Hola gente, aca esoy muy feliz publicando mi 2º Fic! estoy re emocion, les cuento un poquito de que se trata: Este, pretende ser un Fic escrito de una forma un poco mas madura (es un post-Hogwarts), en el que los personajes son tambien mas maduros en determinados aspectos, sin dejar de lado ciertos rasgos caracteristicos de la personalidad que tenian en su etapa adolescente. Al estar escrito de esta forma, puede ser que en el algun momento, vayan a leer encuentros amorosos mas intensos que los de Lucy, que son apenas un poco de amor adolescente con las hormonas revolucionadas, pero nada mas. En cambio en este, pasaron 10 años desde que el trio termino Hogwarts, por lo que ya tienen 27 años y las cosas son diferentes.

La situacion es este Fic es desencadenada por una reunion de ex alumnos, en la que luego de 10 años sin verse, Harry, Ron y Hermione vuelven a reecontrarse. Quizas, este pueda ser el detonante para que el amor que estuo oculto durante tanto tiempo entre Ron y Hermione, salga a la luz.

Solo espero que les guste y no defraudarlos. Tambien espero que tenga tanto exito como Lucy, que es mi primer Fic y estoy realmente orgullosa de el, porque es el primero, porque es todo, mi primer idea y es tan bien recibida, que ME ENCANTA, espero que con este pase lo mismo...sino es mucho pedir, cuando terminen de leer, dejenme algun review, son demasiado necesarios! bye! y muchisimas gracias a todos, POR TODO!

Disclaimer: Todo lo que esté relacionado con el mundo de Harry Potter, así como, los personajes y los lugares que puedan ser utilizados en este Fic, son propiedad de JK Rowling y Warner Bros; exceptuando algunos nuevos personajes que son producto de MÍ imaginación. Escrito y publicado, SIN FINES DE LUCRO.


Por un Segundo a Tu Lado

Capítulo 1: Mi boleto hacia el pasado

¿Qué hacer cuando te pasas diez años de tu vida intentando dejar atrás el pasado y un día de la nada, ese pasado vuelve a convertirse en presente; un presente, que sabes te va a costar afrontar; un presente que te exige volver a mirar a los ojos a esa persona que tanto amaste en tu vida adolescente y que una vez terminada la escuela, ya no tuviste ni noticias de ella, a pesar de haber creído en su momento, que esa hermosa amistad que ambos compartían (porque siempre fue sólo eso: amistad) duraría para siempre?

Aquí estoy yo, Hermione Granger: sola en mi departamento, sentada en uno de los sillones de la sala abrazando mis rodillas y comiéndome las uñas impaciente. No hago otra cosa más que mirar sin pestañear la pequeña invitación dorada que yace sobre mi mesa ratona delante de mis ojos. Sin duda alguna, mi boleto hacia el pasado…

"Reunión de ex alumnos del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, promoción de 1997"

Srta. Hermione Granger, tengo el placer de dirigirme a usted, a fines de convocarla, a 10 años de su promoción de nuestra prestigiosa Escuela, a una reunión de ex alumnos que tendrá lugar el día 1º de Septiembre del presente año, en el antiguo Castillo de Hogwarts a partir de las 20:00 hs. Esperamos contar con su grata presencia.

La saluda atentamente: Profesora Minerva Mc Gonagall

Directora del Colegio Hogwarts de

Magia y Hechicería.

PD: Se ruega presentarse con ropa formal-elegante. Puede asistir a la reunión sola o acompañada si así lo desea.

Es extraño, tengo veintisiete años y no sé cómo reaccionar ante una situación tan simple como ésta. Sé que muchos en mi lugar, estarían felices de tener la posibilidad de volver a reencontrarse con sus antiguos compañeros de curso. Pero en mi caso es diferente, mi corazón trata de debatirse entre dos dilemas: una parte de él, desea con todas sus fuerzas volver a verlo, tenerlo frente a frente, poder tocarlo, sentirlo; pero la otra, no hace más que resistirse a la idea de verlo una vez más después de tanto tiempo. Ésa, es la parte en la que habita un deje de rencor hacia él, y que va acompañado por una constante duda reprimida en mi pecho por años. Deseo más que nada en el mundo, poder preguntarle ¿por qué no había respondido a ninguna de mis cartas? Aquellas cartas, que me había propuesto enviarle cada semana luego de finalizada la escuela, anhelando una respuesta que nunca llegaría. ¿Por qué me había echado al olvido tan fácilmente? Habíamos sido mejores amigos durante siete años, y de un día para el otro, esa amistad se había reducido hasta convertirse en cenizas.

De quien hablo por supuesto, es de Ron Weasley: el pelirrojo que me roba el sueño desde que tengo once años. Muchas veces se me había cruzado por la cabeza el decirle lo que sentía por él, pero siempre me acobardaba y solía utilizar las peleas por los motivos más absurdos, como escudo protector de mis verdaderos sentimientos.

Por otro lado está el famoso Harry Potter, quien había sido siempre como mi hermano. Lamentablemente, la distancia y las diferencias vocacionales, se habían hecho cada vez más grandes con el paso del tiempo, hasta lograr separarnos definitivamente. Aún hoy, cuando siguen apareciendo en mi mente pequeños flashes de recuerdos junto a él, no puedo evitar dibujar una sonrisa de melancolía.

Mi gran problema, llega con ésa invitación. Parece ser la oportunidad perfecta para revolver el pasado y abrir viejas heridas que creía, estaban cicatrizadas. Se supone que ya soy una mujer madura, hecha y derecha, capaz de tomar decisiones importantes por mí misma. Pero en circunstancias como ésta, mi mente y mi razón se niegan a reaccionar, pidiendo a gritos un oído dispuesto a escuchar y un par de labios decididos a brindarme sus sabios consejos…

¡Ding-dong¡ding-dong!- está sonando el timbre, y creo saber quién es. Decido salir de mi trance para levantarme a abrir la puerta: es ella una vez más, justo a tiempo como siempre cuando más la necesito. Es como si pudiera leerme el pensamiento.

- ¡Hola, hola¡Llegó el hada madrina de Cenicienta con dos deliciosos capuchinos para el desayuno!- una chica alta y delgada con largo cabello rubio y hermosos ojos verdes, entra en mi departamento abriéndose paso hacia la mesa del comedor con dos enormes vasos descartables de café caliente y una sonrisa de oreja a oreja.

- Buenos días Nicky- la saludo con una media sonrisa, verla, siempre me produce un gran alivio. Única e inconfundible: Nicole Smith, mejor conocida como "la eterna adolescente", mi cable a tierra desde hace seis años. Nos conocimos en la Universidad, y es increíble, pero entre nosotras existe una conexión un tanto especial, como si fuésemos hermanas gemelas. Antes de sentarnos a la mesa a desayunar, (son las 9:00 AM) Nicky se acerca a mí para darme un sonoro beso en la mejilla a modo de saludo como es su costumbre.

- A ver… ¿qué le pasa a mi hermanita preferida que anda tan perdida?- ella me conoce como nadie. Y la naturalidad tan infantil que tiene para enfrentar las cosas y encontrarles el lado positivo, es lo que más admiro de ella- déjame adivinar…mal de amores¿tal vez?-

- Algo parecido. La fiebre del recuerdo- respondo dándole un sorbo a mi capuchino.

- Ay Cenicienta…no empieces a ponerte metafórica y sé más exacta¿quieres?- me alejo una vez más de la comodidad de mi silla para ir a buscar la tarjeta y regresar con ella unos segundos después. La pongo entre las manos de Nicole…

- Una reunión de ex alumnos. No podría ser menos oportuna- comienzo a deprimirme otra vez y a ponerme fastidiosa.

- No veo cuál es el problema en esto. Quizás, sea la ocasión perfecta para que arregles las cosas con ése Weasley- Nicky toma un sorbo de café y una buena cantidad de espuma se le adhiere graciosamente en forma de bigote. Con una sonrisa, le ofrezco una servilleta para que se limpie- Gracias- limpia la zona, dejando la servilleta a un lado- Si quieres mi opinión, yo creo que deberías ir-

- No sé¿de qué serviría?- habla la parte de mi corazón que rechaza el encuentro.

- Hermanita…tú no tienes nada que ocultar, no pasó nada malo entre ustedes. No tienes por qué esconderte, sólo es una fiesta. Deberías pensar, que lo más probable es que Harry también esté ahí¿no? Sé que tienes muchas ganas de verlo- me dedica una de sus más francas y cómplices sonrisas.

- Puede ser. Si yo me decidiera por ir… ¿tú me acompañarías? En la tarjeta dice que podemos llevar invitados-

- La tarjeta, intenta hacer referencia a que puedes llevar a tu pareja si es que estás comprometida o algo así. No creo que sea lo más apropiado que llegaras conmigo- hace una mueca extraña con la cara y la mueve hacia ambos lados en un gesto negativo.

- Peor sería llegar sola. El hada madrina no quiere dejar sola a su Cenicienta¿o si?- me siento estúpida, pero le hago un puchero enorme para intentar conmoverla.

- Y después dices que soy yo la que tiene que madurar…está bien, te voy a acompañar. Pero este hada madrina, a las doce en punto saca su varita mágica y desaparece¿de acuerdo?- Nicky intenta adoptar una expresión seria señalándome con su dedo índice, pero definitivamente, ése no es su fuerte.

- ¡Ay, sabía que dirías que sí¡te quiero!- me estiro por encima de la mesa para poder abrazarla y estamparle en la mejilla un beso más ruidoso de lo normal. Intento parecer una mujer madura, pero cuando estamos juntas me es imposible no sacar mi lado infantil.

0o0o0o0o0o0

Son las 12:00 AM y Nicky acaba de irse. Siempre estoy más tranquila luego de nuestras charlas, me hace muy bien hablar con ella. Tiene sólo un año menos que yo, pero su personalidad es la de una adolescente de 15 años, vive encerrada en un cuento de hadas con su príncipe azul: Derek. Hija de muggles, igual que yo, es una bruja decidida a vivir en un mundo de fantasía, en el que yo soy su Cenicienta, y ella mi hada madrina.

Finalmente en mi decisión, gana la parte de mi corazón que se muere por verlo y recuperar todo el tiempo perdido. Ya es un hecho, y es inevitable: dentro de dos semanas, volveré a ver a Ron Weasley y a comportarme como una idiota en su presencia, sin saber cómo actuar o qué decir. Me pregunto si habrá cambiado mucho físicamente, si seguirá siendo el mismo de siempre, si su cabello pelirrojo y las pecas que solían decorar su rostro seguirán intactos. Ya sin poder evitarlo, me dirijo a mi habitación en busca de mi tesoro más preciado; lleva años oculto en el placard por mi miedo inconsciente de volver a sumergirme en un mar de recuerdos…

Ése tesoro, es tan solo un viejo álbum de fotografías de mis pasados años en Hogwarts. Lo tomo entre mis manos y acaricio con mucha delicadeza la tapa de cuero rojo, en la que escritas en letra cursiva color dorado se leen dos palabras: "My Memories". Al abrirlo, la primer fotografía que veo, es una en la que estoy junto a mis padres a punto de subir al Expreso de Hogwarts en el andén 9 ¾; paso la hoja; ahora estoy en medio de Harry y Ron en nuestro primer año, con los brazos cruzados y mirando a Ron con el ceño fruncido, mientras él intenta hacerme sonreír gesticulando con el rostro, Harry sólo nos miraba con una sonrisa…siguen pasando las hojas, hasta que llego a la última, en la que está también la última fotografía del álbum, es como estar viendo un video del día en que nos vimos por última vez: en King's Cross, listos para volver a casa luego del 7mo año en Hogwarts. El primero en acercarse a mí para despedirse, es Harry, que me pasa uno de sus brazos por los hombros y me da un tierno beso en la mejilla; el último, es Ron. Se acerca, me mira a los ojos por unos segundos y sonríe para seguir por darme un fuerte abrazo al que yo correspondo. Con mi cabeza reposada en su hombro, no puedo evitar morderme el labio inferior dejando escapar una solitaria lágrima, me costaba entender que ya no podría verlo todos los días. Al separarnos, nuestros ojos se vuelven a cruzar; lo miro casi suplicante, como queriendo que él entienda sin tener yo la necesidad de decir nada, todo lo que sentía por él; Ron me ve llorar y seca mis lágrimas, entonces recuerdo que se acercó a mi oído y me susurró: no tienes por qué llorar, pronto nos vamos a volver a ver… sin decir nada más, se aleja de mí y sus palabras se pierden en el aire, y ése "pronto", termina por transformarse en diez años más tarde.

Ring-ring, Ring-ring!

- ¿Hola?- me sorprende a mí misma el darme cuenta de que al atender el teléfono, mi voz suena temblorosa. Estoy llorando otra vez.

- ¿Hermione? Soy Jordan¿estás bien?-

- Ah, Jordan. Sí, claro…no te preocupes, es sólo que… estoy mirando una película realmente triste- Jordan Cadwell, mi ex novio, estuvimos saliendo por dos años. Actualmente, es mi jefe, trabajo para él en uno de los estudios contables más prestigiosos del mundo mágico, por supuesto. No es por presumir, pero soy una de sus mejores contadoras.

- Claro, siempre fuiste muy sensible- si supieras cuál es el motivo real de mi tristeza…- llamaba porque…bueno…necesito hablar contigo. Tengo una propuesta para hacerte-

- ¿Una propuesta? Dime, soy toda oídos-

- Sino te molesta, preferiría que lo habláramos personalmente-

- Supongo que no hay problema¿qué propones?-

- ¿Qué te parece si cenamos juntos esta noche?- ¡lo sabía, siempre tuve el presentimiento de que nunca se resignó a que lo nuestro, ya fuera historia. No es que no pueda ser una cena sólo de amigos, pero ya estamos grandes, y no soy tan estúpida como para no darme cuenta de sus verdaderas intenciones.

- ¿Tan importante es eso que tienes que decirme?- no pretendo, ni quiero ser fría con él, pero realmente no estoy de ánimos para ir a cenar con una persona que intenta reconquistarme permanentemente.

- Es por un asunto de trabajo, sin ninguna intención extra. No me malinterpretes-

- No, sino te malinterpreto. Es sólo que estoy con algunos problemas y no sé si va a poder ser posible-

- Vamos, es sólo una cena. Pasaré por ti, hoy a las 19:30¿te parece bien?-

- Pero Jordan, yo…-

- ¡No se diga más! Prepárate y ponte más bonita de lo que eres, que hoy a las 19:30 en punto pasaré por ti. ¡Adiós!- si hay algo que no tolero, es que me interrumpan cuando estoy hablando, pero lo que más detesto, es que me corten el teléfono y me dejen con la palabra en la boca.

Generalmente, Jordan suele sacar lo peor de mí, y creo que éste, fue uno de los motivos que acabó con nuestra relación: nunca existió una correcta comunicación entre nosotros. Él siempre busca ser el primero en todo, y nunca acepta un NO como respuesta. Si me pasa a buscar, tendrá que esperar sentado, porque no pienso moverme de éste departamento.

¿El lado positivo de la conversación? Logró hacerme olvidar mi sentimiento de profunda tristeza y melancolía, para reemplazarlo por un sentimiento de profundo enojo y molestia.

Los viejos recuerdos vuelven al placard en el álbum de fotografías, mientras que yo, decido ir a la cocina a llenar mi estómago hambriento.

Luego de almorzar, me dirijo al baño para darme una ducha de agua caliente, y al salir, me visto con una sencilla musculosa blanca, unas calzas negras y en los pies, mis zapatillas deportivas también color blanco. Me pongo lo más cómoda posible para terminar con unos balances que tengo pendientes. Realmente amo mi trabajo, y no me avergüenza admitirlo.

Las horas pasan casi sin darme cuenta. La última vez que miré el reloj, eran las 17:00, y fue entonces que me levanté de mi asiento para prepararme un café e inmediatamente después, volver a concentrarme en mi trabajo. Cuando aún me faltan algunas cosas para terminar, suena el timbre. Muy a mi pesar, me dirijo hacia la puerta y la abro.

Lo que en este momento veo ante mis ojos, es un hombre alto, de cabello castaño oscuro y ojos cafés, vestido con un elegante traje: Jordan. Lanzo una mirada furtiva a mi reloj pulsera, y efectivamente son las 19:30 en punto. Lo había olvidado por completo. Sin esperar a que yo diga nada, me besa en la mejilla y entra en mi departamento como si nada. Apreto los dientes tratando de contener la rabia y cierro la puerta.

- ¿Qué haces aquí, Jordan?-

- Te vine a buscar para que vallamos a cenar como habíamos quedado-

- ¿Como habíamos quedado?- lanzo un bufido de incredulidad y me cruzo de brazos ante él- Yo no recuerdo haber coincidido contigo en ningún momento. Más bien diría que fuiste tú quien arregló todo y dio por hecho que yo acudiría a esa estúpida cena, cuando no es así-

- Hermione, por favor, no hay necesidad de ser tan fría ni tan exagerada. Además de ser tu ex novio, también soy tu amigo y tu JEFE- responde con altivez.

- Eres mi jefe dentro del ámbito laboral, pero fuera de ello, no tienes derecho a decidir por mí. Parece que hay cosas que todavía no te quedan claras, Jordan-

- Si te invité a cenar, es porque quiero hacerte una propuesta DE TRABAJO. Y quieras o no, vas a tener que venir, porque ni bien corté contigo hoy en la mañana hice la reservación en el restaurante-

- ¿No podías decírmelo por teléfono, o quizás… ¿el lunes por la mañana en la oficina?-

- ¡Encima que pienso en ti como primera opción, me haces estos planteos¿Sabes? Podría habérselo pedido a Nicky, que de seguro hubiera aceptado sin dar tantos rodeos y sin comportarse como una histérica como lo estás haciendo tú-

- Empieza por calmarte y por dejar de llamarme histérica si quieres que valla contigo-

- Está bien. Ahora… ve a cambiarte asi podemos irnos, que tenemos poco tiempo-

- No voy a cambiarme. Yo te dije que no iría y aún así, tú viniste a buscarme. Si quieres que valla, tendrás que llevarme así vestida- hasta yo misma, empiezo a pensar que estoy comportándome como una histérica, pero mi verdadera intención, es persuadirlo para que cancele la cena. Presiento que estoy a punto de lograrlo cuando lo veo mirarme de arriba a abajo y hacer un gesto de desaprobación con el rostro. Empiezo a dibujar una pequeña sonrisa sintiéndome triunfante…

- Como quieras, mejor así. No podemos perder más tiempo- ¿QUÉ¿por qué estas cosas nunca salen como lo planeo? Me toma por la muñeca y me lleva casi a rastras hasta la puerta; en el camino, agarra un sobretodo blanco que estaba colgado en el perchero a unos pocos pasos de la misma; abre la puerta y cierra con un estridente portazo.

-De haber querido una puerta giratoria, la habría colocado yo misma, muchas gracias- le digo entre dientes, mientras me suelto bruscamente de su brazo y le quito de un tirón el sobretodo que traía en su mano izquierda para colocármelo.

Murmurando inagotables maldiciones que podría aplicar contra Jordan en este momento, camino a su lado hasta el ascensor, al que entro primero, seguida por él. Estamos en el quinto piso, y Jordan presiona el botón que dice: PB (Planta Baja). Los pisos, pasan lentamente uno a uno, hasta que suena la campanilla que nos indica que llegamos a nuestro destino, al mismo tiempo que las puertas metálicas del ascensor se abren automáticamente.

Una vez en el vestíbulo, vemos acercarse, por el otro lado de la transparente puerta de entrada, a un hombre bastante entrado en años. El hombre saca las llaves de su bolsa y abre la puerta lentamente; una vez dentro, me dedica una sonrisa y me dice muy cordial:

- Buenas noches, Hermione querida- es el anciano inquilino del 1º "B". Un squib amable y muy dedicado que enviudó hace muy poco tiempo.

- Buenas noches, Sr. Stilton- saludo, devolviendo la sonrisa.

- ¿El Sr. Cadwell y tú se han reconciliado?- pregunta el anciano curioso.

- No, Sr. Stilton, me temo que eso es imposible- agrego mirando a Jordan de reojo- sólo salimos en una cena de negocios-

- Entonces me alegro por ti niña. Nunca me agradó este muchacho- continuó intentando bajar un poco el tono de voz para que sólo yo pudiera oírlo y frunciendo el entrecejo, pero seguía hablando lo suficientemente fuerte como para que Jordan lo escuchase. Ya no sé qué hacer para lograr contener la risa al notar a Jordan resoplar furioso.

- ¡Mire abuelo, no le voy a permitir que…!- ¡sabía que no podría quedarse callado! Pero yo le impido seguir hablando…

- Discúlpelo Sr. Stilton. Jordan no durmió bien, está un poco cansado…no le haga caso. Ahora si nos disculpa, tenemos que irnos-

- Está bien, querida, no te preocupes. A ver cuándo consigues a alguien que esté a tu altura- me dice esto último en un susurro y me guiña un ojo paternalmente. Sin saber por qué, no puedo evitar dibujar una triste sonrisa. Sin más distracciones, salgo al exterior del edificio con Jordan. Él me mira con reproche…

- ¡No puedo creerlo¿quién se cree que es ése maldito…?-

- ¡No voy a permitirte que hables así del Sr. Stilton delante de mí¿me oyes¡Ése hombre- le grito señalando la puerta a mis espaldas- ha sido como un padre para mí en este lugar, siendo que tengo al mío tan lejos viviendo en el mundo muggle!-

- Y yo no puedo permitir que un anciano que ni siquiera me conoce, hable así de mí-

- Si no le agradas por algo será¿no crees?- a veces se me hace muy difícil cruzar dos palabras con Jordan sin comenzar una pelea. En ése aspecto, me recuerda mucho a la relación que tenía con Ron, con quien, las peleas intentaban simular el amor que sentía por él. Pero con Jordan, es diferente… ¡son peleas muy reales!

- ¡Ya basta Hermione¿podríamos tener el resto de la noche en paz?- sólo al estar junto al cordón de la vereda, percibo el transporte que nos llevará al restaurante esta noche y para ser sincera, me sorprende bastante.

- ¿Una limusina¿vas a hacerme una propuesta de trabajo o a pedirme matrimonio? Porque si es así, ya te anticipo que mi respuesta es NO-

- Ya entra¿quieres? Al que vamos, es un restaurante muy elegante, y sólo quería llegar como se debe, con clase- no puedo hacer otra cosa más que rodar los ojos, mientras el chofer de la limo sostiene la puerta abierta para que podamos pasar. El interior es bastante acogedor: un espacio muy amplio con los asientos tapizados en cuero blanco; a un costado hay una botella de champagne dentro de un balde repleto de hielo junto con dos alargadas copas de cristal. Sinceramente, no sé qué es lo que pretende con todo esto.

Me alejo de él todo lo que me es posible, sentándome junto a la ventana y disponiéndome a mirar por ella durante todo el trayecto hacia el restaurante sin decir una palabra.

Luego de unos quince minutos, el auto deja de moverse, debemos de haber llegado. Jordan, presiona un pequeño botón sobre el pasamano de su puerta y la ventanilla se abre automáticamente; se asoma y un segundo después, vuelve a cerrarla.

- Llegamos- dice mirándome radiante. Baja de la limo, y me espera fuera ofreciéndome una de sus manos para ayudarme a bajar, la acepto para no ser tan grosera y él cierra la puerta. Ciertamente, el lugar es demasiado elegante y debe ser igual de costoso. Tiene una fachada imponente y luminosa, pero delicada; ocupa casi toda la calle y se asemeja a un enorme castillo alzado en medio de un montón de edificios ordinarios (n/a: quiero decir muy comunes). Al entrar, un hombre vestido con un traje azul marino nos da una cortés bienvenida:

- Buenas noches. Srta.¿me permite su abrigo, por favor?- se coloca detrás de mí y hace un ademán señalando el sobretodo que traigo puesto. A pesar de tanta amabilidad, no se me escapa el desprecio con que mira mi ropa. Es como si pensara que mi vestimenta es un insulto para un sitio tan elegante.

- No gracias, prefiero tenerlo conmigo- respondo forzando una sonrisa. Seguimos caminando hasta lo que parece ser la recepción del lugar, donde se encuentra una mujer con un enorme rodete sentada al otro lado de un mostrador.

- Buenas noches. ¿En qué puedo ayudarlos?- pregunta con voz glacial.

- Buenas noches. Yo hice una reservación esta mañana a nombre de Jordan Cadwell…-

- Déjeme ver…sí aquí está- dice, mientras recorre con su dedo índice un largo pergamino hasta detenerse en un punto- su mesa es la número veintidós-

- Muchas gracias- responde Jordan. Seguimos caminando. Esto ya comienza a tornarse muy aburrido. Llegamos con un nuevo hombre, vestido también de azul marino que nos acompaña a nuestra mesa ni bien Jordan le dice el número. En el camino, comienzo a sentirme más incómoda que nunca sintiendo cientos de pares de ojos fijos en mí y en mi atuendo una vez más. El mozo se acerca a mí, y aparta una de las sillas para que pueda sentarme.

- Gracias…- arrugo la vista para leer el nombre prendido en el cartel dorado sobre su pecho- Chester- por primer vez, observo que sobre la mesa, hay un cartel que dice en letras muy elaboradas color dorado: Sr. y Sra. Cadwell. Frunzo el entrecejo.

Chester, chasquea sus dedos y hace aparecer ante nosotros dos menús. Al abrirlo, me encuentro con que lo más barato, es un vaso de agua a cinco galleons.

- ¿Qué van a pedir?- pregunta.

- Un lomo al champignon. Y tú Hermione¿ya decidiste?-

- Creo que sólo tomaré un vaso de agua- respondo devolviéndole el menú al mozo.

- Que sean dos lomos al champignon y…una botella de champagne- agregó Jordan, mirando al hombre con una sonrisa.

- Sí, señor- responde el mozo, e inmediatamente se aleja de la mesa.

- Veamos: estás vestido con ropa muy formal, pasas por mi casa a buscarme en una limo, me traes a este lugar tan costoso y elegante, pides champagne y como si eso fuera poco, el cartel de la mesa, dice Sr. y Sra. Cadwell. Explícate- decido romper el silencio, y qué mejor forma de hacerlo que pedir explicaciones.

- No sé qué es lo que pretendes que te explique. Mi atuendo encaja perfectamente con este sitio tan elegante, como tú dices; la limo, ya te lo dije, quería llegar con clase; el champagne es porque si llegas a aceptar mi propuesta, tenemos un motivo de festejo y respecto al cartel, de seguro debe haber sido una confusión-

- Está bien, eso ya no importa. Vayamos al grano¿qué es lo que quieres proponerme?- termino de hablar, y Chester vuelve a aparecer a mi lado con dos enorme platos de lomo al champignon que deja sobre la mesa. Hace una leve reverencia y se retira.

- Bueno…me salió una propuesta de trabajo muy interesante en Estados Unidos, y este martes estoy viajando para allá- se detiene de repente, para pinchar una papa con su tenedor y llevársela a la boca. Yo espero impaciente que termine de digerirla.

- Continúa-

- Voy a necesitar ayuda durante mi estadía en ése país, y aquí es donde entras tú: quiero que viajes conmigo- perdón, pero… ¿escuché bien¿Jordan quiere que viaje con él a Estados Unidos, los dos solos? Me atraganto con una porción de… ¿aire? E intento simularlo bebiendo un poco de agua.

- ¿Estás bien?-

- Sí, sí, perfectamente. Déjame ver si entendí bien: Estados Unidos…yo…tú…tú y yo… ¿los dos solos?-

- Entendiste bien¿cuál es el problema Hermione?-

- ¿Cuál es el problema? Creo que hay varios, pero dejemos eso de lado por un momento. ¿Por cuánto tiempo sería?-

- Si las cosas salen bien…más o menos, tres semanas-

- ¿Tres semanas? Hoy estamos a 15 de agosto. Sino me equivoco faltan aproximadamente dos semanas para el 1º de septiembre…por lo que si, yo voy contigo…déjame ver…tres semanas…no puedo-

- ¿Por qué no puedes? Si vienes, te pagaría mil galleons por semana¿qué dices?-

- No se trata de dinero, Jordan. Eso es lo que menos me interesa. Tengo otro compromiso, justamente para el 1º de septiembre-

- ¿Qué clase de compromiso tan importante es ése, que impide que puedas acompañarme?- pregunta, y la bronca comienza a reflejarse en sus ojos.

- Un compromiso con mi pasado- he aquí, mi nuevo dilema¿viajar sola con Jordan a los Estados Unidos y soportarlo por tres semanas? Ó¿volver a reencontrarme con el gran amor de mi vida? Siempre hay prioridades, y en este caso…creo que ya tengo muy en claro cuáles son las mías…


Me costo bastante escribir este primer capitulo, asi que espero que halla valido la pena! CLIQUEEN EN GO, Y DEJENME SUS OPINIONES!