Aclaración 1: ni La leyenda del Caballero Sol (novelas y manha) ni sus personajes me pertenecen, blabla, cosas que todos sabemos, blabla.
Aclaración 2: sobre la Leyenda del Caballero Sol he leído unas cuantas versiones, tanto en inglés como en castellano, y a parte de pequeñas diferencias en los nombres de los personajes me he encontrado con una gran diferencia: dependiendo del grupo tenemos o bien un Dios o bien una Diosa de la Luz. Como no sé chino, no tengo ni idea de si se trata de una divinidad masculina, de una femenina o si su trastorno de personalidad también es sexual. Así que para mí, me quedo con la versión de que es una Diosa, porque me gusta más.
Todo el Continente Sabe
1. Piruletas
En este mundo donde los dioses existen, todo el mundo sabe que las religiones se inventaron para que pudieran rivalizar entre ellos. Y todo el mundo en este continente sabe que una de las religiones más conocidas y antiguas es la de la Diosa de la Luz.
Como todo el continente sabe la Iglesia de la Diosa de la Luz se divide en el Templo Sagrado y en el Salón de la Luz. Y como todo el continente sabe, el Templo Sagrado es la fuerza armada de la Iglesia de la Diosa de la Luz, cuyos Caballeros Santos se encargan de mantener la paz y el orden entre los hijos de la Diosa. Y como todo el continente sabe, los caballeros de esta iglesia están comandados por doce Capitanes Caballeros Santos, cada uno con una personalidad y características únicas y definitorias, que se han ido pasando de generación en generación desde los primeros Caballeros Santos. Y de eso hace ya treinta y ocho generaciones.
Como todo el continente sabe, el líder del Templo Sagrado y de los Caballeros Santos, además de portavoz de la Diosa de la Luz, es el Caballero Sol.
Todo el continente sabe muchas cosas sobre el Caballero Sol: es un hombre apuesto, de cabellos dorados, ojos azul cielo, piel blanca, deslumbrante sonrisa, es benevolente a más no poder, elegante y, en una palabra, perfecto.
Pero no todo el continente sabe todo sobre este Caballero Sol. Y estas personas, que conocen cosas sobre el Caballero Sol que no todo el continente sabe, se sienten orgullosas de este conocimiento y lo guardan con orgullo.
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Era una tarde soleada y tranquila en un barrio acomodado de la Ciudad Capullo de Hoja.
A pesar de no pertenecer al barrio más exclusivo se enorgullecía de poseer la mejor tienda de dulces y golosinas de la ciudad. Cada día acudían hasta su establecimiento madres con sus hijos, criados para comprar dulces a sus jóvenes amos, muchachos que querían agasajar a sus enamoradas, incluso caballeros y sacerdotisas acudían por sus dulces. Sí, se sentía orgulloso.
El sonido de las campanillas indicó que un nuevo cliente había llegado.
-Bienvenido.- Saludó.
El recién llegado no dijo nada, simplemente devolvió el saludo con un gesto de la mano y se colocó tras los clientes que había antes que él, esperando su turno.
Los otros clientes lanzaban miradas recelosas. Y no era de extrañar. Llevaba una capa gris que le cubría todo el cuerpo y la capucha tan baja que le ocultaba el rostro.
El dueño sonrió para sí mismo. Aunque ocultara su identidad le reconoció de inmediato. Llevaba años acudiendo a su establecimiento. Era uno de sus mejores clientes. Aún recorvaba el día que pudo vislumbrar brevemente su rostro oculto por la capucha. Y los recelos que le causaba el, hasta entonces, misterioso cliente, desaparecieron. Ya que todo el continente sabía quien era él.
-Gracias por esperar, ¿qué desea?- preguntó fingiendo que no lo reconocía.
-Deme la piruleta de fresa más grande que tenga.- respondió la voz de un hombre joven.
-Será una moneda de plata.
El encapuchado pagó, inclinó la cabeza a modo de despedida y se marchó.
-Gracias por su visita- le despidió sonriendo.
Cuando hubo salido de la tienda, el dueño dejó escapar un suspiro de alivio.
Que nadie lo malinterprete. Para él era un orgullo tener a esa persona como cliente. Pero le ponía nervioso tener que tratar con él. Ya que, como todo el continente sabe, su forma de hablar puede ser… uhm… algo rebuscada ya que sólo elogios hacia la Diosa de la Luz salen de su boca. Por eso, cuando se marchaba se sentía aliviado. Y agradecido con esa persona por el enorme esfuerzo que hacía siempre por hablarle de una manera simple y sencilla para que él, simple ciudadano, pudiera entenderle. Y también se sentía honrado de que tal ilustre personaje eligiera su establecimiento. Pero, sobre todo, se sentía orgulloso de conocer algo que no todo el continente sabe: al Caballero Sol le encantan las piruletas de fresa.
Piruletas. Fin.
¡Hola otra vez! Aquí volvemos para llenar un poco el fandom con la segunda historia de LSK en castellano (aplausos de fondo). Serán unos cuantos capítulos cortos. Lo que aún no sé ni cuántos serán ni cuándo estarán, ya que aún están en proceso de producción.
Ahora, unas palabras de Sol:
-Alabada sea la Diosa de la Luz que me ha concedido la dicha de poder conocer a estas queridas hermanas. Espero que la benevolente Diosa de la Luz nos permita volvernos a reunir en hermandad para dedicar palabras de alabanza en su honor. (Muchas gracias a chicaalterego, Shiro, KuwaNeko, Nekolandia, Sirae y Rina por vuestros comentarios en "La maldición de la Bella Durmiente". Sinceramente, pensaba que no recibiría ninguno. Chicas, vosotras sois la prueba de que hay lectores en español).
Nos vemos en el siguiente
