¡Saludos lectores!
Espero que todos disfruten estas dos semanas de vacaciones y descansen. (No como yo que me la he pasado estudiando como loca)
Como ya había comentado en mi otro fic se organizó una Semana Korrasami en Tumblr del 30 al 5 y aquí es en donde subiré mis entradas, espero les guste c:
Sí, ya se que hoy el 31, pero no tenía internet en mi casa así que en un rato me pondré al corriente.
Disclaimer: los personajes de La Leyeda de Korra le pertenecen a Bryan Konietzko y Michael Dante DiMartino.
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SEMANA KORRASAMI
Marzo 30: 1er beso.
Avatar Korra era sin duda una romántica. Cuando el mundo no estaba ante un peligro inminente o un psicópata no intentaba asesinarla, la maestra de los cuatro elemenetos hacía todo lo que podía para que el tiempo con su persona especial fuese el mejor.
Es por esto que, después de un mes y medio de reconstrucción y expansión, el Avatar y la CEO de Industrias Futuro pudieron acomodar su ocupado horario para tener su primera cita oficial desde sus vacaciones en el Mundo de los Espíritus.
No era como si no pasaran tiempo juntas, procuraban compartir al menos una comida diaria, ya fuera Asami visitando la Isla para desayunar, Korra llevando el almuerzo a la oficina de la ingeniero o una cena con el Equipo Avatar. Aún así, con todo el trabajo que el arma de Kuvira había dejado y el descontrol en la ahora República de la Tierra, tiempo no era algo que realmente les sobrara.
Pero ese no sería el caso ese día. Asami había entregado la primera parte de los planos del nuevo segmento de la ciudad y había programado una reunión con el presidente y Varrick en una semana para aclarar detalles, dudas y mejoras dejando una tarde-noche libre para disfrutarlo con su novia quien había regresado de ayudar a calmar los revueltos en Ba Sing Se. La joven de cabellera negra estaba emocionada pues la maestra agua le había comentado que había visto una nueva atracción en la ciudad que estaba segura "iba a encantarle", solo quedaba esperar a que pasara la mañana y Korra pusiera al corriente a Tenzin y al presidente de todo lo referente a la nueva República.
El tiempo transitó de manera rápida, la fresca mañana dio paso a una calurosa tarde y mientras el ingeniero hojeaba unos diseños un toque en la puerta de su oficina la desconcentro. Levantó la vista para encontrarse con su novia sonriendo de medio lado con una bolsa con dos platos de fideos caminando tranquilamente hacía ella.
Asami no pudo evitar sonreír de igual manera, ordenó los diseños y se levanto para envolver a la joven en un cálido abrazo.
-¿Qué tal tu mañana?- preguntó separándose y dándole un beso en la mejilla provocando un pequeño sonrojo en la piel morena de estas.
-No hubo ninguna complicación en el regreso, Raiko, sorprendentemente, no fue un total cretino conmigo y piensa que la transición del ex Reino Tierra va de acuerdo al plan así que, bastante bien- respondió mientras se sentaba en una silla frente al escritorio y Asami tomaba asiento junto a ella – ¿Y la tuya?- inquirió sacando la comida de la bolsa.
-Muy tranquila- contestó sonriendo de nuevo – solo unos chequeos por aquí y por allá, simplemente para dejar todo listo y sin ninguna distracción para esta tarde-
-No puedo esperar-
Comieron con una charla amena en donde comentaron todo lo que había pasado en el tiempo que no se había visto, Asami notó de inmediato que Korra había cortado de nuevo su cabello y lo tenía un poco más pequeño a cuando había regresado a Ciudad República, esta se ruborizo una vez más admitiendo que prefería su cabello en ese estilo.
Salieron de la oficina una hora más tarde y se decidieron por caminar un rato por la ciudad. La parte del centro había sido la más afectada por el ataque de la Gran Unificadora, dejándola completamente inhabitable, pero en medio de toda la destrucción el nuevo portal destacaba como la luz en la oscuridad, representaba tantas cosas nuevas, tanto cambio gracias a tanta destrucción. Las jóvenes lo observaron todo con una mescla de nostalgia, anhelo y tristeza por todo lo sucedido ahí, todo lo perdido y lo ganado. Se tomaron de las manos y continuaron caminando, dirigiéndose esta vez a lo que había sido el parque del Avatar Korra un área que había sufrido menos destrozo y que sería parte de la reconstrucción, mientras avanzaban Asami hacía pequeños comentarios de lo que planeaba hacer con este y aquel edificio, de la manera en que la calle se dividiría para llegar al lugar del portal o para pasar al otro lado de la ciudad, Korra simplemente la observaba embelesada y aunque no entendía la mitad de lo que la otra muchacha decía, siempre le gustaba escuchar a la mecánica hablar de sus proyectos, la forma tan apasionada con la que describía cada cosa, la manera en que sus irises verdes se iluminaban al responder cualquier pregunta que se le hacía al respecto, la enorme sonrisa que afirmaba el amor que la muchacha de piel nivea sentía por su trabajo, todo esto hacía que Korra se enamorara aún más de ella.
Caminaron por lo que parecieron horas y para cuando se acercaron a la Torre Armonía el cielo ya se teñía con tonos anaranjados y rojos que anunciaban el inicio del ocaso. Korra sonrió emocionada mientras aceleraba su paso tomando un poco por sorpresa a su acompañante que tropezó un poco por el cambio de velocidad, rió un poco, curiosa y algo divertida por la actitud de la ojiazul y se dejó llevar para ver lo que tanto inquietaba a su novia. Cuando llegaron al lago enfrente de la Torra Asami no sabía cómo reaccionar.
En el agua se encontraban botes que habían sido modificados para darles la apariencia de patos-tortugas, en el muelle varias parejas hacía fila para subirse a uno y dar una vuelta en el agua.
-Y bien, ¿qué opinas?- preguntó expectante Korra después de unos segundos.
Asami retiro su mirada de los botes y se dedico a observar a la muchacha quien tenía esa sonrisa de medio lado que la hacía lucir tan adorable, sus ojos se quedaron unos momentos más reparando en los labios de la otra chica y después volvió a mirarla a los ojos.
-Es perfecto- respondió por fin ganándose una sonrisa incluso más grande por parte de Korra quien ya avanzaba hacía el muelle.
-Me alegra que te guste, pasé más temprano para asegurarme de que tuvieran el mejor bote para nosotras- comentó orgullosa mientras se acercaban.
-Avatar Korra,- saludó el encargado con una sonrisa tímida- su bote, como lo pidió- señaló atrás de él.
-Muchas gracias, vamos Asami- y con eso subieron a la parte del caparazón, Asami primero, quien alzó una elegante ceja al ver como Korra tomaba el sitio del conductor.
-Que disfruten su viaje- despidió el encargado mientras desamarraba el bote y Korra comenzaba a pedalear.
Pasaron unos minutos en silencio, disfrutando de la compañía de la otra, la velocidad a la que avanzaban era tranquila, sin prisa, y al llegar al medio de lago la maestra de los cuatro elementos paro por completo, giro a su derecha en donde se encontraba la persona más maravillosa que había conocido jamás. Se miraron a los ojos y sin decir nada se fueron acercando hasta juntar sus labios en un tierno beso. La iluminación de la Torre a sus espaldas fue el paisaje perfecto para tan delicado y sereno toque, tan simple acción para transmitir el cariño que sentían por la otra, solo una vez adentro del portal había compartido un momento como ese cuando había confesado sus sentimientos, pero ahora, en el mundo material era el primer indicio de que lo pasaba entre ellas era real, algo que sabían duraría para toda la vida.
Se separaron lentamente, Korra rodeó a Asami con sus brazos y esta se recostó en su pecho, ambas con una sonrisa en la cara y un sentimiento de tranquilidad y alegría que jamás habían experimentado.
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-Me pregunto qué tan rápido podrá ir este bote- indagó la mecánico separándose de su acompañante y moviéndose un poco hacía la izquierda tomando el volante* con un brillo peligroso en sus ojos.
-Asami, no- contestó en broma Korra riendo y preparándose para lo que venía.
-Asami, sí-
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A veces me gusta imaginar que soy graciosa, y sí ese extra está basado en un comic que vi en Tumblr.
¡Muchas gracias por leer!
Elizabeth Wolf.
