Legion Mate

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Las cartas resbalaron de sus manos, esparciéndose por el suelo.

Aichi comenzó a llorar con desesperación al ver que se quedaba sin resistencia para retener la semilla dentro de sí. Apretó con fuerzas su pecho y aun retorciéndose de dolor, entre-abrió sus azules ojos con dificultad.

— ¡Aichi!

El peliazul enfocó su mirada entre todas las lágrimas que se acumulaban y caían con rapidez por sus mejillas. Observó como Kai se acercaba corriendo. Quiso gritarle que se alejara — K-Kai... kun... — murmuró a penas, con la voz quebrada.
Enseguida sintió como aquel poder comenzaba a desalojar su cuerpo — P-por favor... No...

Los gritos del peliazul provocaron que a todos los presentes se les pusieran los pelos de punta y los invadiera una inmensa angustia, pues el menor parecía desgarrar su garganta en ello.
Sus piernas temblaron y se dejó caer de rodillas con brusquedad al suelo, sintiendo como justo en ese momento alguien lo agarraba de los hombros.

Miró con tristeza y miedo al castaño que lo sostenía.

—Aichi — Trató de sonar lo más tranquilo posible, sin embargo no podía evitar que su voz temblara — Ya basta, puedes librarte de esto... Perdiste — Sentenció mientras ejercía algo más de fuerza en su agarre, sentía que en cualquier momento el menor colapsaría.

Aichi sollozó; lo lamentaba tanto... — L-lo siento Kai-kun — su respiración se entre-cortaba — Y-yo... Yo no quería esto — trató de hablar entre su angustioso llanto.
El miedo y desesperación se intensificaron cuando sintió que aquel poder que tanto había estado reteniendo lo abandonaba. Una bruma entre negra y rojiza los envolvió a ambos.

— Aquí viene — susurró Kai mirando a su alrededor.
Sintió como las manos del menor agarraron la tela de la ropa a la altura de su pecho. Bajó la mirada y su pecho se contrajo al ver a Aichi destrozado, que lo miraba aterrado. Kai llevó sus manos al rostro del menor y le sonrió — Todo va a estar bien Aichi... — Aun dicho esto, no podía negar que también sentía miedo. Pero así lo prefería, era mucho mejor, Aichi no merecía ocupar un lugar tan horrible. Desde un principio él debió ser el sellado lejos de la Tierra, no Aichi.

Kai observó cómo al fin la semilla abandonaba el cuerpo del menor, y en un par de segundos, la vio flotando frente a sus ojos verdes, justo entre él y Aichi quien lo miró con real preocupación y miedo.

— ¡Kai-kun!

— Lo hiciste bien, Aichi... — le sonrió tratando de transmitirle tranquilidad. Se acercó, y posó sus labios delicadamente en la frente del peliazul. Justo en el momento en que sintió como la semilla se adentraba en su pecho. — ¡Ngh! — cerró los ojos con fuerza y se abrazó con necesidad al peliazul.

— ¡KAI-KUN! — sin saber que más hacer, se aferró al castaño escuchando como éste se quejaba y apretaba su cuerpo contra sí.

— ¡Kai! ¡Aichi! — Se escuchó el grito de Naoki quien tuvo todas las intenciones de correr hacia sus dos amigos, sin embargo, al primer paso, fue detenido por Ren y Leon — ¿¡Qué- — Bajó la mirada para toparse con el brazo del pelirrojo frente a él que lo detenía a la vez que sintió la mano de Leon posarse en uno de sus hombros. Los miró interrogante, recibiendo como respuesta una negación por parte de los dos.

— Lo que pase de aquí en adelante, ahora es decisión de Kai — Dijo Ren con seriedad. Vio como el de cabellos cobrizos bajó la mirada, al parecer había entendido la situación.

Kai jadeaba con esfuerzo — Ai…chi — se incorporó un poco, haciendo muecas de dolor, se preguntó cómo es que Aichi había podido soportar aquello todo ese tiempo. Se agarró el pecho tratando de regular su respiración para poder hablar — E-Escúchame… ¡Ngh!

— ¡Kai-kun! — Lo miró entre lágrimas — ¡Eras a quién menos quería involucrar en esto! — Sus mejillas y nariz estaban rojas de tanto llorar, no sabía cómo quitarse la gran tristeza que sentía al ver cómo había terminado todo.

— Mj… — Kai soltó una pequeña risita con una sonrisa algo forzada, pues esta desapareció luego de otra mueca de dolor y un quejido. Sus temblorosas manos fueron a acariciar las mejillas húmedas del menor.

Tomó aire para darse fuerzas y atrajo el rostro de Aichi hacia sí. Juntó sus frentes y miró con cariño al sonrojado peliazul que no paraba de sollozar — Todo será para mejor. No te pongas así por favor... N-ngh... — se quejó — Tú... Ya has hecho demasiado por todos... Has hecho demasiado por mí. Es mi turno de devolverte el favor, Aichi. — Sin vacilar terminó por hacer desaparecer la poca distancia que había entre su rostro y el de Aichi. Se lo iba a permitir solo por esa vez, por lo que juntó sus labios con los ajenos que estaban entreabiertos. Sentía hipear al otro en su boca y en un intento desesperado por calmarlo, lo besó con más ímpetu.

Por la sorpresa, Aichi mantuvo sus ojos muy abiertos, provocando que sus lágrimas resbalaran con facilidad por sus mejillas y parara sus sollozos por ese momento. Correspondió el beso sin importarle nada ni nadie más que Kai. Trató de ignorar la situación en la que se encontraban, sin embargo volvió a tomarlo en ella cuando sintió inexplicablemente una gran angustia en aquel beso. No entendía por qué algo que había anhelado tanto, ahora le sabía tan triste y amargo: Como una despedida.

Se separaron sin tomar mucha distancia. Ambos jadeaban y se miraban fijamente. Entonces Aichi preguntó en voz baja y temblorosa aquello que tanto le producía una sensación de incomodidad — ¿M-me vas a dejar estar a tu lado? ¿Cierto, Kai-kun? — En sus ojos azules se reflejaba el temor que sentía al ver que el castaño no le daba una respuesta — ¿¡Kai-kun!?

— Te mereces algo mejor que esto, Aichi — fue la única respuesta que le dio.

Aichi sintió una punzada en el pecho al escuchar aquello; sabía lo que significaba — N-no… espera ¡Kai-kun! ¡Por favor no!

— Así que esa es la voluntad de Kai — susurró el pelirrojo. Sus cejas se arquearon formando una expresión de tristeza.

Naoki abrió con exageración los ojos cuando se dio cuenta de qué sucedía — Ey… Kai no estará pensando en…

Leon no dijo nada y solo cerró los ojos con pesar, escuchando de fondo como el peliazul le rogaba a Kai que no lo alejara de su lado.

Kai atrajo al menor a su pecho y lo abrazó por última vez — Te voy a extrañar mucho, Aichi

— ¡KAI-KUN!

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El peliazul se sentó de golpe en la cama. Jadeando se pasó una mano por el cuello y pudo notar que sudaba frío — ¿Una pesadilla? — preguntó en un susurro. Su corazón palpitaba con rapidez y fuerza, en ese momento sintió como algo húmedo bajaba por sus mejillas. — ¿Eh?... — Extrañado tocó su rostro con las yemas de sus dedos para comprobar que efectivamente eran lágrimas — ¿Estoy…llorando? — miró a su alrededor para cerciorarse de que estaba en su habitación a oscuras, solo la luz de la luna llena que se colaba a través de su ventana daba un poco de blanca iluminación.

Por alguna razón se sentía triste. Tal vez soñé algo bastante feo, pensó mientras se levantaba de su cama y caminaba hasta la ventana — Aunque… no recuerdo que era… — Miró hacia arriba y observó la luna. Sin saber por qué, le invadió una gran angustia. Bajó la mirada y decidió volver a su cama.

Antes de acostarse dirigió la mirada a su deck que estaba sobre su escritorio y lo tomó entre sus manos. Fue pasando las cartas una por una, hasta toparse con su Avatar: Dragonic Overlord.

Suspiró y lo dejó en su lugar, su Kagerou deck seguía igual que siempre.

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— Bien, es la hora. ¿Estás seguro de esto, Kai? — preguntó el pelirrojo.

Junto a él se encontraba Leon, Naoki y Miwa, que a pesar de que éste último había sido despojado de sus recuerdos tras perder contra Neve, Kai lo había vuelto a buscar, haciendo que recuperara sus memorias perdidas.

El castaño miró a los cuatro chicos vestidos de blanco que estaban frente a él y asintió decidido. A diferencia de Aichi, él vestía completamente de negro, a excepción de una camisa roja y algunos detalles bordados en su larga gabardina.

— Oye, Kai… — habló Naoki mientras miraba con tristeza la carta en sus manos; Star- Vader, Blaster Blade que al parecer, nunca volvería a la normalidad, ni a las manos de su verdadero dueño, al igual que las demás cartas que formaban, al que alguna vez fue el Royal Paladin Deck de Aichi— Estoy seguro que él no quería esto… Sabes que Aichi te hubiera seguido por siempre.

— Y es por eso que lo hago — Sus ojos reflejaron una gran angustia, le dolía, pero sabía que era lo mejor.

Sus compañeros se miraron entre sí, entendiéndolo muy a su pesar. — No iba a permitir que él siguiera sufriendo por mis errores — Fue lo último que dijo, se dio media vuelta y caminó hasta la zona de sello, Tomó asiento en aquella gran silla que lucía bastante incómoda y fría y se preguntó qué tan solo se debió haber sentido Aichi todo el tiempo. Dio un suspiro y miró a la Tierra con nostalgia. Escuchó como Leon daba la señal a los otros para sellarlo y entonces cerró los ojos mientras sonreía levemente.

Fue un placer conocerte, Aichi.

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Solo quiero anunciar que estos son mis fics, no es plagio. Mi cuenta anterior "Defenestration-0" tuvo un problema. Al principio no tenía ganas de resubir los fics, pero la verdad es que les tengo gran cariño a estas historias. Así que aquí están de nuevo con una que otra corrección c: Gracias por entender.