Estaba en clase sentada al lado de mi mejor amiga, hablando de nuestra serie anime favorita, One Piece. No nos interesaban los ríos de Sudamérica ni las selvas ni nada, lo único que nos importaba ahora mismo era decidir que personaje de One Piece era el mejor.

-Trafalgar Law- decía ella.

-Luffy- decía yo.

-Sanji, definitivamente el mejor es Sanji- dijo Mary, convencida- ¿a quién no le gusta un cocinero mujeriego?

Reí.

-Tienes razón, Sanji es genial, pero el mejor, sin duda, es Shanks- repuse yo.

Ella arrugó el ceño

-Pero si es mayor…

La fulmine con la mirada

-¡Calla! Es el mejor personaje del mundo, a ver, es un Yonkou, estuvo en la tripulación de Roger, tiene tres cicatrices en el ojo izquierdo que le quedan de muerte, es el único pelirrojo de la serie y es sexy, sacrifica su brazo por Luffy y…

-Vale, vale- dice ella- lo he pillado. Pero aún así, el mejor es Sanji.

-Jajajajaja, si si, lo que digas.

Nos perdimos un momento en nuestros pensamientos hasta que ella dijo.

-¿No sería genial ir al mundo de One Piece?

Le miré como si se hubiese vuelto loca de repente.

-Oh vamos, no me mires así- dijo levantando las manos en pose defensiva- tu también piensas que sería genial, me refiero, no hay clases, ni madres estresantes, ni deberes, ni quehaceres, todo son aventuras, fiestas, piratas y… Chicos guapos- me guiñó un ojo.

Asentí

-La verdad es que sí, daría cualquier cosa por ir al mundo de One Piece- y añadí- pero si tuviese que elegir, iría a cuando Shanks y Buggy estaban en el barco de el Rey de los Piratas.

-¿Pues?- me preguntó ella

-Porque en esa época Shanks tenía quince años y estaba buenísimo- dije pícaramente- y luego está el hecho de que conocería a Roger, Rayleigh, Crocus etc.

-Sí, sería genial…

Sonó la campana que indicaba que las clases se habían acabado por hoy. Todos nos levantamos de nuestras respectivas mesas y recogimos nuestras mochilas y abrigos.

Me despedí de mis amigas con la mano y una sonrisa y salí por la puerta con Mary a mi lado; empezamos a hablar sobre lo aburrido que habían sido hoy las clases y ella volvió a repetir lo mucho que le gustaría ir al mundo de O.P., en lo que no le pude dar menos que la razón , de nuevo.

Caminamos unos quince minutos juntas hasta que nos tuvimos que separar para ir a nuestras casas.

-Bueno, Anne , nos vemos mañana- dijo lléndose ya hacia su casa.

-Sí, adiós- dije dándome la vuelta.

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Saqué las llaves de mi mochila y abrí el portal, subí las escaleras a paso de caracol reumático y abrí la puerta de mi casa.

-Ya estoy aquí- dije al entrar. Como vi que nadie me respondía pregunte- ¿Mamá? ¿Papá? ¿Emily?

Fui a la cocina a ver si estaban ahí y me fijé en que había una nota pegada a la puerta de cristal.

Anne, hemos tenido que llevar a Emily

al médico. No creo que lleguemos hasta

tarde así que baja a por pan y cena lo

que quieras, tienes pasta en la nevera

si quieres.

Mamá.

Suspiré. Emily, mi hermana pequeña, tenía gripe desde hace unos días y estaba realmente mal.

Cogí dinero de mi hucha, el móvil y las llaves . Abrí la puerta, la cerré con llave y bajé las escaleras. Al estar por la mitad de las escaleras sentí como un hormigueo en el estómago, la vista se me nubló y las piernas me fallaron. Luego, todo se volvió negro y una sensación de caer desde mil metros de altura.