Hola, aquí esta la secuela de la historia Cambios, espero que les guste al igual que su precuela, o les guste más. En esta ocasión la historia girara en torno a los dos chicos que llamaron la atención de Kei, el primer turno será de Kageyama. Y aunque sea algo cliché, también hablara de cambio de género.
Disfruten la lectura.
Pensamientos
-"Diálogos"-
Narración
(N/A): Nota del autor
(*)Notas: Al final del capítulo
Capítulo 1:
[Residencia Kageyama...]
Un silencio abrumador habitaba en el hogar. Hacía unos cuantos minutos, el armador de Karasuno había llegado de la escuela, había llegado para darse un baño y refrescarse del bochorno, que el ejercicio de la práctica de la tarde y el calor abrasador del verano, le habían causado. El chico ahora reposaba boca arriba en su cama, jugando con un balón de voleibol pensaba sobre maneras más eficientes de acomodar pases que le resultaran sencillos a la escandalosa carnada de su equipo.
No había momento del día que no pensara en voleibol, si no pensaba de que manera entrenarse para ser el mejor – por que para Tobio no bastaba con ser uno de los mejores, él debía ser el mejor – provocado por la competitividad de Hinata, pensaba en qué tipo de pases hacer para coordinarse más con sus compañeros de equipo, o pensaba en la últimas noticias acerca de su tan amado deporte – porque aunque no lo admitiera, no solo era pasión lo que sentía por el voleibol su adoración por el deporte casi rayaba en ese sentimiento que se supone solo podría estar dedicado a seres vivos –. Sus prioridades eran voleibol y comer, la escuela venía a quedar en segundo plano, solo le daba la debida atención cuando era útil para su vida deportiva.
Él no veía la necesidad de velar por nada más, las preocupaciones propias de un adolescente al parecer, no le afectaban al chico y eso le hacía ser único, de alguna manera. Tal vez por eso no era tan bueno en las relaciones sociales comunes con sus compañeros de clases, aunque ahora había aprendido a ser un poco más abierto con las personas, y a pesar que no lo exteriorizara le agradecía en especial a Hinata, si no fuese por su personalidad tan entrometida, energética, optimista y por su voluntad de seguir sin importar que obstáculo se le presentase, él no pudiese haber cambiado. Eso pensaba él, pero claro, jamás se lo diría al enano. No quiero tener aparte de un compañero fastidioso y terco a uno presumido
Lo importante ahora serían las nacionales, derrotar a Shiratorizawa y ganar el tan ansiado pase. Ahora era momento de avanzar y evolucionar, necesitaban llegar a ser el equipo más fuerte. Pero claro, como en esta y en todas las historias, mientras él recorría ese camino se le presentarían obstáculos que debía aprender a superar de alguna u otra manera, a pesar de ser de los más extraños.
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–"¡Ya estoy en casa!" – se escucha el saludo de una mujer – "¿Tobio? ¿Estás en tu habitación?" – ahora su voz se escucha más cercana a las recámaras.
–"Sí" – la respuesta corta de nuestro protagonista no se hace esperar.
–"Baja para comer, he traído la cena de camino de regreso" – se escucha que la mujer comienza a desempacar la comida.
Un día normal, era uno de esos días en los que no podía disfrutar de la comida casera de su madre, tenía que conformarse con lo que hubiese comprado, el menú no variaba mucho, de comida tailandesa, china, sushi, hamburguesas hasta simplemente unos nikuman era lo que normalmente llegaba a comprar su madre. Esta vez le toco turno a la comida tailandesa. Ambos comían tranquilamente su cena, su padre llegaba un poco más tarde; solo los domingos podían disfrutar de al menos una cena decente como familia. Las preguntas normales de cómo le había ido en la escuela, que tal las clases o el club era lo que comúnmente salía en las conversaciones.
Después de la cena y dar las gracias a su madre, Tobio se dirigía directamente a su habitación, ya sea para terminar sus deberes escolares o para seguir pensando en voleibol. No dormía tan tarde, valoraba mucho sus horas de sueño así que se iba a la cama temprano, necesitaba tener sus energías al cien para el día de mañana.
-oooo-
–"¡Tobio! ¡Apúrate! ¡Te quedaste dormido!" – su madre había entrado a su habitación, la entrada a su trabajo no era tan temprano –"No te quedaste despierto hasta muy tarde ¿verdad?" – le preguntaba preocupada, estaba apurada casi era hora de irse. El chico solo negó con la cabeza, aún estaba medio dormido. – "Bueno, pero debes apurarte ya perdiste la primera clase" – la mujer solo alcanzo a ver a su hijo de reojo mientras recogía el cesto de ropa sucia de su habitación, le indico que su desayuno lo esperaba en la mesa.
Era extraño, su cuerpo ya estaba acostumbrado a levantarse muy temprano por la mañana para arreglarse para la escuela y el club, no podía creer que lo había traicionado. Vio su reloj, su madre tenía razón, había dormido de más. Tal vez por eso sentía su cuerpo pesado. Se levanto de su cama para lavarse la cara, no sin antes estirarse para despabilarse un poco más. Su madre había salido disparada de su recámara, también se le había hecho tarde a ella.
Abrió las llaves del lavabo para dejar correr por unos segundos el agua, su visión y reflejos todavía no estaban del todo claros. El agua fría era el mejor remedio para esos despertares, alcanzo su toalla para secarse, normalmente él no se veía al espejo, sentía que era una pérdida de tiempo, pero esta vez volteó a verse.
–"Tobio, ¿puedo encargarte que compres algo de regre––… ¿Tobio?!..." – su madre se había asomado por la puerta del sanitario, encontrándose con una nueva versión de su hijo. Kageyama se hallaba estático viéndose al espejo. ¡¿Qué demonios?! Ambos tardaron unos segundos en procesar lo que estaban contemplando.
-oooo-
Esto sería un serio problema. ¿Cómo debería vivir ahora? Gracias a que su madre aún se encontraba en su hogar, alguien pudo auxiliarlo y darle consejos sobre lo que debería hacer. Ella prometió no contarle a su padre, hasta que viera el momento indicado, Tobio por su parte debería encontrar la manera de no sobresalir tanto, o encontrar una manera de disimular su apariencia.
Cómo si no hubiese pasado nada, el primer período concluyo dándole paso al almuerzo. Sus compañeros no se habían percatado de su cambio ni siquiera por su llegada tardía a clases, en ese caso era muy bueno el ser antisocial con ellos. Y tal y como es su rutina, salió a comprarse un yogurt a las máquinas expendedoras del patio, sin poder evitar alguna que otra mirada curiosa de parte de algunos alumnos, mayormente de chicas quienes se preguntaban desde cuando había un chico de ese atractivo en su escuela, claro, decidió ignorar tales comentarios. ¿Ese atractivo? ¿Qué atractivo?
Pudo conseguir libremente su yogurt, estaba sentado junto a la máquina expendedora mientras lo terminaba, recordando una y otra vez lo que había vivido en la mañana.
[En la mañana…]
–"¡Ay por Dios! ¡¿Qué fue lo que te paso?!" – la mujer no salía de su asombro.
–"No lo sé… Ah...¡La comida que trajiste! ¿No tenía nada extraño?" – el chico estaba igual de confundido que su madre.
–"Claro que no, nunca te compraría algo que fuese extraño. Además ¿cómo supones que la comida tailandesa te cambie así?" – pronto la mujer se calmó, ella podía mostrar una muy buena actitud frente a los problemas, tenía una personalidad calmada.
–"Bueno, nunca me ha gustado mucho… pero... entonces, no se me ocurre que otra cosa pudo hacerme así…" – se sentía frustrado, aunque no tanto como cuando sus compañeros de Kitagawa Daiichi lo rechazaron – "¿Se ve muy mal?" – eso era muy extraño, y no quería ser molestado por estar así.
– "No, no se ve mal. De hecho te queda bien, al fin podre disfrutar lo que es tener una hija~" – su madre sonrió.
– "¡MAMÁ!" – esos momentos no eran para reírse.
–"Ok, lo siento. Pero ya que no se ve que podamos hacer algo al respecto, o al menos no aún, puedes acostumbrarte a estar así. Yo ya me acostumbre" – volvió a sonreír, su madre era muy optimista, demasiado a veces.
–"…" – soltando un suspiro en señal de resignación, no tuvo más que continuar preparándose para la escuela. Su mamá era muy optimista y muy buena gente pero no dejaría que faltara a la escuela si no era por una grave enfermedad.
[De regreso al presente…]
–"¡Kaa..geeyama!" – la voz chillona que casi siempre lo sacaba de sus cabales, ahora lo saco de sus pensamientos. ¿Por qué ahora?)No pensaba responder estaba más que consciente que su voz no era tan grave como normalmente lo era. – "¡Oye! ¿Por qué faltaste a la práctica de la mañana?" – Kageyama miraba hacia el piso, tampoco quería levantar su rostro, tenía la sensación que solo le bastaría una mirada a Hinata para darse cuenta. – "¡Oye! ¿Por qué no me contestas? ¿Estás enojado, o dormido? ¡Oye! ¡Kageyama!..." – el enano resultaba muy molestoso cuando se lo proponía.
– "No estoy dormido ni enojado…" – finalmente contesto tratando de fingir la voz más grave que podía. El pelinaranja se inclino sobre sus rodillas para observar mejor a su compañero.
–"Ah… ¿Estás enfermo o algo así? Tu voz suena extraña…" – el menor no dejaba de mover su cabeza buscando algún ángulo desde donde pudiera ver mejor el rostro de Kageyama.
–"A-algo así…" – su voz fingida no servía de mucho.
–"Ya veo… ¿Te sientes muy mal? Puedo llevarte a la enfermería, o ¿quieres ir al baño?" – el amable pelinaranja estaba muy preocupado por su amigo que escondía su rostro entre sus rodillas, según su experiencia eso le indicaba que le dolía el estómago, y como buen compañero de equipo lo atendería de la mejor manera que supiera.
–"No, estoy bien…" – no dejando muy convencido a Hinata, este quiso levantar por el brazo a Kageyama.
–"¡Vamos! Necesitas que la enfermera te vea, no te ves muy bien…" – decía a la vez que jalaba lo más que podía a su amigo. El otro no queriendo pararse, dejo caer todo su peso para que no pudiera moverlo demasiado el menor. – "Agh… ¿por qué tienes que ser tan terco?... D-debes ir a que t-te vean… L-levantate… ¡Vamos estúpido Kageyama!" – y con eso termino la paciencia del más alto, que luchaba lo más que podía por no hablar ni dejar que el otro lo viera.
– "¡¿A quién le dijiste estúpido?! ¡Hinata idiota!" – arrebato su brazo del agarre del menor del enojo Demonios… pensó al darse cuenta de lo que había hecho, ahora Hinata lo veía directamente a los ojos.
–"T-te ves extraño Kageyama… y también te escuchas extraño…" – soltó el chico al observar asombrado de pies a cabeza a su compañero. El otro no pudo moverse aunque su cabeza le decía que huir de ahí era lo más sabio. – "Acaso… ¡ERES UNA CHICA!" – gritó sobresaltado señalando al mayor.
–"N-…yo…q-…" – balbuceó Kageyama, no pudo formular palabra alguna. Hinata simplemente le dedicó una mirada de comprensión, cosa que no entendió el más alto.
–"No te preocupes, no le diré nada a nadie pero… debes de hacer algo con eso…" – le dijo señalando su pecho. – "De alguna manera siento que perdí contra ti, otra vez…" – murmuró; el más grande seguía sin entender la extraña actitud comprensiva de su amigo, pero ¿su pecho?, ¿qué tenía su pecho?
–"¿Qué hay con mi pecho?" – pregunto sin darle tantas vueltas al asunto provocando que su amigo se sonrojara.
–"Pues…d-digamos que… l-lo t-tienes a-algo grande…" – respondió sin mirarlo a los ojos.
–"¿Grande?" – la verdad no se había fijado mucho en ese pequeño detalle, pero debía reconocer que le quedaba algo apretado el sostén que le había prestado su madre. Volviendo su atención a Hinata, noto que sus mejillas estaban coloreadas de rojo, provocándole un cosquilleo en su estomago al reconocer el tipo de expresión que traía.
–"P-pero ¡no lo está demasiado!..." – dijo aclarando su garganta – "Aunque más grande que como yo lo tenía, si esta…" – murmuró el chico.
–"¿Qué?" – el pelinegro no alcanzo a escuchar muy bien la última frase.
–"Nada" – le dedicó una sonrisa simpática. – "Pero en verdad, si piensas seguir usando el uniforme masculino, deberías hacer algo para esconderlo, o ¿quieres tratar con el femenino?" – pregunto en tono burlón.
–"¿Qué?!" – espetó algo molesto de la sugerencia de Hinata – "¿Por qué usaría el femenino?" – lo había tomado del cuello de su polera del enojo, el menor solo se encogió un poco.
–"N-no te alteres, s-solo decía…" – el mayor lo soltó, tal vez no fuese tan mala idea pensaba el chico así nadie pensaría que fuese él…solo tendría que encargarse del apellido – "Le pediré consejos a una amiga ¿te parece? Ella puede saber que hacer…" – interrumpiendo sus pensamientos Hinata le sugirió algo que tampoco sonaba tan mal.
–"¿Y ella que puede saber?" – aún así no le convencía del todo.
–"Pues sabe más que nosotros, en definitiva…" – siguió sonriendo el más chico – "Si no quieres que ella te vea, yo le preguntaré y te diré lo que me dijo" – empezó a moverse de un lado a otro, el pequeño se veía muy cómodo hablando del tema.
–"Humm… bien, pero no te atrevas a mencionarle algo de mí" – amenazó ya convencido.
–"Seguro, cuenta conmigo" – le hizo una seña de confianza con su mano.
-oooo-
Estúpido, estúpido, estúpido, estúpido Hinata… dijo que me ayudaría, pero esto no es ayudar o ¿sí? Llevaba más de dos horas contemplando la ropa que le había conseguido la carnada de Karasuno con ayuda de su amiga. Después de su increíble victoria al no ser descubiertos por los demás miembros de Karasuno ambos habían quedado de verse en una hora más en la plaza comercial para conseguir lo que una chica necesitaba, después de muchos sonrojos y conversaciones embarazosas había conseguido hacer una lista de lo que necesitaría hasta que su condición cambiara. Tal vez no le molestaba tanto la ropa que Hinata le había traído, tal vez le molestaba más la sensación que tenía de que Hinata parecía disfrutar verlo así. Dio nuevamente otro vistazo a la ropa que estaba en su cama... ¿No es algo corta?... Agh… ¿desde cuándo me importa lo que traiga puesto?!… finalmente razono el chico, tomando bruscamente la ropa para cambiarse.
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Típico de Hinata, estaba tarde. Casi serían los 45 minutos desde que Kageyama había llegado al lugar acordado. ¿Cómo pueden las chicas estar cómodas con estas cosas? no podía más que pensar en eso al ver su reflejo una y otra vez en el vidrio del local donde habían quedado de verse; su atuendo consistía en unos shorts de mezclilla, una playera holgada color negro, una sudadera con gorro color azul y unos tenis de bota también de color azul. Debía aceptar que la amiga de Hinata tenía buen gusto en la ropa, pero no dejaba de pensar en lo cortos que estaban los shorts. Ahora me parezco a mis compañeras de clase...
Ese idiota… ¿cuánto más piensa tardar?... Seguía pasando el tiempo y no había señales de Hinata. Seguramente se había quedado dormido, era domingo; o estaba en el baño, era común que se enfermara del estómago. Sea cual fuere la causa de su enorme retraso, Kageyama no iba a esperarlo todo el día, o al menos no en el mismo lugar, sus piernas empezaban a entumirse de quedarse parado en un solo lugar. Decidió caminar por los alrededores hasta que viera a su enano amigo.
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–"¿Por qué eres tan malo Iwa-chan? Solo tenemos que ir hasta ahí para comprarlas, no es muy lejos" – el joven de cabello color chocolate le resultaba muy molesto a su amigo, quien estaba reposando en una banca del centro de la plaza comercial. – "Vamos~" – volvió a suplicar el chico.
–"Si tanto quieres ir, ve tú solo. Ya te acompañe a trotar en la mañana, ahora quiero descansar" – espeto Iwaizumi, acomodándose en la banca mientras secaba el sudor de su frente.
–"Eres muy malo Iwa-chan, es por eso que las chicas no te quieren" – alcanzo a decir antes de recibir un puñetazo en la boca del estómago por su amigo, provocándole un chillido de dolor.
–"¡Cállate estúpido Oikawa! Las chicas no son molestas como tú, a ellas obviamente les diría que sí" – volvió a espetar al ver los pucheros que hacía su mejor amigo. – "Ah, no se te olvide traerme una crepa de chocolate" – finalizó el chico antes de regresar a su relajación.
–"Hmph, ¿quién dijo que te compraría una?" – murmuró Oikawa dando media vuelta para ir por su antojo.
Y, como se esperaba de alguien como Oikawa, mientras se acercaba al local donde compraría las crepas, no había chica alguna que no se viera atraída por la sobresaliente apariencia del chico. Su físico era muy atractivo aunado a las veces que había salido en la televisión local, hacía que su fama todavía creciera más, captando la atención no solo de las adolescentes si no también la de las chicas un poco más maduras. Cada trayecto que hacía tenía sus paradas continuas, ya sea para que las chicas consiguieran su autógrafo, una foto o le dieran un regalo; debía reconocerse la gran paciencia que les mostraba a todas ellas.
Pero en esta ocasión, lo que más le importaba no era quedar bien con sus fans, él quería conseguir su deliciosa crepa que le venía rondando la mente desde que se había despertado en la mañana. Apuró lo más que pudo el tiempo que lo retuvieron las chicas, aunque el número de ellas no disminuía al contrario, parecía que aumentaba, entonces decidió tomar una ruta menos transitada.
Y vaya que era la menos transitada, casi no había gente caminando solo uno que otro niño con sus padres, unas cuantas parejas de ancianos y muy pocas personas que se veían como de su edad. Ahora, ¿para donde se supone que debo de ir para encontrar la tienda de crepas? Se había desorientado un poco después de su escape. Miraba de un lado a otro para hallar una tienda que conociera e increíblemente, en la parte donde se encontraba jamás había estado. Entonces vio algo que captó de inmediato su atención.
Una chica que, para ser japonesa, era muy alta – o tal vez era mitad extranjera – iba caminando de lo más tranquila por la calle, volteando a ver cada tienda y local que estaba a lo largo del camino. Pero no solo capto su atención el hecho de que era muy alta, se podría decir que lo principal fueron sus piernas. ¡Que par de piernas!~… pensó de inmediato. Y como el buen conquistador de mujeres que era, se acerco a saludar.
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–"Hola~" – escucho por detrás, esa voz que lo hacía sentir incómodo y muy tenso. – "¿Eres de por aquí?" – al ver que – desafortunadamente – se dirigía a él, no tuvo más que voltear, para encontrarse con la cara que menos quería ver, más si ahora tenía esa apariencia.
–"¿Qué es lo que quieres?" – típica respuesta brusca de Kageyama.
–"Ouch~ veo que no te agradan lo extraños, solo quería entablar una conversación contigo" – le sorprendió la respuesta de la chica, casi todas le hablaban lo más amigable que podían.
–"Yo no" – espeto antes de girar bruscamente para continuar caminando.
–"Heh~ vamos, no seas así. Solo estoy siendo amable, por cierto me llamo Oikawa Tooru" – continuo hablando el mayor al seguir caminando detrás de Tobio.
–"Ya sé quién eres" – era casi inevitable ignorar al armador de Aobajousai aun si esa era la intención.
–"¿Enserio? Entonces, ¿por qué no quieres hablar conmigo?" – basado en su experiencia, si las personas lo conocían con más razón querían tener al menos una conversación con él, no había nadie que lo evitara de esa manera, ni siquiera Iwa-chan a pesar de sus continuas golpizas, solo conocía a una persona que podría llegar a tratarlo así…
–"Precisamente por eso, no quiero hablar contigo" – contesto el pelinegro, agradeciendo internamente que su senpai de la escuela media no lo hubiera identificado, rezaba por que siguiera así y se alejara lo más pronto posible. Pero el mayor no se daría por vencido tan fácilmente.
–"Heh~ bueno, tal vez eso sea porque no me conoces bien del todo" – empezó a caminar junto a la 'chica', llevando su mismo ritmo. Kageyama no respondió nada más, decidió seguir ignorándolo hasta que se alejara razonando que pasaría lo mismo que con un cachorro cuando te empieza a seguir, al final se cansaría y se iría, Gran error. – "¿No piensas contestar?... y ¿si te comprara algo de comer lo aceptarías?" – sugirió sin olvidar su objetivo.
-Grrr…- el sonido de su estómago se escuchó después de la pregunta. Pero que conveniente… pensó Kageyama, no había desayunado, tal vez… ¡No! Si pensaba comprar algo de comer, sería solo él y nadie más, exceptuando al desaparecido de Hinata, que ahora sí, rogaba por su presencia. Su mente todavía seguiría controlando su cuerpo, no su estómago. Ni que fuera Hinata...
–"Oh~ vamos Tsundere-chan… no tiene nada de malo que me aceptes una invitación a comer crepas dulces" – ¿Tsundere-chan?!... ¿Qué con eso?! No tenía derecho a ponerle apodos, además ¿Qué rayos es tsundere?! Aunque, desde que había escuchado la palabra crepas, su estómago no dejaba de gruñir haciendo que su mente cediera poco a poco a imágenes de crepas dulces. Rayos… En verdad lamentaba no haber desayunado correctamente.
–"Bien… solo por esta vez" – hablo finalmente. El hambre era muy poderosa.
–"¿Enserio?~ ¡Genial! Vamos entonces Tsundere-chan~" – Oikawa ya había tomado la mano de Kageyama antes que pudiese replicar algo.
–"No me llames Tsundere-chan" – murmuro el menor, captando la atención del joven de cabello chocolate.
–"Bien, pero debes decirme tu nombre" – le sonrió de forma coqueta, provocando escalofríos en la espalda del menor, el recibir el tipo de sonrisa que le dedicaba a las chicas, le producía un sentimiento desagradable.
–"K-…" – no sabía que responder, instintivamente iba a responder su verdadero nombre pero se detuvo antes de formular una palabra. No se había preparado para esto, más bien no estaba preparado para nada, nadie a excepción de Hinata sabía de su cambio.
–"¿K…?" – al no haber respuesta de la chica a la cual sujetaba su mano, le dedico una sonrisa más coqueta y simpática que la anterior En verdad debe ser o muy tímida o muy tsundere… Que linda~… – "Si no piensas responderme, seguiré llamándote Tsundere-chan" – provocarla o presionarla era buena idea en cabeza de Oikawa.
No hubo respuesta, Kageyama seguía repasando posibilidades de nombres y apellidos en su cabeza. Oikawa detuvo su marcha, la chica se veía muy distraída. En verdad es linda… mientras el menor repasaba su mente, el joven atractivo se dedicaba a analizar el rostro de su acompañante, sin olvidar mirar de reojo una que otra vez sus largas y torneadas piernas Heh~ Tal vez practique algún deporte… pero… su cara… me recuerda a alguien…
–"Kageyama…" – su cabeza no daba para mucho, se rindió en la búsqueda de apellidos.
–"¿P-perdón?" – al escuchar ese nombre, su reacción fue soltar de inmediato la mano de la chica. – "¿Te apellidas Kageyama?!" – no podía ser hermana de ese tipo, era como de su edad A menos que tuviese una melliza… no, no, no eso no es posible… el mayor estaba muy confundido y algo alterado.
–"Mi nombre es Kageyama Kamiko(*)…" – fue el primer nombre que se le vino a la mente. – "¿Por qué? ¿Tienes algún problema con que me llame Kageyama?" – esa podía ser una oportunidad de escapar de las garras de ese tipo, y al parecer estaba confirmado por la expresión de espanto y disgusto que cargaba el mayor.
–"N-no… es que, tienes el mismo apellido que mi kouhai de la escuela media…" – poco a poco su personalidad coqueta iba desapareciendo. Ahora era el menor quien disfrutaba la ocasión.
–"Hablas de Tobio" – el solo oír su nombre hizo que le saltara la vena en la frente.
–"Sí…" – balbuceo el mayor – "Seguramente escuchaste de mí por él" – continuo Oikawa.
–"Sí" – asintió y al no ver ya la molesta fuerza de voluntad de su superior de cargar con él hasta el local de crepas, decidió irse. – "Me retiro, adiós" – eso confundió al más alto.
–"¿Te vas? ¿Por qué?" – estaba claro que la chica era pariente de su inútilmente lindo kouhai, pero nunca se imagino conocer a una chica que reaccionara así.
–"No se ve que te lleves bien con mi… s-sobrino…" – Tal vez hubiese sonado mejor primo... pausó por un segundo antes de continuar – "Entonces, creo que no sería de tu agrado convivir conmigo…" – desde cuando se había vuelto tan hablador en presencia de Oikawa, a lo mejor su cambio de sexo también había influido en su personalidad.
–"¿Quién te dijo que supusieras eso?" – el tono de Oikawa se había vuelto más serio, alertando al menor. – "Tú no eres Tobio, no soy tan infantil como para actuar de esa manera. Te invite porque quería estar contigo, y eso no va a cambiar solo porque ahora sé cuál es tu nombre" – sonaba a guión de película romántica en mente de Kageyama, igual no respondió nada y se dejo llevar nuevamente por el mayor. En definitiva algo estaba mal con él.
–"Por cierto, ¿sobrino? ¿No estás algo joven para ser tía de él?" – el trayecto no sería silencioso, debía haber una conversación.
–"Soy… la hermana más chica de su padre…" – respondió.
–"Ya veo… ¿puedo llamarte Kamiko-chan?~" – los flirteos no acabarían.
–"No" – espeto molesto.
–"Hahaha~ no se nota que eres familiar de Tobio" – río Oikawa enojando más al menor, quien solo soltó un fuerte suspiro que parecía más bufido. La chica era interesante, y no solo por sus atractivas piernas, su personalidad era única a ojos del más grande.
-oooo-
–"Gracias" – era momento de despedirse.(¡Gracias a Dios! pensó Kageyama. Quien no pudo disfrutar como debía su crepa dulce, el solo tener la presencia de Oikawa al lado era muy incómodo, más si tenía que pensar en respuestas a sus estúpidas y embarazosas preguntas.
–"Gracias a ti Kami-chan por acompañarme, disfrute mucho tu compañía. Espero y podamos vernos otra vez" – Oikawa no se iría sin conseguir el número de la chica. – "¿Puedes darme tu número de teléfono?" – pregunto directamente.
–"No tengo celular" – mintió, en parte.
–"Heh~ no puede ser. ¿Cómo me comunicare contigo?" – los pucheros caprichosos comenzaron ¿Cómo tolera esto Iwaizumi?... A lo mejor por eso lo golpea a cada rato… pensó al ver sus burdos intentos por comportarse tierno. (N/A: Burdos para él, hay que reconocer que si fueran dirigidos hacia nosotros, nos estaríamos derritiendo…).
–"Puedes comunicarte por el celular de Tobio" – era extraño hablar en tercera persona de sí mismo. No, lo extraño era que había cedido ante los pucheros de Oikawa.
Esa idea no le agradaba mucho al mayor, pero estaba dispuesto a arriesgarse por seguir comunicado con la chica. Supongo que le preguntare a Iwa-chan por el número de Tobio… rezongó en su adentros. – "Bien, entonces por favor quédate pendiente de mi llamada, nos vemos Kami-chan~" – y con eso el extraño encuentro con Oikawa finalizo.
Si había algún sentido en todo lo que le había ocurrido últimamente, no creía que fuese a encontrarlo. De lo que si estaba seguro era que ahorcaría a Hinata cuando lo viera, era su culpa que terminara con Oikawa. Pero porque estaba tan enfadado de pasar tiempo con su superior, era más que claro que lo respetaba como oponente, tenía una increíble y atemorizante habilidad de sacar el máximo potencial de sus compañeros de equipo, a parte de su gran inteligencia y astucia. Podía aprender más de él si aprovechaba esa oportunidad. ¿Desde cuando alabo tanto al tipo?... Sería que estaba molesto porque no le trato tan despectivamente como siempre lo hace, o era porque después de todo, muy en su interior, deseaba ser tratado de buena manera por él, no solo que lo reconociera como un rival o un genio, sino como una persona normal e incluso un compañero en la misma batalla.
No, estaba pensando demasiado las cosas. Ya vería como se desharía del molesto Casanova, lo que más quería en ese momento era llegar a su casa para descansar, pasar el rato con Oikawa le había resultado muy agotador.
-oooo-
–"Eres un idiota" –.
–"Oh~ deberías de alabarme en vez de insultarme Iwa-chan, no todos los días encuentras a una linda y atractiva chica, alta, que sobresalga y que tenga bonitas piernas" – llevaba alardeando un buen rato de su asombroso descubrimiento.
–"Siempre dices que has encontrado a la mejor y única chica, y al final ella te bota" – le contesto su mejor amigo, el cual no tenía pelos en lengua cuando hablaba.
–"¡Eso es tabú! Te dije que no hablaras ni insinuaras nada de mis ex Iwa-chan" – reclama el más alto.
–"Como sea, eres un idiota porque al final no me trajiste nada para comer" – vuelve a golpearlo en el brazo, su enojo no se iría tan fácil si tenía hambre. – "Necesito comer algo, vamos por unas hamburguesas" – se sobó el estómago el chico.
–"Vale… ¿quieres saber porque Kami-chan es tan interesante?" – la emoción aún no se le iba a Oikawa.
–"No" – respondió su amigo.
–"¿Eh?~ Tu deber como mejor amigo de la infancia es escucharme" – volvía a reclamar el mayor, y al no ver reacción de su amigo siguió hablando – "La mejor parte es su nombre, se llama Kageyama Kamiko" – eso paró en seco a Iwaizumi, ya se había hecho una idea de lo que terminaría haciendo el imbécil e inmaduro de su amigo.
–"Kageyama, ¿huh?... Solo, no hagas nada estúpido…" – advirtió antes de continuar caminando.
–"Me ofendes Iwa-chan, yo nunca he hecho nada estúpid–…Auch!" – esta vez recibió un golpe en la nuca.
Lo que imaginaba Iwaizumi no estaba muy alejado de la realidad, teniendo en cuenta la personalidad de Oikawa y conociendo ese pequeñísimo detalle acerca de la chica, el motivo para acercarse a ella no era del todo puro, existía un motivo oculto que tarde o temprano se revelaría, él solo tenía que esperar. Ya vería cuál sería su papel a desempeñar, sea de buen amigo que apoyaba los intereses y desánimos de Tooru, o el buen amigo que le propinaba buenas palizas por ser un imbécil.
Mientras tanto en cabeza de Oikawa se formulaba un astuto plan para revelar algún secreto o debilidad del equipo de Karasuno o mejor aún de su inútilmente lindo kouhai. No hubiera pensado en una manera tan "fácil" – entre comillas por que la chica se parecía a Tobio – y cómoda de conseguir información, cómoda porque la chica que le serviría de informante era atractiva. Lindas piernas~…
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[Residencia Hinata…]
–"Shouyo, ¿no ibas a salir a algún lado?" – la voz de la Sra. Hinata se escuchó desde la cocina.
–"No, ¿por qué?" – el pequeño cuervo se encontraba muy entretenido viendo las películas de su saga favorita.
–"Kageyama-kun acaba de enviarte un mensaje" – su madre era libre de checar el celular de Hinata, más si este lo olvidaba por todos lados.
(¿Kageyama?... ¿Por qu–... ¡HAH!) – "¡Pásamelo!" – el chico recordó muy tarde el compromiso que había hecho con su compañero armador, tendría que arriesgarse a las terribles consecuencias de no cumplirle a Kageyama.
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[Residencia Kageyama…]
Ese imbécil… ¡¿por qué no contesta?!... Iban más de 15 mensajes y Hinata no contestaba. ¡¿Qué demonios está haciendo?!... Necesitaba saber el porqué lo había dejado plantado, aparte de que necesitaba alguien con quien desahogar su frustración. Esto no le gustaba, para nada, estaba cambiando pero no como él pensaba que cambiaría; su nuevo género la causaba muchos problemas.
[Continuará…]
(*)Nota: Kamiko significa "Niña superior"; lo escogí por que va de acorde con la personalidad y habilidad de Kageyama.
Espero que les haya gustado esta primera parte y agradezco que lo lean.
o(^u^)o
