Ya estoooooy aquiiiiiií… Cerrad las puertas y ventanas, esconded a los niños. ¡La loca de Cloe ha vuelto!
Después de varios años he vuelto, a ver que me deparará la suerte. Quizás estaba más guapa calladita en mi casa, quien sabe.
Ya sabéis a quien pertenece todo esto bla bla bla, J.K bla bla bla.
¡ATENCION!
LEER ANTES DE EMPEZAR EL FIC
Debido a algunos acontecimientos que no voy a nombrar XD me veo en la tesitura de aclarar ciertos puntos. Dichas aclaraciones serán universales para todas mis historias. ¿Y porque? Pensareis… Pues por una sencilla razón, porque si tengo que avisar antes de cada historias sus posibles advertencias estoy contando un spoiler. Véase, antes de un posible lemmon hay que avisar. ¿Y si mis lectores no cuentan con ello y quiero que sea una sorpresa? Pues se fastidia la cosa porque antes de cada capítulo hay que avisar de las posibles advertencias por si alguien no quiere leerlas.
Y a mí, enterarme por adelantado de lo que va a pasar (más allá del summary por supuesto) no me gusta.
Así que he decido poner una advertencia estándar en todos mis capítulos/fics. Para evitar posibles auto-spoilers.
¡AQUÍ VA!
(Como en los productos alimentarios)
Todos mis fics pueden contener trazas de:
-Personajes OoC. (Con personalidades distintas al libro o fuera de carácter)
-Historias fuera de contexto.
-Faltas de ortografía, gramática y léxico. (Obviamente no a propósito XD)
-Universos alternos.
-Exceso de azúcar en algunas escenas.
-Historias sin sentido y poco creíbles. (a veces queriendo y otras sin querer)
-Y Contenido para adultos:
-Insultos o vocabulario malsonante o soez.
-Violencia (lo dudo XD pero aviso por si acaso)
- Lemmon de cualquier tipo. Aunque este será avisado dentro del texto justo antes con ()
Además me atribuyo el derecho a revivir y matar a cualquier personaje que quiera y cuando quiera. Y cambiar las partes de los libros que mas me convengan. (Que para eso soy la Autora) XD
Bueno…
Esas son las advertencias.
Si no tienes problemas y decides seguir leyendo bienvenidos a mi mundo.
Pero si después de leer las advertencias hay alguna de esas cosas (sobre todo el contenido para adultos) que no te gusta o te puedan llegar a molestar o incomodar, por favor no sigas. Y si aun así decides seguir, tú mismo con tu mecanismo. Pero luego no quiero quejas sobre eso porque entonces… Solo entonces, es posible que me lo tome mal. XD.
FIN ACLARACIONES
Para los que se acuerden de mi (si es que todavía queda algun ) Bienvenidos de nuevo, ya sabéis cómo funciona la cosa.
Para el resto… Sed bienvenidos a mi mundo.
ENCUBIERTOS
La misión
- ¿Confías en mi?- Preguntó el anciano mirándolo seriamente a través de sus gafas de media luna.
-¿No le han bastado estos años?- Susurró molestó.
-Severus, querido amigo. Sé que has hecho mucho por mí, pero me gustaría que me hicieras un último favor.
-Lo que necesite.- Siseó suavemente el profesor de pociones.
-Quizás prefieras saber primero de que se trata antes de aceptar nada. Lo que voy a pedirte va a resultarte desagradable.
El profesor de pociones bufó. Desagradable había sido tener que hacer de doble espía, desagradable había sido tener que soportar torturas y malos tratos, desagradable había sido tener que matar al director y creer que lo había hecho, desagradable había sido "morir" y pasar cinco meses ingresado en San Mungo, desagradable había sido lidiar con las incompetencias del trío dorado. Aguantar a la sabelotodo de Granger con sus respuestas para todo, ¡eso! por Merlín, definía como desagradable. Cualquiera última cosa que fuera a pedirle no podía ser peor que todo aquello por lo que había pasado.
-No me hace falta.-Aseguró.
-La situación requiere de mucho tacto y absoluta discreción.
Snape asintió conforme y se sentó con elegancia en la silla que había enfrente del escritorio del director.
-¿De qué se trata?
-Miembros de la orden han detectado una insólita y poderosa fuente de magia proveniente de una pequeña región al norte de aquí.
-¿Mortífagos?
-Eso creíamos, pero quedó descartado hace meses…- El anciano cruzó las manos con parsimonia.- Es un niño.- Soltó sin más.
-¿Como que un niño?- Preguntó Severus.
-Toda esa magia, viene de un niño.
-¿De un mocoso?- Volvió a preguntar Snape incrédulo.
-Sí, Edward McQueen de cuatro años.
-Cuatro…-Susurró el Slytherin sin evitar la cara de asombro.- ¿De cuanta magia estamos hablando director?
-La suficiente para que el Ministerio piense que ese poder viene de magos adultos y no de un niño.- Albus cogió aire.
-Pero entonces…
-Sí.
-Eso es un problema.- Snape se frotó las sienes.
- Si.- Volvió a repetir, Dumbledore aspiró hondo.- Calculamos que para cuando cumpla la mayoría de edad podría tener más poder que Tom.
El semblante del Slytherin se ensombreció al momento. Su mirada se posó rápidamente en la cara del anciano que acariciaba distraídamente a Fawkes.
-¿Como no lo hemos notado hasta ahora?-Preguntó Snape serio.
-El muchacho no aparece en la lista de futuros alumnos de Hogwarts.
-Pero eso no es posible.
-Parece ser que si es posible.-Afirmó el director.
-Es un mago. ¡Su firma mágica tendría que estar registrada al momento de nacer!- Gritó Snape indignado.-Tiene que haber un error.
-Me temo que no querido muchacho.- Confirmó el director.
-¿Magia oscura? ¿Es peligroso? ¿Ese mocoso es consciente de la magia que tiene?
-No lo sé, no lo sé y lo dudo. Por eso te necesito Severus. Necesitamos observar al muchacho, su entorno, averiguar qué es lo que ocurre y si puede ser peligroso a largo plazo.
-¿Qué quiere que haga?- Preguntó con frialdad Snape.
-¿Vas a aceptar la misión?- El anciano miraba interrogante al exmortífago. Severus lo fulminó con la mirada, como si aquella pregunta hubiera ofendido enormemente al pocionista.
-¿Qué quiere que haga?- Repitió.
Hubo una corta pausa en la que el director respiró profundamente un par de veces. Miró el reloj de pared y dirigió su mirada hacía la puerta.
-Ahora te lo explico.- Unos nudillos golpearon la puerta del despacho.- Adelante- invitó a pasar Dumbledore. La puerta se abrió suavemente mientras una joven castaña entraba decidida en el despacho.- Llega justo a tiempo.
Severus Snape se tensó, ¿Por qué cuando las cosas parecían que iban mal, siempre aparecía ella para fastidiarlo aun más? Intentó parecer indiferente pero no lo consiguió. Su cara de hastío era difícil de ocultar. No le caía bien, nunca lo había hecho. Era la persona más impertinente, sabelotodo, molesta, orgullosa y descaradamente Gryffindor que conocía, ni siquiera Potter lograba sacarle así de sus casillas. Su presencia le irritaba de tal manera que le provocaba dolores de cabeza.
-Buenos días Director. - Saludó amablemente la bruja.- Profesor Snape- asintió brevemente a modo de saludo. El hombre se limitó a devolverle la mirada.
-Siéntese por favor señorita Granger- El anciano sonrió y la instó a sentarse- Disculpe, creo que ahora es señora Weasley.
El Slytherin entornó los ojos con sorpresa y disconformidad. Solo había pasado un año desde la gran batalla, no esperaba que hubiera corrido tanto para casarse.
-Y fueron felices - Se burló Snape.
-Y comieron perdices- respondió con sarcasmo Hermione -Nada más lejos de la realidad. Aunque la culpa fue mía por pensar que Ron maduraría con la guerra.- Comentó tranquilamente la castaña. Snape entornó los ojos con burla.
-Eso era algo evidente. Aunque creí que tenía dos dedos de frente para darse cuenta.- Comentó socarronamente.
-Disculpe es que como estos cuatro últimos años he estado de vacaciones. He podido permitirme el lujo de pensarlo detenidamente –Contestó con una ironía más propia de un Slytherin.
-Si no estaba segura, ¿por qué demonios lo hizo?
-¿Falsa seguridad, costumbre, estupidez? ¿Importa? No estaré casada por mucho tiempo.- Puntualizó. Snape observó el dedo anular de la joven, no llevaba anillo.- Así que puede llamarme Granger otra vez.- Comentó dirigiéndose al director, éste la miró con paternalismo mientras le ofrecía un gran abrazo. Por primera vez, Severus observó detenidamente a su antigua alumna. No la había vuelto a ver desde aquella noche. Él la recordaba exactamente igual, aunque era posible que su opinión no fuera neutral, porque en realidad nunca se había parado a observar detalladamente a su alumna.
-Lo siento mucho querida.- comentó el anciano.
-Yo también.-Dijo en un tono neutral.
-Si hubiera hecho las cosas bien desde un principio no habría tenido que lamentarse.- Contraatacó el Slytherin.
-Si hubiera hecho las cosas bien no habría sido mortífago.-Soltó con veneno la castaña.
Snape debería haber entrado en cólera, pero aun estaba asimilando el atrevido comportamiento de su ex alumna, como para plantearse si quiera responder con furia.
-Bueno chicos. Calma…- Intentó suavizar las cosas el director. Ambos miraron de soslayo al director, sus manos se fueron directas a las varitas.- Calma.- Repitió el hombre. Y como por arte de magia, sus músculos se relajaron lentamente.-Bien, ahora que estamos todos aquí más tranquilos, aprovecho para informar con más detalles. Severus, la joven Granger será tu compañera en esta misión.
-¡No puede hablar en serio!-Gritó furioso.
-Me temo hijo que es completamente en serio.
- ¿Es necesario?
- Si, debido a su naturaleza…
-¿De sabelotodo? –Se burló el Slytherin. Los dos Gryffindor ignoraron el comentario.
-Su naturaleza familiar. –Remarcó el anciano.-Es la persona ideal para llevar a cabo este trabajo.
El hombre quiso protestar, pero sabía que no iba a funcionar, además… Él jamás se comportaría como un Gryffindor caprichoso. Él era responsable y maduro, podía afrontar perfectamente una misión de semejante índole. Llevaba siendo espía la mitad de su vida.
-Es muy pero que muy importante la absoluta discreción de esta misión, observaran, e informarán. No deben sospechar en ningún momento que son magos. Por eso en este trabajo irán como muggles de encubierto.- Severus gruñó con disgusto.- Aunque los padres del chico son muggles, el niño es muy sensible a cualquier tipo de magia, y su uso cerca de él podría desenmascararos y llevar al traste toda la operación. Se trata de una misión a largo plazo. Es de vital importancia que eso os quede claro, no sabemos el tiempo que puede llegar a durar esta situación. Si alguien quiere echarse atrás, que hable ahora. ¿Lo habéis entendido perfectamente?
-Puede continuar director.- Comentó la joven mientras asentían conformes.
-A partir de ahora serán, y actuarán como muggles. Al dejar los terrenos de Hogwarts dejarán sus varitas aquí. -Anunció amablemente el anciano.
-¿Perdone?
-Sin varita Severus.
-No dijo que nos fuera a quitar la varita.- Masculló entre dientes.
-Hay que aparentar lo mejor posible y cuanta menos magia mejor. Podéis hacer pociones si no conllevan el uso de hechizos o encantamientos y magia elemental sin varita. Por supuesto no creo que haga falta mencionar, que debido a la naturaleza de esta misión ambos son lo suficientemente adultos para utilizar esa magia con moderación.- Dumbledore dejó unos segundos para asimilar la información.- Muy bien entonces… Vayamos al quid de la cuestión.- Albus hizo una pausa teatral.- Severus te presento a tu mujer, Hermione.
-¿Cómo dice?-Severus se atragantó con su propia saliva.
–Se harán pasar por el joven y feliz matrimonio muggle. Los Snape. Vivirán y trabajarán en Pendelton una pequeña villa al norte de aquí, se involucrarán y participarán en las actividades sociales del pueblo sin llamar la atención. Informarán vía lechuza cada semana, siempre por la noche para evitar levantar sospechas. Se les facilitará suficiente dinero para que no haya problemas económicos, billetes de avión hasta Pendelton, vivienda, transporte, trabajos y por supuesto documentación muggle con identidades falsas. En su caso señorita Granger, además posee una licencia para conducir, que usted misma se sacó este verano.- Snape giró la cabeza para observar a la muchacha.
Hermione se sonrojó levemente y sacó del bolsillo de su túnica el carnet.
-Conseguí la licencia de coche y moto, por si acaso.
-¡Brillante!- Comentó el director emocionado.
Dumbledore agitó su varita y unas brillantes alianzas de acero con incrustaciones de azabache aparecieron en los dedos. El Slytherin cerró los ojos con suavidad mientras trataba de asimilar lo ocurrido, aquello no era posible, no podía ser real. Abrió los ojos a los pocos segundos observando el anillo en su mano. Aunque era una situación simulada, el anillo sí que era tangible. Y resultaba una sensación… Dejémoslo en curiosa.
-Ambos sois escritores que trabajáis en casa, os habéis mudado recientemente para buscar inspiración para vuestros libros. Es un trabajo que os permite mucha flexibilidad, perfecto para este tipo de misión. ¿Preguntas?
-¿Cómo se supone que vamos a observar a un niño de cuatro años sin que resulte extraño? –Inquirió el pocionista.
-¡Ah!- Exclamó el mago mientras miraba sonriendo al nuevo "matrimonio".- Esta misión además adquiere doble sentido.
Tanto la castaña como el pocionista miraron escépticos al director.
La puerta se abrió de nuevo.
-Adelante, pasa muchacho. Gracias Minerva- Agradeció mientras esperaba a que la profesora desapareciera.- No tengas miedo. Pasa.
En el umbral de la puerta apareció un cohibido niño de cuatro años. Delgado, de aspecto triste y desvalido, de descuidado pelo negro azabache que se arremolinaba rebelde en su cabeza, su cara denotaba miedo y sus ojos color ámbar brillaban peligrosamente al borde de las lágrimas. Caminó suavemente por el despacho hasta quedar a la altura de las sillas donde se sentaban Hermione y Severus.
El director se acercó al niño al que alzó en brazos sonriéndole mientras le entregaba una enorme piruleta de color rojo brillante. Después lo bajo.
-Os presentó a Matthew. – El niño alzó una tímida mano saludando a los presentes.- Matt, ¿Porque no vas a jugar con Fawkes?- le dijo al niño mientras el fénix volaba hasta una esquina del despacho donde se encontraba el pequeño.- El joven Matthew vive en el orfanato de San Mungo. Fue dejado allí a los pocos días de nacer.- Hermione ahogó un gritó de horror.- El pequeño Matthew vino sin ningún tipo de nombre o apellido por lo que no se han podido encontrar a los padres.
El pocionista estaba viendo venir lo que iba a ocurrir a continuación, como un accidente en el que sabes lo que va a pasar pero no puedes hacer nada para evitarlo.
-Oficialmente sois los padres del adorable Matthew Snape.
-No- espetó el Slytherin.
-Sí.
-No.
-Sí, el muchacho fue bautizado con el nombre de Matthew Snape hace ya cuatro años.
Snape abrió con los ojos sorpresa.
-¿Se puede saber porque demonios lleva el crío mi apellido?
-Yo se lo puse.- Aclaró el director mirando de reojo al niño que observaba fascinado como Fawkes aparecía y desaparecía en llamas solo por el entretenimiento del pequeño mago.
-Creo que una explicación sería lo más adecuado director.- Demandó furioso Snape.
-Como sabrás, soy miembro de unas cuantas organizaciones, entre ellas fui durante un tiempo director suplente del orfanato. Fue durante ese breve período que apareció el pequeño. No traía más que un sucio pañal y una sabana roída, había que darle un hogar adecuado, un nombre y unos apellidos. El nombre es en honor al joven que lo recogió de la puerta en el orfanato. Y el apellido por ti, Severus. Nada más verlo me recordó a ti y me pareció adecuado ponerle tu apellido.
-Podías haberme consultado.- Inquirió muy enfadado.
-¿Me hubieras dejado de habértelo preguntado?
-¡Por supuesto que no! Ponerle mi apellido a alguien es condenarlo.- Habló firmemente el profesor.
-No seas tan duro contigo mismo Severus. Eso no es así.
-¡Me niego! No, rotundamente no.- Se quejó el maestro.
-No tiene sentido que te quejes.- El director sonrió divertido.- Lo pone en los papeles de adopción que firmasteis.- Informó el anciano riendo.
-¿Adopción? ¿Qué papeles de adopción? ¡Yo no firmé nada!- Protestó el exmortífago.
-Claro que si- Afirmó Albus mientras hacía aparecer los papeles de la adopción con sendas rúbricas de los implicados. Snape maldecía interna y externamente, mientras que Hermione se limitaba a observar desde la barrera, algo en su interior la había preparado para algo así.
-Insisto en que yo no he firmado nada.
-Ahora ya está muchacho, de todas maneras tendrías que haberlo firmado igual. Así que míralo por el lado positivo, te has ahorrado perder una tarde viniendo aquí.
-Pero…
-Pero nada hijo. Deberías estar contento. ¡Vas a ser un padre!- Comentó feliz refiriéndose al pequeño niño que comía ávidamente la piruleta. Severus hizo una mueca de asco ante la idea de tener un hijo.- Además el pequeño Snape- el Slytherin frunció el ceño al oír su apellido- ha sido matriculado en el mismo colegio y en la misma clase que Edward McQueen.
-¿Está usando a un pobre huérfano para sus propósitos? -Preguntó ácidamente el profesor Snape
-No.- Cortó serio el Director. Después miró a Matt sonriente- Estáis ayudando al mundo mágico y además le estáis dando a un niño la oportunidad de tener una infancia sin dolor, y con una familia que le quiere.
-No hay familia. No hay padres. ¡Esto no es real Albus!- Espetó el maestro.
-Pues haz porque parezca real.- Ordenó el anciano tajante.- Un gran poder conlleva una gran responsabilidad mí querido Severus. Deberías habértelo pensado antes de aceptar una misión a ciegas. ¿Acaso nadie te ha enseñado a leer la letra pequeña antes de firmar un contrato? –Snape asintió de mala gana. El director les entregó entonces a cada uno una carpeta que ambos abrieron. Las carpetas contenían pasaportes y documentos de identidad, billetes de avión, varios juegos de llaves, tarjetas de crédito, un par de aparatos que Hermione identificó como teléfonos de última generación, papeles de adopción y licencias de matrimonio y varios documentos legales más. Todo estaba preparado para que parecía lo más real posible.
Snape se masajeó las sienes con firmeza, un incipiente dolor de cabeza amenazaba con aparecer. Eran demasiadas cosas.
Hermione entornó los ojos pensativa y respiró varias veces con calma mientras procesaba detalladamente lo sucedido, suerte que a ella habían tenido el detalle de "informarla" a principios de verano, aunque evidentemente omitiendo precisamente lo más importante ¡Como el hecho de que se iba a casar con Snape y que además iban a tener un hijo! El director había confiado en ella para algo tan importante como aquello y lo haría lo mejor posible.
-¿Por qué él?- Habló por fin Hermione.
-Ese pequeño fue mi debilidad desde la primera vez que lo vi.- Confesó el anciano.- Por desgracia mis circunstancias de hace unos años evitaron que fuera viable adoptarlo. Y ahora por desgracia soy demasiado viejo para ello.- Se lamentaba el hombre.- Severus a ti te considero el hijo que nunca tuve, y a Matthew como nieto. Por favor Severus…- Casi suplicó el anciano.
El exmortífago bufó en señal de rendición.
-No le pidas peras al olmo Albus.- Masculló el Slytherin.- Lo intentaré. Es todo cuanto te puedo decir.
-Gracias. A los dos.
-¿Qué es lo que le ha dicho?- Preguntó Snape haciendo una mueca de desagrado.
- Lo que siento hijo. Que conocía a una joven pareja a los que quería mucho y que estarían encantados de darle un verdadero hogar. –Habló serio aunque con un extraño brillo en los ojos. Hermione se sonrojó por el comentario. Que Albus Dumbledore la tratase así, para ella era todo un orgullo. La joven mujer miró interrogantemente a su antiguo director como pidiendo permiso. El mago asintió invitándola con la mano a continuar. La bruja se levantó de su silla ante la atenta mirada de los dos hombres y se acercó suavemente al niño que acariciaba lentamente al fénix.
-Hola ¿Puedo sentarme contigo?- Preguntó cariñosamente Hermione sentándose en el suelo con el pequeño. Snape se sorprendió al notar lo mucho que le cambiaba la voz a la Gryffindor cuando se dirigía al mocoso. Cuando se dirigía a él su tono adquiría un deje frío y cortante- Me llamó Hermione y aquel señor de allí que parece tan serio- dijo señalando hacia el ex mortífago. Snape se sintió observado.- Se llama Severus.- El susodicho se tensó, era la primer vez que oía su nombre dicho por ella, lo había dicho con tal naturalidad que parecía que lo llevaba haciendo toda la vida. Sonaba menos desagradable cuando su nombre lo decía ella. - De verdad nos gustaría mucho que vivieras con nosotros.- El niño le devolvió la mirada un poco asustado.- ¿Te parecería bien?
-¿Puede venirse también Dino?- Preguntó tímido el niño. Snape observó atento aquella surrealista situación.
-Por supuesto que puede venir.- Sonrió la chica mientras le daba la mano a Matthew para que fuera con ella. – ¿Donde está Dino?- El pequeño señaló hacia fuera.
La castaña movió la varita rápidamente haciendo que un pequeño peluche de un dinosaurio verde todo destartalado y sucio apareciera en las manos del niño. Matt al recibir el muñeco lo abrazó con fuerza mientras le sonreía a la bruja y le daba la mano.
-Estamos listos director.- Respondió Hermione segura. Snape resopló. Esto no le iba a gustar.
- Tienen tres semanas para instalarse. El curso escolar empieza el 1 de septiembre. Encontrarán en la casa todo lo necesario para empezar su nueva vida. Partirán antes del almuerzo. Si necesitan algo esta es su última oportunidad. En un par de horas sale el expreso hacia Londres donde les espera un avión.- Comentó contento el anciano.
-¿Que se supone que he de hacer estas dos semanas?- Inquirió el profesor de pociones.
- ¿Irte de vacaciones con tu familia?- Respondió divertido el director. Snape gruñó fuertemente.- Recuerda Severus que es una misión importante. Tenéis que parecer una familia feliz. Así que, qué mejor momento para darte un respiro.
Matthew tiró de la túnica a la joven y Hermione se agachó cuando el pequeño se puso de puntillas para intentar contarle algo. El niño le contó algo tímidamente a la castaña que hizo que una sonora carcajada se le escapara de los labios.
-No te preocupes… No muerde.- Respondió la bruja.
-Señorita Granger…- Escupió el nombre con desagrado.
-Severus, creo que es un buen momento para empezar a llamar a la señorita Granger por su nombre. Al fin y al cabo, es tu mujer.- Comentó el Director divertido.
Se había equivocado. Si había algo aun más desagradable que ser torturado y asesinado… Eso era tener un hijo con la sabelotodo de Granger. Y además, tener que llamarla Hermione.
-Nos vemos en dos horas en las puertas de los terrenos del colegio. No llegue tarde.- Siseó molestó el Slytherin. - Con su permiso profesor.- Y con las mismas salió del despacho ondeando su capa negra.
-Ten paciencia Hermione.- Le guiñó un ojo Albus.- Adiós Matt.- Le sonrió al muchacho mientras hacía aparecer una enorme galleta con pepitas de chocolate y se la daba al niño.
Matthew abrió los ojos con deleite al ver el dulce y la cogió con cuidado.
-¿Que se dice?- Le preguntó la chica con tranquilidad.
-Muchas gracias.- Susurró débilmente el niño.
-De nada, no te olvides de visitar a tu abuelo de vez en cuando.
El pequeño fue a darle un buen mordisco cuando Hermione se la quitó lentamente de las manos y se la guardó en la túnica. Después alzó al niño en brazos.
-¿Qué te parece si te guardo la galleta para después de comer?- Preguntó la bruja cariñosamente.
El director no pudo evitar reír abiertamente.
-Ya eres toda una madre Hermione.
La joven se sonrojó notablemente, para después sonreír con timidez. Y con el niño en brazos salió del despacho rumbo a su habitación.
Dejó a su "hijo" jugando con Crookshanks. Cogió su baúl donde empezó a guardar sus cosas. Entre ellas algunos pergaminos y lápices de colores para que el pequeño Matt estuviera entretenido.
Iban a salir justo a las 12 de la mañana y no les daría tiempo a comer, a si que llamó a un elfo, y amablemente le pidió que preparara algo para picar en el viaje. El elfo volvió a los 5 minutos, con una bandeja llena de bocadillos, fruta, zumo y snacks para llevar.
Lo metió todo dentro de su bolso, junto con la carpeta que le había entregado Dumbledore y el teléfono móvil. La chica se acercó al pequeño que seguía aun jugando con el gato y le transformó a Matthew un viejo monedero en una graciosa mochila infantil con forma de cara de mono y aprovechó también para transformar un par de cosas más en juguetes para el niño y guardarlas dentro. Después le colocó la mochila a la espalda y le tendió la mano con delicadeza.
-¿A dónde vamos?- Preguntó el niño agarrando la mano de Hermione.
-A tu nueva casa.- Respondió suavemente- ¿Te gustaría?- Preguntó. El pequeño asintió.
-El abuelo Albus me dijo que tendría una habitación para mí solo.- Aseguró feliz el niño sin poder creérselo.
-Si lo dijo el abuelo, es porque es verdad- Confirmó la castaña extraña de llamar a su director "abuelo".- Pero no te olvides de Dino.- Le recordó.- O no podrá ver tu nueva habitación.
Matthew se soltó de la mano que lo sujetaba con cuidado para correr hacía donde se encontraba su peluche y cogerlo con fuerza para volver a cogerse a la bruja.
-Ya.- Asintió el pequeño.
-Pues vamos.- Sonrió Hermione.- Adiós Crookshanks cuídame al profesor Dumbledore de mi parte.- El gato maulló en respuesta.
Caminaron lentamente por los terrenos de Hogwarts, a falta de que 200 metros para llegar a las puertas del terreno, Snape se unió a su paseo.
Toda esa situación no le había cogido por sorpresa, llevaba dos meses haciéndose a la idea de aquella misión. Ya iba mentalizada, o eso creía, lo del "hijo" no lo había visto venir.
-Granger…- Saludó escuetamente- y… como te llames.
-Matthew, señor.- habló con educación y cierto miedo el pequeño.- Me llamo Matthew Snape.
Justo cuando cruzaron las grandes verjas ambos notaron un pequeño tirón en las ropas y vieron como sus varitas salían volando por encima del lago en dirección al castillo.
-Ya está. Somos oficialmente muggles.- Dijo la joven.
-Como si eso me hiciera especial ilusión.
-Fue espía, sabe mentir bien. A sí que finja que le hace ilusión.-Contestó molesta mientras cogía todas sus cosas, para después subir al tren con el pequeño Matthew en brazos ante la indescriptible mirada de su antiguo profesor de pociones.
Más conocido ahora como:
Su marido.
.-.-.-.-.-.-.-.-.
Bueno, aquí estoy con una nueva historia. Que ya aviso de antemano (si mi musa me lo permite) va a ser un Fic largo. Aun no se cuanto.
Avisar, como algunas sabréis que escribo cuando estoy inspirada. Eso significa que puedo tardar en actualizar 2 días, como 20. Me disculpo de antemano por ello.
También he decido aprovechar una de mis manías. Me encanta meter guiños (frases, escenas, palabras) de películas, series, libros en mis capítulos. Por desgracia para mi XD. No siempre puedo meter esos guiños, porque a veces, simplemente, no quedan bien o no se me ocurre ninguno. Bueno… que me desvío. La idea es meter esos guiños camuflados en los capis (Si puedo). Y reto a aquellos que quieran leerme a encontrarlos. (No es obligatorio por supuesto) XD.
Aceptó sugerencias de cualquier tipo sobre la historia. (Los que me conocen saben que me encanta meter esas sugerencias en mi Fics, en serio.) Así que me ha parecido buena idea a modo de concurso que el que acierte los "guiños" me diga algo que le gustaría meter o que pasara en la historia. Desde una escena, una frase o una palabra. Podéis ser malos y decirme: Yo quiero que aparezca la frase: Snape besó a una Rana. XD o podéis ser buenos y simplemente decirme que queréis que Snape bese a Hermione. A vuestro criterio y gusto. Podéis pedirme lo que queráis.
Yo me comprometo a meter esa sugerencia en el capitulo siguiente (o como mucho con dos capítulos de margen).
Y para empezar. Por ahí atrás tenéis algo escondido.
Espero vuestros review. Por favor si veis algún error, o algún fallo raro avisad y será corregido.
Muchas gracias por todo.
Saludos de Cloe.
