"Perdona te he agarrado ropa prestada, gracias por lo de anoche levi"
-E

– Con que "E" – Una sonrisa suave se planto en el rostro pálido de aquel hombre, que sujetaba con una mano aquella nota, viendo la suave escritura sobre esta, dejo la nota en donde se hallaba antes; sobre la mesa de noche.

–Vaya forma de levantarme – siseó mientras tallaba su frente un poco. Después de haberse despertado mejor, solo por costumbre se estiro un poco para relajar sus músculos, pues la verdad había dormido muy bien la noche anterior acompañado de aquella torpe morena. Con aun la suave sonrisa en su cara, vio el lado opuesto de su cama, vacía pero aun podía recordar a esa chica plana acostada a su lado.

Observo mejor su cuarto, notando que no estaba su ropa regada por el piso, dándose cuenta que la chica había recogido las ropas y además le dejo un cambia de ropa sobre el capitane* frente a los pies de su cama.

–No es tan torpe como pensé…eh? – Decidió por fin levantarse y dirigirse a su baño para quitarse el sudor de anoche, aun que la verdad estaba dudando, pues el aroma dulce de aquella castaña le había penetrado con gusto las fosas nasales, no era un olor hostigoso, si no uno ligeramente suave y delicioso. Al meterse a la bañera simplemente dejo que el agua caliente relajara sus músculos mientras los recuerdos de su encuentro con la morena llegaban a su mente.

–Tsk… Maldita cuatro ojos de mierda, a esta edad y todavía haciendo una fiesta de disfraces…– Dijo con el seño fruncido aquel azabache mientras bajaba de su Ferrari spider negro y a paso lento camino hacia la entrada, pues no estaba muy emocionado de estar en esa fiesta de disfraces, ni siquiera había puesto mucho empeño en su disfrazas, solo un antifaz bastaba.

Al llegar a la entrada se sorprendió un poco debido a que de esa loca se esperaría de todo, pero enserio, ¿unos hombres en sancos con trajes de titanes? Y aparte, ¿unas personas colgadas de cables en sus caderas andando alrededor de estos? Carajo, ¡solo faltaba mesas de titanes!

Vio como la gente a su alrededor veía el "espectáculo", suspiro algo pesado, pues ¿Por qué se visten tan extravagantes y ostentosos? ¿Acaso había un jodido premio al vestido mas adornado, al que se pareciera a una piñata o algo? Decidió dejar el regalo en; por supuesto, una boca de titan abierta, ¡y su lengua era la mesa! Pobre moblit, sí que amaba a esa loca castaña como para complacerla en sus caprichos.

Estuvo un rato observando la elegancia de los movimientos de algunas de las personas suspendidas en el aire, hasta que la música empezó a subir de tono, y eso le estaba molestando, Camino un poco hasta que llego a un balcón para su suerte vació, en donde podría fumar a gusto, mientras esperaba encontrar a hanji para poder irse al fin de la fiesta, ya que sabía que si esa mujer no lo veía en el salón, no lo dejaría de molestar por un buen rato, ni aun que él la pateara mil veces. Se acerco al barandal y recargo sus codos en este al comprobar que estuviera limpio, saco su cigarro del interior de su chaqueta y lo prendió con cuidado de que no se apagara el fuego con el viento frió de la noche. Mientras saboreaba el amargo sabor en su boca, podía escuchar la canción que había empezado justo cuando había llegado al balcón, pero noto que se escucho un poco más, como si hubieran abierto la puerta.

– ¿Podría apagar su cigarro? –

– eh? – Volteo viendo frente a él la razón de porque la música fuera más audible, una chica demasiado plana, pero con un cuerpo hermoso, tenía una cintura delgada calculaba que fácilmente con un brazo podría rodear esa cintura y una cadera simplemente hermosa, ese vestido color verde sí que quedaba perfecto en ese cuerpo. La castaña se empezó a acercar poco a poco, titubeando un poco en sus pasos como si fuera su primera vez en tacones, noto que tenía un pelo muy corto, claro no tanto como el suyo, y con rasgos faciales algo gruesos, por sus cejas, pero lo que eran su nariz y esos labios ligeramente carnosos le daba un aire natural y elegante, pero lo mejor de aquella chica, eran esos ojos que podría notar a través de la máscara que usaba y gracias que la luz de la luna le dio por fin en la cara, noto el color de esos ojos, aun que siendo sincero al principio pensó que eran color esmeralda, pero al ser puestos a la luz se podía notar un color dorado, brillante como la miel.

Al tenerla a unos pasos de distancia, movió un poco la cabeza recordando que ella había dicho algo peor no recordaba que era – ¿Qué me dijiste mocosa? – dijo serio, aun sosteniendo el cigarro en sus labios. La de piel ligeramente tostada simplemente se acerco un poco más, solo dios sabía si ese cuerpo movía así las caderas por costumbre o para seducirlo de alguna manera, bastante tenía ya con esos jodidos ojos tan hipnóticos. Al notar la cercanía que esta había tenido frunció un poco el seño, pero se sorprendió por lo siguiente que ocurrió.

– Te pregunte si podrías apagar tu cigarro – Respondió la castaña mientras pisaba con su zapatilla el cigarro que en un ágil movimiento había retirado de los labios del mayor – Es desagradable el olor…– aclaro mientras se alejaba un poco, soltando una risita pues el azabache se había quedado inmóvil en su lugar.

Cuando este reacciono, fue rápido a sujetar la muñeca de esta, y con un preciso movimiento, la jalo hacia a él, pegándola a su cuerpo – A cambio de haber apagado el cigarro sin mi permiso, bailaras conmigo la siguiente pieza, ¿no crees? – Dijo firme, decidido en que no quería dejar ir a aquella chica.

La morena rió un poco y contesto susurrando – no tengo de otra, ¿verdad? – alzo la vista viendo aquellos ojos grises que tenían ligeros toques de azul, eran muy hermosos, se quedo hipnotizada en ellos, pues jamás había visto unos ojos así; Se sintió tan pequeña, al verse reflejada en ellos, simplemente era algo extraordinario.

Al notarla tan perdida en sus ojos, el azabache aprovecho la oportunidad y sujeto firmemente su cintura con su mano izquierda, mientras con la derecha sujeto con cuidado la mano derecha de esta, notando lo suave que era esta, mejor dicho su piel. Empezó a bailar al compás de su propio ritmo, pues la música no era exactamente de vals, mientras bailaban noto como la contraria sujetaba firmemente a este para no caerse, además que era algo torpe con los pies, peor el sabia como hacer que se moviera a su ritmo, haciéndola sonreír, y el ganando de recompensa ver como la morena tenía una sonrisa más brillante que los diamantes. Cuando noto que estaba empezando a tambalearse un poco más, decidió solo moverse suavemente, conformándose con que sus cuerpos estuvieran juntos, y ganándose el tener la frente de la chica recargada en su hombro.

– Su aroma...

Hmmm?

–Tiene un aroma muy cálido señor… – Susurro la morena

- Levi

– ¿Qué?

– Mi nombre… es levi – Antes de que ella pudiera decir algo él le aclaro – Solo levi, no es necesario que agregues honoríficos… – noto como esta hacia un suave puchero, como siendo atrapada en una travesura inocente – ¿Cuál es tu nombre? –.

– Mi nombre es…–

Justo cuando estaba a punto de decir su nombre una fuerte risa se escucho en la entrada del balcón, rápido la castaña se separo de el cubriéndose la cara apenada, mientras el enojado por aquella intrusa, se acerco, sabiendo perfectamente quien era la única persona en el mundo con una estupidez tan alta como para interrumpir ese momento privado – ¡maldita loca! – siseó enojado.

– ¡Enano! No deberías enojarte con la cumpleañera – Respondió cantarinamente la intrusa.

–Pues no arruines…. – prefirió callarse y mejor cruzarse de brazos –deja de joder a los demás– Respondió serio, mirando fríamente a la chica.

– Ohhh~ pero te veías tan lindo, eras como un enano de blanca nieves bailando con su princesa~ – Hablo la castaña divertida, mientras el azabache planeaba las mil formas de matarla, pero justo antes de matarla, escucho como la puerta se cerraba y logro ver solo por un instante la espalda de su acompañante –mierda…– susurro mientras ignoraba a la arruinadora de momentos del año, y corría tras aquella hermosa chica.

– ¡Espera! – Grito antes de perderle completamente de vista por la multitud, apretó los puños frustrado y empezó a buscarla por todo el salón, no podía dejarla ir así, ni siquiera le había dicho su nombre. Tuvo que hacer algunas pausas en su búsqueda pues se topaba con amigos y personas del trabajo a las que se veía obligado a saludar.

Estaba perdiendo toda esperanza de encontrar a la castaña hasta que escucho a unas chicas hablar entre ellas y decir – ¡dios si se la estaban comiendo con los ojos! …esa chica ¿Cómo puede llamar la atención de todos en el bar? ¡¿Acaso no ven lo plana que esta?! – Con solo escuchar lo ultimo salió rápido en dirección al bar del salón, no podía creerse que aquella chica que le había pedido dejara de fumar estuviera tomando. Al llegar rápidamente la noto a lo lejos, estaba tomando de solo un trago un vaso de agua y detrás de ella noto con rapidez como unos mocosos no paraban de verla, mejor dicho su buen formada parte trasera y esas piernas; apretó los puños del enojo y se acerco a ella cubriéndola con su saco para alejar a esos perros de ella.

– ¿Qué haces aquí? tu ton…– No pudo terminar de hablar cuando la chica rodeo su cuello con sus brazos y empezó a dar besitos en su mejilla – ¿Qué rayos te ocurre? – susurro algo costoso, perdiendo toda la seriedad con la que le había hablado hace solo unos segundos. Vio serio al barman y le hizo una señal para que se acercara, cuando este estuvo junto a él le dijo serio, o lo mas que podía pues la chica no dejaba de darle besos en la mejilla y cuello – ¿le pusiste algo en su bebida? –.

El hombre desvió los ojos y después dijo bajo mientras se estiraba a recoger el vaso –me pagaron para entregar este vaso con agua a la dama…perdóneme–, levi solo negó con la cabeza en señal de que había entendido, tenía una tremendas ganas de preguntar quien había sido el desgraciado, pero no podía dejar a la chica sola, mientras el cometía un asesinato. A como pudo la acomodo y cargo de forma nupcial, salió con esta en sus brazos de la fiesta, llamo la atención de muchos, mentiría si no digiera que hasta un chico en sancos dejo de caminar para verlo.

Al llegar a su carro la acostó en el frente de su carro y abrió la puerta del copiloto, agradecía que en el camino del bar a su carro se quedado completamente dormida pues eso había sido de mucha ayuda. La volvió a cargar y la acomodo en el asiento, poniéndole el cinturón de seguridad para que no se moviera mucho, cerró la puerta y rápido se pasó a su lado, entrando y ya teniendo todo listo empezó a manejar camino a su casa, pues no tenia donde más llevarla, no sabía ni su nombre.

Paso un corto viaje en donde dentro del carro solo se escuchaba la suave respiración de la menor, gracias a que las calles estaban despejadas y vivía casi cerca del salón donde había sido el evento, llego antes de lo esperado a su casa, estaciono el carro en su cochera y cargo a la menor en su espalda, pues le seria mas practico que tenerla en sus brazos, abrió con algo de trabajo la puerta, pero ya después de esta todo había sido más fácil.

Subió con cuidado las escaleras procurando que no se cayera la chica, y la llevo a su cuarto pues era para él, el más limpio que tenia, no la dejaría dormir en un cuarto de bacterias donde podría enfermarse; aun que eso era imposible tratándose de su casa. Al estar en el interior de su cuarto la acostó en su cama y ya cuando la cubrió con las sabanas después de haberle quitado las zapatillas, decidió salir, pero fue detenido por el firme agarre de una mano hacia su camisa.

–No me dejes… por favor– susurro la castaña, al voltear a verla esta simplemente lo soltó y se hizo a un lado en la cama y alzo la colcha para que este pudiera meterse – Ven levi –.

Suspiro cansado, pero no se negó, se quito los zapatos y entro en la cama, viendo hacia el techo, cuando la castaña se puso sobre él, estaba aun borracha, se veía claramente en sus orejas rojas como la sangre – mocosa tonta…– dijo viendo con una expresión ligeramente enojada a la chica, pero solo era actuación pues no le molestaba para nada tenerla sobre él, aun que si el hecho de que no estaba en sus cinco sentidos.

– Levi – Susurro la chica mientras se agachaba y le desasía el nudo de la corbata, abriendo fácilmente la camisa del contrario, sacándosela del pantalón, mientras el azabache tenía una pelea mental si detenerla o dejar que siguiera pues la imagen y la sensación de sus pieles era simplemente exquisita. Cuando este tomo conciencia propia se dio cuenta que tanto su camisa, como corbata y cinturón estaban en el suelo, y el cierre de su pantalón abierto, con la chica dando caricias con su mano en su miembro, se estremeció ante la agradable sensación, sujeto de la nuca a la menor y junto sus labios, estos simplemente eran perfectos, compaginaban perfectamente, al lamer los dulces labios de la menor, esta abrió su boca de a poco, dejando que él mayor metiera la lengua, justo cuando levi estaba a punto de hacerle el mejor beso francés de su vida a la chica, el sabor a alcohol invadió sus papilas gustativas; se negó y separo con cuidado sus labios, bueno con casi cuidado, pues la chica le había lastimado un poco el labio al morderlo.

Dio la vuelta en la cama para así cambiar de posiciones y tener a la menor bajo de el – detente…. O lo lamentaras mañana –, la castaña negó con los ojos suavemente vidriosos y susurro – Tu eres el que lo lamentara…yo…soy ho…– antes de dejarla terminar la frase la beso suavemente y después le dio un beso cálido en la mejilla, cambiando la posición y simplemente dejarla acostada a su lado, pero aun la mantenía entre sus brazos, y le respondió – Jamás me arrepentiría de tener a tal diosa conmigo…me haz cautivado mocosa–, acaricio los cabellos de la menor y dejo que esta simplemente cayera dormida, para después el caer dormido profundamente a su lado.

Al salir del baño solo con una toalla rodeando su cintura y con otra alrededor de su cuello pues recientemente se había secado el pelo; se acerco al capitane frente a su cama y se cambio de ropa, arreglándose para el trabajo, al verse al espejo de cuerpo entero que tenia, puedo notar que esa chica sí que tenía un buen gusto, pues había agarrado uno de sus mejores trajes, camino hacia la mesita de noche y agarro sus cosas, colocándose su reloj y sujetando su celular.

Desbloqueo este y rápidamente marco un numero, solo esa persona podía ayudarlo a encontrar a esa chica, cuando al fin contesto la persona del otro lado de la línea dijo – Hanji…necesito que me ayudes a encontrar a una persona – Con tono de voz serio, dando a entender que no era un juego, mientras escuchaba a la loca al otro lado de la linea, saco del cajón su paquete de cigarros y encendedor, apretándolos un poco entre sus manos, para después botarlos a la basura, y viendo por su ventana aquel rallo de luz que apenas podía entrar entre las cortinas, solo hubo una cosa que pudo pensar y no le dejaría en paz " juro que te encontrare mocosa".