amenazantemente la joven

- tú tuviste la culpa – añadió el chico mientras se levantaba al igual que su obstáculo como el la llamaba

- no tú la tuviste – agredió nuevamente la peliazul – si tienes que estudiar hazlo en tú casa, no a la hora del examen

- para tú información, lo que hago se llama prevención contra una mala calificación, aunque dudo que sepas que significa eso – la retó un poco ya que de ninguna manera perdería en ese inútil juego de palabras

- la prevención es repasar mentalmente lo estudiado y así capacitar al cerebro para contenga grandes flujos de información, pero por lo visto tú no puedes, no creo que exista masa cerebral en tú cabeza – se defendió mientras cruzaba sus brazos

-pues según yo, considerarse una sabelotodo es mal visto en este lugar – le da la espalda – te doy 3 días antes de que abandones esta institución nueva – dicho esto se alejo dejando extremadamente molesta a la ojiverde, quien al parecer tenía pensado ganar esa apuesta.

Corto el cap, pero el próximo será más largo, el próximo tendrá una explicación del por que del fic y un agradecimiento a todos los autores y autoras que me apoyaron en mi propósito.