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The Hope
Capcher I: Las Rosas Rojas.
Estaba tan ansioso como siempre, como en cada liga Pokémon. De cada región, de cada aventura.
Tres veces había fallado en el pasado; Kanto, Johto y Hoenn. Pero no iba a fallar esta ves. Era diferente. Iba a dejar el pasado en el pasado y vivir el futuro como lo deseara él mismo. Había luchado duro, él y sus Pokémons, para conseguir lo que querían. Las ocho medallas de los ocho gimnasios de la región de Shinnon.
Por alguna extraña razón había dejado las demás, de las dos regiones pasadas, en su casa. Sin embargo había conservado los símbolos de la Frontera y las medallas de la liga Hoenn consigo.
Por alguna extraña razón esas eran especiales…
Sus mejillas se tornaron rosadas, sus ojos tornaron de un significativo brillo y en su corazón nacía una nueva razón de ganar el tan ansiado festival. Deseaba que la castaña lo mirara por lo menos en la televisión.
Era tan típico pensar en ella todos los días, en especial en las noches. Era tan cotidiano tenerla en la mente y era tan necesario. Ya era parte de su vida, algo que no podía dejar en un par de segundos.
Se asemejaba a una enfermedad. La tenías presente, te dolía pero al mismo tiempo te sentías tan potente, al recuperarte deseabas que volviera pues te habías acostumbrado. La medicina. No era abundante pues sólo tenía un antídoto…
Ella, su ser, su cuerpo… sus labios. Toda ella la quería para él solo.
De un solo bocado los había devorado - Sus labios - y de uno solo robado se había vuelto adicto. Una fiera. Algo que jamás había sentido. Pero como la gota que colma su vaso…
Ese beso no había sido real.
Había sido robado, nada significativo. Pues había sido un axidente, un pecado. El más grande de todos. Pero el que realmente valía la pena. El que no quería alejar de su alma. Y sabía muy bien que May, la castaña de ojos zafiros, la que temía de los Pokémons y la que le había enseñado a amar; también lo había disfrutado.
Fue obligado a salir de sus pensamientos, la voz de Brock lo había llamado. Con un tono sarcástico, burlón. Pues un ramillete de rosas 'rojas' estaba en el buró, en la habitación que les habían asignado en la recepción. Un ramillete que le recordaba dolor de cabeza, pero justamente a un costado se hallaba una nota que decía:
"Te seguiré por la televisión, Ash. Te deseo suerte para la liga Shinnon. Comunícate conmigo lo más rápido posible…"
Atte: Profesor Oak.
Sonrió de lado pero, sinceramente, pensaba que había sido otra persona. Despreciable.
-¿Rosas Rojas?, ¿Te recuerdan a alguien, Ash?-Le preguntó burlón el moreno cogiendo una de la cesta, pasándosela por la comisura de sus labios y restregándola delicadamente por ellos. Rió al ver el ceño fruncido de Ash. Éste bufó.
-No me lo recuerdes.-Murmuró entre dientes. Rió también al acordarse de su cabello. Dawn, por su parte, los miraba con dudas.
~ O ~
Había tomado sin permiso uno de los comunicadores del Centro Pokémon. Una pantalla de los bordes color verde, grande; más grande que él si alzaba los brazos a los costados.
Marcó el primer número que se le vino a la mente. El de el laboratorio del Profesor Oak. El anciano que le había entregado su primer Pokémon, Pikachu. Que también ansiaba ver al hombre. Y como predijeron el sujeto de bata color concreto estaba listo para conversar con Ash. Al parecer Ash era demasiado predecible…
-¡Hola, Ash!-Dijo con voz ronca y pesada, con la manzana ya gastada.
-¡Profesor Oak!-Chilló emocionado el entrenador sosteniendo con su mano derecha la carta que había recibido junto con el ramillete de Rosas Rojas.-¡Gracias por el presente y también por el apoyo!-Agradeció agitando hábilmente el papelito.
-Y eso no es todo, Ash.-Musitó con misterio el anciano, entre cerrando los ojos para ilusionar al entrenador, este sonrió.-Aquí hay una persona especial que verá conmigo la liga Shinnon, mejor dicho dos.-Rió entre dientes, frenando las tentaciones de revelarle todo al Ketchum.
-¿Ahí?, ¿Alguien?, ¿Se trata de mamá?-Cuestionó con una ceja arqueada y sin muchas dudas o presentimientos. Alguien que no pudiese ser su mamá, ¿Quién? Pensó. Ya tenía claro que era ingenuo y muy despistado, pero no tanto. ¿O si?
-No, Ash. No se trata de tu madre, ella está con la mirada en el televisor por más de dos días para no perderse nada.-Comentó con dulzura recordando todo lo qué le había dicho la mañana anterior, Ash se sonrojó pues sus amigos estaban presentes.-Ellos son…-
-Profesor, ya no puedo resistir más.-Dijo una voz desde atrás del comunicador, con voz chillona aguantando gritar de emoción, acumulada desde su interior.-Por favor, rápido…-Ansió la chiquilla con una voz aguda.
Esa voz. Esa celestial voz no podría ser de alguien más. Sus ojos mostraron esperanza pero al mismo tiempo sorpresa, su boca ligeramente abierta de par a par. Su respiración más lenta y, su cuerpo, inmóvil. El Oak aspiró aíre y alzó un brazo, golpeo su pierna después de dejarlo caer y ladeó su cabeza. Fulminó sonriente a la dueña de la voz detrás del teléfono y se oyó una risilla…
-May, arruinaste la sorpresa. Mira nada más cómo dejaste al pobre de Ash, creo que ya no me escucha.-Se burló en un tono falso de enojo. Y como un rayo May se abalanzó contra el hombro de el Oak, abrazándolo intentando calmar sus gritos de emoción.
-M-May.-Balbuceó el azabache intentando conciliar el aíre necesario.
-Vaya, veo que no me as olvidado.-Musitó en burla con las mejillas sonrosadas, ocultando su rostro detrás el Profesor para que no viera su bochorno.-Ah tengo algo que decirte, yo…-
Un brazo con una chaqueta de cuero se alzó en la ventana y cogió la mano de la castaña, notó cómo se sonrojaba. Con la otra mano tomo la otra y la atrajo a sí. Era Drew, la cámara lo enfocaba ahora. Abrazó por el cuello a la moza de ojos zafiros, y le sonrió con superioridad a Ash…
-¿No creíste que la idea de enviar un ramillete de rosas rojas fue mi idea o si, Ash?-Preguntó una vez más burlón el anciano. Dio su despedida y los dejó un rato a solas, Brock y Dawn lo hicieron también.
La sonrisa en el rostro de Ash se despojó. Sin embargo, cuando al fin estaba solo, se rió en un tono sarcástico. Molesto en el interior. Arqueó una ceja y expulsó el aíre que había contenido por las ilusiones en su interior. Irónico. Negó con la cabeza, dolido y ofendido.
-Así qué…-Se relamió los labios y observó detalladamente al esmeralda.-…¿Tú enviaste las rosas?-Y observó cómo el chico asentía,-No me digas que eres…-Intentó burlarse para divertirse con él.
-¡CLARO QUÉ NO!-
A fin de cuentas jamás le contó a Ash lo que quería decirle. Que era novia de el joven LaurRosse. Se acurrucó, obligada, al cuerpo de Drew, con la mueca de disgusto en su rostro, plasmado. Desgraciadamente, para May, Ash no lo supo interpretar. Y colgó con la excusa de que ya iba a comenzar la no tan esperada competencia…
Al terminarla maldijo en voz alta al chico. Tenía tanta suerte. Molesto se alejó de ahí, sin importarle la liga Shinnon.
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FIN
¿Qué os pareció?, ¿Tan mal estuvo?
Me inspiré en el capitulo de DP. Pero claro está que no fue eso último, bueno en realidad todo. Sólo lo del ramillete y la carta del Profesor Oak, por supuesto también la llamada.
Los espero para el próximo One-Shot. De doble capitulo. Que son estos:
1) Cambiando de Roles: Delirio en la noche a la Luz de la Luna.
2) Cambiando de Roles: Técnicamente… yo soy el hombre aquí.
No hagan caso al titulo de ese último. Es algo que hay que explicar Un.n
